OJITOS VERDES.... (4)
(Volviendo a casa)
Fabliau original de
ANALBO
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CUARTA PARTE
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En el viaje de regreso, Ojitos Verdes se durmi� recostada en
el asiento trasero del veh�culo. La camioneta se tambaleaba hacia sus costados.
La ruta de tierra se hizo fatigosa por sus desniveles y lo poceado dejados por
las profundas huellas, adem�s del calor y la polvareda por lo seco de sus
calles, hac�an irrespirable su interior. Los dos hombres iban comentando que los
sembrad�os clamaban por una buena lluvia. De pronto son� el celular de
Alejandro:
- �S�?... �Oh, amor... estamos regresando!... �c�mo? ��S�,
mujer est� bien, tengo que pasar por casa del compadre para bajar las cosas y
dejarlo a �l y la ni�a!!... Est�, Bien, nos encontramos all�... como lo
dispongas....Nos vemos...- y cerr� el celular -... Es mi esposa... dice que est�
saliendo ya hacia tu casa para ayudar a tu mujer con los preparativos de la
fiesta de ma�ana...
- �Siempre tan guapa y servicial, tu Mariana!...
- Es que al no estar yo en la hacienda, se aburre...seguro
que ella llam� a mi comadre para tener una excusa y salir a despejarse...
- Se llevan muy bien ambas mujeres...
- �Creo que demasiado bien!...
-�Epa!... � levanto la voz Rodrigo
- y, claro, hombre, si apenas abro la boca para decir algo de
tu esposa, ya esta la m�a, diciendo "�CUIDADO CON LO QUE VAS A DECIR DE
AMALITA!"... � y soltaron una carcajada - ... yo pagar�a por saber de qu� hablan
cuando no estamos nosotros...
- �Cosas de mujeres!... aparte de todo, tienen casi la misma
edad, Amalia me lleva 3 a�os a m�, tiene 35, es mayor que yo y tu Mariana no
creo que llegue a los 40...
- �Qu� sutileza para averiguar la edad de una mujer,
Rodrigo...- hizo una pausa- ...Ella es demasiado joven para m�... Soy mayor...
quince a�os mayor que ella... Ten�a quince a�os cuando nos casamos... �bueno, es
un decir... cuando la traje a la estancia, a vivir conmigo... con sus padres no
pod�a estar, no ten�an ni para comer... Me la traje desde la Patagonia, le hice
terminar los estudios, estaba cursando el secundario... �Desde entonces que sus
padres reciben todo los meses un giro para vivir decentemente!...
- �Por qu� me cont�s �stas cosas Alejandro?... � se preocup�
Rodrigo, al notar algo en la voz de compadre:
- �Despu�s de lo de hoy, no debemos tener secreto entre los
dos!... Marianita, se acost� conmigo reci�n dos a�os despu�s. Ten�a 17, cuando
la desflor�... Sent�a terror al sexo... Estuvo traumatizada, mucho tiempo hasta
que comprendi� que todo era normal... que la vida entre un hombre y una mujer,
era eso... gozar uno de otro....
- �Y por que esa fobia?...
- �Tuvo un intento de violaci�n a los 13 a�os... nunca me
quiso decir quien fue!...
- Pero te lo imagin�s, �no?...
- �S�, su padre!... � Para que comprenda qu� tan natural era
el sexo, le promet� que le iba a hacer tener sexo con otro hombre, para que vea
que todos los hac�an de igual manera... � y se contuvo. Rodrigo lo observ� y con
la mirada insisti�:
- �Y?... �lo hiciste?... �la entregaste?...
- �no!... no hizo falta. Adem�s, las mujeres que trabajan en
casa, le hicieron entender c�mo era la cosa...
- �Y?...
-�Y, qu�?...
- �Como se las arreglaron las empleadas de la estancia, para
demostrarle y convencerla?... � y all� Alejandro, lanz� una carcajada que
despert� a Ojitos Verdes, que simul� que segu�a durmiendo pero escuch� la
historia:
- La muy pilla, les pregunt� a las mujeres empleadas � eran
tres � que ya que ellas la aconsejaban que era normal "TODO ESO", si se
animar�an a demostr�rselo...
- �a demostr�rselo? ... � se interes� Rodrigo - ... �y c�mo
era eso?...
- �Muy sencillo!... las quer�a ver a ellas, haciendo el
amor... � Rodrigo ri� con ganas -... quer�a que primero lo hicieran las
empleadas y reci�n despu�s, lo har�a ella. Eran una se�ora de unos 35 a�os la
cocinara, de mi edad entonces, casada por supuesto, una hija de 18 y una sobrina
de 15... � Alejandro se sinti� atosigado por las preguntas de su acompa�ante, lo
not� que estaba nervioso, como excitado -... �por favor, compadre, no te estar�s
calentando con mi mujer,�no?... � rieron los dos:
- Por favor... a las esposas de los parientes el respeto es
lo primero... � volvieron a re�r:
- Bueno, la se�ora mayor, le dijo, venga esta noche a mi
cuarto y esc�ndase tras la puerta y ver� a mi marido tener sexo conmigo....
- �Y?...
- �Ah, no! � Les dijo Marianita� yo las quiero ver con
Alejandro...- hubo un silencio - ... s�, as� se despacho mi mujer, para ver y
creer, ten�a que ser con Alejandro...
- �Entonces no pas� nada!... � dijo decepcionado Rodrigo -...
y, �c�mo la convenciste al final?... � ante el silencio capcioso de Alejandro,
insisti�- ... no me vas a decir que las mujeres aceptaron....
- Primero la mayor dijo, poniendo el grito en el cielo...
haci�ndose la estrecha... "No, �c�mo voy a hacer eso?"... � pero supuestamente
la idea no era tan mala, porque pens� diez segundo y se termin� el disgusto y
lanzo con su voz t�mida, un desaf�o: "�DESPU�S DE TODO, HABR�A QUE VER SI EL
SE�OR EST� DE ACUERDO... POR USTED SE�ORA MARIANA, HAR�A UN SACRIFICIO, PERO LAS
CHICAS NO"... y fueron entonces las chicas las que pusieron el grito en el
cielo...
- �Se aterraron, seguramente, temiendo ser obligada y
violadas!...
- �No!... Se enojaron con la viejita.... ellas tambi�n
quer�an... �Pas� una noche! �� Jam�s las he podido olvidar!!...
- �a las chicas? �O jam�s pudiste olvidar esa noche?...
- No, ni a las chicas, ni todas las que vinieron despu�s... �
rieron - �Qu� manera de tener sexo al por mayor! Eso s�, una por noche... todas
juntas Marianita no quer�a. Despu�s que vio c�mo gritaban y se retorc�an de
placer, la mam� de las chicas era una fiera... ��una m�quina!!...
- �Era? o es...
- No, ya no...
- �y las chicas?
- Se casaron... y se han ido...- carcajada:
-�De qu� te re�s, compadre?...
- Que de vez en cuando vienen... y ya no son tan chicas...
tienen la edad de mi mujer...
- Pero... � se miraron y volvi� a re�rse - ... ahora traen a
dos bellas cachorritas... a los 15 a�os me pidieron por favor que les ense�ara a
sus hijas lo que era el sexo....
- ��QUEEEE??... � grit� Rodrigo -... �Eso tambi�n?... �C�mo
has logrado esa atracci�n irresistible con las adolescentes?...
- �No te r�as!... Se lo debo a mi desgracia de no poder
embarazar a nadie. Las mam�, preocupadas por el sexo creciente de sus hijas y
conociendo mi incapacidad, han decidido tra�rmelas con la anuencia de Mariana,
obviamente, y me sent� "obligado" a iniciarlas...
- �Y?...
- Y, �qu�?... � lo mir�. Demostr� sentirse apenado:
- �qu� pas�? ...�Fue mal?...
- Y claro... � volvi� re�r con ganas -... me exigieron m�s de
lo que pude... qued� "grogui"... se quedaron todo un fin de semana en casa...
�te imagin�s? La pobre Marianita se puso tan ardiente que se meti� en la cama
cuando estaba con una de las virginianas totalmente desnuda y me la sac� de
encima - cabalgaba COMO UNA POSE�DA la ni�a � que cay� al piso y continu� con
masajes �ntimos, llamando a su primita la que vino urgente y se revolcaron
enloquecidas en la alfombra del dormitorio, mientras mi mujer goz� de tal
manera, como nunca lo hab�a hecho antes... y fue all� donde me volvi� a recordar
la antigua promesa de llevarle otro hombre...
- �Eso?... � qued� imp�vido Rodrigo -... �no, no lo puedo
creer! �Qu� le dijiste?...
- No pude responder... porque aceler� su galope... Yo,
gritando mis eyaculaciones... y ella, gritando un nombre... creo que no tuvo
orgasmos conmigo, sino con el tipo que eligi� para tener sexo y que me obliga a
llev�rselo... y no me pidas que te diga qui�n es porque eso s�, nunca lo dir�...
- �Compadre!... � se ofendi� Rodrigo -... �tu palabra de que
a partir de ahora no hay secretos entre nosotros?...
- �S�, ten�s raz�n... pero �sto es demasiado! �C�mo decirte a
vos, mi pariente, con quien me quiere cornear mi mujer? �Debo soportarlo
s�lo!... lo �nico que le ped� a Mariana, que cuando lo est� gozando le saque la
promesa de que �l me entregue a su mujer...
- �La pucha, qu� problema, compadre!... �Flor de triangulo se
est� armando mi amigo! Qu� l�o, �no?... � y si el hombre se niega a entregar a
su mujer?
- �No lo creo! �En ese momento, a punto de correrte con la
furia de la situaci�n, dec�s cualquier cosa... acept�s hasta que te apoyen a vos
con una verga descomunal por el trasero!...
- �Epa, amigo! �Qu� te anda pasando?...
- No sab�s Compadre, c�mo te excita imaginarte a tu mujer
follando con un otro hombre y m�s mamando una enorme poronga... �Es
enloquecedor!... Ahhh, ya me estoy poniendo m�s duro que un fierro... y me
parece que usted tambi�n compadre...
- ��La pucha!!... con lo que has pintado, estoy para llenar
veinte bocas... Apur� Alejandro, a ver si llego a tiempo a casa... �Mir�!... � Y
Rodrigo se desabraguet� y salt� su miembro como un resorte, totalmente morado y
palpitante a punto de regurgitar l�quidos a chorros. Inesperadamente Alejandro,
fren� la 4 x 4 y se detuvo a la vera del ancho camino de tierra, y haciendo gala
de gran porongudo, desat� una batalla de vergas con fuerte olor, dici�ndole a
Rodrigo:
- �Probamos quien la tiene m�s larga?... - y se estir� en el
respaldo del asiento mostrando cuan larga era su m�quina, abri� la guantera y
sac� una cinta para tomar medidas en el campo y estir�ndola coloc� la punta
sobre sus pelos, como la cinta es a resorte y no pod�a hacerlo s�lo, le pidi� al
compadre que la sostuviera sobre su pelvis, mientras med�a, pero al sentir el
calor de la mano del amigo que roz� su prepucio tuvo una convulsi�n y �l, le
manote� el sexo del joven compadre y con la otra mano apreta la mano de su
amigo, sobre su verga y lo obliga a masturbarlo. Una sesi�n formidable de
masturbaci�n entre dos hombres que gustan de las mujeres, que no pudieron
soportar tanta excitaci�n. Se olvidaron de Ojitos verdes, que se acod� sobre el
respaldo delantero, justo en medio de los dos y se qued� mirando la escena. La
calentura era tal que no advirtieron la presencia de la ni�a viciosa, que
comenz� a frotarse su rajita hasta que le vino un orgasmo que no pudo callar un
grito de placer, y antes que ellos pudieran reaccionar, dando un salto, pas� a
la parte delantera y se meti� entre los dos hombres quitando sus manos de ambos
miembros a punto de eyacular, comenzando ella con el sube y baja ante la
desesperada calentura de Alejandro y su padre. Ojitos Verdes, se arrodill� en el
piso, entre las piernas de los dos apuntando con sus manos ambos troncos a su
boca. Sac� su leng�ita y comenz� una riqu�sima lecci�n de pajeo lingual sobre
ambas cabezotas que vomitaron casi juntas fuertes chorros de leche hirviendo en
su cara, en su boca y otra parte logr� atraparla con su lengua y tragar todo lo
que pudo. Luego beso en la boca al Padrino y al padre. Con �ste �ltimo lo hizo
con mucha fruici�n... porque �l se negaba a separar sus dientes, hasta que
accedi� y se enroscaron ambas lenguas en una lucha a muerte, al tiempo que
Alejandro, comenz� a meter la suya en el ano de la "inocente" muchachita, que se
retorc�a como una yarar�, mientras que con la mano libre busc� la verga del papi
y se la meti� en la puerta de su cachucha que estaba totalmente lubricada y
permiti� que su padre la penetrara por primera vez. La ni�a ninf�mana, lo
cabalg� a su progenitor entrando ambos en convulsiones desenfrenadas, mientras
Alejandro acomodaba su enorme verga en la puerta del recto de la jovencito que
al sentir su entrada, llor� cada orgasmos al sentirse penetrada por ambos lados:
- �Hija, d�jame salir... no puedo acabarte adentro...
- �Hazlo papi... es lo mejor que te puedo ofrecer... no te
salgas, por favor...
-�Es que te voy a embarazar....
- �No, noooo!... pap�.... dale m�s fuerte... siempre tomo
pastillas... por favor, ll�name con tu leche... por favor... que tu primera vez
sea total... � y se prendi� de la boca de Rodrigo, mordiendo la lengua del padre
hasta sangrarla, mientras Alejandro le llenaba las tripas con una acabada que lo
dej� sin poder moverse, mientras la ni�a le ped�a que no se retire, que le
gustaba sentir las dos vergas m�s hermosas del mundo, dentro suyo... y ah�, el
padre, le mordi� la lengua a la hija, los labios, mientras eyaculaba junto con
ella torrentes de esperma grit�ndolo enloquecido de placer.
--00--
Nuevamente en marcha, una hora despu�s arribaban al port�n de
la Estancia de Rodrigo. Se preocuparon por el estado en que se encontraba la
ni�a, casi sin ropas y sucia de semen, al igual que ellos, pero era m�s
soportable. Ojitos Verde, ven�a en brazos del padrino, reaccion� r�pidamente:
- �Papi...que Padrino me baje en brazos, diciendo que estoy
dormida y me lleva directamente al ba�o y me deja all�... y vos te vas a llevar
sus cosas a casa de �l ...
- Tiene raz�n... porque si Amelita te ve as�... puede pensar
muchas cosas...
- �Si pero en tu casa... no hay nadie!... �quien me va a
atender?...
- Siempre est�n las empleadas... Ahora yo bajo con la ni�a y
sales urgente, que no te vea nadie... �Si tu mujer pregunta le digo que fuiste a
casa... � ya lo dijo tu hija... es m�s inteligente que nosotros dos... � Y
Rodrigo detuvo la camioneta a unos cien metros de la casa. Alejandro baj� con
Ojitos Verdes envuelta en una frazada, toda cubierta y las jaulas. La madre se
asust� y le dijo:
- �No es nada, est� dormida y nos dio l�stima despertarla!
Adem�s jug� como una chiva todo el d�a. Qu�dese tranquila, Comadre, yo la llevo,
usted traiga las jaulas con los bichos esos que le hemos comprado....
- �Y Rodrigo?... � se preocup� la mam� de Ojitos verdes.
- �Fue a casa a llevar las cosas que compr� yo!... � grit�
Alejandro al tiempo que se alejaba apresurado con la preciosa carga hasta
perderse por la puerta de el enorme Chalet central, de la Hacienda de su
compadre. Amelia se qued� mirando c�mo se perd�a en el camino la 4 x 4, rumbo a
la Estancia del Compadre. Cuando reaccion�, ya Alejandro retornaba de dejar a la
jovencita.
- �Ya se despert�!... La dej� en la puerta del ba�o Amalita,
quer�a darse una ducha... el cansancio, la tierra y el calor la han dejado un
asco...
- �Tiene para mucho, Rodrigo?...
- Todo depende...
- �De qu�?...
- Del tiempo que lo requiera Marianita para acomodar las
cosas que he comprado... �Ah, mi mujer es muy detallista... y hasta que no ve un
cuadro bien colocado, no se deja de jorobar....
- �Y trajo muchos cuadros, compadre?... � lo pregunt� con
cierta iron�a:
- Unos diez, m�s o menos... � minti� Alejandro. Iba a decir
algo Amalita, cuando estuch� la voz de Ojitos Verdes que la llamaba - ... �la
llama su hija, comadre!... � trat� de sac�rsela de encima. La mujer de Rodrigo
lo mir� con picard�a en los ojos, y se alej�. �l, se fue a un espejo de la sala
y se vio muy mal. Huele su ropa y apestaba a esperma- ... �Hummm!... Creo que no
se trag� nada de lo dicho con respeto a su marido... � tom� su celular y sali�
al enorme patio, se sent� en un banco de madera- ... �Hola, mi amor!... ah�
va... Ya sabes, cuando lo tengas listo... apreta los tres n�meros que te
indiqu�, de tu celular y deja que �l hable... sabes cu�l es el pedido... �chau
mi amor! ��Portate bien!!... � cerr� el celular, pero sin apagarlo y se fue a
unos de los ba�os de la peonada, donde se refresc� y se lav� las manos y la
boca. Cuando volvi� hacia la casa grande, ojitos verdes lo llamaba a comer algo.
--00�
Lleg� la 4 x 4, hasta las puertas de la casa central de la
hacienda de Alejandro. Baj�. Se sacudi� la ropa. No se preocup� por la facha,
sab�a que no hab�a nadie. Baj� unos paquetes. No eran cuadros, eran planas de
flores y facturas de cerdo. Tom� el picaporte de la puerta. Estaba abierta. Se
extra��. Entr�. Fue derecho a la cocina, dejando los comestibles y luego cuando
iba a salir hac�a el jard�n de invierno a dejar las plantas, sinti� unos gemidos
que proven�an del lavadero, se acerc�, escuch�. Los suspirados eran de una
mujer. Se excit�, no se anim� a entrar y decidi� dejar las plantas para
retirarse a su casa, De pronto sinti� ruidos en la planta alta, subi�
lentamente, sab�a que no hab�a nadie en la casa. Temi� a que hubiera ladrones.
Sab�a que Alejandro ten�a en su dormitorio su caja fuerte. Se acerc� y abri� de
golpe la puerta:
- �Qui�n... est�?... � qued� est�tico. Intent� cerrar la
puerta y retirarse, pero una voz ardiente le orden� desde la penumbra de la
habitaci�n:
- �Pas�, Rodrigo... te estoy esperando!... � incre�ble.
Rodrigo no pudo emitir palabras. Era la voz de Marianita, que tute�ndolo, cosa
que nunca hab�a hecho, lo invitaba a pasar. Estaba recostada en la cama
matrimonial, con la ropa subida hasta la cintura, las piernas abiertas y sus
manos entre sus pantaletas acarici�ndose la vulva. Sus ojos tremendamente
abiertos cargados de deseo:
- �Comadre... � qu� pasa... est� ... enferma?... � titube�.
Dej� caer al piso lo que tra�a en sus manos:
- �S�iiii!... y sos el �nico que puede curarme... � Pas�... �
le grit� - �Pas�, que no aguanto m�s!...
--00�
Rodrigo, crey� que so�aba. �l era el elegido. Se acerc� a
Marianita que descaradamente, lo tom� de las manos y lo tir� sobre la cama junto
a ella . Desaboton� el pantal�n, quedando desbraguetado. Tom� el miembro del
hombre deseado, lo sac� afuera y furiosamente se lo llev� a la boca para mamarlo
fren�ticamente, mientras Rodrigo acariciaba sus senos, pellizcaba sus morados y
duros pezones, los que entr� a saborearlo, al tiempo que corr�a su mano hacia
atr�s, meti�ndose en el tanga negro y transparente hasta alcanzar el enervado
"pijito" femenino, haciendo una vigorosa masturbaci�n a ese regalo ca�do del
cielo. Marianita gritaba sus orgasmos. Tomo el celular sin que Rodrigo se diera
cuenta y apret� los botones que le indicara Alejandro y lo dej� bajo la
almohada. Rodrigo tambi�n grita su eyaculaci�n:
- �Te acabo en la boca, comadre!...
- �s�, amor... haz lo que quieras...
--00�
Son� el celular en el momento en que Alejandro conversaba con
Amalita, su comadre, se lo llev� al o�do, y escuch� con claridad la voz de su
mujer teniendo un profundo orgasmo....
- �Aaaagggg... Rodrigo, qu� bien lo haces... m�s por favor...
es rico... es ricoooo....
- �Si?.... �te gusta?...
- S�.... siiiiii..... Sigue... sigue... � Alejandro,
solamente imagin�. El solo hecho de escuchar esas voces, hizo que su enorme
verga se levantara y le alcanz� el auricular a Amalita:
- �Es para m�?...- fue la inocente pregunta tomando el tubo.
Se sorprendi�. Alejandro no respondi�, pero vio como el rostro de la comadre iba
cambiando y clavando sus ojos en los del hombre se acerc� a �l, para poner el
auricular junto a sus o�dos y escuchar los dos, en el preciso momento en que
Mariana gritaba otro tremendo orgasmo:
- �Ahhhhhhh.... queee ricoooo... penetrame Rodrigo....
��si?... � y gem�a enloquecida.
- �SI, MI VIDA!.... Jam�s pens� que me iba a echar un polvo
con vos... �qu� hembra que resultaste ser, comadre!... Dejame que te lleno la
boca con mi caliente lechita.... Ahoraaaaa....
- Si... no te detengas mi macho.... �sab�s lo que quiero?...
-�Noooo... d�melo...
- Ver hacer el amor a Alejandro con Amalita.... �la
dejar�as?...
- Siiiii... que la reviente... pero nosotros seguimos gozando
hasta morirnos.... ahora... yaasaaaa.... yaaaaaa Marianita....-
--00--
Alejandro not� la respiraci�n jadeante de Amalita, le sac� el
tel�fono de las manos, la alz� con sus fuertes brazos y la sent� cobre la mesa
del comedor, mientras sus bocas se enfrentaron a muerte. Se mord�an furiosamente
y sus lenguas gustaban los l�quidos de ambos. Ella no pronunciaba palabra
alguna. Abri� bien sus piernas. Alejandro, se arrodill�, quit� la tanga blanca y
mojada que ya desped�a un fuerte olor a los flujos de la mujer que le demostraba
que su calentura con �l, ven�a desde mucho tiempo atr�s. Alejandro, due�o de una
tremenda lengua, le acarici� las gruesas paredes de la peluda vulva que fue
mordi�ndolas con sus labios y penetr�ndola lentamente a medida que la mujer
perd�a toda compostura y pose�da por la locura del sexo le gritaba palabras
obscenas, que lo calentaban m�s hombre. Se retorci� como una v�bora cuando �l
alcanz� a tomarle el cl�toris con sus dientes y comenz� a morderlos. De pronto
not� que su verga se estaba humediendo y vio de reojos a la insaciable Ojitos
Verdes, queriendo meterse semejante cosa en su peque�a boca, mientras su madre �
que no pod�a verla, le gritaba a Alejandro:
- Penetrame, Alejandro... por favor, penetrame.... �� no
sabes cuantos a�os hace que espero �ste momento!!...
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Si te gust� o no, d�melo a
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