Relato: Primo y prima casada e infiel (4) (Continuaci�n) Luego de correrme en un potente orgasmo en la
boca de mi primo, hincada en un sill�n del cuarto de mis padres , con la cara de
�l debajo, mientras vigilaba, por la ventana, los movimientos de estos que se
encontraban en un jard�n de un vecino y estaba atenta a la inoportuna vuelta de
mi maridito; poco a poco mis movimientos de cadera fueron disminuyendo y,
aprovechando, �l fue subiendo sin dejar de besarme la barriga, el ombligo, las
tetas hasta llegar a mis labios y ah� fui yo, que desesperadamente agradecida,
la que com�, degust� y penetr� con mi lengua aquella boca en la que predominaban
mis propios humores y sabores.
Ya su miembro alcanzaba y golpeaba mi entrepierna, buscando
penetrar alg�n un orificio.
Pero yo, cuanto m�s caliente y satisfecha, m�s que nada por
el afloje posterior al reciente y prolongado orgasmo que me exig�a un respiro,
parec�a m�s consciente del placer que me produc�a el morbo con que se estaban
dando las cosas y de la necesidad de cuidar que las �stas continuaran as�.
Entonces, poni�ndome un poco seria le dije que preferir�a que la penetraci�n
fuera con preservativo y que a pesar de que ya hab�amos tenido abundantes
acercamientos corporales e intercambios de fluidos, nunca es demasiado tarde
para tomar alguna medida de precauci�n ya que no nos hab�amos hecho a�n el
an�lisis de sangre; adem�s le explique �l que hab�a andado el �ltimo a�o rodando
por ah� tomando muchas precauciones pero en varias camas y m�s que nada que
ahora hab�a que tener en cuenta la salud del beb� a venir. . �l, mir�ndome a los
ojos, no sin pena, aprob� y comparti�, mis razones ya que no previ� traer
condones consigo y me prometi� que lo primero que har�a en la semana ser�a ir a
la cl�nica.
Ah� retom� mi expl�cita alegr�a y diversi�n dici�ndole "-
No te preocupes, yo s� donde mis padres tienen condones guardados, solo espero
que no est�n vencidos.-" A �l le volvi� la energ�a dici�ndome " �Que hija
de puta! Pero estuviste bien, ya que, sobretodo te la traes bien clara.-" .
Y mientras mi primo vigilaba el movimiento de mis padres a
trav�s de la ventanas sin dejar instintivamente de manosearse el erecto pene yo
me tir�, de cola para arriba, atravesada en la cama, aun si arreglar, para
hurgar en los cajones de la mesa de noche de mi padre donde hac�a pocos d�as
hab�a encontrado una variada provisi�n de condones confirmando las palabras de
mi madre el d�a en que me manifest� muy en serio pero con raz�n y cari�o, que el
haber yo quedado embarazada hab�a sido un burrada porque hasta ellos que no
ten�an ya una vida sexual super activa y con ella entrando en la menopausia,
alguna vez que otra, incluso frente a alguna irritaci�n o molestia en los
genitales, no dejaban de tener en reserva o usar preservativos.
Eleg� los m�s comunes y f�ciles de reponer, de los que se
venden en cualquier lado, pero no me pude contener de comentarle a mi primo
"-Quien iba a decir que mis padres algunas veces usen condones corrugados o con
gusto..-"
Rod� por la cama, perezosamente demorando el contacto de mi
cuerpo con las desordenadas s�banas y con las piernas separadas le supliqu�:
"- Ac�rcate, por favor, un poquito aqu� -" �l se cercior� que todo estuviera
bien en el exterior, para luego aproximarse con su verga bien perpendicular, la
tome con la mano y la sent�, otra vez, durisisma. Esa caracter�stica y su
longitud es lo que, siempre y m�s me ha impresiona, a la vez que con su tersura
y la delicadeza de la forma de su glande lo que m�s me ha gustado de ella. Me
incorpor� un poco para darle unas lamidas y ayudarlo a ponerse el cond�n, para
ya con �l puesto, y pensando que pudo ser usado por mi padre penetrando a mi
madre, darle unos peque�os besitos en la punta. Le ped� mimosamente para hacerlo
un poquito en la cama pero que no me la fuera a meter toda, que no olvidara de
mi gravidez, que �ltimamente estaba teniendo pocas relaciones sexuales adem�s de
que su pene era mucho m�s largo que el de mi marido y podr�a lastimar mi �tero.
Me tranquiliz� diciendo, mientras me pasaba un dedo por mi vulva: para comprobar
si esta bien lubrificada "- Si,si ahorra quiero que sea todo suavecito �"
Entonces el muy guacho, tom� de la mesa luz la crema para el cara de mi madre,
abri� el pote e introdujo , su pene hasta el fondo, en �l para luego sacarlo con
todo el glande cubierto en exceso de la perfumada crema, pas� su mano recogiendo
un poco para llevarla a mi entrepierna y con ella acariciar los labios y la
grieta de mi vagina. Yo, mientras tanto, la desparramaba a lo largo de su verga
hasta donde terminaba el preservativo y lo que sobraba lo devolv�a a su embace
original. Volvi� por un segundo a la ventana, lo que no solo me tranquiliz� sino
por esas cosas de la psiquis tambi�n me excit�.
Acosada boca arriba, en el lado de la cama usado por mi
madre, lo esper� abierta, con las piernas un poco flexionadas, coloc� una
almohada debajo de mi cola para alzar mi pubis, y se posicion� entre mis mulos
haciendo que la punta de su estilete tocara mi abertura. Era el momento, en que
muchas de mis "cositas" se daban juntas y yo lo sab�a. Poco a poco, cent�metro a
... , no, mil�metro a mil�metro mi concha fue comi�ndose su pija , esa misma
verga con la que me hab�a excitado y divertido mucho en mis primeros juegos
sexuales, ahora se deslizaba con una suavidad, para m� desconocida o por lo
menos olvidada. No hubo roces o frotamientos inc�modos, parec�a que no iba a
parar de entrar.
A pesar de que lo �nico que me o�a decir era: "- Si, Sii
Siii -- " me dio miedo de que me "atravesara". Llev� una mano hacia su sexo
y empu�e lo que quedaba afuera, mi mano cerrada era, por ahora, el l�mite
perfecto. �l detuvo su impulso y la retir� para volver a empujar haciendo que mi
mano chocara con mi propia vulva, me encant� y tranquiliz� pudiendo as�
disfrutar sus retiradas y embestidas. Hab�a transcurrido muy poco tiempo, pero
ya era una locura y nos estabamos arriesgando mucho. �l se retir� de entre mis
piernas y volvi� a la ventana, y cuando instintivamente iba a incorporarme para
seguirlo me dijo: " - Espera todav�a no. Afuera esta todo bien, sigue todo
igual. Vamos a hacerlo un poco m�s en la cama -" Cuando volvi� pincele�
mi vagina, con su polla que no hab�a perdido nada de su dureza, enfundada
por el cond�n que continuaba en su lugar a pesar de no cubrirla en toda su
longitud. Ahora ya no necesitaba de la crema como lubricante pero su aroma
mezclado con los de mi sexo predominaba en el cuarto mi mano estaba otra vez
empu�ando el nacimiento de la verga mientras el resto sal�a y entraba de mi
concha con , cada vez, mayor facilidad a medida que me mojaba con mis jugos.
�l lo sinti� y para apurar mi goce mir�ndome a la cara me
dec�a cosas como: " -Sabes que te adoro cuando te emputeces as�, estas
mojando con tu leche, y la transpiraci�n de tu culito, toda la almohada de tu
madre. Esta noche, quiz�s, hasta le sienta un olorcito extra�o. �". Mientras
me bombeaba yo no pod�a decir otra cosa que :"- Si siii si- " Parec�a que
mi orgasmo llegaba r�pidamente m�s me incitaba con un : "-�Queres mojarla
toda, queres tener un orgasmo en la cama de los papis?-" Los mismos si
fueron la respuesta. Pero que se transformaron en: "- No, noo, por favor
no.-" cuando inesperadamente la sac�, dej�ndome en ascuas, sin embargo
r�pidamente hizo rodar mi cuerpo en la cama hasta que quedara boca abajo justo
en el lugar que acostumbra dormir mi padre, tom� la otra almohada y la coloc�
debajo de mi pubis, lo que permit�a un espacio libre para mi barriga y por otro
lado realzaba mi cola, pero el sucio de mi primo quer�a m�s puso debajo de mi
cara la almohada que ya hab�amos usado debajo de mi cola.
Con la misma delicadeza anterior me volvi� a penetrar desde
atr�s, suave y lentamente. Yo en silencio concentraba toda mi atenci�n en la
sensaci�n f�sica de ser ensartada mientras respiraba el penetrante olor de la
almohada pero sin dejar de llevar nuevamente mi mano a su pene para empu�arlo y
asegurarme un disfrutable limite. �l comenz� un demorado mete y saca que hac�a
incrustar mi pu�o entre mis nalgas pero, en seguida, me dijo:"- Tranquila,
solo la haremos entrar hasta ah�, quiero que seas t� la que ahora se mueva
cabalgando la almohada de entre tus piernas �"
Retir� mi mano de su pene para, apoyar ambos brazos en mis
flancos para poder moverme con mayor comodidad. Levante mi cola y la sent�
entrar; la baj� haciendo chocar mi cl�toris con la almohada y sin que el largo
pene se saliera de dentro de m�. Encontr�, para mi placer, un ritmo de reboleo
de mis caderas con mucho roce del cl�toris para a luego subir mi cola y sentir
m�s de media verga entrando y volver a caer para re iniciar la frotaci�n contra
la almohada con los movimientos circulares de mi trasero. Pod�a imaginar
perfectamente la visi�n que �l ten�a desde atr�s y sentir como se ubicaba cada
vez mejor para facilitar mis movimientos.
No pude ver al perverso cuando meti� el dedo mayor de su mano
derecha en el pote de crema y sacarlo bien cargado pero si sentirlo cuando lo
apoy� en mi orificio anal que se estremeci� al entrar en contacto con la crema
a�n fr�a. �l acarici� mi hoyito suavemente con la yema de su dedo, mis propios
movimientos ahora implicaban tambi�n una peque�a penetraci�n anal. �l me dec�a
cosas como lo divina que me ve�a en esa posici�n, de cola para arriba
ensart�ndome, yo sola la verga en la concha y el dedo en el culo y que
completaba un sanwiche incestuoso, frot�ndome el cl�toris contra la almohada de
mi padre como lo estaba haciendo. Yo solo repet�a casi sin fuerzas: "- Si ,
si ..., tu ,tu ...-" Me sobre excit� , y al volverme parecer la situaci�n
m�s excitante que se me pudiera dar; m�s todas las intensas sensaciones f�sicas
que nac�an de mi vagina y vientre, de mi cl�toris y ano desencadenaron el
orgasmo que hab�a sido semi interrupido. Las fuerzas me abandonaron y afloje
todo mi cuerpo.
Pero mi primo estaba "sacado"; pas� la mano que ten�a libre
por debajo de mi vientre oblig�ndome a incorporarme sin fuerzas siempre
ensartada de espaldas a �l; y poco a poco, sin sacarla, fue par�ndose llev�ndome
enganchada en su polla hasta quedar ambos de pie. Yo a lo �nico a que atinaba
era a no poner ninguna resistencia y en puntas de pie, casi sin tocar el piso,
colgada con una mano, vuelta hacia atr�s, de su cuello dejarme guiar por aquella
pica que con la otra una mano, por precauci�n, hab�a vuelto a empu�ar el pedazo
que a�n no hab�a entrado. A la vez que facilitaba para que su dedo continuara,
cada vez m�s, aflojando y entrando en mi ojete.
Lentamente llegamos al sill�n, lugar privilegiado en tanto a
visi�n. Ocup� mi antigua y c�moda posici�n, hincada y ahora, totalmente
entregada, con todo mi torso apoyado en el respaldo. �l parado detr�s ten�a una
libertad de movimientos que me atemoriz�, su dedo bien lubrificado por la crema
de cutis de mi madre entraba y sal�a cada vez m�s vertiginosamente de mi ano. A
trav�s del espejo pod�a ver perfectamente como la larga verga entraba y sal�a
h�meda y brillando por mis l�quidos, de concha. Pero en esos momentos era �l
quien quer�a todo y m�s; la sac� de mi ya super abierta vagina para apoyarla en
mi orificio anal, al sentir que comenzaba a empujar. le implor�, le rogu� de
todas las formas posibles "- Por favor no , hoy no me ropas el culo .no est�
aun lo suficiente dilatado �" parec�a que mis ruegos no le hac�an ning�n
efecto y segu�a apoyado con fuerza mientras me sujetaba, evitando que escapara,
con una mano por el bajo vientre y con la otra guiaba el duro ariete. " � Por
favor no, me lo roperas todo, me lo rajaras y no podremos volver a hacerlo por
mucho tiempo �" Realmente estaba consciente que de si �l quer�a bastaba una
fuerte embestida para que su dura y afinada verga me desgarrara el esf�nter.
"- Si, mi amor, te prometo que en pocos d�as lo vamos a ir juntos dilatando para
que cuando lo penetremos nos guste tanto que siempre podamos le demos mucha
pija. �" Para m� era como estar bajo la amenaza de un arma; �l sin cambiar
de posici�n ahora parec�a que disfrutaba escuch�ndome "- Es tuyo y vas a
hacer lo que quieras, pero como nunca lo uso est� aun poco preparado, te prometo
que lo emputecemos bien y me podr�s dar cuando quieras por el orto.-"
Mientras yo hablaba, �l aflojaba la presi�n. Entend� el mensaje, pero a�n con
temor lleve mi mano a su pene; acarici� la suya que lo guiaba para suplantarla
por la m�a. El me tom� con sus dos manos por mis nalgas abri�ndolas levemente,
no me atrev� a moverme, yo misma continuaba apoyando la amenazante verga un mi
hoyito. Me la hizo sentir un leve empujoncito, pero ya no para romperme el culo
sino para sentirme suplicar y argumentar. Me encant� el juego, aunque peligroso
a�n. " Si, Si ; lo vamos a hacer pero en un lugar m�s tranquilo y con m�s
tiempo. sabes bien que lo quiero. �" cada vez m�s mimosa "-Si me lastimas
no sabr�a como explicarlo,; est� toda la familia, por lo del embarazo, atenta a
mi salud. �" Realmente era sincera en todo o que le dec�a e incorpor�ndome
vire mi cara mir�ndole entregada agregu� "Adem�s ,lo que quiero para esta
primera vez es hacerlo sin cond�n ya lo que m�s deseo es sentir como me lo
llenas de tu leche.- " No me dej� terminar porque busco mi boca con la suya
comi�ndomela con pasi�n y a la vez con cari�o.
Solt� su miembro, para abrazarlo, y este se escurri� por
entre mis piernas, sobresaliendo f�cil y notoriamente por mi frente. �l se peg�
mi cola haci�ndome sentir sus pendejos en mi culo y yo volv� a empu�ar su verga,
ahora por delante, para jugar y acariciarla. Aun en esa posici�n mi mano no
alcanzaba a cubrir toda su longitud dejando al descubierto m�s de cinco
cent�metros Empuj�ndola hacia arriba para que el tronco se apoyase con fuerza
entre mis labios vaginales.
Llam� su atenci�n, ya m�s divertida, hacia la imagen
reflejada, hasta ped� para mover la puerta del ropero para que el espejo solo
abarcara mi cuerpo del que ahora sobresal�a, en el lugar justo, una hermosa, y
erecta polla, Parec�a m�a, el tama�o, en especial su escaso grosor, a la vista,
parec�a totalmente adecuada a mi cuerpo. Me imagin�, sin la incipiente barriga,
como un delicado y peque�o travesti. La paji� delicadamente para no desubicar el
sufrido cond�n. Mi primo me ayudaba, abriendo mis nalgas para incrustarse m�s en
m�, haciendo que m�s pija apareciera por mi frente y se mov�a sin separ�ndose
para no de dejar de hacerme sentir su pelambre contra el ano.
Al verme as�, con aquella dura verga incorporada a mi cuerpo
dese� ser contorsionista y poder chuparala, en esa misma postura, saliendo de mi
entrepierna, y pens� que si, en ese preciso momento, hubiese en mi frente un
culito como el m�o, querr�a exactamente lo mismo que �l, o sea penetrarlo. Solt�
por unos instantes la pija para llevar mi mano, con los dedos pulgar e �ndice
formando el caracter�stico pero ahora apretado circulo, hacia mi boca para que
mi lengua la ensalivara como si fuera un orificio a penetrar y luego de
ofrec�rsela para que �l hiciera lo mismo la volv� a mi entrepierna para que ese
lubricado, pero a�n apretado "orificio" de mi pu�o fuese penetrado. Sentir, a
pesar del cond�n, como se retiraba la piel y como el glande se descubr�a en mi
mano y la alucinante imagen que el espejo devolv�a dispararon mi calenturienta
imaginaci�n y, en mi mente, por la punta de mi pija pasaron muchas
bocas varios culos y algunas vaginas hasta un par de lampi�as conchitas Algunas
de esas im�genes mentales eran perfectamente definidas y conocidas, reales o de
ficci�n, otras borrosas y difusas como la de los sue�os. Mientras tanto, mi
primo, intuyendo, hab�a apoyado su rostro contra el m�o, uniendo con fuerza
nuestras sienes, queriendo compartir, esta vez, algo m�s que las groseras
palabras: que ya sab�amos que nos excitaban, sino los m�s perversos, confusos e
innombrables pensamientos.
Quiz�s por ser primos carnales o solo por la previsible
sinton�a morbosa que en estos d�as nos une; seguramente algo logramos, porque
nuestros movimientos se aceleraron y ahora en el espejo parec�amos una pareja
salida de alguna mitolog�a donde una criatura andr�gina y pre�ada era pose�da,
se dejaba poseer violentamente o aprisionaba y devoraba con su trasero, en
pose�dos movimientos, el sexo del otro.
Ya no pod�a, por los movimientos cada vez m�s descontrolados
permanecer agarr�ndola sin estropear el cond�n. As� que ahora con ambas manos en
el respaldo del sill�n y mirando hacia abajo, pod�a ver aparecer y desaparecer
la verga entre mis piernas Era la posici�n que m�s facilitaba mis circulares
movimientos de caderas en la b�squeda ser nuevamente ensartada. Y as� lo fue; su
miembro no paraba de deslizarse, y esta vez no puse un limite, disfrutando de la
prolongada penetraci�n hasta que toc� algo en el fondo y haci�ndome dar un
respingo; ah� mi primo par� su empuje y yo comenc� a moverme de la forma m�s
sensual que la intuici�n y la experiencia, de mis cortos veinte a�os, me
suger�an. Con su cuerpo y su morbo me hab�a provocado ya, esa tarde, dos
deliciosos y prolongados orgasmos; ahora era mi turno: ese miembro me encantaba,
estaba apasion�ndome por �l, adoraba el poder de su longitud y de su permanente
dureza. Entonces sent� con claridad que de ese momento en adelante disfrutar�a
sin l�mites y tratar�a de aprovechar al m�ximo ese poder; as� que tom� el
comando de los movimientos. Pude ver en el espejo como �l separaba un poco su
torso de mi espalda ara disfrutar directamente de la visi�n de c�mo, a cada
movimiento de mi culo, mi encharcada concha se tragaba y expulsaba, en un entre
y sale, la casi totalidad de su polla, mientras permaneciendo inm�vil solo
acariciaba, ahora delicadamente mi deseado ojetito.
No precis� decirme que comenzaba a llenar el cond�n con su
leche porque bastaba sentir la tensi�n de su cuerpo, la forma en que me
estrujaba la cintura con la mano que ayudaba y acompa�aba mis exagerados
movimientos de caderas y la penetraci�n en mi culito del dedo que hasta este
momento solo lo acariciaba suavemente.
Quer�a enloquecerlo con mis movimientos, orde�arle la verga
con mi concha y si no hubiese estado consciente de la posibilidad de perder en
mi interior el preservativo, tornando sin sentido su incomodo uso, no me habr�a
detenido, hasta dejarla chiquita, de moverme de la forma que lo estaba haciendo
donde pon�a en pr�ctica todos los ritmos sensuales, y hasta casi pornogr�ficos,
donde lo er�tico aparece expl�cito tambi�n en las letras, como el de ciertas
cumbias pop y m�sicas brasileras plagadas de esos mexe agachadita, mexe la
colita. con los cuales desde ni�a, a pesar de los rezongo de mi madre y
abuela, hacia las delicias de los mayores en las fiestas, en especial de las
amigas de mi hermana.
Acomod� mi cuerpo para que saliera c�modamente de dentro de
mi y pudiese subir en el sill�n para desplomarse tras tanta tensi�n, sobretodo
en las piernas. Yo misma quite el cond�n anud�ndolo con el esperma adentro y
hasta pens� guardarlo como recuerdo o darle otro destino m�s trascendente, de
acuerdo a lo que su uso representabas, que simplemente su descarte. Con estos
pensamientos me ubique de forma poder darle algunos besos limpiando con mi boca
y lengua el ahora semi erecto pene. �l a�n jadeaba mientras yo sonre�a a cada
lamida.
Cuando la calma volvi�, me sent� en su falda. Abrazados
comprobamos, en el reloj despertador de la mesa de luz, que en realidad no hab�a
pasado tanto tiempo. Nuestra atenci�n volvi� hac�a lo que se ve�a a trav�s de la
ventana: ahora mi cargaba lentamente las herramientas en el destartalado carro
de mano, mientras mi madre agachada ocupada a�n en enterrar unas plantas con
flores conversaba con nuestro vecino de enfrente.
Seguramente por el estado calenturiento de mi mente, que ve
sexo en todo y el placer que me produce tener a mi primo para compartirlo, le
cont�, alargando nuestra despedida, de algunos comentarios, tiempo a tras, de
mis padres diciendo que era un viejo degenerado que antes de enviudar no s� que
cosa hac�a con sus hijastras y que hasta ahora yo nunca me atrev� a preguntar,
sobre eso por lo menos a mi madre. Conmigo siempre tuvo buena vibra cada tanto,
al percibir nuestra precaria situaci�n econ�mica me tiraba una onda buena
ofreci�ndome pagar por ayudarlo en las tareas de su casa. Mi familia se opon�a
terminantemente. Algo recuerdo: de que hace varios a�os se quiso pasar de la
raya, o algo as�, con mi madre, y parece que �sta se lo cont� a mi padre
habiendo un poco de confusi�n. Yo no estaba ni ah�, ni cuenta me daba porque
estaba acostumbrada las indirectas, y no tanto, de las propuestas indecentes.
Siempre me parecia un viejo solitario.
Tambi�n le cont� que, m�s o menos en esa �poca, teniendo 14 o
15 a�os, mi hermana hac�a a�os que estaba casada, en v�spera del feriado de
carnaval, una compa�era de colegio se qued� a dormir en casa, luego de que nos
pas�ramos toda la tarde recorriendo el barrio en bicicleta mientras un grupo
chicos que no pasaban de los 12 a�os nos persegu�an tambi�n en bicis tratando de
mojarnos, provoc�ndolos divertidas nos pon�amos a resguardo volviendo a la casa
pero al rato ya estabamos nuevamente en la calle; en una de esas, ya de
nochecita, nos emboscaron empap�ndonos con unos globitos llenos de agua que
hicieron estrellar deliberadamente en nuestras m�s desarrolladas y para ellos
fantasiosas partes y sin parar de re�rnos y con el mayor barullo emprendimos
fuga porque nuestra escasa ropa ahora estrat�gicamente mojada comenzaba a
trasparentarse. Ya en mi cuarto el ataque de risa continuaba sobre todo porque
mi amiga hab�a quedado, a pesar de su edad, como para un concurso de
camisetas mojadas por el tama�o de sus tetas y lo erizado de sus pezones, no
par�bamos de hacer bullicio, al hablar de los chicos; intercal�bamos silbidos y
aplausos imit�ndolos, yo me secaba el pelo tirada en la cama mientras ella con
torpeza hacia moner�as parodiando exageradamente la rutina que las chicas hacen
en ese tipo de cert�menes; pero en un momento sentimos ruido en la ventana y,
hicimos silencio en seco, oyendo pasos yo pens� que pod�an ser los chicos
pas�ndose de atrevidos, mas ella que estaba de pies se aproxim� a la ventana y a
trav�s de las rendijas de la persiana asegur� haber visto que al viejo que hab�a
estado observ�ndonos desde su jard�n toda la tarde, se alejaba perdi�ndose en la
oscuridad.
La conversaci�n con mi primo ya hab�a vuelto a entrar en
temas que ahora, infiel y reci�n cogida, me resultaban muy excitantes: como que
si mi madre se hab�a acostado con el viejo o no, si la hab�a tocado y donde, que
le habr�a dicho, de que estar�an hablando en este preciso momento, como habr�
sido lo de las hijastras, etc. .o como eran las tetas de mi compa�era bien
desarrollada para su edad. Y como nuestros manoseos y besos no cesaban, al
contrario, sab�amos que era el empezar de alg�n nuevo juego sexual pero no daba
porque mi marido pod�a volver en cualquier momento. As� que nos vestimos la
escasa ropa de verano que llev�bamos y decidimos ponernos a ordenar un el
cuarto. Las sabanas estaban perfectamente limpias, solo nos arriesg�bamos un
poco con las fundas de las almohadas m�s que nada por algo de olor a sexo que
persist�a en ella y lo del uso de la crema de mi madre solo reconocer�a, antes
de que ella dijera algo, que la us� pero no para que.
Nos despedimos de la forma m�s morbosa que pudimos, con
toqueteos por debajo de la ropa. Incluso estando en la puerta de salida al patio
y con una de sus manos en el pestillo entreabri�ndola logr� provocarle una nueva
erecci�n mientras me besaba las tetas y luego cuando �l ya estaba afuera con la
puerta abierta lo llam� desde dentro para atraer su atenci�n, me resist�a dar
por terminado tan excitante juego, subi�ndome la camiseta hasta el cuello
quedando, otra vez, pr�cticamente desnuda con solo con la diminuta tanga. Para
su sorpresa de la tirita lateral de ella desenganche el cond�n usado,
mostr�ndoselo con una mano para recordarle que hab�a que reponer uno similar a
las cosas de mi padre y sin parar de sonre�r lascivamente me fui dando vuelta
hasta quedar de espalda a �l, dejando expuesto mi culo que no dejaba de mover a
la vez que mi inclinaba para lentamente baj�ndome nuevamente la diminuta y sucia
tanga roja. Por encima de mi hombro vi como me miraba pose�do y en dos zancadas
volvi� a entrar me empuj� violentamente, sin que yo cambiara de posici�n contra
la mesada y incrust� su rostro entre mis nalgas, sent�, primero su lengua en la
profundidades de mi recto, despu�s en el interior de mi vagina, para luego darme
unos hasta fren�ticos lenguetazos en el cl�toris. Con la misma prisa me dio
vuelta empuj� mi cabeza inclin�ndome hacia su pene, que manoti� para sacarla por
debajo de la pierna de la bermuda con presteza y el muy hijo de puta
aprovech�ndose de la posici�n en que nos encontr�bamos estir� una de sus manos e
introdujo, sin miramientos, m�s de la mitad de su dedo mayor en mi culo; mi boca
que sea abri� pero fue invadida por su verga ahogando un grito al empujar con su
dedo mi cuerpo hacia �l, sin darme tiempo a nada. Por un par de segundo
permanec�amos quietos, y bastaron, porque, seguramente ambos, nos alucinamos con
la realidad de lo que estaba sucediendo. Ah� estaba desnuda, siendo casada y
pre�ada, a chup�ndole la pija a un primo hermano y con un dedo suyo enterrado en
el orto, en la cocina de la casa de mis padres, con la puerta abierta que daba
al jard�n del fondo, en un momento en que pod�a aparecer cualquiera, incluso mi
marido.
Sin duda el riesgo y el exhibicionismo nos atrae. Pero
estabamos adem�s pose�dos por una especie de sadismo que se manifestaba en
violentar y calentar, con nuestros pornogr�ficos juegos sexuales, los ambientes
menos apropiados Era m�s que una fantas�a, mas bien es una locura un poco
peligrosa.
Inmediatamente sent� como, h�bilmente pero sin piedad hurgaba
con su dedo dentro de mi culo, era una sensaci�n un poco extra�a, que no llegaba
a ser dolorosa, m�s parecida a las ganas de ir al ba�o, Y yo mientras chapoteaba
con mi lengua sobre la verga, la succionaba para exprimirla, con tal fuerza,
haciendo hinchar su glande como nunca hasta hacerlo gemir, mientras �l no cesaba
de trabajar en mi culo abri�ndolo con su dedo hasta que sentimos dilatando
definitivamente mi ojete..
Lo fue sacando lentamente y ambos nos incorpor�bamos,
abrazados bes�ndonos en la boca, mientras �l juntaba mis nalgas con ambas manos
adivinando mi sensaci�n de no poder controlar las ganas de hacer caca que me
invad�a.
Imaginen lo dif�cil que en ese estado fue realmente
despedirnos. Le obsequi�, por lo menos por ese d�a, la tanguita roja como
recuerdo o trofeo, mientras que yo me sorprend�a reteniendo el cond�n usado y
lleno de semen.
Tambi�n hay algo, al quedar sola luego de esas despedidas,
extremadamente er�tico y placentero porque los nervios de ser descubiertos se
distend�an al punto, que luego al enfrentar las personas por aquello de "ojos
que no ven..." y parecer que por m�i y aqu� no ha pasado absolutamente nada,
especialmente frente a mi marido, que quiz�s no solo por ser tan joven, al igual
que yo, parec�a m�s que extremadamente ingenuo. Ese d�a cuando volvi� me
encontr� en el ba�o sentada en el water tratando de aliviar la extra�a sensaci�n
y a sus preguntas me dieron ganas de contestarle con algunas pistas.
Este fue el relato de la primera vez que fui penetrada por mi
primo, estando casada.
Como se podr�n imaginar las cosas se suceden con mayor
velocidad de la que puedo contarlas, pero obviando relatarles algunos encuentros
que son repetitivos, aunque felizmente abundan de los otros, podr� no atrasarme
en el tiempo para que la calentura de los hechos recientes me motiven a escribir
y �sta aparezca reflejada con la mayor intensidad en mis confesiones.
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Relato: Primo y prima casada e infiel (4)
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