Bienvenida a un recluso
(Por Cristiam1)
De un empuj�n me hicieron entrar a la celda
-- saqu�enme de aqu� � comenc� a gritar agarrando los
barrotes con ira e impotencia � yo no me robe nada � segu�a gritando hasta que
una vos me hizo caer en cuenta que no estaba solo.
Hice silencio mientras giraba sobre mis pies, entonces vi a
tres muchachos, en un rinc�n estaba sentado uno que parec�a dormido; en una cama
se encontraba otro, sus ojos eran hermosos, y fue imposible no mirar su hermoso
pecho descubierto y sus abdominales bien definidas, despu�s supe que su nombre
era Juan Carlos. Pero no era �l quien me hablaba, la vos proven�a desde la otra
cama -- no sigas� todo es in�til � se acerco con su mirada penetrante, me puso
su enorme mano en mi hombro mientras me dec�a: No hagas m�s algarab�a, �Todos
aqu� somos inocentes!, mejor ven y durmamos y me se�alo el lado de la cama donde
dormir�a.
Al siguiente d�a nos levantaron temprano y nos dirigimos a
las duchas -- Carne nueva � dijo alguien desde la multitud y se escucharon
varias risitas; cuerpos desnudos se agitaban por todas partes mientras se
paliaban el turno por entrar al chorro de la ducha. En ese momento tuve
nuevamente que controlar esa extra�a sensaci�n al ver el cuerpo desnudo de Juan
Carlos, pero era perfecto, su trasero era lindo, sus piernas excitantes y en
general todo su cuerpo estaba bien trabajado.
-- tienes un trasero hermoso � me dijo uno de la multitud de
encueros que se mov�a por todas partes -- �bueno bueno, no desee lo que no es
suyo � expreso Luis Gabriel con una seguridad incre�ble, entonces me miro
profundamente con una sonrisa llena de picard�a y malicia lo que hizo que me
pusiera el uniforme sin terminar de ba�arme, pues su mirada penetrante y
hambrienta me hizo sentir como la carnada de un depredador muerto de hambre.
El d�a transcurri� sin ning�n problema. Mis tres compa�eros
se la pasaron hablando entre ellos todo el d�a, mientras tiraban peque�as
miradas hacia donde yo estaba; note que uno de los guardias se acerco donde
ellos y hablaron todo un rato, luego le dieron algo y de inmediato me miro
dejando salir una sonrisa extra�a de sus labios.
La noche no habia ca�do totalmente cuando el timbre son� en
se�al de que ten�amos que regresar a la celda.
Al llegar note que mis tres compa�eros no estaban, pens� que
los hab�an trasladado o algo por el estilo; me sent� tranquilo y me acost� en
una de las camas. Aprovechando mi soledad quise pensar en Sonia, mi novia, en mi
mam� y en todos mis amigos, fue entonces que me di cuenta que solo era lunes y
que tendr�a que esperar hasta el domingo para poder verlos, claro, si me ven�an
a visitar.
Estaba qued�ndome casi dormido cuando la puerta se abri�.
Pens� que eran los tres muchachos; no pod�a ver nada, sino sombras en medio de
la oscuridad.
-- �Qu� pasa? � Pregunte lleno de confusi�n mientras era
arrastrado hacia el pasillo -- �A d�nde me llevan? � Gritaba y al mismo tiempo
luchaba por soltarme de las m�ltiples manos que me sosten�an � tranquilo beb�,
que si te portas bien no te haremos da�o � dijo una vos que me pareci� conocida
� Solo queremos darte la bienvenida � Aclaro otra vos, que tambi�n me pareci�
conocer.
Fui lanzado con potencia contra el piso. -- �qu� quieren? �
Pregunte en mi af�n por saber qu� era lo que pasaba, mis ojos no pod�an ver mas
all� de mis narices, y un silencio reinaba el ambiente -- �Qui�nes son, qu�
quieren? � Segu�a preguntando sin obtener respuesta.
-- hola Adri�n, �C�mo estas? � Dijo una vos y las luces
invadieron el recinto. Mire como atontado para todos lados, mientras me
levantaba, no ve�a sino canastos y bultos, de repente detr�s de uno de los
canastos apareci� un cuerpo hermoso descubierto hasta la cintura. Eran los
chicos de la celda. En ese momento sent� un alivio y la confianza regreso a m�.
Los tres soltaron la risa mientras se acercaban � te
asustaste � pregunto Juan Carlos. Pero la forma en que se acercaban no me
gustaba. -- �por qu� me trajeron aqu�? � pregunte al tiempo que retroced�a y los
miraba a todos como esperando una respuesta de cualquiera de ellos.
Lentamente fui acorralado contra la pared.
-- no te preocupes nada te pasar� � me dijo Juan Carlos en un
tono lleno de sarcasmo.
Uno de ellos, aquel que estaba sentado en el rinc�n el d�a de
mi llegada, se me abalanzo y me sujeto por los brazos -- �Qu� pasa Que pasa? �
les preguntaba a�n sin saber que pretend�an, de una todos se me acercaron y
comenzaron a despojarme violentamente de mis ropa, en un descuido y en medio de
la desorientaci�n le di un golpe con mi pu�o a uno de ellos y al otro le di un
puntapi� en los test�culos y cuando determin� que tenia que correr fui golpeado
en la cara por Juan Carlos y ca� de bruces al piso.
Sin darme cuenta, estaba nuevamente sujetado por los otros
dos. Me cargaron y me tiraron en una vieja cama que hasta el momento no habia
visto.
Comenc� a luchar y a tratar de salir de ah� como fuera, pero
la fuerza de ellos era superior y me doblegaron. Comenc� a gritar en un af�n por
evitar lo que ya entend�a que estos quer�an hacer.
-- �C�llate mariquita! � dijo Luis Gabriel y fue entonces
cuando advert� que estaba armado, su mano sosten�a un revolver y lo apuntaba
directo a mi rostro � Te callas o te mueres, deja el berrinche y has lo que yo
te diga � Vi que no dudar�a en disparar as� que hice silencio y espere.
Cada uno de ellos ten�a un arma y todos estaban dispuestos a
disparar si no hacia lo que ellos me dijeran. (No entiendo como en una c�rcel
los reos puedan estar armados)
-- Creo que ya entendiste � afirmo Luis Gabriel; entonces
Juan Carlos se acerco suavemente, entrego el arma a "al Gato" y les dijo: "Si es
necesario, disparale". Baj� su cremallera muy suavemente mientras dejaba ver
poco a poco el color blanco de su interior, se despojo del pantal�n, todo su
cuerpo era atl�tico con brazos musculosos y fuertes, pechos y abdominales bien
definidas y trabajadas, su rostro parec�a el de un dios -- �lo deseas Verdad? �
pregunto al ver la forma como lo miraba. Lentamente se acerco a donde yo estaba
� no te me acerques maricon� -- le dije pero �l me interrumpi� con una bofetada
que me hizo girar y caer de espalda en la cama y comprobar la enorme fuerza de
sus brazos. Lentamente se fue acercando, sus ojos se ve�an tan brillantes como
una estrella y sus labios eran tan rojos como el carmes�, tomo mi pie en sus
enormes manos y comenz� a besarlos y lamerlos como si fueran de miel; tengo que
reconocer que a pesar de que no estaba muy confundido con lo que estaba pasando,
pues nunca antes otro hombre me habia hecho eso, un fuerte golpe el�ctrico
invadi� todo mi cuerpo su pene comenz� a temblar, sus labios lentamente fueron
subiendo m�s y m�s y la sensaci�n se fue aumentando casi al limite, entonces mi
verga, sin yo darme cuenta, comenz� a responder al torrente de sensaciones que
yo me negaba a sentir; pero no pude evitar dejar salir un gemido al sentir mi
verga en el interior de su tibia boca, se la trago casi toda y lo que sent�a,
nunca antes lo habia experimentado, y no era que mi novia nunca hiciera lo que
�l estaba haciendo, sino que lo que sent�a era totalmente diferente, pero �Qui�n
m�s puede saber como chupar un pene que otro hombre?. De un momento a otro se
detuvo, miro a Luis Gabriel y enseguida �ste entrego el arma al Gato y se
despojo totalmente de su uniforme. Los interiores de ambos estaban al reventar
con la potente erecci�n que ten�an.
-- Date la vuelta � me dijo Luis Gabriel en un tono
imperativo, pero me quede inm�vil quiz�s implorando que no dejara de chupar mi
pene � No escuchaste Maricon� -- ordeno el Gato apuntando con el revolver, pero
a�n no habia �ste terminado de hablar cuando la potencia cicl�nica de los brazos
enormes de Luis me tiraron boca abajo sobre la cama, levante mi cabeza y mire
sobre mi hombro, y no pod�a creer lo que ve�a: �su pene era enorme!, y no se si
era el �ngulo desde donde yo miraba pero todo su cuerpo se ve�a inmenso y lleno
de excitaci�n, sus manos se apoyaron a lado y lado de mis hombros, Abri� mis
nalgas y sent� la tibia sensaci�n de la cabeza de su verga en mi ano � �No! �
Suplique al sentir la presi�n ejercida por su hambrienta verga al querer entrar,
pero yo me negaba a aceptar la penetraci�n, apretando mi ano con todas mis
fuerzas � no te resistas � me ordeno � a si ser� peor � explico con un tono
cargado de excitaci�n sin retirar un solo instante la presi�n hecha. Hizo barios
intentos hasta que mi culo perdi� la batalla ante la insistencia de la gruesa
verga de Luis Gabriel, una punzada dolorosa logro sacar un gemido desde mi
garganta, la cabeza de su verga logro entrar en m�, entonces apret� con fuerza
mis pu�os para poder soportar la arremetida de su empuje constante hacia adentro
y poder soportar el ardor que provocaba su enorme verga al deslizarse hacia mis
entra�as en la b�squeda insaciable del placer y el dominio.
El dolor era casi insoportable. Tuve que hacer un esfuerzo
para no morirme al sentir la embestida de su potencia bestial, su verga se abr�a
paso entre la mara�a de mis huesos y se adentraba al interior de mi alma sin
piedad ni compasi�n haci�ndome sentir un dolor espantoso que fue canalizado
hacia un grito de angustia que suplicaba piedad, el grito debi� escucharse en
todo el penal, todo esto seguido por sus s�smicos cargados de lujuria y sed de
placer; realmente era inaguantable soportar su enorme verga y m�s cuando se
mov�a de esa manera tan descomunal. En medio de esto, no fui capas de soportar y
en un intento de echarla fuera y encontrar alivio a mi desespero, me sacud� con
locura debajo de la mole que me habia subyugado, pero me encontr� con una
resistencia nuclear. No terminaba a�n de asimilar lo que sent�a cuando el enorme
pene de Juan Carlos erecto, al reventar, frente de mi me ordena abrir la boca �
Lo muerdes y te mueres � fue la advertencia. Nunca antes habia hecho esto, lo
primero que sent� fue su olor, quise abrir mi boca pero me detuve.
Juan Carlos hacia presi�n sobre mis labios pero yo me
resist�a hasta que el Gato coloco su revolver justo en mi cabeza � hazlo o te
mato hijueputa � lentamente fui abriendo mis labios a medida que su trozo
entraba hasta mi garganta.
En ese momento levante mi vista y note que Juan Carlos Y Luis
Gabriel se hund�an en un apasionado beso de pasi�n y lujuria que hizo que ambos
se movieran a�n m�s r�pido y me castigaran al tiempo con descontrolada pasi�n y
lujuria reprimida; yo me quejaba, pero no de placer sino de dolor; aunque para
entonces quiz�s, ese dolor se habia convertido en un enorme placer que no me
dejaba respirar, pero mi condici�n de hombre se negaba a aceptar lo que estaba
sintiendo, me dieron y me dieron sin parar un instante, sus cuerpos comenzaron a
sudar, las manos de Juan Carlos recorrian mi espalda, y luego acariciaba los
pesones erectos de Luis Gabriel � �AAAAHAA!!! � fue al grito que acompa�o el
m�ximo placer de Luis Gabriel, en ese momento empujo con toda su fuerza, yo
empu�aba mis manos para mitigar un poco el azote de su potente pasi�n animal e
insaciable; entonces comenc� a sentir la palpitaci�n de su verga en desahogo y
como su leche invad�a mis entra�as. Su cuerpo sudado y tembloroso cay� sobre m�
cubriendo mi espalda con su calor y a�n pod�a sentir peque�as palpitaciones de
su enorme verga deslechandose en mi culo mientras �l extenuado empujaba
suavemente como para exprimir su instrumento. Ah�, encima de mi, se quedo por un
rato mientras yo escuchaba su acelerada respiraci�n.
Juan Carlos no se deten�a, segu�a su b�squeda placentera
dentro de mi boca; en ese momento sent� como la verga de Luis Gabriel se
arrastraba lentamente hacia fuera, entonces descanse, aunque a�n ten�a la
sensaci�n de tenerla dentro.
Cuando pens� que ya lo peor habia pasado me doy cuenta que
a�n no habia llegado � esto te va a gustar todav�a m�s � era lo vos del Gato
quien tra�a entre las manos su enorme sexo; abr� a�n m�s mis ojos, sacud� mi
cabeza para liberarme del pene de Juan Carlos y en entre gemidos pode decir: No.
�Ya no m�s! Por favor�
-- Tranquilo que solo ser� un ratito pues estoy que me vengo
� explico el Gato ya sobre m�. Entonces el dolor fue mayor, su gigante arma
desgarraba mi culo de una manera despiadada; a�n con el pene de Juan Carlos en
mi boca tenia que gritar ya que si no lo hacia no podr�a soportar el azotante
ardor y el insoportable dolor que me castigaba al entrar y salir de mi culo la
verga del Gato � aahaa, esta calentito � dec�a el Gato en medio de sus
acelerados movimientos de lujuria. Se acost� totalmente sobre mi, meti� sus
brazos por debajo de mis hombros y se agarro de ellos como para empujar con m�s
potencia, comenz� a chupar mis orejas lo que hacia que cada vello de mi cuerpo
se levantara, su sudor comenz� a correr sobre mi cuerpo, sus piernas envolv�an
las m�as, algo tibio corri� hasta mis bolas. Juan Carlos saco su verga y la
meti� en la boca del Gato y luego la met�a en la m�a y luego en la del Gato y
luego se quedo nuevamente en la m�a.
El Gato busco con su mano rustica mi verga hasta que la
encontr� y comenz� con su ritmo a masturbarme pero no duro mucho ya que mi
excitaci�n era enorme y me vine casi de inmediato � me fascina que lo aprietes
as�, aaahaa � dec�a cuando mi ano apretaba su verga al estar yo lanzando los
chorros de mi leche sobre su mano.
-- �Yaaahaa, mmm haaa � eran los gritos de Juan Carlos, quien
se vino dentro de mi boca � tr�gala, tr�gala o te mato � gritaba mientras tomaba
mi cabeza por detr�s y empujaba su verga hasta el fondo de mi garganta, as� que
para no ahogarme tuve que tragar toda su leche. Casi de inmediato el Gato
temblaba sobre mi y me daba pu�os en la espalda y se sacud�a violentamente
empujando su pene hacia dentro con toda su fuerza y yo sent�a caer dentro de mi
los chorros de su leche en desahogo placentero hasta que se desplomo sobre mi
espalda ba�ado en sudor, entonces advert� que su coraz�n quer�a explotar y todos
sus m�sculos temblaban mientras terminaba de vaciar su verga.
Cuando todo t�rmino rein� un silencio casi macabro, todos
estaban desplomados y desnudos, entonces Luis Gabriel un poco repuesto rompi� el
silencio diciendo en un tono de triunfo: �Si era virgen!
-- �si mira mi pene! � dijo el Gato, gir� pera ver, entonces
vi que su verga era mas grande y gruesa que la de todos y que estaba sucia de
sangre. Entonces me levante y sangre corri� por mi muslo hasta mi pie, mire la
cama y habia un charco de sangre, mis test�culos tambi�n ten�an, entonces me
sent� y comenc� a llorar mientras ellos se vest�an.
-- estuvo delicioso � dijo el Gato
--mmm --
-- malditos degenerados � les grite.
Pasaron tres d�as, en los cuales no pronuncie una sola
palabra, ni ellos me molestaban.
Pero al cabo del tercer d�a despu�s de lo ocurrido�y como una
forma de venganza el pobre Luis Gabriel sentir�a lo mismo que yo, o a�n peor�
--CONTINUARA--
Este es mi primer relato, si les gusto escr�banme al correo
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