LAS MAMAS DEL COLEGIO (01)
LA SE�ORA MERY
Ninguna de las innumerables personas que cada d�a transitaban
por las aceras de aquella calle - casi era una avenida que discurria por dos de
los m�s escogidos barrios de la ciudad - podia imaginar la indignidad y miseria
humana que se escondia destr�s de las paredes y fachada de aquel edificio
formidable de estilo de principios del siglo XX , una bonita arquitectura a base
de ladrillo.
El edificio en cuesti�n , cuatro alas en torno a un patio
central, estaba acompa�ado de otros dos edificios enormes y de numerosos campos
de deporte y una piscina, dotaci�n dif�cil de encontrar en los mejores colegios
de �lite. Y sin embargo no eran muchachos de acomodadas familias quienes all� se
educaban sino hu�rfanos a los que antes de cumplir los 10 a�os la vida les
arrebato a sus padres. Estos padres pertenec�an a un cuerpo militar y, puesto
que las pensiones de las viudas eran exiguas , ese cuerpo hab�a fundado esta
instituci�n para amparar a los hu�rfanos.
Sin embargo en la �poca en que yo estuve en �l dejaba mucho
que desear y se nos trataba m�s como si fuese un correccional , aunque la mayor
parte de los muchachos �ramos nobles y solo esperabamos un poco de afecto. En
aquella maldita espiral de sufrimientos y humillaci�n hab�a alguien que sufr�a
m�s que nosotros: las madres que de una u otra forma entraban en relaci�n con el
colegio; bien porque trabajaban en el comedor, costurero o limpiando , bien
porque acud�an al centro a visitar a sus hijos o por algo relacionado con ellos,
generalmente por alg�n asunto disciplinario.
Por un asunto de ese tipo acudi� a la capital aquella se�ora
que a mis 14 a�os despertaba en m� unas tremendas sensaciones. Era s�bado y yo
hab�a salido del colegio para pasar el d�a con mi madre, mi madre hab�a buscado
trabajo en la capital para poder estar cerca de m�, y resid�a en una especie de
pensi�n o residencia habilitada para familias de militares ya que no ten�a
dinero para poder comprarse un piso, en el comedor de esa residencia es donde
conoc�a a la se�ora Mery , un lujo de mujer que destilaba esencia de hembra en
cada una de sus voluptuosas formas.
La se�ora Mery era rubia y desplegaba su abundante cabellera
sostenida por sabe Dios que cantidad de laca como si fuese una leona. Era el
marco perfecto para aquellos ojazos verde esmeralda , aquellos labios, rojos,
carnosos, delicados, escuetos como boquita de pi��n y aquella nariz ligeramente
respingona , aristocratica.
La arquitectura de sus 1,70 era pura voluptuosidad y morbo,
hermosos senos , casi excesivos y unas piernas que nac�an de unas exuberantes
caderas , espl�ndidas nalgas que se adelgazaban armoniosamente para terminar en
unos fin�simos tobillos . Sus manos blancas como su delicada piel, de largos
dedos y u�as largas muy cuidadas.
Creo que es la mujer a cuya imagen abr� dedicado m�s pajas,
en aquellos largos a�os de internado y a�n despu�s.
Ese cuerpo se hac�a evidente por la forma en que vest�a:
elegante, lejos del recato y tamb�en del mal gusto. Era una mezcla de
insinuaci�n y coqueter�a natural, no rebuscada.
Por que pese a lo que muchos hombres pudieran pensar ( creo
que todos lo que la ve�an) aquella real hembra de 35 a�os desde el fallecimiento
de su marido no hab�a querido ni buscado otro hombre, se hab�a acostumbrado a la
c�moda vida de viuda de provincias, que con su peque�a pensi�n y algunos
ingresos que obten�a trabajando en una tienda de modas de una amiga, ten�a para
vivir desahogadamente con su peque�a hija, darse alg�n caprichito y salir de vez
en cuando con sus amigas. A sus dos mellizos de 15 a�os se los manten�an en el
colegio y solo ten�a que gastar algo en los tres meses de vacaciones que pasaban
con ella.
Pero las cosas parec�an ponerse mal para ella y as� se lo
contaba a mi madre aquel s�bado comiendo en la residencia:
Ay Maite , con lo tranquila que yo estaba y c�mo se me va a
complicar la vida por estos dos hijos m�os. Con lo bien que estaba todo as�.
Y la verdad es que como luego le fue contando a mi madre se
le complicaron bastante las cosas.
- No te preocupes Mery - le dijo mi madre- ya ver�s como el
director al final no los expulsa.
Esa era la cuesti�n Rafa y Manolo iban a ser expulsados del
colegio
. Aquellos dos hermanos un curso mayores que yo eran dos
tipos de cuidado, creo que en seis a�os que llev�bamos en el colegio, no hab�a
un s�bado o domingo que hubiera estado castigado en el estudio que no los
hubiera visto a ellos. Broncas con los dem�s, abuso a los peque�os y ahora
parece que la cosa era de pornograf�a y drogas, en la Espa�a de 1974 y en un
colegio de hijos de militar. Don Jos� el director , hombre recto y cat�lico,
estaba dispuesto a eliminar las manzanas podridas, seg�n le hab�an dicho a ella
al escribirle y citarla. La verdad es que D. Jos� al final sent�a l�stima de las
pobres madres y lo que quer�a es que los muchachos al ver la situaci�n cogieran
miedo y cambiaran su conducta, pero no pensaba expulsarlos de verdad. Aunque eso
la pobre se�ora Mery no lo sab�a.
Los que si lo sab�an eran D. Manuel y D. Eladio, secretarios
del colegio , que ten�an el cargo por recomendaci�n a pesar de ser dos in�tiles
cerca de la jubilaci�n que solo pensaban en sus vinos, sus cafelitos, su
quiniela y pajearse o irse de putas cuando de tarde en tarde lograban esconder
alg�n dinero a sus esposas. Eran el arquetipo del viejo verde. La quiniela les
un�a a Rogelio (Roge), un alumno mayor del colegio que ten�a una pierna
raqu�tica y paralizada, por lo que estaba empezando a hacer la sustituci�n en la
centralita telef�nica del colegio los fines de semana, para luego quedarse fijo.
Roge estaba muy salido , siempre llevaba una revista porno en su carpeta y
presumia con raz�n de tener una polla inmensa . Si les tocara la quiniela
estar�a siempre follando con putas, les dec�a a D. Manuel y Eladio. Estos dos
desgraciados eran muy delgados, pero sus vergas cuando se conseguian excitar
pasmaban, sobre todo la de D.Eladio, gorda ,con una cabeza exagerada . Cuando
iba de putas ( 2 veces al a�o) le gustaba hacerles da�o y eleg�a a las que no
pod�an negarse a nada.
Ese s�bado despu�s de comer Mery se acerc� al colegio para
hablar con el director, no lo conoc�a ya que desde que meti� en el colegio a los
hijos no hab�a venido nunca a la capital, pues lo chicos iban de vacaciones en
el tren acompa�ados por un alumno mayor de su misma ciudad.
Al llegar a la porter�a le dijeron que preguntara en
secretar�a si aquella tarde vendr�a el director. Cuando vio aquel pedazo de
mujer a D. Eladio se le saltaban los ojos; si dejar de mirar sus pechos le dijo
a Mery que el director llamar�a a las cinco y se le indicar�a su presencia. Y
as� lo hac�a D. Jos�, si no hab�a asunto se quedaba en casa . Como eran las
cuatro pregunt� si pod�a llamar por tel�fono y se le indic� la centralita. Con
una erecci�n descomunal Roge le indic� un telefono para su conferencia y sin
apartar su vista del culo de esa hembra intentaba meter la clavija en el sitio
adecuado.
La Se�ora Mery desahog� su tensi�n cont�ndole a su hermana la
situaci�n, insistiendo en el problema econ�mico que se le vendr�a si ten�a que
llevar a casa a los dos mellizos. Roge que no dejaba de tocarse el bulto
mientras la desnudaba con la imaginaci�n, tuvo una diab�lica iluminaci�n o le
vino a la mente algo que hab�a leido en alguna novela er�tica: Tal vez aquella
mujer estuviera dispuesta a cualquier cosa con tal de no ver su apacible vida
complicada.
Sonriendo babosamente se levant� , arrastrando su raquitica
pierna y sus 99 kilos, se acerc� a Ella y le dijo: -siga hablando tranquilamente
se�ora que esta conferencia la paga direcci�n, yo voy un momento a porter�a.
Ayud�ndose de su muleta subi� las escaleras hasta secretaria
y les solt� a los secretarios : - Tios , creo que a esa t�a nos la pod�amos
tirar si nos lo montamos bien.
Que cabr�n, ya me ha dicho Eladio como esta esa yegua �
sonrio D. Manuel- pero no nos ha tocado todav�a la quiniela.
Vamos a ver � continuo Roge- dentro de 10 minutos llama D.
Jos� y Eladio le dice que no hay nada , se despiden hasta el lunes, y en ese
momento tu Manuel eres el nuevo director. Le decimos a esa tia que el director
viene y a las cinco y media la recibes en el despacho de direcci�n .
Claro - dijo D.Eladio- y nosotros que sabemos que no los
van a expulsar le hacemos creer que depende de nostros.
Exacto tios -dijo con ansiedad Roge- si os espabil�is
tendremos la mas d�cil puta sin habernos tocado la quiniela.
Roge volvi� a la centralita y al acercarse a la se�ora Mery,
esta no pudo dejar de notar la evidencia del terrible bulto que aquel muchachote
ten�a entre las piernas y eso la hizo ponerse nerviosa y sofocada.
Espere un ratito se�ora que ahora viene D. Jos� y la
recibe.
A los veinte minutos sono el telefono y Roge le indic� que
subiera a direcci�n.
D. Eladio llamaba a porteria : - Bueno Luis hasta el lunes,
ya dejamos nosotros todo cerrado y en orden no hace falta que subas.
Pase Se�ora, D.Jos� la espera.
Cuando D. Manuel la vio entendi� que con cerrar los ojos y
recordar lo que iban a hacer a aquella hembra tendr�a erecciones cojonudas para
follarse a su vieja mujer los proximos 20 a�os; depend�a de su habilidad y la de
Eladio.
Empez� poniendo el asunto tan mal que a Mery se le saltaron
las l�gr�mas y aqu� entr� Eladio pintando la dram�tica situaci�n de la mujer
para ablandar al supuesto director , consiguiendo el efecto de acongojar m�s a
Mery.
Y entonces vino la frase fatal que denotaba su desesperaci�n
: - Por favor D. Jos� es que no hay nada que esta pobre madre pueda hacer, no ve
que se me viene el cielo abajo.
- Vamos a ver se�ora- dijo Eladio - D. Jos� tiene una linea
de actuaci�n de muchos a�os que ahora quedar�a rota , yo mismo en la reunion del
consejo escolar tendr�a que apoyarlo fuertemente, pero para eso tendr�amos que
tener una compensaci�n.
No se como podr�a compensarles - sollozaba Mery - pero si
puedo hacer algo diganmelo.
Mira Bonita - Mery qued� at�nita ante las palabras de
D.Eladio- tu sabes que las mujeres perdis las ganas de follar antes que los
hombres, mi mujer y la de D. Jos� ya no tienen ganas casi nunca , pero
nosotros si. Esa es la �nica compensaci�n que nos puede interesar , hacerte
nuestra este fin de semana.
La se�ora Mery agach� la cabeza y dijo: - Hagan conmigo lo
que quieran.
D. Manuel dej� de ser el recto director y mostr� su veradera
naturaleza:
- Que puta eres, seguro que all� sin tus ni�os te lo montas
bien y te llevas a la cama buenos maromos por eso no quieres que que te los
mandemos para all�.
D.Eladio empez� a dirigir la funci�n y la Se�ora Mery ejecut�
d�cilmente todas sus indicaciones, mientras o�a las groser�as que tanto uno como
el otro le dec�an, conforme la voluptuosa y espectacular anatomia de aquella
hembra aparec�a ante sus ojos.
Despu�s de quitarse su abrigo comenz� a desabrocharse la
blusa mostrando sus blancas carnes , sus tremendos pechos que que parec�a que
iban a rebentar el sujetador, y aquellos brazos torneados que ten�a fuera de si
a aquellos dos degenerados.
- Ahora la falda, zorra. Y Mery la desabroch� desliz�ndola
hacia abajo y sac�ndola por debajo de sus zapatos. Cuando se agach� la vista de
sus senos apretados en el sujetador hizo gru�iar aquellas fieras excitadas por
la vista de sus nalgas y sus muslazos . Ver aquellas piernotas enfundadas en
delicadas medias que Mery sujetaba con un ligero, y realzadas por la forma que
adquir�an al calzar tacones de 10 cms., era el m�s potente afrodisiaco .
- Ahora date un paseo, potra , que queremos ver esas carnes
en movimiento. Y Mery comenzo a andar por el despacho. Al girarse en su
particular desfile repar� por primera vez en aquellas dos piltrafas que sentados
en sus butacas se la com�an con los ojos. Estaban desnudos con solo los
calcetines , flacuchos, blancos pero con las vergas a reventar, la de D, Manuel
normal la de D. Eladio desproporcionada para lo canijo que era, con una tremanda
cabezota morada. Mery temblaba, no era una hembra lujuriosa, hab�a cumplido bien
con su marido, pero en los 7 a�os que llevaba viuda no hab�a sentido la comez�n
de la carne. Aquellas tremendas pollas le daban miedo.
- Quitate el sost�n y las bragas, puta . Mery se lo quit�,
tap�ndose los senos con las manos en un gesto de pudor instintivo, para luego
bajarlas dejando ver aquellos rosados pezones apuntados. � Que pedazo de tetas
Eladio, que cena nos vamos a dar. Las manos se mov�an fren�ticas sobre las
vergas. � Vamos a ver ese chochito . Y call�ndosele los lagrimones Mery dej� a
la vista de aquellos salidos aquel frondoso bosque de pelo. Eladio agitado: -
Ahora date otra vuelta pero andando muy deprisa, que se te agiten bien las
nalgas. Y aquellas carnes comenzaron a moverse con una voluptuosidad que
provocaba el delirio.
- mira la cabrona , seguro que que todos los d�a le abres las
piernas a alguno y duermes calentita,
- Manolo esta es de las que se dan buenos restregones en el
baile , vamos a calentarla.
Y los dos se avalazaron hac�a ella. D. Eladio por delante y
D. Manuel por detr�s .
Eladio busc� su hermosa boca mordiendo, chupando aquellos
labios , metiendole la lengua , mientras ella lo que percib�a es una sensaci�n
desagradable acompa�ada del picor que le produc�a aquel bigotillo rid�culo. La
manos de D. Eladio amasaban, apretaban con furia sus nalgas y sus muslos . D.
Manuel se afanaba intentando encerrar en sus huesudas manos aquellos turgentes
senos, pero no daba abasto , se desbordaban y el apretaba lastimando a la pobre
Se�ora Mary que ahogada solo dec�a: Por favor, ya basta. Los dos restregaban sus
vergas contra los muslos y nalgas, sintiendo la caricia de aquella piel suave.
La besuqueaban y mord�an mientras se afanaban en el magreo, aquella tensi�n
lasciva las hac�a sudar.
Vamos al sof� Manolo. Y aquel sof� en el que tantas veces
hab�amos aguantado acojonados las reprimendas del director , se convirti� en
el potro de tortura para la Sra Mery.
Nos la repartiremos como buenos hermanos. Y se sentaron uno
a cada lado.
Vamos a ver que se esconde entre esos pelos, golfa. Los
dedos amarillentos de aquellos dos s�tiros exploraron lo m�s �ntimo de la
viuda descubriendo aquellos plieges carnosos , rosados casi v�rgenes. Los
dedos se mov�an torpemente para luego introducirse , los dos iniciaron un
fren�tico mete-saca de dos dedos juntos, que hizo gritar a Mery : No me hagan
eso por favor.
Pero ellos segu�an, mientras uno le met�a los dedos el otro
se recreaba en el muslo que le correspond�a , apret�ndolo con fuerza en su cara
interna.
Cuando se cansaron de tocarle el co�o dirigieron su furia a
las tetas. � Ahora cari�o nos vas a coger con esa manitas nuestras pollas y nos
las vas a pajear con delicadeza. Y los dos creyeron volverse locos cuando
aquellas manos finas, alargadas se cerraron sobre sus pijas, no era una paja era
una caricia suave, de lo contrario se hubieran corrido al minuto. La brusquedad
en el trato que ellos daban a los pechos era directamente proporcional . Los
estrujaban , los mord�an , los pellizcaban y de vez en cuando, poniendo la palma
de la mano debajo, los sopesaban y sonri�ndose le dec�an :
- Luego te llevamos a Cuba, reina.
Disfrutaron un buen rato de aquellos hermosos y abundantes
senos.
Manolo ya veras como va a resultar una buena mamona, ponte
de rodillas y b�same los huevos viudita. Ella se postr� y comenz� a bes�rselos
sintiendo que le daba un vuelco el est�mago. D. Eladio estaba loco mirando
aquella boquita roja, carnosa . Si hubiera sabido que nunca su difunto marido
le hab�a pedido tal cosa a Mery le hubiera dado un infarto. Siguiendo las
ordenes que le daba el s�tiro le cogio la polla con su delicada mano y comenz�
a chupar, como si de un chupa-chups se tratara, aquella cabezota morada que a
duras penas le cab�a en su boca , luego el cogio su cabeza y comenz� a
follarle la boca hasta que sus labios tocaban sus pelotas, mientras ella casi
se ahogaba y se esforzaba en masajearle la polla y los huevos. D, Manuel
colocado detr�s segu�a magreando sus tetas. Despu�s de un rato , para no
correrse pronto, intercambiaron las posiciones. Eladio repart�a sus atenciones
entre las tetas y su conchita. Poco a poco la mam� se iba calentado a pesar
del dolor que sent�a en sus pechos y la humillaci�n que sufr�a.
D. Manuel no se conten�a ya :- Eladio vamos a clav�rsela que
est� dese�ndolo la putona esta. � S�, te vamos a pre�ar, pero no te preocupes
que le hacemos sitio en el colegio al ni�o. Pusieron los tres cojines del sof�
sobre la alfombra del despacho, Manuel se sent� en el suelo y puso sobre si su
cabeza ligeramente levantada para que pudiera ver lo que le hacia Eladio,
mientras la tocaba la cara los hombros y las tetas con fruici�n. Mery ,
totalmente espatarrada, con los ojos abiertos como platos observaba la
descomunal tranca que la iba a penetrar. Eladio apoy� la cabeza de su pijota en
su co�o y empuj�. La viuda sinti� dolor, eran muchos a�os sin haber recibido
verga, meneaba su cabellera rubia con desesperaci�n, pero el viejo la segu�a
clavando hasta
los huevos, se recre� mirando aquellos ojazos verdes
espantados, aquella boca abierta y comenz� a bombear, los jugos de la mama y su
liquido preseminal facilitaron el camino y la penetraci�n se hizo furiosa.
�Noooo, gritaba en un espasmo de placer la viuda, aquel tremendo orgasmo
delataba que hab�a perdido cualquier tipo de control, y ella desear�a que no
fuera as�. � Dale Eladio que la vas a volver loca. Eladio le daba con fuerza
excitado por el temblor de sus carnes en cada arremetida. Se aferr� a sus tetas
gru�endo como una bestia cuando sinti� que se ven�a llen�ndola con su leche.
Se dej� caer sobre ella , la beso en la boca y un poco
despu�s se echo a un lado y dijo: A ver como te portas Manolo. D.Manuel se
coloc�, la clav� y la bombe� a placer. La mam� les dio la satisfacci�n de tener
otro orgasmo, aquella hembra aullando y retorci�ndose de gusto.
Estaban agotados aquellos viejos s�tiros, la sesi�n superaba
en mucho el tiempo y las sensaciones que un rato con una puta les hab�a
proporcionado, de hecho no ten�a nada que ver. La miraban satisfechos , ella
quer�a creer que tal vez eso y el cansancio los har�a dejarla marchar. El sopor
en que qued� se rompi� con los golpes que sinti� en la puerta de la secretar�a.
Eladio mir� y tras el cristal traslucido adivin� la muleta de Roge. Iba a
decirles que les tra�a unos bocadillos y unas botellitas de cerveza, pero la
vista de aquella hembra tirada en el suelo lo hizo salir de s�. Si dejar de
mirarla se quit� el Jersey y la camisa. Desde el suelo ella ve�a una mole
cuadrada, bastante peluda, con unos tremendos brazos, fruto del continuo
esfuerzo con las muletas. Roge se sent� en el sof� y consciente de que los otros
le dejaban el campo libre comenz� a disfrutar de la mam�. Le orden� que lo
desvistiera, sabiendo que cuando le quitara su calzoncillo quedar�a
aterrorizada, su polla superaba en presencia y vitalidad a la de D. Eladio.
Sentada a su lado le cogi� la polla y se la acarici� mientras
el magreaba a la viuda, la mord�a, la pellizcaba , la mamaba las tetas,
disfrutando de ese espl�ndido cuerpo. Ella miraba su tremenda garrota casi m�s
gorda que su raqu�tica pierna.
Luego la tumbo en los cojines y la alfombra para hacer
realidad una de su fantas�as: follar una buenas tetas. A pesar del grosor de la
verga , los senos abrazaron con holgura aquella bestia, sujetados por aquellas
finas y cuidadas manos. La caricia de la suave piel, el volumen de los senos y
aquellos dedos largos, era algo que nunca aquel muchachote de 17 a�os hubiera
pensado disfrutar salvo en sus sue�os. Comenz� a moverse disfrutando de la
situaci�n. Aquella cabellera, aquella carita y las caras de satiros de los dos
viejos. � Lo �nico que le falta a esta yegua es tener leche en las tetas, a ver
si la pre�o y al a�o que viene nos la da.
Mery se sobresalt�, no hab�a sentido ese miedo a quedar
embarazada al ser follada por los viejos, pero ese peligro se le hizo patente
ante las embestidas de Roge, que hab�a puesto a trabajar a sus compa�eros en la
entrepierna de Mery, - calent�rmela bien mamones. Lo hicieron tan bien que
volvieron a sentir el aullido de la viuda en su nuevo orgasmo. Roge decidi�
clavarla , le mir� el culo y se percat� de que por ah� no hab�an entrado, pero
prefiri� dejarlo para m�s tarde cuando su verga necesitara m�s est�mulo (as�
pensaba �l que todav�a no conoc�a su capacidad de recuperaci�n, lo iba a
descubrir pronto). La puso a cuatro patas indicando que se la chupara a los
otros y comenz� a metersela. El chocho de la mam� aunque lubricado a�n sufr�a
por la dilataci�n que le produc�a encajar aquella polla tan gruesa, ella gem�a y
suplicaba que despacio, pero Roge aferrado a sus nalgas la bombeaba
vertiginosamente, a ratos se inclinaba y estrujaba sus tetas apartando las manos
de los dos viejos que entreten�an con ellas mientras se la mamaba. Al fin
apoyando su cara sobre su espalda y abriendo la boca como un idiota, pego un
berrido y se corri�, acallando el gemido de la viuda que hab�a alcanzado su
en�simo orgasmo. � Nos vas a poner la polla perdida, so zorra, de tanto
correrte, le grito D. Eladio.
Decidieron darse un respiro para recuperar fuerzas, los
viejos sab�an que ten�an que reservarse. Comieron los bocadillos que trajo Roge
y tomaron sus cervecitas, mientras obligaron a Mery a pasearse contone�ndose ,
masturbarse y tocarse las tetas, hasta pasado un rato despu�s de comer. Entonces
Roge decidi� que era el momento de cog�rsela por el culo. Inici� el
calentamiento ech�ndola bocabajo en el suelo, se tir� sobre ella y comenz� a
restregar su polla contra sus nalgas , mientras amasaba sus senos. Luego el se
tumb� boca arriba y ella de rodillas entre sus piernas comenz� a chup�rsela
sintiendo las manos de los dos secretarios que recorr�an sus nalgas y el
interior de sus muslos, sin olvidarse de sus pechos. Cada poco el cabr�n de Roge
les hac�a una se�a para que la pellizcaran o le dieran un apret�n y ella se
quejara con la boca llena de verga.
Cuando sinti� bien dura su tranca la hizo cambiar de postura
en plan 69 para lamerla el co�o y el agujero del culo explorandol� con sus
dedos. Cuando hubo lubricado su agujerito con los jugos de su chocha orden� a
los otros que la pusieran en cunclillas de cara a �l, apoyando su culo sobre la
punta de la verga y sujet�ndola uno de cada lado para ayudarla a subir y bajar.
Desde el suelo con la cabeza apoyada en los cogines le dijo a
la viuda que se dejara caer el culo sobre el , cuando el glande comenz� a entrar
Mery quiso alzarse pero la sujetaron los viejos, Roge movi� la pelvis y entro un
poco m�s. Mery aullaba con desesperaci�n, aquello la romp�a, la quemaba. Cuando
la tuvo toda dentro sinti� como Roge empujaba para arriba y los viejos
agarr�ndola de los brazos la haci�n subir y bajar . Disfrutaban viendo como su
carnes, sus tetas, su nalgas rebotaban, temblaban , a la vez que la boquita
carnosa se abr�a y gem�a de dolor. La corrida abras� sus entra�as y Roge volvi�
a sonreir con la boca abierta y la cara de idiota.
Ahora vosotros mientras me limpia la polla esta puta. La
mam� puesta a cuatro patas entre las piernas de Roge, comenzo a mam�rsela
mientras D. Manuel se la clavaba por el culo y cuando termin� este se coloc�
D. Eladio volviendo a destroz�rselo.
Para excitarse aquellos viejos y dar cumplimiento a las
perversiones de Roge, le hicieron de todo, penetraciones dobles : - �Qui�n te lo
hace mejor? Por el culo y el co�o a la vez Roge-Eladio, Roge-Manuel, Eladio-
Manuel.
Luego le empezaron a meter la mano en la chocha primero dos
dedos, luego tres y as� hasta la mano entera. Primero la de los viejos y luego
la manota de Roge.
El s�dico de D. Eladio tuvo una idea.: meterle el pie
atrofiado. La abrieron la piernas y Roge de pie apoy� su pierna atrofiada y
comenz� a meterla hasta enterrar su pie malogrado.
Cuando descansaban siempre se tumbaba alguno encima de ella
hasta que se durmieron,
Cuando despertaron el domingo Roge sal�o sigilosamente de los
despachos y fue a por algo de comer y beber, a ella le trajo chocolate y churros
para que recuperara energ�as.
Luego explotaron el morbo bailando con ella, desnuda o
semidesnuda, magre�ndola a placer y foll�ndosela , aunque el que realmente
remataba era l�gicamente Roge.
A las ocho un rato antes de acabar el cine del colegio,
sabiendo que nadie transitaba por los pasillos del colegio, salieron . Primero
ella que no ve�a el momento de llegar a la residencia , mientras resonaban las
palabras del "Director" y el secretario en su cabeza,
-"Se�ora por esta vez pase, pero si sus hijos no cambian se
los mandar� a casa". Ellos saludaron ufanos al bedel de la puerta y se fueron a
cenar con sus viejas para celebrarlo.
Rogelio camin� hacia la sala de cine y se sent� al lado de su
amigo Pototo, - Pero t�o donde has estado, te has perdido una de las mejores
pelis que han echado este a�o.
Vale tio, pues luego me la cuentas.
ESTE PRIMER RELATO QUE PUBLICO SE LO DEDICO A TODOS USTEDES
QUE ME HACEIS PASAR TAN BUENOS RATOS. De un modo especial recuerdo a Marcel
Milord, Rocio, G.Becker y Ludo Mentis.
Mi e.mail:
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO