Relato: Oveja negra (1)





Relato: Oveja negra (1)


Oveja negra I



Capitulo I: fiestas familiares



En mi familia yo soy considerado la oveja negra, tal ves, por
que me gusta vestir todo de negro y escucho a bandas como slipknot o korn, o tal
ves por que me la paso todo el d�a solo en mi cuarto, o tal ves es por que soy
un total pervertido.


Desde peque�o me pase acosando a mis primas y hermana mas
peque�a, siempre para fin de a�o en la casa de mis abuelos se arma una gran
fiesta a la que asiste toda la familia de todos los rincones de argentina y es
costumbre que algunos se queden a dormir.


En mi caso mis padres est�n separados por lo cual mi padre se
fue a vivir con mi abuela, en la casa yo era el nieto preferido ya que, aunque
sea tan solo un rato, yo la iba a visitar todos los d�as, adem�s yo vivo solo a
una cuadra de su casa.


Los que les voy a contar paso cuando tenia entre 12 a�os,
para la fiesta de fin de a�o, mientras los mayores se divert�an tomando y
bailando, nosotros no divert�amos con pirotecnia o con eso juegos t�picos de esa
edad. De toda la familia yo ere el �nico var�n, mis dem�s t�os todos hab�an
tenido hijas mujeres, as� que era yo y 8 ni�as, y yo era uno de los mayores solo
tenia dos primas mas grandes que yo tendr�an unos 16, 19 a�os.


Cuando ya nos cans�bamos de los juegos y uno por uno iba
quedando dormido, todos nos retir�bamos a alguna habitaci�n que quedaba solo
para nosotros.


Eran como las 3 de la madrugada, cuando el sue�o me venci� y
ya no pod�a mantenerme en pie, as� que me retire a dormir, en la habitaci�n ya
se encontraba durmiendo una de mis primas mas peque�as, Natalia, pero ella no
tiene importancia en esta historia. Me acost� pensando en el culo de mi t�a,
quien borracha, mientras bailaba y se mov�a muy perra, se levanto las pollera
que llevaba puesta, dejando que todos vieran el tremendo culo que tenia,
cubierto tan solo por una peque�a bombacha tipo tanga, el recordar eso me
calentaba mucho y me quer�a masturbar, pero fui interrumpido por una de mis
primas que entraba a la habitaci�n, Daniela, tan solo unos dos a�os menor que
yo, tenia 10 a�os, tenia el pelo rubio lacio, ojos azules, muy bonita, pero
tambi�n as� de malcriada y caprichosa.


Ella se acost� al lado m�o pero al contrario, poniendo los
pies del lado que yo tenia la cabeza. La muy pendeja en ves de dormir se puso a
molestarme, pensando que yo estaba dormido me pateaba y se hacia la dormida,
esto paso por un buen rato, cuando pens� que se canso, decid� que era hora de la
venganza, la patee, pero ella no se mov�a, la sacud� un poco pero tampoco, pens�
que tambi�n se estaba haciendo la dormida, as� que me acerque a ella sabiendo
que en cuanto la toque se no aguantar�a y se reir�a, pero tampoco paso nada.


Pens� que estaba realmente dormida, no recuerdo que fue lo
que pens� en ese momento o como se me ocurri� hacer lo que hice, pero una de mis
manos se posaron en una de su piernas, comenc� a acariciarla muy suavemente, su
piel era muy suave, me gusto mucho, estuve as� un buen rato, cuando mi mano
subi� un poco mas, met� la mano por debajo de su pollera acariciando sus muslos,
no estuve mucho tiempo, mi mano sigui� subiendo apretando ahora su culito, era
divino, tan chiquita y ya tenia la cola tan paradita.


Mientras se lo acariciaba, con la otra mano me masturbaba, mi
calentura no paraba y quise experimentar mas, me sent� a su lado y le levante la
pollera pude ver claramente su culito, gracias a la luz que entraba por la
ventana, como estaba durmiendo boca a bajo, le trate de bajar la bombachita con
dibujos de gatitos que llevaba puesta, pero solo se la pude bajar un poco, lo
suficiente para dejar su culo al descubierto y a mi merced.


Segu� acarici�ndole el culo, ahora con las dos manos, le
separe las nalgas, y pude ver perfectamente su ano, primero pase uno de mis
dedos sobre el, ella se movi� un poco, frunciendo su colita, pero ya no me
importaba que se despertara, as� que segu� con lo m�o.


Pase mi dedo un par de beses mas, ahora as� algo de presi�n
en su anito, pero no lo penetre, cambie de posici�n, ahora tenia mi cara a pocos
cent�metros de su colita, con mis manos, nuevamente le separe las nalgas, y
acerque mi cara a su ano, primero lo ol� como se fuera un perro, el olor a jab�n
y a caca me encantaron, ya mi verga estaba que estallaba, empec� a tocarme
nuevamente, mientras que mi lengua saboreaba el ano de mi primita, se lo empape
con mi saliva y de nuevo trate de penetrarlo con mi dedo, fue algo dif�cil, pues
no pod�a mantenerle las nalgas separadas y tratar de meterle un dedo en el culo
al mismo tiempo y mi otra mano de encargaba de mi verga. Costo pero pude, ahora
su ano no opuso tanta resistencia, supongo que fue por mi saliva, mi dedo �ndice
entraba y sal�a de su culito muy apretadito, primero lo hacia muy lento y con
cuidado, pero cada ves me excitaba mas y mas y me masturbaba con mas fuerza y no
pod�a controlarme y le met�a y sacaba el dedo cada ves mas r�pido. Acabe, de un
suspiro, y no expulse mucho semen, debido a mi corta edad, me tire a un lado de
ella, y le segu�a acariciando la colita, despu�s de un rato mi verga se levanto
de nuevo y esta ves trate de metersela en la colita pero no pude y aunque
intentara no entraba, tampoco era que tuviera una verga de unos 18 cm X 5cm,
sino que ella lo tenia muy serradito, y yo no sabia como hab�a que dilatarlo,
eso no es algo que te ense�e las pel�culas porno.


Me conforme con masturbarme mientras le besaba la colita,
acabe nuevamente, y ya me encontraba algo cansado, as� que le acomode de nuevo
la bombachita le baje la pollera, y me volv� a acostar, al poco tiempo mis otras
primas entraron a la habitaci�n, me quede un rato mas hablando, con la que mas o
menos tenia mi edad, de cosas que no tendr�a sentido contarles, les aburrir�a.


A la ma�ana cuando despert�, todo fue como si nada hubiera
pasado, la t�a que mostr� el culo durante la fiesta, se encontraba con un gran
dolor de cabeza, por su aliento paresia que se hab�a fumado todo un atado de
cigarrillos juntos, algo inusual en ella, pues no fumaba, y aunque en el momento
no entend� por que, aun despu�s de lo que hab�a paso la noche anterior con mi
prima, todav�a me quedaba algo de inocencia, pero ahora si me hago una idea de o
que abra pasado esa noche, y mas tarde comprend� y experimente lo puta que era
mi t�a, pero eso se los contare mas adelante.



Capitulo II: media hermana



En mi mente siempre est�n presentes ciertos recuerdos que me
marcaron, la relaci�n de mi madre y mi padre, nunca fue buena, aunque, estaban
juntos por un tiempo, al cabo de unos meses se volv�an a separar, la primera ves
que vi a mi padre ser echado de mi casa, me puse a llorar sin comprender por que
lo hacia, despu�s se me hizo costumbre verlo irse de casa y ya no lloraba, a
medida que fui creciendo, mi madre me cont� "los errores" de mi padre, la mayor
parte de ellos era el acostarse con otra mujer, al principio solo pensaba que lo
que hizo mi padre estaba mal y no mas. Pero ahora que soy un poco mas maduro,
pienso que mi padre es un est�pido y un hijo de puta, por causarle tanto dolor a
mi madre, y pienso que mi madre tambi�n es igual de est�pida que el por haberlo
perdonado tantas veces.


De uno de estos "errores", mi padre hab�a formado una nueva
familia, aunque mi padre estaba feliz de tener ahora una hija y que yo tuviera
una hermana, a mi no me gustaba la idea, me sent�a traicionado y solo. Mis otros
hermanos, que viv�an con migo, tampoco �ramos hermanos del mismo padre, su padre
tambi�n se hab�a separado de mi madre, pero el no se preocupo por seguir
vi�ndolos a ellos.


Unos meses despu�s de haber cumplido 10 a�os, mi padre
decidi� presentarme a mi media hermana, cuando la conoc�, no le sent� odio, ni
celos, pero tampoco le sent� cari�o, enseguida nos hablamos, se presento y me
dijo que se llamaba Cintia; nos hicimos amigos y compa�eros de juegos cuando
�bamos a visitar a nuestro padre a la casa de nuestra abuela, aunque la relaci�n
de mi padre con la madre de ella era buena, no Vivian juntos.


Un d�a s�bado, que era el d�a que ella visitaba a mi padre,
era un d�a de mucho calor, ella se estaba ba�ando con la puerta abierta, y
cuando pase por la puerta del ba�o pude verla de pie completamente desnuda, no
tenia nada de pechos, por lo cual mis ojos pasaron directamente a examinar su
conejito, lo tenia completamente lampi�o, totalmente peladito yo ya hab�a
cumplido 13 a�os unos pocos meses atr�s, y ella tenias 10. Me encanto el
cuerpito de mi hermana, a mi verga tambi�n le gusto, solo de verla tuve una
erecci�n, a esa edad no es nada dif�cil y uno se excita por cualquier cosa.


Desde ese d�a, tambi�n empec� a tratar de manosear a mi media
hermana, primero con la excusa de alg�n juego nuevo, y la t�pica excusa de que
no se lo pod�a contar a nadie, le vendaba los ojos y la pon�a de pie a mi lado,
el jugo consist�a en ver quien soportaba las cosquillas del otro. Una ves que
estaba parada a mi lado con los ojos vendados empezaba a tocarle por encima de
la ropa su colita y su conchita. Ella no aguantaba la risa y se rend�a, por lo
mi manoseo no duraba tanto, as� que tuve que pensar en otro juego, se me ocurri�
que si le dec�a que jugar�amos al doctor podr�a hasta sacarle la ropa.


As� fue, como la casa es grande y solo viven mis abuelos y mi
padre junto con otros dos hermanos hab�a mucho lugar y nadie nos molestar�a,
ella estaba acostada en la cama de una de las habitaciones, yo ya le hab�a
subido la remera y con sus peque�os pechitos a mi entera disposici�n, comenc� a
pasar mi lengua por sus pezones, cuando mi lengua los toco, ya se encontraban
duros como roca, como eran muy peque�os, al poco tiempo me aburr� de hacerlo,
mientras que ella se encontraba un poco agitada, mientras me miraba con los ojos
brillosos como cristales.


Sin bajarle de nuevo la remera, agarre el el�stico de su
pantal�n y se lo baje hasta las rodillas tambi�n le baje la bombachita, quedando
su pelado conejito al descubierto, instintivamente, ella trato de cubrirse con
una de sus manos, mientras que con la otra trataba de volver a subirse el
pantal�n, no la deje, le retire las manos, y trate de tranquilizarla dici�ndole
que no tenia por que tener verg�enza, que yo era su hermano mayor.


Una ves que se tranquilizo, continu� con mi exploraci�n,
primero le acaricie la pancita y fui bajando acariciando su monte de venus, pase
mi dedo por su rajita, ella dejo escapar un leve gemido, no aguantaba mas,
sent�a que mi verga estaba a punto de estallar, le ordene que se pusiera de
espaldas, le separe las nalgas dejando su ano al descubierto, pero no intente
penetrarlo, puse mi verga entre ellos, de modo que mi verga quedaba apretada por
sus nalguitas, y me empec� a mover masturb�ndome con sus gl�teos.


Me tire sobre ella, mi cara quedo pegada a la de ella, sent�a
como su respiraci�n se agitaba al igual que la m�a, y le dec�a al o�do que diga
cosas sucias, que me diga que quer�a mas, que quer�a que la rompa toda y cosas
por el estilo, ella las dec�a entre suspiros y suaves gemidos. No tarde mucho en
acabar, el contacto con su piel me excitaba mucho, termine acabando entre sus
nalgas, como no eyaculaba mucho a esa edad no fue dif�cil limpiarla.


Cuando acabe ella solo me dijo -ya esta?, en ese momento no
me importo en lo mas m�nimo que ella no hubiera acabado, solo me importaba mi
propio placer. Ese se volvi� uno de nuestros frecuentes juegos, y lo practicamos
siempre que encontr�bamos la oportunidad de estar solos, a veces nos apart�bamos
de todos nuestros primos, para poder jugar solos, a veces por miedo a que nos
descubrieran, lo hac�amos con la ropa puesta y aunque igual me gustaba y era
igual de placentero, para ella no lo era tanto. A pesar de la frecuencia a de
nuestros juegos y que con la practica ya no acababa tan pronto como las primeras
veces, no pude hacer que mi hermana acabara. Nuestro juego solo se limitaba a
que yo me masturbara frot�ndome con sus nalgas, no me importaba su placer, ni
siquiera intente tener sexo oral con ella y como ella aun era peque�a no sabia
tocarse, siempre la dejaba con la calentura.


Despu�s de un tiempo, sus visitas a mi padre se hicieron
menos frecuentes, ya casi no iba a la casa de mis abuelos. Nuestros encuentros
solo fueron frecuentes por tan solo un a�o, despu�s de eso ya casi no la ve�a.
Cuando ya tenia 15 a�os, tuve una fuerte discusi�n con mi padre, por temas de
dinero y la confesi�n de que tenia otra hija mayor que era mayor que yo, de unos
20 a�os, que ya era madre. Nunca llegue a conocerla ni me intereso conocerla.
Pero despu�s de esa pelea me aleje de mi padre, luego de un par de meses me
reconcilie con el, pero no estuvimos juntos mucho tiempo, al cabo de tres meses
nos volvimos a pelear por los mismos motivos y nuevos, el quer�a volver de nuevo
con mi madre y me mandaba a decirle cosas y madre ya no era tan ingenua como
antes y esta ves no callo en su juego del arrepentimiento. Esta ves no nos
pelamos tan solo por un par de meses, no nos volvimos a hablar por dos a�os y
as� fue que deje de frecuentar la casa de mi abuela y mis juegos con mi hermana
terminaron por un largo tiempo.



Capitulo III: mi primer amante



En la escuela conoc� a muchas ni�as, pero nunca pude hacer
nada con alguna compa�era de curso, no hasta la secundaria, pero eso se los
contare mas adelante.


En mi curso, en el ultimo a�o de primaria, mi grupo de amigos
eran de esos que se burlaban de todos por cualquier defecto f�sico que tengan y
a la menor objeci�n los hac�an callar a los golpes. Pero el blanco principal de
esas burlas era Leo, el aparente defecto del chico era que el era gay, o eso es
lo que se cre�a, por su inusual forma de hablar, sus vos era muy femenina, todos
nos burl�bamos de el y los insultos mas fuertes siempre sal�an de mi boca.


Ahora me arrepiento de haber echo sufrir tanto a ese pobre
chico, y me doy cuenta que solo fue por demostrar machismo, que idiota de mi
parte, aun no logro comprender que es lo que quer�a demostrar siendo el mas
grosero con ese pobre muchacho, tal ves solo quer�a resaltar ante los dem�s o
mostrarles a todos los dem�s lo macho que era.


La cosa es que un d�a, despu�s de haberlo insultado frente a
todos, la maestra me llamo al atenci�n y tambi�n a todos los de mi grupo,
alegando que esto ya era demasiado y que deb�a terminar, luego de la reprimenda
y obligarnos a disculparnos con Leo, a mi como castigo adicional y como t�cnica
para terminar con todo el maltrato, me obligaron a ser compa�ero de el en una
actividad, que seria para poner la nota de fin de trimestre.


Aunque discut� con la maestra por esa decisi�n, no me quedo
otra que hacerlo, muy a mi pesar tuve que ir a su casa esa misma tarde, mientras
me acercaba a su casa, pens� que lo primero que pasar�a seria tener que escuchar
las quejas de su madre por como trataba a su hijo, pero cuando toque a la puerta
me atendi� su madre con una vos muy dulce y amable.


-pasa, Leo esta en el comedor


-si, permiso


cuando entre, lo vi a el sentado en la mesa repleta de
libros, me sent� y saque mis libros, ese d�a solo me limite a hablar sobre el
trabajo, aunque tenia ganas de saltar de la silla y golpearlo, pero esta ira era
calmada por su madre tan hermosa y servicial, quien se aseguraba de que este
completamente a gusto, era una mujer muy joven y hermosa, solo tenia 32 a�os
pero parec�a mucho mas joven, hab�a tenido a Leo a los 18 a�os y luego dio a luz
a su hermano de 11 a�os, por causa de la imprudencia de un conductor que a pesar
de la terrible borrachera que tenia decidi� conducir, solo para estrellarse de
frente contar otro auto, ella quedo viuda a los 23 a�os, de ese tr�gico d�a,
aparte del inimaginable dolor, le quedo un gran cicatriz en medio del pecho.


Al segundo d�a que tuve que asistir a su casa, Leo empez� a
tratar de darme charla y aunque primero trataba de ignorarlo, al cabo de unas
horas, ya est�bamos charlando y riendo juntos, y as� seguimos d�a tras d�a, por
lo cual tardamos mas tiempo en terminar el trabajo, y una ves terminado el
trabajo igual segu�a frecuentando su casa, su madre estaba muy contenta por eso,
ya que Leo nunca fue de tener muchos amigos y menos que lo visitaran tan a
menudo como lo hacia yo.


A medida que pasaba el tiempo, nos hac�amos mas unidos, en la
escuela la profesora reconoci� y me felicito por el indudable cambio en mi
actitud, me di cuenta de que no lo conoc�a y al hacerlo me pareci� una gran
persona en la que pod�a confiar y un chico muy divertido, y que no deb�
prejuzgarlo tan solo por lo que aparentaba su forma de ser. A mis antiguos
amigos esto no les callo nada bien y le que yo me alejara de ellos para sentarme
junto a Leo, pero aunque trate de explicarles que no era por que dejemos de ser
amigos y que el era una gran persona y no lo que nosotros cre�amos.


Esto solo provoco que a mi tambi�n me crean gay y me
insultaran del mismo modo que yo lo hacia con Leo, nos dec�an que ahora �ramos
parejas y que por las noches nos chup�bamos las vergas, esto provoco que muchas
veces me agarrara a las trompadas con mis antiguos amigos, una ves trataron de
golpear a Leo a la salida del colegio ya cerca de su casa, Leo era muy delgado y
no sabia pelear as� que tuve que defenderlo y aunque le romp� la nariz al
primero que trato de golpearlo, los otros dos me golpearon y aunque me defend�a
bastante bien, termine en el piso debido a una patada en los test�culos.


Ca� al piso, pero no me hab�a dado cuenta de que Leo hab�a
corrido hasta su casa para pedir auxilio a su madre, cuando ella llego, los dos
que me golpearon levantaron al que estaba en el suelo, llorando con la nariz
rota y corrieron.


Leo y la madre me levantaron, estaba muy adolorido, y me
llevaron a su casa, una ves ah� paso algo que nunca voy a olvidar y por lo cual
le doy las gracias al que me pego la patada.


Me sentaron en una silla del comedor, yo apenas pod�a moverme
por el dolor, entonces paso algo que nunca pens� que me llegara a pasa, la madre
de Leo se arrodillo frente a la silla donde estaba sentado y comenz� a
desabrocharme el pantal�n, yo mire lo que estaba haciendo, ella me miro a los
ojos y me dijo:


-deja que te quiero revisar si no te lastimaste.


No terminaba de decir esto cuando con mucho cuidado me bajo
el pantal�n y la trusa hasta las rodillas. Primero me miro muy detenidamente los
test�culos, el calor me empezaba a invadir el cuerpo y comenc� a transpirar,
pero no pude evitar que mi verga se hiciera notar tomando una erecci�n cuando
sent� las manos de ella tocando mis test�culos, mientras me dec�a con su dulce
vos:


-te duele mucho si te toco ac� ?


no, le contestaba con la cabeza y la boca abierta, jadeando
como un perro acalorado.


Fue inevitable que ella notara mi verga, que paresia que iba
a reventar, cuando ella dirigi� su vista exclusivamente a mi hinchada verga, me
dio mucha verg�enza, pero tambi�n me excito. No pod�a dejar de ver como me la
miraba, me quer�a tocar ya no lo aguantaba las ganas de pajearme frente a ella.
Al levantar la vista pude ver como Leo no se perd�a detalle de c�mo su madre
manoseaba me pene, su cara demostraba clara excitaci�n y cuando baje mi vista a
su entrepierna, se notaba un bulto justo en la parte de la bragueta del
pantal�n.


La voz de ella me saco del trance de la excitaci�n en el que
estaba:


-Leo, anda a la cocina y tr�eme hielo


Leo r�pidamente se dirigi� a la cocina en busca del hielo,
mientras que ella no sacaba la mano de mis test�culos, mi mente empez� a
trabajar a mil al quedarnos solos. De repente sent� que su mano rozaba mi verga,
luego ella sin ning�n prejuicio me la agarro con toda la mano y me la empez� a
pajear, la mire, quer�a ver su expresi�n, la m�a era de puro placer, me
sorprend� al ver tal expresi�n en su rostro, no era de lujuria o de deseo, era
una expresi�n algo rara para la ocasi�n, era una expresi�n de cari�o, como la
mirada de una madre besando los raspones de su hijo. Mi mano se poso en uno de
sus grandes pechos que tanto deseaba desde el primer d�a que la vi, ella no me
saco la mano solo se dejo y con su suave vos me dijo:


-si se te pone tan dura te va a doler mas


no lo pod�a creer, me estaba pajeando solo para apaciguar mi
calentura y no causarme mas dolor, pero el dolor ya no me importaba ni lo
sent�a, en ese momento estaba delirando de placer; sus movimientos eran suaves,
pero apretaba mi verga con firmeza, era toda una experta en el asunto y muy
lentamente iba acelerando sus movimientos.


-av�same cuando est�s por acabar, amor


ya no lo conten�a mas, estaba a punto de acabar, debido a sus
tan efectivos.


-ya..... ya.... acabo.....


no dejo de pajearme, acerco su boca a mi verga y los envolvi�
con esos labios grueso y tan sensuales, acabe dentro de su linda boquita y ella
se la trago sin dejar ning�n rastro, beso mi glande limpi�ndolo y dej�ndolo
completamente limpio, se levanto y me dio un beso en la frente y se retiro, la
segu� con la mirada y vi que se met�a al ba�o. Pero cuando voltee y mire hacia
la puerta vi que ah� estaba Leo, hab�a observado todo lo ocurrido, pens� que se
iba a enojar o algo pero vi que estaba igual de excitado que yo, ya tenia la
bragueta baja y hab�a sacado la verga por ah�, se pajeaba mientras me miraba.


El dolor ya hab�a pasado, me encontraba acostado en mi cama,
mirando al techo recordando lo ocurrido, no hab�a contado a mi madre lo de la
golpiza ni nada, al recordar la sensaci�n de sus labios tocando mi verga me
pon�a a cien, ya me hab�a pajeado como dos veces pensando en lo mismo, ya iba
por la tercera cuando escucho la vos de mi madre que me grita:


-Ezequiel, tel�fono


cuando atiendo, reconozco enseguida la vos de Leo


-Eze, dice mi mama si hoy no te queres venir a dormir con
nosotros


era una fantas�a echa realidad, pens� que me la iba a coger a
la madre de Leo esa noche, de echo robe un par de preservativos del caj�n de mi
hermano mayor, pero me lleve una total desilusi�n, no paso absolutamente nada,
la noche transcurri� como si nada de eso hubiera ocurrido, solo era una madre
agradecida por haber defendido a su hijo, pero durante la sena no dejaba de
mirarla y apreciar la maravillosa vista que me proporcionaba la escotada blusa
que tenia puesta, el ver esos labios tan sensuales, los mismos que se hab�an
posado en mi verga y tragado toda mi descarga. Ella noto como la miraba, pero
solo respond�a a mis miradas con una sonrisa. Estaba totalmente frustrado y
confundido.


Despu�s de comer y charlar un largo rato de diversos temas,
pero sin tocar el tema de la pelea o de lo ocurrido, solo un "como me sent�a" o
"si me dol�a", nos retiramos al cuarto de Leo, dorm�a con su hermano mas
peque�o, Iv�n, pero esa noche el dormir�a en la cama de su madre, para dejarme
su cama a mi, como lo envidie. Nos pasamos la noche hablando de todo un poco y
jugando con algunos juegos de playstation. Ya era tarde, hab�amos apagado la luz
del cuarto y cada uno estaba acostado en su respectiva cama, pero aun segu�amos
hablando, y despu�s de un instante de calma de nuestras lenguas, el me pregunto:


-te calienta mucho mi mama?


-si, much�simo; pero, vos viste lo que paso, no?


-si


-y? No estas enojado ni nada?


-no, a mi tambi�n me gusto


luego de un breve interrogatorio de lo que hab�a sentido y
cuanto hab�a gozado, me pregunto si hab�a estado con otra mujer antes. Me sent�a
muy en confianza a su lado as� que le cont� todo los sucesos sexuales de mi
vida, el me cont� que el tambi�n tubo sus juegos sexuales con su hermanito,
escribiendo en un papel como si fuera el men� de un restaurante: 1_ lamido de
cola 2_chupada de pija 3_culiada.


Me cont� como hab�a penetrado a su hermanito desde los 13
a�os y como el tambi�n se dejaba penetrar por su hermanito. Me confeso que
aunque le gustaban las mujeres, tambi�n le gustaban mucho los hombre. No me
asombre mucho despu�s de todo, lo tome como algo com�n. El se levanto de la cama
y prendi� la luz, se acerco a mi cama y se bajo el pantal�n que tenia puesto
como pijama, cuando se bajo la trusa pude ver una verga mucho mas grande que la
m�a, me paresia algo anormal para un chico de 14 a�os, no estoy seguro de cuanto
medir�a, pero si se que era muy grande.


Pens� que me la iba a dar que se la chupe, pero no, se dio
vuelta dej�ndome ver su culo, con sus manos separo sus nalgas y pude ver bien
clarito su ano, no se encontraba serradito, ya se encontraba dilatado, era algo
grotesco, pod�a ver clarito su intestino, pero igual me calentaba mucho, acerque
un dedo a el y lo introduje en su ano, el se estremeci� al sentir me dedo �ndice
hacer c�rculos dentro de su ano.


-queres que te la meta?


- si.... �seme lo que quieras


no lo hice esperar, el apoyo sus manos sobre un mueble,
mientras yo lo penetraba de parado, no pod�a creer como gozaba del culo de mi
amigo, lo pude penetrar con mucha facilitada, mis manos los tomaban por la
cintura, mientras que el se apoyaba en el mueble.


Una de sus manos fue hacia atr�s, tomando una de las m�as y
gui�ndola hasta que toque su erguida verga, savia bien que era lo que quer�a, lo
empec� a pajear con la misma furia con que lo embest�a, su ano me le produc�a un
gran placer a mi verga, el tambi�n sent�a un gran placer, lo notaba por la forma
en que gem�a y gritaba, estaba totalmente descontrolado, tem� que su madre nos
escuchara, pero a la ves era algo que deseaba que sucediera.


Cambiamos de posici�n, ahora yo estaba acostado en la cama,
boca arriba con mi verga mirando al cielo raso, el paso sus piernas por mi
cintura, se subi� sobre mi cadera, dej�ndose caer sobre mi verga, me cabalgaba
muy r�pido, saltaba sobre mi verga, y en cada embestida, esta se sal�a y volv�a
a entrar en su culo, su gran verga golpeaba contra mi panza con cada embestida.


El dejo de saltar sobre mi, se arrodillo frente a mi para
poder meter mi verga en la boca, acabe dentro de su boca, pero en no se lo
trago, o todo lo que pudo contener en su boca, con su boca y su lengua, llena de
mi semen, me sigui� chupando los test�culos y mi culito, llen�ndolos de me
propia leche. Delire de placer cuando sent� que met�a su lengua dentro de mi
ano, recorriendo todos los pliegues de mi ano, con las manos me separaba las
nalgas, cerr� los ojos, arqueando la espalda como un gato, de repente sent� que
hacia presi�n en mi ano, y cuando levante la cabeza para ver que estaba asiendo
me mando su verga de un solo envi�n, me dol�a, sent�a que me part�a con cada
movimiento, pero luego de unos minutos mi ano se acostumbro a su aparato y
aunque aun lo recib�a con algo de dificultad, empezaba a gozarlo.


No tardo en acabar dentro m�o, nos quedamos acostados uno
sobre el otro, acarici�ndonos y bes�ndonos todo el cuerpo, y cuando mi verga
estuve erecta nuevamente lo volv� a penetrar, al igual que el a mi. Esa noche
dormimos los dos abrazados en la misma cama, y desde ese d�a me volv� su pareja
y su amante, pero como el sol�a decir, nos escond�amos en el closet, nadie mas
savia de nuestra relaci�n, lo nuestro duro unos dos a�os y aunque no pasaba d�a
que no nos encerr�ramos en su cuarto o en el m�o para pasar un buen momento de
sexo homosexual, aun nos segu�amos fijando en algunas mujeres, una de nuestras
fantas�as era incluir a una mujer a nuestros juegos.


Cuando me pon�a a pensar que al principio no pasaba un d�a
sin que insulte a Leo por su forma de ser, y me sent�a culpable por muchos malos
momentos que le hice pasar y ahora lo amaba tanto que no pod�a pasar un solo d�a
sin verlo o descansar mi cabeza entre sus brazos.


Con el tiempo su madre se entero lo nuestro, no le extra�aba,
savia que Leo siempre sinti� algo por mi, y ella era una persona muy
comprensiva, que le gustaba mucho el sexo y muchas de sus variante, nos explico
todo eso y nos relato algunas de su vivencia de cuando era mas joven y era
mucho, a modo de chiste le dec�a a Leo que solo le falto acostarse con un perro.
Por suerte ella no tenia nada en contra de la homosexualidad, incluso le
gustaba, al igual que nosotros era bisexual, no como en mi familia, donde todos
pensaban que todos los homosexuales eran tremendos pecadores, enfermos mentales.


A medida que pasaba el tiempo nos conoc�amos mejor, y pude
descubrir el secreto de su ano tan dilatado, esa noche, antes de dormir, el fuel
al ba�o, escondiendo entre unas toallas, un consolador que pertenec�a a su
madre, era de un tama�o bastante considerable, pero como no era la primera ves
que lo hacia no tubo dificultad en mand�rselo hasta el fondo, nunca le pregunte
si su madre no lo savia o si se lo prestaba.


La calentura que tenia con su madre no se me paso nunca y
menos despu�s de enterarme lo puta que era, pero nunca intente nada con ella, el
sentimiento de culpa que sent�a, nunca me permiti� tratar de enga�arlo con su
propia madre, ni con ninguna otra mujer, aunque aun me gustaban y a medida que
fui creciendo ese gusto por ellas fue creciendo y fui descubriendo mis primeros
fetichismos, como el de las mujeres g�ticas, as� fue como me empez� a atraer ese
mundo, depresivo y oscuro, me identificaba mucho con todo eso y cada ves me
gustaba masa, a el no le pareci� y pensaba que el escuchar todo ese tipo de
m�sica me lavaba la cabeza y despu�s de varias discusiones por mi nueva forma de
ser optamos por separarnos, ya no �ramos las mismas personas.


Continuara.....


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Relato: Oveja negra (1)
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