No se me quitaba de la cabeza, durante los d�as siguientes,
Bernie, el gigante jamaicano. Sobre todo, aquel enorme pene que me hab�a
destrozado el culo. Volv� por la sauna cercana al antiguo mercado de Legazpi y
all� chupaba todas las pollas y me dejaba follar por todos, pero no se me bajaba
el calent�n. Por las noches, al salir de la sauna, me ofrec�a a los camioneros,
que me hac�an ruedas interminables y me dejaban lleno de semen por dentro y por
fuera. Ni los penes m�s grandes y las penetraciones m�s violentas me dejaban
satisfecho. Mis ojeras iban en aumento, necesitaba sentir de nuevo las manos de
hierro de Bernie agarrando mis caderas y el dolor terrible de su polla forzando
mi esf�nter.

Cuando los camioneros se cansaban de follarme me iba al
parque de la Casa de Campo, a una zona de prostitutos y travestis y me exhib�a
casi desnudo junto al paseo de coches. Muchos t�os paraban, me sobaban las
nalgas y me preguntaban el precio. Yo les ped�a poco, para que me cogieran. No
lo hac�a por el dinero, sino porque as� me sent�a completamente puta, obligada a
someterme a todos sus caprichos. Me sub�an a sus coches y me follaban la boca y
el culo hasta cansarse, pero yo segu�a con el ansia de volver a estar en manos
del gigante y sentir su enorme pene rompiendo mis entra�as.

Al cabo de una semana decid� que ya no pod�a m�s y llam� al
n�mero de tel�fono que me dio Reg y le confes� que me hab�a quedado "colgado" de
la enorme polla de Bernie. Le hizo mucha gracia y me dio el tel�fono de Bernie.
Temblando de excitaci�n llam� al gigante jamaicano.

- Hola, Bernie, soy Dani. �Te acuerdas de mi?

Se ech� a re�r con ganas.

Mis pezones estaban otra vez tiesos, notaba calor entre mis
muslos y humedad entre las nalgas y mi vientre se estremec�a como cuando me
desnudan para follarme.

- �Vas a ser mi esclava sexual?

Yo me sent�a ardiendo de excitaci�n, con el deseo de
demostrar a Bernie que era su esclava y que pod�a ofrecerme como puta a
cualquiera.

- Vale. En cuanto tenga el billete de avi�n te llamo para
decirte cuando llego.

Bernie cort� la comunicaci�n, sin m�s. No me atrev� a
llamarle para que no se enfadara. Decid� obedecerle como �l quer�a, como una
esclava sexual totalmente sometida a sus caprichos. Compr� un billete de avi�n
para viajar a Londres a primeros de mayo. Me depil� bien a fondo las piernas,
las ingles, el cuerpo y las axilas. Me te�� de rubio el pelo, me hice una
permanente con rizos que era una pasada y termin� de broncearme con intensas
sesiones de rayos UVA.

El d�a del viaje hac�a calor, as� que me puse unos shorts muy
ajustados, blancos, de tela fina que transparentaban la braguita tanga y dejaban
las piernas desnudas. A�ad� unas delicadas alpargatas de color rosa, un top sin
mangas, de lycra para marcar bien mis pechos y pezones, una cadena de oro al
tobillo, y otra de finos eslabones rodeando mi cintura desnuda, pulseras y una
delicada gargantilla de coral. El equipaje era c�modo, s�lo una maleta con
tangas, shorts, un par de minifaldas, panties, medias, zapatos de tacones y
zapatillas de baile, tops� en fin, ropa de putita. Me fui para el avi�n, incluso
con pendientes de perlitas y muy maquillados los ojos y los labios. Llam� al
tel�fono de Reg, para pedirle que me recogiera en Heathrow, pero me dijo que no.

En Heathrow, el agente de la aduana me mir� con disgusto de
arriba abajo, pero no dijo nada y me sell� la entrada. En el tren Express, hacia
Victoria, pas� un poco de miedo, porque un grupito de "cabezas rapadas" me
miraban ri�ndose, cambiando frases entre ellos y de vez en cuando me hac�an
gestos obscenos con las manos y la boca. Me levant� para ir al servicio y dos de
ellos me siguieron hasta el extremo del vag�n. En el servicio, cuando iba a
cerrar la puerta, se abri� de un empuj�n y uno de los "rapados" entr� y cerr�
tras �l. Me di cuenta de que el otro se quedaba fuera.

El "rapado" que hab�a entrado conmigo al servicio me mir� de
arriba abajo y me cogi� por el cuello con una mano, mientras con la otra me
cog�a entre las nalgas. Su mirada era al mismo tiempo feroz y de deseo. "Joder,
puede haber putas como tu, pero m�s es imposible", dijo. Yo mov� las caderas con
descaro y me pegu� a mi asaltante, que me cogi� por la cintura, me apret� contra
su cuerpo y sin cortarse un pelo me dio un beso a tornillo que me dej� sin
respiraci�n. Sent� como me desabrochaba los shorts y los hac�a caer a mis pies.

Me ofrec� jadeante: "�F�llame! Lo necesito". Me mir� excitado
y se sac� la polla, ya completamente tiesa. Me hizo poner cara a la pared,
apart� la cinta del tanga, humedeci� mi culo con saliva y cogi�ndome las caderas
me penetr� salvajemente. Empece a gemir mientras el pene del "rapado" abr�a mi
esf�nter e invad�a mis entra�as. La follada fue r�pida y brutal, a pelo, y se
corri� enseguida dentro de mi culo. Despu�s de correrse, sac� la polla, me dio
la vuelta y me abofete� con fuerza.

- Maric�n, no te muevas de aqu�, que ahora te va a follar mi
amigo.

Abri� la puerta y sali� del servicio, al tiempo que entraba
el otro "rapado", de aspecto a�n m�s agresivo y con una sonrisa cruel en los
gruesos labios. Cogi�ndome del pelo me hizo agachar con violencia, mientras se
sacaba la polla tiesa de los vaqueros. Abr� la boca y la polla entr� hasta la
garganta, sujet�ndome la cabeza por los pelos para que no pudiera resistirme.

- Ch�pamela, maric�n. Hazme disfrutar bien o te rompo la cara
a pu�etazos.

Todav�a notando el semen del primer "rapado" entre mis nalgas
me apliqu� con todas mis ganas a darle gusto con la garganta, la lengua y los
labios. El t�o met�a y sacaba la polla en mi boca con rapidez y fuerza, como si
estuviera follando un co�o. "�Tr�gate hasta la �ltima gota, maric�n!", me dec�a.
Estaba tan salido que enseguida se corri�, sujet�ndome la cabeza para que me
tragara sus chorros de semen.

Cuando termin� de correrse sac� la polla de mi boca y me
mantuvo sujeta la cabeza. "�Ahora l�mpiame bien la polla con la lengua,
maric�n!". Cuando sali� del servicio, me limpi� las nalgas y la boca, me sub�
los shorts y volv� a mi asiento colorado como un tomate, sabiendo que en el
vag�n muchos se hab�an dado cuenta de lo sucedido, y adem�s el grupo de
"rapados" re�a lo que les contaban los dos que me hab�an follado.

Ya en la estaci�n Victoria, cambi� enseguida al r�pido de
Brighton y era casi mediod�a cuando llegu� a la ciudad costera, que luego supe
que era lo m�s de lo m�s del "ambiente" gay de Inglaterra, y muy cercana a Hove,
donde luego supe que viv�a mi "macho 10", Bernie. Estaba agotado de sexo y
emociones cuando el taxista me dej� en la puerta del hotel N, situado enfrente
mismo de la playa y al que se entraba por una calle lateral. Pagu� al taxista y
entre a una peque�a recepci�n. Tras el mostrador se encontraba un chico flaco,
rubio, de simp�tico flequillo. Me fui hacia �l.

- Hola, �eres Henry?

Me mir� con curiosidad y cierta sorna.

- No. �Qui�n eres?

- Soy Dani, me dijo mi amigo Bernie que preguntara por Henry.

Se meti� por una puerta tras el mostrador y al cabo de un
momento reapareci� con un "cachas" alto, musculoso, muy moreno, vestido con
botas, pantalones y "chupa" de cuero, y con un gran bigote negro a juego con su
pelo rizado. La cazadora de cuero, entreabierta, dejaba ver un pecho fuerte y
cubierto tambi�n de vello negro y rizado. Todo un ejemplar de los machos duros
que se ven en ambientes de moteros, camioneros y soldados. Me recorri� el cuerpo
con una mirada tan lasciva que me di cuenta de todo lo que iba a significar la
sumisi�n a Henry que me hab�a ordenado Bernie.

- Hola, soy Henry. �Tu eres Dani?

- S�, soy Dani, o Vicky para los amigos.

Henry y Tony sonrieron alegremente.

Henry sali� del mostrador y se puso delante de mi, muy cerca,
cogi�ndose con descaro el paquete, muy marcado por el ce�ido pantal�n de cuero
negro.

Henry me dio un azote en las nalgas y me indic� que subiera
por una peque�a escalera a la derecha del mostrador de recepci�n. Vino detr�s de
mi y yo sent� que miraba el movimiento de mis nalgas al subir los escalones. En
un peque�o pasillo, Henry abri� una puerta y me ense�� la habitaci�n en la que
iba a vivir durante los pr�ximos meses. No era grande, pero muy decorada y
superfemenina en todos los detalles, las flores del empapelado, las cortinas de
color rosa, cuadros con dibujos de delicados hombres desnudos, en posiciones
er�ticas o abiertamente sexuales� El enorme ventanal, de techo a suelo y m�s de
la mitad de la pared, daba al paseo mar�timo y al mar. La cama era amplia, alta
y se ve�a muy confortable. Me sent� excitado y encantado.

Enseguida me di cuenta de que cuatro c�maras de v�deo digital
estaban en los cuatro rincones del techo de la habitaci�n. Y otra, m�s
sofisticada, en una especie de estante a media altura, en la pared frente a la
cama. Henry sonri� con gesto de picard�a.

Henry empez� a acariciarme las nalgas y con la otra mano
pellizc� sobre el top, uno tras otro, mis pezones erectos.

De pronto, Henry me dio un empuj�n y me tir� sobre la cama.
De nuevo excitado, me di la vuelta y me puse boca arriba, ofreci�ndome con el
gesto m�s femenino y sumiso que pude. Henry ech� mano a la cintura de mis
shorts, los desabroch� y tir� de ellos para abajo, hasta que cayeron a los pies
de la cama. A continuaci�n me sac� el tanga. Deseando comportarme como una
mujer, yo mismo me saqu� el top y qued� echado boca arriba en la cama, desnudo,
con las piernas entreabiertas y los pezones tiesos. Henry se abri� la bragueta
del pantal�n de cuero y sac� fuera su polla, ya tiesa, y sus huevos. Su mano
derecha se introdujo entre mis muslos y sus dedos empezaron a hurgarme el culo.
En el orificio de su glande aparecieron las primeras gotas de l�quido. Yo empece
a gemir de excitaci�n, mientras mi culo excitado se abr�a sin dificultades a su
exploraci�n. Abr� mucho m�s los muslos.

En ese momento me di cuenta de que Tony nos miraba desde la
puerta de la habitaci�n. Henry le orden� que entrara y que me levantase las
piernas bien abiertas. Mis nalgas quedaron completamente abiertas y Henry empuj�
sin contemplaciones su polla contra mi agujero, penetr�ndolo por completo hasta
golpearme las nalgas con sus huevos. Mientras me follaba con fuerza, sacando y
metiendo entera la polla en cada movimiento, Tony se subi� a la cama y se puso
de rodillas tras mi cabeza, tir� hacia atr�s de mi barbilla y me hizo tragar su
polla hasta la garganta. Los dos siguieron foll�ndome un buen rato, uno en el
culo y otro en la boca, hasta que se corrieron casi al mismo tiempo. Not� como
los chorros de semen entraban en mis intestinos y en mi garganta.

Despu�s, tuve que limpiar bien las pollas de Henry y Tony con
la lengu a. "�Qu� bueno est� este maric�n y lo puta que es follando!. Con las
posturas que pone, voy a poder montar las mejores pel�culas de mucho tiempo",
dijo Tony. Se rieron de nuevo y d�ndome unos azotes cari�osos en las nalgas,
Henry me mand� a la ducha: "Anda, put�n, l�vate bien que esta tarde sigues tu
vida de puta y empiezas la de estrella del porno. Me parece que esta noche no
sales de la cama, vas a tener cola para follarte".

Antes de salir de la habitaci�n, Henry, que sab�a lo que yo
hab�a ido a buscar, me anim� a�n m�s: "Ah, me olvidaba, Bernie me ha dicho que
vendr� a verte ma�ana por la tarde, y que preparemos bien las c�maras porque
quiere que todos vean bien desde el bar c�mo te folla con su tranca". As� empez�
mi estancia en Brighton, que yo pensaba de unas semanas y sin embargo iba a
durar casi dos a�os.

(En el pr�ximo relato, mi primera noche en Brighton y la
visita de Bernie y sus amigos. No os lo perd�is� y escribidme, por favor. Me
excitan mucho vuestros comentarios y adem�s, a veces estoy disponible�)