Despu�s de mi anterior experiencia, nada fue igual, pues
siempre estaba pendiente de todo lo que mis vecinos hac�an, de sus frecuentes
contactos �ntimos y de todo lo que rodeaba el explicado misterio que descubr�
aquella madrugada de insomnio.
Pero desgraciadamente, los ex�menes acabaron y ya no pude
observar nada de lo que pens� iba a ser algo rutinario a disfrutar.
Pero como siempre pasa algo bueno, semanas despu�s del
descubrimiento, mi cu�ado se march� para hacer unas promociones relacionadas con
su empresa.
Autom�ticamente, el primero que se present� en su casa para
ofrecer mi ayuda �adivin�is quien fue? efectivamente, yo.
A partir de aquel d�a, para regocijo de mi mujer, yo pasaba
religiosamente por la vecindad a interesarme por la situaci�n de la pobre
solitaria.
Un d�a, entrando por el sal�n, estaban las dos mujeres, mi
cu�ada y la chica, en brazos una de otra, en un sill�n, ella sentada y la otra,
recostada sobre ella, atravesada al sill�n, con las piernas colgando por uno de
los lados, como una chiquilla amamantada por su madre.
Haciendo una broma, le dije,: "abre las piernas que estas a
huevo", ella se ri� y se abri�, yo aprovech� y le sub� las piernas, haciendo un
remedo de penetraci�n; los tres re�mos de la tonter�a aquella, pero Janna �as�
se llamaba- seguro que not� lo que me crec�a en la entrepierna, nadie dijo nada.
Otro d�a, ellas estaban tambi�n en actitud juguetona en el
sof�, haciendo juegos de mano....o al menos eso representaron...desde aquel d�a,
en situaciones as�, yo bromeaba diciendo que quer�a una raci�n de tortilla.
Aquello se tron� una broma entre los tres, siempre la
respuesta era que con cebolla o sin cebolla....y ah� la cosa se pon�a
interesante, a veces pensaba que lo que quer�an era cambiar una "B" por otra
letra.
Pas� el tiempo as� entre charlas y ante otra ola de calor, de
las que de cuando en cuando asolan mi tierra, y estando en la cama sudoroso, no
dejaba de o�r el ruido de la "pareja" en la habitaci�n de mi cabecera, gemidos,
suspiros... y una frase que no olvidar� en toda la vida....
"...por favor para otro d�a, c�rtate las u�as...", dicho
entre suspiros...era mi cu�ada, a la que �supuse- Janna le estaba haciendo un
trabajillo manual.
Esta �poca dur� mes y medio, en los cuales ellas siempre
estaban juntas, incluso dir�a yo que refreg�ndose, muy a menudo, claro que para
mi aquello estaba empezando a ser un peque�o suplicio.
Todo el d�a estaba excitado y andaba detr�s de mi esposa
ansiando un consuelo f�sico; cosa que por desgracia no pasaba, tenia que pasar
siempre a "control manual".
Cierto d�a en el que mi cu�ada organiz� una fiesta, quedamos
ya de madrugada cinco personas, las dos vecinas, mi esposa una amiga de mi
cu�ada y conocida m�a, llamada Sagrario pero que llam�bamos todos Sario, ya con
algo de alcohol en el cuerpo y aburridos ya de jugar a todo, a alguien (no a
mi), se le ocurri� jugar al n�mero, ya saben uno apunta secretamente un n�mero y
los dem�s van acotando, cerrando por arriba o debajo, hasta que el que acierta,
pierde.
Como aquello a las diez o doce vueltas empezaba a ser
aburrido, a una de ellas, se le ocurri� que dado que est�bamos "solas",
podr�amos jugar a prendas, es decir, la que acertara se quitar�a una y as� hasta
quedar desnudos..... lo de "solas" a mi me enfad�, pero Sario, con delicadeza,
me dijo que si no nos conoc�amos todos ya de ba�arnos desnudos...cosa que era
cierta.
As� empez� la cosa y precisamente en ese juego, siempre he
sido bueno, cosa que me ha valido tomar muchos "cafelitos" de gorra, as� que
poco a poco fueron cayendo prendas todas sin excepci�n, empezaron por las
prendas que quedaban tapadas por la mesa.... los zapatos, pantalones,
calcetines.... camisetas.... y el primer pecho que apareci� por all� fue el de
mi deseada cu�adita, la cual tiene pechos peque�os, pero duritos, coronados por
pezones obscuros y muy, muy delimitadas aureolas. Solo quedo con las
braguitas...el siguiente par fue el de Janna.... grandes pechos, blancos,
pezones rosados y aureolas claras, claras, casi inexistentes. Cuando la cosa
estaba al rojo vivo, pues yo en aquel momento estaba intentando "quitarle" como
fuera el sujetador a Sario, cuyos pechos siempre me hab�an gustado (bueno, su
pecho, su cara estilo Jodie Foster...bueno y todo lo dem�s), son� la puerta y
claro, todos a correr a vestirnos... una pena, pues al abrir (yo, el �nico
decentemente vestido), eran dos tontos que se hab�an equivocado de casa.
Se rompi� el hechizo, pero aquella noche, al empezar a o�r
los gemidos de mi pareja vecina, no pude contenerme y vaso en mano hice lo que
los antiguos hac�an, colocarlo en la pared y o�r en direct�simo un polvo lesbico
de antolog�a....
La situaci�n era rid�cula, yo con la oreja pegada a un vaso
en la pared, al otro lado dos cuerpos deseados sumidos en un frenes� delirante y
mi mujer en el s�tano durmiendo el sue�o de los �ngeles.... nunca fui un
entusiasta de la auto consolaci�n... pero ya la cosa estaba empezando a ser
preocupante.
Menos mal que mi cu�ado volvi� de su gira comercial y mis
ardores pudieron bajar....aunque aquellos gemidos nunca se me han ido de la
cabeza.