Relato: Mi mejor polvo
MI MEJOR POLVO
Me llamo Roberto Armando Trossero, tengo 32 a�os reci�n
cumplidos, si soy de Virgo viste, chancho en el horoscopo chino. Nadie me llama
Roberto, mis viejos me dicen Gordo, mi hermana Delia Asunci�n, me llama Chancho,
y los chicos me dicen "La Chola", nombre que no coincide con mi cuerpo de oso
peludo y gordo. No tengo mucho de femenino, salvo algunas plumas que salen
volando por ah�, cuando hablo de hombres o de vergas o de amores y en ese
sentido, soy un ingenuo, un rom�ntico que vaga por el mundo en busca del amor
que nunca llega. Un cursi que navega por las olas de la desesperaci�n y la
soledad. Mi vida es un bolero y yo no se cantar como Olga Guillot (pero soy
parecido).
Si, me gusta coger y mucho, y no pierdo oportunidad ni
candidato dispuesto, pero ese es otro tema. Soy goloso, insaciable y cari�oso.
Soy un oso muy calent�n, herencia it�lica que le dicen. Mi viejo es igual, solo
que a �l no le gustan los hombres. A mi me encantan. Si le gustaran a mi viejo
���qu� disgusto para mi mam�, que es muy machista, y homof�bica la pobre.!!!
No tengo un tipo de hombre favorito o una predilecci�n, puede
que me guste un oso o un flaquito, un alto � un peque�ito, y es as� que me he
pasado a medio pa�s. Es triste, no te r�as, conocer las s�banas de cuanto hotel
por horas hay en la ciudad. Yo preferir�a una pareja estable con un buen macho
cari�oso y activo claro, que esta peligrosa rutina de recorrer tantas calles
oscuras, tantos lugares y tugurios para sacarme la calentura. Y si bien me he
dado algunos placeres, la mayor�a de las veces tengo que estar muy inspirado
para poder acabar con tantos tipos an�nimos y malolientes que uno encuentra por
esas calles, en los cines porno o en los ba�os p�blicos , tambien llamados
teteras.��Encima te piden plata o te roban o te amenazan�
Todo por una buena pija , muchacha. Si no te r�as que vos sos
igual , si tu Lupita de Ciudad Le�n, o Mario Jes�s de Valencia , o Rodrigo
Rosamel de Valparaiso, o Jairo Juan de Santa Marta. Locos por la garcha�.
Hace un par de a�os que salgo con un tipo que est� en pareja
con un viejo ricach�n y aunque dice que me quiere, Rolando nunca va a dejar a
don Le�n. O sea que por esas cosas del destino estoy condenado a ser la otra, o
el otro. La otra, pero pobre. El que recibe el tiempo que a Rolando tiene libre
(poco), el sexo que le sobra, la leche que no le da a su pareja oficial. Si es
triste ser la amante de un tipo heterosexual, es peor ser el otro de una
relaci�n gay. Para vos no hay domingos ni navidades, ni momentos tranquilos ni
casi nada que compartir. Y menos cuando la pareja oficial mantiene la casa, o
sea paga por lo que recibe. No es necesario agregar que Rolando no tiene oficio
ni profesi�n conocida y que no trabaja ni estudia ni hace nada fuera de ir al
gimnasio, chatear por la computadora, ir al pedicuro, comprarse ropa coger con
don Le�n.y actuar como su acompa�ante y chofer a todos lados.
Por eso los s�bados que me quedo solo, suelo dormir mucho y
salir muy tarde a caminar aunque llueva para despejarme y a veces muy tarde voy
a la disco donde para no quedarme solo o porque estoy muy vulnerable siempre
termino en un hotel por horas acost�ndome con alguien del sector de ofertas,
retazos, y salvados del incendio o la inundaci�n: mercader�a fallada o en mal
estado�. A veces que pienso que soy eso, mercader�a deteriorada, viste�
Resulta que la Delia Asunci�n, mi hermana menor, gordita como
yo pero mas masculina aunque es mujer, vino un d�a con la noticia que en la casa
de al lado se hab�a mudado un futbolitsta con su se�ora y sus tres hijos
adolescentes. Bueno, un ex futbolista que a sus 43 a�os estaba hace mucho
retirado del f�bol, nada mas y nada menos que Cesar Moore , conocido
popularmente como "Fosforito" por su cabello rojo brillante y su cara siempre
roja y transpirada cuando jugaba. Una loca amiga mia, la Mar�a Fernanda, tambien
conocida como " La Morcillera " por su pasi�n por los negros africanos, me hab�a
dicho que el Fosforito calzaba grosso , o sea que ten�a una poronga descomunal .
Y el tipo con semejante trozo se mud� al lado de mi casa, justo al lado de este
servidor apellidado Trossero. Es el destino, no�.
Le dije a mi viejo, reclamale la medianera que ese tipo tiene
plata. Mi viejo me dijo, ocupate vos z�ngano, gordo harag�n, que te rasc�s todo
el d�a. El viejo no tiene buen concepto de mi, creo que en realidad me odia, y
yo cordialmente lo desprecio, pero todo bien.
Con la intervenci�n de mi hermana la Delia Asunci�n, Moore me
recibi� una tarde, vestido con un short bermudas mojado en todas las partes
interesantes. Estaba reci�n salido de la piscina pero a�n asi, su verga y sus
huevos eran plenamente evidentes. Por momentos secaba su cuerpo con un toalla
con la que recorr�a suavemente su piel mojada.
Me convid� con una gaseosa y yo me olvid� de la medianera, de
la tarde, del calor, de las indicaciones de mi viejo y me dedique a perderme en
los ojitos claros, en la apertura de sus piernas, en sus pies descalzos y en el
bulto del Colorado. Ay guacho como me pon�a ese tipo, moviendo sus piernas
abri�ndolas y cerr�ndolas. Mostrando esos muslos musculosos y fuertes, esas
pantorrillas peluditas, ese bulto deseoso de ser tocado masticado, comido,
tragado , o sea un bulto inquieto.
Hablamos mucho, de �l y de m� , se asombr� que no tuviera
novia, no le dije que soy puto por supuesto y el me dijo, un muchacho tan
lindo�. Me puse colorado. No soy lindo le dije, soy muy grandote, muy gordo, muy
peludo. La gente, no dije los tipos, dije la gente, busca a la gente delgada.
Me dijo que el no ten�a prejuicios de esa clase y yo le
segu�a la corriente y cada vez que me miraba lo hac�a con mas intenci�n y como
si estuviera conquist�ndome., seduci�ndome. Lleg� un momento que me habl� de
sexo y de que hab�a tenido suerte con las mujeres. Yo aprovech� para decirle que
deber�a ser porque est� bien dotado. El se sonri� y yo le pregunt� qu� jugadores
de f�tbol estaban bien dotados y el me dio nombres y luego mir�ndome con
picard�a, con un desenfado que nunca le hab�a visto, me indic� que pasara al
living y alli sin decir nada, corri� las cortinas , encendi� una l�para y se
desnud� totalmente� A vos te gusta la pija, no? Me pregunt� con los ojos
cargados de pasi�n y la pija al palo.
Yo estaba como loco, entendeme, Mirtha Isabel, mor�a por el
tipo, Carlos Luis, mor�a por una pija,Lucerito, mor�a por coger con aquel
individuo, Cecilia Ruth,. Que calentura ten�aa��Se me hac�a agua la boca chico.
Y yo no pude m�s. Me tir� al piso y as� de rodillas, como un
esclavo pasivo y obediente agarr� su famosa pija enorme, gorda y dura ya,
caliente, tirante, esponjosa. Pija de largo aliento. Pija de macho muy dotado.
Pija que ha conocido muchos agujeros y comenc� a besarla a chuponearla, a
chuparla. Era una pija cabezona, gorda y blanca hermosa por los cuatro costados,
y yo comenc� a saborerarla, a degustarla con tal pasi�n que el enseguida empez�
a gemir, pero como conteni�ndose, para evitar que su voz apasionada se escuchara
en aquella casa. El me pidi� que suspendiera la mamada porque no se quer�a venir
tan pronto, y yo dej� por un instante de adorar aquella garcha descomunal.
Levant� mi cabeza y el tom� mi cara con ambas manos y
acerc�ndola a la suya, me bes� apasionadamente. Devolv� aquellos besos con mucha
lengua, pasi�n, casi con rabia y el continu� en esa batalla de mezcla de salivas
y de aliento. Mi puto me dijo, mi gordo puto , mi oso todo peludo y reputo. Mi
puto reventado��.
Volv� a besar su pija, y me la met� hasta la garganta, y
sent� su grosor incre�ble, su calor de fiebre, su necesidad propia del tipo
casado , tapado o escondido y por fin el dijo "Soltame que me vengo" y casi sin
ganas dej� que aquella poronga inmensa saliera de mi boca y antes de acabar, el
recorri� mi cara con su verga, acarici� mis ojos, mi nariz, mi frente, el ment�n
, la boca con aquella inmensa pija y en voz muy baja y muy ronca, muy vulgar y
calentona me dec�a , te gusta puto no? Y yo no pod�a hablar, porque no ten�a
aliento y el pregunto lo mismo una y otra vez, con un tono cada vez mas
ordinario, mas caliente y a punto de acabar. Luego ahog� un grito y su leche
espesa, leche blanca de pijudo en buen estado, leche caliente y saltarina, salto
a chorros de su garcha y cubri� mi cara., mi cuello, mis ojos y mi pelo , y �l
enloquecido como movido por una pasi�n mortal, se puso a chupar su propia leche
de mi cuerpo.
M�s tarde se tir� en el piso con su cuerpo blanco y sus pelos
rojos y su pija enorme en estado de quietud y yo oso gordo y peludo me tir� a su
lado en un piso de madera muy lustrada y nos abrazamos suavemente y sent� su
piel casi lampi�a contra la m�a y el temblor de su cuerpo, su respiraci�n
entrecortada y lo hice rodar por el suelo hasta que lo coloqu� sobre mi cuerpo,
y el segu�a caliente porque se le endureci� la verga.
Le dije que lo iba a coger y el se qued� quieto y en
silencio, completamente abierto a lo que yo quisiera hacer con aquel cuerpo que
el tiempo no habia atacado a�n, y saqu� un preservativo de mi gorra y levantando
una de sus piernas musculosas y fuertes, empec� ha dilatar su orto deseado y al
rato se la puse con todas las ganas y el se abri� como una flor para mi y
bombe�. Y segu� bombeando mientras le gritaba cosas abusurdas y el pon�a una de
sus manos pecosas en mi boca para acallarme. Mi pija lleg� hasta el fondo, hasta
donde no llegaba su fama ni mi fealdad, all� donde pod�a batir su sensualidad a
toda prueba, su deseo de puto tapado, la fuerza majestuosa de su cuerpo de
atleta. Y en un momento su mano se hizo una masa contra mis dientes para impedir
el grito que brotaba de mi alma, mientras mi garcha de oso, enjuagaba con mi
leche la tersura de su orto magn�fico.
Cuando me volv� a tirar a su lado, el me invit� a ba�arnos, y
como dos sombras oscuras pasamos al ba�o, y all� lo vi con sus ojos claros
llenos de deseo, su pija enorme endurecida ya, y su culo tan bien visistado por
mi pija. Primero tom� una ducha �l, ducha bien caliente, en la que su f�sico
privilegiado hizo figuras y movimientos que aumentaron mi deseo. Vi su hermosa
cabellera roja y los pelos rojos de su pija en total libertad. . Se sec� muy
r�pidamente y llen� la ba�era y como si fuera un bebe, me ba�� suavemente con un
jab�n de perfume muy delicado y luego sin secarme me tir� contra la pared y con
dos de sus dedos me abri� el orto una y otra vez hasta que consigui� dilatarme y
de un solo empuj�n me meti� aquella pija de mis sue�os , aquella poronga deseada
, aquel miembro viril del m�s viril de los hombres que hab�a conocido y comenz�
a cogerme como nadie lo hab�a hecho, y yo gritaba , gem�a , le rogaba que la
sacara , que no lo soportaba mas, que me dol�a y el persist�a, con sus pelos
rojos pegados a mis hombros y su cuerpo lampi�o unido a mi piel peluda, hasta
que el dolor se hizo menos punzante y comenc� a experimentar un placer nuevo y
exquisito y solt� un grito y el me dijo que me callara, con esa voz vulgar y
obscena que tanto me calentara antes, y yo mov�a el culo de gozo, de Este a
Oeste, de Norte a Sur , mientras el acababa su polvo en el preservativo que
tapizaba mis entra�as. Y pronunciaba aquellas palabras que no por esperadas
sonaron humillantes, sucias , como si aquel polvo maravilloso fuera algo podrido
, una basura "Que no se entere nadie ehh. Esto queda entre nosotros. Aqu� no ha
pasado nada. Abr� las cortinas y le dije: No ha pasado nada�
galansoy.
A mis muchos amigos, un relato que espero les caliente y les
guste. Espero sus comentarios y mails y que valoren mi relato. Un gran abrazo.
g.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 0
Media de votos: 0
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: Mi mejor polvo
Leida: 762veces
Tiempo de lectura: 7minuto/s
|