Relato: La noche de los centauros
LA NOCHE DE LOS CENTAUROS
Disculpen por la intromisi�n que voy a hacer en sus vidas.
Ustedes viven tranquilos, en sus rutinas y costumbres. S�lo les importa lo
trivial; mejor no pensar, no buscar. Es la forma de seguir adelante, de
sobrevivir. �Qu� echan esta noche en la televisi�n?.
Si, la historia que voy a relatarles, posiblemente cambie sus
vidas para siempre, pero no es esa mi intenci�n, sencillamente quiero que se
despierten, por que no pueden llamar vida a esa simple existencia que les
conduce directamente a la muerte.
No tengo mucho tiempo para comunicarme con ustedes, si, ya
se, est�n pensando que soy una paranoica o una hist�rica, est�n en su derecho.
Pero no, se equivocan, ni lo uno, ni lo otro. Soy una mujer tranquila, apacible,
que trabaja todos los d�as, como ustedes, y mi vida hasta fechas recientes ha
sido una reiteraci�n permanente. Quiero decir, que me aburr�a como todos
ustedes, igual que ustedes
Sin embargo, todo cambi� en una noche de la pasada semana.
�Por qu�?. Eso les voy a explicar a continuaci�n. �Ustedes creen en la
mitolog�a?. Yo tampoco cre�a, hasta hace muy poco tiempo, pero �Dios m�o, como
he cambiado!. Cre�a que los mitos eran cuentos para ni�os, puras patra�as, pero
no es as�, se lo aseguro.
Todo comenz�, cuando acud� al m�dico una ma�ana, pidiendo
permiso en mi trabajo; el motivo eran unos fuertes picores, (prurito, dijo el
doctor), que ten�a por todo el cuerpo. Me dio unas pastillas, y me dijo que me
tomara una diaria, durante unos d�as, que si no se me quitaba que volviera por
all�.
Tom� las pastillas, y los picores se quitaron, pero a los
tres d�as de la consulta, not� algo extra�o en la piel, era un enrojecimiento en
la zona del antebrazo izquierdo, que iba creciendo poco a poco. Pero salvo por
la mancha, no sent�a nada m�s y decid� continuar con el tratamiento.
Un d�a por la ma�ana, al levantarme, not� que esos manchones
con formas extra�as, tambi�n me hab�an salido en las piernas, y en el brazo
derecho. El picor, se reprodujo en la cabeza, y decid� que ten�a que volver al
m�dico. Llam� para solicitar cita, y hacia all� me encaminaba, cuando al salir
del portal de mi casa, un se�or bien vestido, como de unos cincuenta a�os, se
acerc� y me dijo con un susurro.
- �Qu� tal van sus lesiones, se�orita?, si me hace caso,
no debe preocuparse por ella, se le quitar�n - me qued� de piedra, como
aquel sujeto sab�a que yo ten�a unas manchas y que estaba preocupada por
ellas. Tan cortada me qued� que no pude articular palabra, lo que �l
aprovech� para continuar.
- Ver�, est� usted asistiendo a su proceso de
metamorfosis, si me permite, nos tomaremos un caf� y le contar� lo que est�
ocurriendo-, su voz tan pausada, tan tranquila, que asent� con la cabeza y
nos dirigimos al caf� m�s pr�ximo.
El pidi� un t� con lim�n y yo un caf� s�lo, a ver si
despejaba. Segu�a mir�ndola absorta, cuando el irrumpi� con una voz m�s
profunda, o al menos eso me pareci�, y dijo aquellas palabras que no se han
borrado de mi memoria, ni lo har�n hasta que me muera.
�Conoce algo de la mitolog�a griega?. Si su respuesta
es negativa, no se preocupa a partir de ahora nada en este mundo tendr�
mayor inter�s para usted que los mitos, las leyendas y los sue�os. Querida
m�a, est� usted a punto de convertirse en un mito -, revolvi� el az�car de
su t�, y dio un peque�o sorbo, mientras yo me sent� preocupada, por que
estaba tomando caf� con un loco.
Pensar� usted que estoy loco-, al tiempo que declaraba
una sonrisa leve, - pero como comprobar�, nada m�s lejos de la verdad
...., yo por ejemplo, soy un centauro y �verdad que no lo parezco?-,
definitivamente, pens�, este t�o est� como una cabra, y yo aqu� tan
tranquila, vi que en la cafeter�a hab�a gente y eso me tranquiliz�, pero
segu� sin pronunciar palabra, lo mejor era dejarle que dijera lo que
quisiera, no contrariarle, y cuando termin�ramos, me ir�a corriendo y
seguir�amos los dos el curso de nuestras vidas.
Jejeje, siempre ocurre lo mismo cuando lo cuento, la
gente quiere salir corriendo, usted se est� comportando bien, pero est�
llena de miedo, recon�zcalo-, esta actitud provocadora, me oblig� a
expresarme.
Ver� se�or-, dije, y luego tragu� saliva despacio para
continuar, - me aborda usted a la salida de mi casa, para decirme que es
un centauro, mientras me tomo un caf� con usted, un absoluto extra�o para
mi, y luego me dice unas cosas, que me dejan patidifusa, �c�mo quiere que
est�?-, sent� un alivio al terminar y le di el primer sorbo a mi caf�.
Mire se�orita, lo que le digo es real, ver�, se lo
contar� deprisa, por que tenemos que irnos, hay una reuni�n....., mejor
dicho, usted lo entender� mejor si le digo que tenemos que acudir a una
org�a, dentro de una hora, pero no es exactamente eso, en este punto
siempre me l�o-, aprovech� su confusi�n para levantarme de la silla y
cuando iba a dar la vuelta para largarme, el me dijo algo que me hizo
cambiar de opini�n.
F�jese, hoy ser� el primer d�a que usted tendr� un
orgasmo -, me quede como la mujer de Lot, �pero como pod�a saber este
individuo que yo a mis 37 a�os nunca hab�a tenido un orgasmo?. Si, hab�a
tenido muchas relaciones, pero todas insatisfactorias. Lamentable, si, yo
pensaba que era un ser raro. Volv� a sentarme y el prosigui�.
Si, es lamentable, �verdad?, pero todo tiene una
explicaci�n, usted ser� pr�ximamente una "devan�", un ser
mitol�gico que es mitad oveja y mitad mujer, las devan�s son fundamentales
en nuestro proceso de evoluci�n, y recuperaci�n. Su abuela paterna,
tambi�n fue una devan�, y su padre lo supo, pero como muri� joven, no tuvo
tiempo a refer�rselo-, le dio un nuevo sorbo a su t�. �Hoy gozar� como
nunca mi querida se�orita, ya lo ver�-.
Bien, pues aqu� estaba yo, con un chiflado...., bueno, al
menos era un tipo raro, extra�o, parec�a de una novela de Stephen King, o un
personaje de Expediente X, era el chalado de siempre pens�, bueno, terminar�a
y�ndome, �o no?.
Mire usted, todo es mas sencillo de lo que parece, los
mitos seguimos existiendo, pero tuvimos que ocultarnos en cuerpos humanos
para poder sobrevivir, pero este mundo est� lleno de personajes como
nosotros, ...., y todos nos conocemos, tarde o temprano-, pidi� la cuenta
con la mano, - por el camino, a la mansi�n de Mercurio, le contar� lo que
tiene que saber para poder iniciar su ciclo -.
Ver� se�or-, le dije, - para nada le creo lo que me
est� contando, pero no voy a llevarle la contraria, cuando salgamos de
aqu�, le aseguro que yo seguir� mi camino y este no coincidir� con el suyo
-, el hombre sac� un billete, pag� las consumiciones y nos levantamos para
irnos.
Se�orita Luz, desde hace a�os, hemos hecho un
seguimiento de su vida, siempre ha estado acompa�ada por uno de nosotros,
�recuerda a su tata Manuela?, es una de nuestras siervas m�s eficientes-,
yo no sal�a de mis sorpresa, este hombre sab�a tanto de mi, entonces pens�
que todo pod�a ser una broma, una conspiraci�n, algo raro, tramado por mis
amigos, pero no, se me quit� pronto la idea. Salimos del local.
Entonces, aquel personaje, de nombre Quiroga, seg�n me dijo
me refiri� lo que quedaba de la historia, y ya no pude dudar, estaba dici�ndome
cosas que s�lo yo sab�a, que yo solo conoc�a, y se sab�a los detalles m�s
simples, m�s ocultos de mi vida. Dej� de dudar, y me qued� con la duda de que
era una "devan�". Se lo pregunt�, y su respuesta me dej� a�n m�s asombrada.
El me dijo, que las devan�s eran las hembras m�s proliferas
de los antropozoicos personajes del elenco ol�mpico y que su funci�n primordial
era saciar el af�n reproductor y sexual de los centauros, los "mixtos", como
dijo que se llamaba la categor�a taxon�mica en la que estaban incluidos, los
mitad ser humano, mitad animal, deb�an de mezclarse con otros pero que no
compartieran las mismas caracter�sticas. As�, las devan�s, eran las parejas
habituales de los centauros, aunque aquellos fueran mitad hombre y mitad
caballo.
Llegamos a la puerta de una mansi�n, y les juro que no tom�
conciencia de por donde hab�amos llegado hasta all�, el se�or Quiroga, llam� a
la puerta y un mayordomo nos dio la bienvenida. Pasamos a un sal�n, y all�, se
encontraban varias se�oras muy bien vestidas y otras dos chicas de mi edad, me
fij� que una ten�a el brazo totalmente enrojecido, con unas manchas como las
m�as. En la otra no observ� nada raro. Entonces una de las mujeres, se acerc�, y
asi�ndome por el brazo, nos invit� a las tres a pasar a otra estancia, que
result� ser la biblioteca.
All�, nos dijo, que lo que ten�amos en la piel eran los
signos de nuestra transformaci�n, y que solo se quitar�an si tom�bamos un
brebaje que nos traer�an enseguida, y al decir estas palabras, apareci� otra de
las se�oras con tres cuencos amarillos, que conten�an un l�quido de olor a
menta, caliente por que humeaba, y verdoso. Nos dijeron que aquello era
ambros�a, la bebida de los dioses, y que nos lo tom�ramos, por que era la �nica
forma de que dej�ramos de sufrir los picores y otros s�ntomas a�n m�s dolorosos.
Las tres nos miramos y sin respirar, cogimos un cuenco cada
una, que nos bebimos hasta el final, yo pens� entonces que las tres est�bamos
absolutamente convencidas de que aquello que nos estaba ocurriendo era lo m�s
extra�o de nuestras vidas, pero no advert� que ninguna de nosotras manifestara
signos de miedo.
Al momento sent� una somnolencia muy grata, tal vez para
abandonar el estr�s que hab�a sentido hasta entonces, y cerr� los ojos, creo que
me desmay�, al despertarme, no s� si realmente lo hice, por que lo que all�
presenci�, era un baile dionisiaco, una monstruosidad delirante. De todos los
asistentes, a aquel lugar, ninguno era normal, bueno, todos eran mezcla de ser
humano con otros animales, hab�a un centauro con rayas como una cebra, una mujer
con cabeza de �guila, otra era una sirena que se mov�a como pod�a por el suelo.
Reconoc� que dos llevaban algo de ropa, y que eran mis
compa�eras de infortunio, entonces fue cuando apreci� mis caderas lanudas de
color beig, y mis pezu�as de oveja shetland, pero que ve�a, que polla ten�a
aquel centauro, que me miraba, deb�a ser el se�or Quiroga, que tremenda verga,
larga, estilizada, y de consistencia tan dura, sent� un deseo tremendo de
tomarla, de comerla, de met�rmela en el co�o, de moverme para ella.
El se acerc�, y me dijo que me agachara, cogiendo el tremendo
poll�n entre mis manos, sent� que iba a llegar al para�so en unos instantes,
estaba tan caliente, quemaba sin duda, cuando me cogi� del cabello, y me meti�
su enorme falo en la boca, que no entr�, ni en su d�cima parte, mientras lam�a
como una desdentada ante una sopa, cerr� los ojos y por primera vez sent�
placer, el sabor de aquella verga, era el que hab�a estado buscando durante
largos a�os, aquel l�quido seminal me dec�a por que no hab�a gozado con otros
hombres, ahora si ten�a en mi boca lo que andaba buscando. Aquel animal humano,
me dio la vuelta, y me penetr�.
Oh, por fin, por fin, sent�a algo duro en mi interior que me
produc�a satisfacci�n, como se mov�a el muy bestia, sobre sus pezu�as de
ungulado, relinchaba, bufaba, mientras follaba y follaba y yo me sent�a el ser
m�s completo del universo, �que culadas, que salvaje!.
Si, dame, cabr�n, d�melo todo, monta a tu hembra,
s�ciala por primera vez -, y diciendo esto me corr� por primera vez,
aunque el sigui� batiendo mis vesi�nicos movimientos, hasta que volv� a
correrme, no pod�a dejar de moverme, oh, que felicidad. Entonces, �l muy
bestia se sali� de repente dej�ndome a punto.
As�, sin poder dejar de moverme, fue cuando otro centauro, me
tom�, este, en el que apenas me hab�a fijado, creo que ten�a a�n una polla
mayor, y era m�s joven, lo supe por sus golpes contra mis nalgas. �Qu� bestia!.
Como empujaba el muy cabr�n. Vi entonces a la sirena doblada sobre s� misma, y a
un lobo, o un hombre-lobo, penetrarla con una polla completamente peluda, ella
exclam�, un suspiro y goz� como una condenada.
Sent�a, la polla de la bestia entrar y salir, sin cesar, sin
conclusi�n, me corr� seis veces m�s, hasta que me fij�, como dos harp�as lam�an
la polla de un hombre con cabeza de toro, el mismo minotauro, un hombre con una
polla tan grande como un mihura. Como lam�an aquellas brujas, que envidia me
estaban dando, decid� abandonar a mi bestia, y me acerqu�, entonces el me vi�, y
me reconoci� como nueva en todo aquello, quit� de un manotazo a las brujas
devoradoras, y se acerc�, tomando su tranca enhiesta en la mano.
Me gir�, y le ofrec� mi culo, lo llen�, como lo llen�, me
corr� solo al sentir que su polla me invad�a, me completaba. Como se mov�a aquel
pedazo de monstruo, bufando como una bestia en el matadero, como tiraba de mi,
para meterme su martillo dentro, hasta las mismas entra�as. Se balanceaba y
re�a, ufano, vasto, inmenso, en su poder de saciar el placer de una hembra. Yo,
apenas, pod�a moverme, clavada como estaba, por aquella fuerza, sent� un taladro
dentro y me corr�, me corr� hasta desmayarme....
Cuando despert�, todo hab�a cambiado; las mujeres, eran
mujeres; los hombres, eran hombres; yo, era otra vez yo. Me sent�a muy
satisfecha, pero lo que recordaba, no era realidad, seguro que me hab�a dormido
y hab�a tenido un sue�o terrible, horrible, maravilloso, salvaje, inolvidable.
Las otras chicas estaban all�, como yo, tambi�n se hab�an dormido, quise pensar
deprisa, pero no pod�a, la cabeza me dol�a. Las mir� a ellas y me mir� a mi
misma, las manchas hab�an desaparecido por completo.
Si, eso habr�a sido todo, un sue�o, eso estaba pensando,
cuando el se�or Quiroga, se acerco hasta mi, y sent�ndose a mi lado, me dijo lo
siguiente.
Ahora usted, estar� pensando que todo lo que le ha
ocurrido, forma parte de un sue�o, y hace bien, es la mejor forma de
adaptarse de nuevo a la realidad-, carraspe� un poquito, y mostrando el
vicio en su cara a�adi�, lo siguiente, - realmente resulta usted muy
acogedora, y se mueve muy bien, �ha quedado usted satisfecha esta vez,
verdad?.
Mis ojos se abrieron como platos, �realmente todo aquello
hab�a ocurrido?. Mientras pensaba esto, el se�or Quiroga, me inform� que en los
pr�ximos d�as expulsar�a una especie de peque�o huevo por la vagina, y que deb�a
conservarlo de una determinada manera, y traerlo enseguida hasta este lugar. Me
explic� tambi�n que debido a la persecuci�n por parte de los humanos, los
"mixtos" hab�an decidido reproducirse por medio de este m�todo, para no ser
detectados, me fij� como otros dos caballeros estaban hablando con las otras dos
novicias.
Despu�s, me mir� fijamente a los ojos, y me dijo que jam�s
deber�a contarle a ning�n humano nada de lo que all� hab�a ocurrido, por que
pondr�a en peligro la vida de mis cong�neres. Como ver�n, no les he hecho caso,
y he escrito lo que me ha ocurrido, al menos lo que he podido recordar. No creo
que vuelva a hacerlo nunca.
Pens� donde pod�a enviar este relato, sin causar mucho
alboroto, ten�a que ser de una forma an�nima, y a un lugar donde nadie se
sorprendiera, pero que lo leyera. Record� como el marqu�s de Sade, refer�a su
ideolog�a sobre la libertad dentro de sus pornogr�ficos libros; busqu� en el
google, y vi esta p�gina de "", pinch� en la secci�n de zoofilia,
�cual mejor? Y lo inclu�, pido disculpas al se�or t�tem, por haber tomado su
nombre, les aseguro que �l no sabe nada de esto.
H�ganme caso por favor, estas cosas est�n ocurriendo entre
nosotros, y nadie parece saberlo, no s� si ser� peligroso o no, todo el mundo
preocupado por el terrorismo isl�mico y lo que sube el petr�leo, y no le dan
importancia a algo que en realidad puede poner en peligro a nuestra especie.
Tengo que concluir aqu�....
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Relato: La noche de los centauros
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