... No s� que es lo que me ha tra�do hasta aqu�, a veces en
la televisi�n escuche hablar, en unos de esos documentales de la madrugada, de
sitios escondidos, apartados de cualquier h�bil vista. Lugares ocultos entre
grandes letras en los Atlas Mundiales que me acompa�aban durante mi m�s tierna
infancia a la escuela.
Despu�s de un largo viaje y algo cansada estaba en Kerala,
destinada all� por mi empresa. Llevaba meses estudiando las caracter�sticas de
este lugar, como gu�a tur�stico no se me pod�a pasar ning�n detalle y durante
meses me estuve empapando de la cultura hind�. La lectura de textos sobre ella
fue haciendo que me sumergiera en un mundo tan diferente al nuestro, con tantas
divergencias respecto al mundo occidental...
Me apasionaba la idea de este nuevo reto, nada me ataba a mi
ciudad natal, en mi querido pa�s. Deje Madrid, gran ciudad ajeteadra, tanto que
la mayor�a de los viernes y lunes se convierte en ca�tica, lugar poblado por m�s
ciudadanos del mundo, pocos madrile�os natales viven alli. En ella hay colores,
hay olores y sabores concentrados en peque�os espacios, la llevo en mi coraz�n
porque tiene su propia personalidad.
Desde la parada del autob�s mir� a mi alrededor, estoy en su
capital Thiruvananthapuram,, aqu� lo que he leido no se parece nada a lo que
veo, grandes edificios que parecen oficinas con una apariencia totalmente
similar a cualquier otra ciudad occidental, con la diferencia de que parece muy
tranquila y pacifica. Se encuentra construida en las colinas bajas del mar.
Desde la ventana de este extra�o autob�s veo como callejea por peque�as v�as que
dejan a los lados casitas con tejados, todos ellos, embaldosados en rojo.
La regi�n de Kerala est� situada en el extremo suroeste de la
india, dentro del pa�s resulta ser una de las zonas con mayor prosperidad. Al
poco tiempo de permanecer alli, pude sentir como entraban por mis pulmones las
esencias de su clima tropical...
Estoy alej�ndome de la ciudad y adentr�ndome en carreteras
rodeadas de cocoteros y arrozales, parece que tapadas por las enormes palmeras,
espectadoras desde que se crearon esas tierras, se esconden peque�as casas, me
siento extra�a e indefensa, la gente a mi lado habla el mayalayam, lengua
empleada por m�s del 90% de sus habitantes. Mis jefes me comentaron que no
tendr�a ning�n problema con el ingl�s...
Esta tierra es el s�mbolo de la tolerancia, conviven el
catolicismo, hinduismo e islam d�a a d�a sin generarse ning�n conflicto
relevante... mir� por las ventanas y observ� esa gente tan diferente a mi, su
piel morena contrasta con la mia, sus pelos azabaches hacen que �l que yo
siempre hab�a considerado moreno pase a no acercarse casi ni al marr�n oscuro,
sus ojos con una profundidad especial, algo rasgados y oscuros como granos de
caf�, la indumentaria tambi�n es diferente.
Est� regi�n tambi�n llamada la Venecia de la India resulta
totalmente rom�ntica, ensortijada por rios y cubierta en gran medida por agua,
la kettu vallam se deslizan ayudadas por una especie de gondoleros, son las
barcas t�picas de all� que hipnotizan y embelesan a los turistas. La monta�a y
el agua se mezclan en el paisaje como los colores lo hacen en la paleta de un
pintor... me siento embriagada y cansada, el viaje es largo, y muy excitante,
mantiene mis cinco sentidos despiertos durante cada minuto que pasa... entre el
aroma a especias de la regi�n caigo en un profundo y placentero sue�o.
Un brazo roza mi piel, a mi alrededor est� todo oscuro, no s�
ni donde me encuentro...
El autob�s parece vac�o, solo ese delgado chico me habla en
una lengua que no entiendo, intento preguntarle en ingl�s donde estoy y �l
parece no entenderme... Le sonri� y procedo a bajar del autocar... estoy
desorientada, ten�a que haberme bajado en un pueblecito y...
El chico vuelve a estar detr�s de mi, intento preguntarle de
nuevo donde estoy y �l con un bastante mediocre ingl�s intenta decirme algo,
tras repetirlo varias veces me dice que el pueblo que busco est� a unos cuantos
kil�metros de all�, que �l en su casa tiene sitio y que ma�ana me podr�a
acercar. La verdad, que no me fiaba nada... una que viene de una ciudad como la
mia jam�s se ir�a con nadie de esta manera...
Pero la gente de all� es distinta, ahora ya lo se, a lo lejos
de donde estamos diviso unas extra�as y bonitas casas, �l me se�ala queri�ndome
decir que ah� es donde me alojar�a, saco de mis bolsillos unas cuantas rupias
como s�mbolo de agradecimiento pero el reniega de mi dinero con una amplia
sonrisa. Una blanca dentadura resaltaba entre su oscura piel, albergaba su
expresi�n al due�o de un gran coraz�n. Me ofrecieron una cena un tanto ex�tica
de la que lo �nico que puedo decir es el fuerte sabor a mezcla de especias que
ten�a.
De hecho ese olor se hab�a quedado dentro de mi, la casa, en
la que hab�a dos mujeres m�s estaba impregnada de este aroma. Me mostraron mi
habitaci�n y con dificultad consegu� agradecerles con algunas palabras lo bien
que se hab�an portado conmigo. Su amabilidad era incre�ble. Durante la noche no
pod�a pegar ojo, extra�aba todo, mi cama, mi casa, la temperatura, los
sonidos... inquieta no encontraba posici�n para rendirme al sue�o por mucho que
el cansancio me invadiera...
Me puse en pie para intentar calmar mi ansiedad, y record�
que en la puerta de la vivienda hab�a un porche con una, aparentemente, c�moda
tumbona... me pareci� buena idea salir a relajarme...
Sigilosamente abr� la puerta, todo permanec�a en silencio,
pero al fondo de ese ancho y largo pasillo, forrado de troncos de �rboles
tropicales v� asomar el reflejo de una luz anaranjada. Mi siempre inoportuna
curiosidad me gu�o hacia ella, era bastante tarde y parec�a alguien haberse
quedado dormido con la luz encendida...
Detr�s de la gruesa madera pude ver al due�o de los dientes
de marfil, el mismo que me hab�a salvado de pasar la noche en medio de la calle
sola, desnudo con su piel morena, de un marr�n distinto al que nunca vi,
moviendo sus manos de arriba abajo sobre la espalada, tambi�n desnuda, de una de
las chicas de la casa... brillaba la piel como si hubieran extendido alg�n tipo
de aceite, desde los hombros bajaba hasta las nalgas, y luego por los muslos.
Las piernas de ellas permanec�an abiertas y el acariciaba hundiendo los dedos en
su carne... Unas velas se encontraban al fondo del hab�taculo y un dulce aroma a
incienso empalagaba el ambiente. No pude evitar fijarme en su sexo, que reposaba
sobre los ri�ones de ella en una situaci�n de medio excitaci�n.
Mi mirada quedo presa en tan h�biles movimientos, no s� el
tiempo que pasar�a hasta que vi como el par� y se tendi� al lado de la f�mina,
ella se gir� y permanecieron desnudos otro buen rato mir�ndose, sin tocarse...
esa situaci�n a mi me produc�a cierta ansiedad, impacient�ndome. Los pechos de
ella eran oscuros, de aureola inflamada y pez�n marcando la cima de esta, no
eran muy grandes y ten�an una forma puntiaguda. �l se aproximo a besarla y
pasaron otro buen rato haci�ndoselo mutuamente, sin ning�n otro tipo de
contacto... lo cierto es que todo eso me estaba excitando, Pero los troncos del
suelo delataron mi presencia, un movimiento mal hecho hicieron que fuera pillada
"infraganti" tras la puerta del dormitorio.
Lo primero que se me ocurri� fue salir corriendo hacia mi
cuarto y cerrar la puerta, fatigada y con una respiraci�n muy acelerada por la
subida de adrenalina de tan incomoda situaci�n, permanec�a sentada en la cama
pensando como salir de esto. Unos golpes sonaron en mi puerta, abriendose
seguidamente, detr�s de ella aparec�a el chico moreno totalmente desnudo, me
sent� muy incomoda...
Mi mirada se centro en el no muy grande miembro que asomaba
entre sus piernas, cubierto por un espeso vello oscuro, tanto como la noche...
casi no entend�a sus palabras, pero el resumen era algo asi como que me ten�a
que ir a la ma�ana temprano... todo lo dem�s no le di mucha importancia, solo
quer�a que se fuera.
Cuando se gir� para salir, pude ver su desnudez desde la
espalda, era un cuerpo tan distinto a los occidentales, m�s peque�o, menos
vigoroso... pero con un tono y unas formas, que quiz�s por ser lo desconocido
para mi me resultaron excitantes.
Evidentemente segu�a sin conciliar el sue�o, en el momento
que un rayito de luz asomo por la ventana mi puerta se abri� justo cuando estaba
visti�ndome, era �l, totalmente vestido me dec�a que me acercar�a al pueblo. Mi
sorpresa era may�scula, pens� que me habr�a dado una patada en el trasero para
que me buscara la vida.
No me dejo disculparme ni hablar, mantuvimos un viajes
silencioso, mi mirada se centraba en el color verde esmeralda de los lagos del
paisaje y no dejaba de recordar esos cuerpos desnudos de la noche anterior y lo
violento de la situaci�n que estaba viviendo.
Por fin llegue a la agencia de viajes, estaba situada en una
de las calles principales, baje de su autob�s y me sonri�... no llegaba a
entender nada de lo que ocurr�a. Abr� la puerta del establecimiento y all� se
encontraban una chica y un chico... me saludaron en ingl�s y por fin me sent�
casi como en casa. Les cont� mis haza�as (omitiendo lo de la pasada noche claro)
y charlamos distendidamente. Ambos eran gu�as igual que yo, ella era una chica
Alemana y �l era de alli, del mismo Kerala... el contraste entre los dos era m�s
que notable.
Ten�a los brazos agotados de tanto cargar con mi equipaje de
lado a lado, as� que �l se ofreci� para acercarme a mi alojamiento, ense��rmelo
y cargar con mi maleta... me pareci� una estupenda idea!!! Era m�s alto que los
hindus que yo hab�a observado, pero con los mismos rasgos, estaba claro que era
totalmente aut�ctono de la zona, moreno, ojos oscuros, pelo brillante y
abundante y delgadito, pero con una cara que desboradaba simpatia por los cuatro
costados. Nos paramos a desayunar, y hablamos sobre mi, mi ciudad, sobre �l, su
pa�s.... hablamos y hablamos, mientras, el reloj corr�a bajo nuestra total
inconsciencia. Le coment� lo que me hab�a pasado, confes� lo "mirona" que fui...
�l ri� mucho con mi historia y con toda naturalidad me dijo que estaban haciendo
el amor... con mi habitual sentido del humor intente decirle que alli eran poco
pasionales, que si esa chica se queda as� desnuda en el tiempo en el que ambos
se estuvieron mirando en mi pa�s ya habr�a tenido tres orgasmos.
Esta broma fue haciendo que nuestra conversaci�n se centrara
m�s en serio en las costumbres de los hindus y los occidentales, me coment� que
all� el "arte de amar se entend�a de otra manera"... a lo que yo le contest� que
ya conoc�a el kamasutra... �l ri� y me dijo que se refer�a a otra cosa que no se
pod�a explicar, solo vivirla.
En ese interesante momento nos dimos cuenta de lo tarde que
era, me hab�a quedado intrigada y m�s cuando su mirada parec�a estar vi�ndome
desnuda mientras me hablaba del tema. En el coche retome la conversaci�n, y fue
la primera vez que escuche el t�rmino de "t�ntrico"...
Me empez� a comentar en grandes lineas cual era la filosofia
de esta forma de vida, me comentaba que pretend�a potenciar la sensibilidad
humana y buscar una satisfacci�n mutua entre el hombre y la mujer cuando hac�an
el amor. La verdad que lo del misticismo ha sido una cosa que nunca fue mucho
conmigo, pero yo le escuchaba con gran inter�s. Todo esto se materializaba a
trav�s de la prolongaci�n del acto sexual, empleando una gran desinhibici�n,
creatividad mediante posturas, rituales, gestos, diferentes t�cnicas y lo que
m�s conocido es, un control de la eyaculaci�n masculina y la aportaci�n de
numerosos orgasmos al sexo femenino.
La verdad que visto desde mi genero parec�a interesante, pero
le manifest� que deb�a ser bastante frustrante para el hombre tener que contener
sus orgasmos, su mirada se clavaba en mis ojos y el silencio se apoderaba del
veh�culo. Sent� un fuerte escalofr�o por mis piernas...
Cogi� mi maleta, ya hab�amos llegado la dej� en la puerta y
sonriente y muy silencioso se despidi� de mi, solo coment�ndome que no me
incorporara a trabajar hasta el d�a siguiente y aprovechara para descansar.
Al� me qued�, pensativa en todo el nuevo mundo que me
rodeaba, como si jam�s hubiese existido esa ciudad ca�tica, como si estuviera
ausente de todo. No reconoc�a las cuatro paredes en las que me hallaba, y mi
pensamiento lo llenaba mi nuevo compa�ero de nombre impronunciable. El hormigueo
segu�a por mis muslos, y el coraz�n por alg�n extra�o motivo lat�a algo m�s
fuerte, que no m�s rapido.
Deshice la maleta, coloque toda mi ropa en ese mueble de
estilo colonial. Me tend� en la fr�a cama de colch�n bastante alto y quede
suspendida en un profundo sue�o....
Pero solo hasta que mi timbre son�, sobresaltada me levant�
de forma repentina, de nuevo sin saber donde estaba, que d�a era ni nada
similar. Tras la puerta se encontraba de nuevo mi compa�ero. La noche ya poblaba
el paisaje. Me dio verg�enza abrir, iba con unos shorts muy cortito de color
rojo y una camiseta de tirantes blanca, todo muy escotado y sin ropa interior...
dubitativa estaba tras la puerta, hasta que insisti� de nuevo con otro toque de
timbre.
Sin pensarlo dos veces abr�, sent� sus ojos taladrarme hasta
lo m�s interno de mi ser, quiz� sorprendido por el tipo de indumentaria o porque
mis pechos le apuntaban como si fuera acusado del peor de los cr�menes.
Tra�a una gran bolsa en su mano y dec�a que me hab�a dejado
algo olvidado en su veh�culo y ven�a a devolv�rmelo. Yo no hab�a echado nada de
menos, y por mas que pensaba no sab�a que pod�a ser... hasta que me sac� de
dudas...
Entonces no sabes que puede ser?- dec�a con un
ingles casi perfecto
Ni idea- afirmaba con cara pensativa
Tu curiosidad!
Me qued� perpleja, de la bolsa comenz� a sacar unas velas de
nuevo de olor dulce como si fuera vainilla, y a extenderlas por toda la salita,
un radio cassette y unas cintas que empezaron a sonar bajo mi atenta mirada y mi
inm�vil cuerpecillo, era un sonido suave, relajante... Unos cuantos botes con
diferentes liquidos dejo sobre la mesilla y todos los cojines del sofa y
sillones los bajo al suelo. En menos de 10 minutos convirti� el suelo del
apartamento en un entorno de gran componente er�tico, que despertaba varios de
mis sentidos.
Yo no era capaz de moverme, se acerco a mi apoy� sus manos
sobre mis hombros, el roce de su piel me estremecio, su voz susurrante se
aproximo al l�bulo de mi oreja en el que me dijo... esto es sexo t�ntrico...
Me desnud�, solo con levantar mi fina camiseta mis pechos
quedaron desnudos ante su atenta mirada y al bajar mis pantalones con su dedo ya
pudo rozar parte de la piel de mi pubis quedando su cabeza a la altura casi del
mismo, no s� como reaccionar� el cuerpo de ellas pero el mio reaccion� pidiendo
guerra al instante, casi demandando caricias, besos... me excitaba much�simo esa
situaci�n. En cambio �l lento y calmado quitaba cada una de sus prendas con su
vista puesta en mi...
Ahora nos acariciaremos todo el cuerpo desnudo, con
o sin aceites durante un rato, puedes tocar cada parte de mi igual que
yo de ti pero no rozaremos nuestros genitales, se trata de descubrir
cada milimetro de nuestra piel- lo decia bajo y lento para que no
perdiera ninguna de sus palabras.
Sentados y arrodillados en el suelo fueron sus manos las
primeras en abrir un tarro de aceite, rodeados de la penumbra con las simples
llamas de las velas sus manos resbalaban por mi cuello, hasta los hombros,
rodeando mi espalda y moldeando mi cintura. Las mias mucho m�s torpes y medio
avergonzadas se mov�an a trompicones por su piel morena.... mi vista se iba
hacia su sexo (mi mente es occidental), estaba empalmado, era grueso y muy
oscuro, deseaba meterlo en mi boca y ver como sab�a el miembro de los hind�s ...
pero aqu� las cosas se hac�an de otra manera...
Mis nalgas brillaban al igual que mis muslos, s� que su
mirada se centraba en mis pechos en los que cuidadosamente y mir�ndome fijamente
a los ojos hab�a extendido el lubricante, notaba mi sexo empapado y mi coraz�n
muy acelerado. Mi vista observaba calidez, mi o�do escuchaba suavidad, mi tacto
tocaba sensualidad, mi olfato olia a dulce y mi gusto saboreaba ansiedad...
Brill�bamos los dos, desde nuestra cara hasta nuestros pies,
toque cada cent�metro de su piel, sus redondas y peque�as nalgas envueltas por
mi mano, y todo con la mirada fija en sus oscuras y profundas pupilas...
Ahora solo nos miraremos y besaremos, ya
reconocimos nuestros cuerpos y dedicaremos el tiempo a observarnos,
reconocernos y besar...- su voz era insinuante, creo que si hubiera
hablado en espa�ol me hubiera vuelto loca all� mismo...
Quietos el uno frente al otro, atentamente nos
investig�bamos, �l fue el primero en acercarse y besar los l�bulos de mi oreja,
mi cara despu�s con peque�os besos para acabar en mis labios con una calidez
jamas reconocida por mi. Un beso que me transporto en ese ambiente a una
dimensi�n distinta...
Despu�s de �ste su pene estaba duro, y yo muy excitada me
empec� a dejar llevar, tuvo que parar �l mis manos unas cuantas veces, porque
por inercia iban al pan... bese su cuello con pasi�n, bajando hasta sus
pectorales y casi bajando a la punta de su sexo, pero lo salt� y me centr� en
los muslos. Durante largo rato nos besamos, todo me sab�a a miel...
Ahora ya podemos tocar nuestros sexos- dec�a
mientras llevaba entre mis piernas su mano- pero ser�n circulitos
suaves, de poca presi�n y nunca que exista penetraci�n
Sent� verg�enza a notar su suave piel resbaladiza entre mis
piernas, mi sexo estaba m�s depilado que el que vi la pasada noche y no s� como
estar�a eso visto alli, a parte mi humedad era enorme. Yo no sab�a como
acarici�rsela, me gu�o en la tarea, eran caricias suaves, descubriendo al glande
de la piel que le rodea, salia el liquido viscoso, mis dedos hac�an c�rculos
sobre la punta mientras �l me enloquec�a de placer con tan sutiles
movimientos... sent� enormes ganas de abandonarme al climax... pero intente
desviar mi atenci�n por no tener claro si estar�a bien que lo hiciera. Sigui�
acariciando y justo cuando me iba a ir paro de tocar...
Se puso en pie y sac� diferentes frutas de su bolsa, estaban
cortadas y peladas, las ech� en un recipiente que tra�a...
Comamos....
Como que comamos?- no pude evitarlo, estaba
nerviosa, muy excitada
�l introdujo dentro de mi boca un trozo grande de una fruta
tropical muy jugosa, en el momento que la mord� mi boca se lleno de un dulce
zumo que reboso en parte por mis comisuras... desnudos, tendidos en el suelo
sabore�bamos estos manjares... yo me encontraba totalmente erotizada..
Ahora comienza la penetraci�n t�ntrica, que durar�
un m�nimo de dos hora, primero introducire mi sexo dentro de ti, solo
un par de cent�metros y posteriormente lo retirar�...
No me cre�a nada... dos horas?? Perdona que no me ria me
dieron ganas de decirle, este me quiere dejar como un donuts pens�...
Eso 20 minutos en los que introducia la punta de su hinchado
miembro y la sacaba eran el para�so, la estimulaci�n de la entrada de mi sexo
era espectacular y tuve mi primer orgasmo que a �l debio parecerle lo m�s
normal... siempre me miraba y parec�a muy concentrado. Despu�s de esto empez� a
penetrarme en posturas muy diversas, yo casi, como una mu�eca hinchable me
dejaba llevar por su sabidur�a tantrica, era impresionante el control que ten�a
sobre su propio cuerpo.
Mi lubricaci�n parec�a no acabar a pesar de la duraci�n del
acto (que no llego a las dos horas pero casi), su pene se manten�a erecto, en
algunos momentos pens� que se iba pero aguanto perfectamente. Sentados cara a
cara, mi cuerpo se llenaba de caricias, mis sentidos sobreestimulados convert�an
cada roce casi en un climax, su movimiento era acertado, permanecimos un buen
rato en el cl�sico misionero, no dejaba de ver el contraste de su oscura piel
con la mia y eso me volv�a loca. Despu�s de esta fue el quien me gui� en la
nueva, de cuclillas sobre su miembro me mov�a demasiado r�pido para el sexo
tantrico creo yo, por eso r�pidamente cambi�, poni�ndose tras de mi acostado de
lado... me sent�a totalmente distinta a cualquier otra vez. Tres orgasmos,
intensos profundos, que empachaban todo mi cuerpo y segu�a ese invencible pene
dentro de mi rozando cada parte de mi sexo. Sus manos en ning�n momento dejaron
de acariciar mi cuerpo, mis pechos envueltos como por h�medas toallas, y mi
cuerpo esculpido por sus manos. Se puso encima mia y detr�s, ahora cual perrito
se agitaba en mi interior, solo el verme en esa situaci�n y notar un leve
chorrito resbalando por mi muslo me llevo a un orgasmo que contrajo todo mi
cuerpo... pens� que se hab�a corrido, pero esa humedad era solo producto de mi
propio sexo.
Notaba mi vulva hinchada, parec�a haber aumentado su tama�o
en las ultimas horas, la sent�a como si fuera la parte m�s importante de mi
cuerpo, de pie el uno de espaldas al otro volvi� a penetrarme, ahora si era m�s
r�pido (un estilo m�s occidental), un grito fuerte, con el que amarro mis
caderas pegando sus nalgas todo lo posible a si vientre, delat� su por fin
orgasmo... ahora si que resbalaban por mis muslos sus fluidos... mi entrepierna
palpitaba... su pene sal�a de mi y �l besaba mis labios...
Era impresionante, la mayor�a de las velas se hab�a consumido
y la cinta llevaba dando vueltas horas... observaba ese cuerpo desnudo, las
gotas blancas resaltaban en la oscura piel de su sexo y yo no pod�a contener las
ganas de lamer su placer... pero parec�a no estar contemplado en el sexo
t�ntrico... pero al fin y al cabo ...que es la vida si un intercambio de
culturas??
Sin pensarlo dos veces y con la fuerte carga de erotismo que
hab�a en mi interior....
En el sexo occidental ahora yo abrir�a mis labios y
acariciar�a la punta de tu sexo, lamiendo las ultimas gotas de ti, con
mi lengua golpear�a tus terminaciones nerviosas.....- �l me miraba con
atenci�n
Entre los millones de almohadones me agache y la introduje en
mis labios, medio morcillona, lami, sab�a distinta, las culturas tienen olores y
sabores distintos... este sabe a canela... leche endulzada...
Su ritmo de recuperaci�n fue casi inmediato con el contacto
de mi lengua, sus dedos volv�an a acariciar muy suavemente mi cl�toris y mi
excitaci�n era creciente....
Ahora a lo Occidental- le dije sonriente
Con gran excitaci�n y ansiedad, me sub� sobre sus piernas y
la introduje dentro de mi, no sin antes acariciar con todo su miembro mi sexo,
pareci� encantarle...
Te puedes correr cuando quieras... � le dije para
despu�s besar sus labios
Empec� a moverme de arriba abajo, entraba sin dificultad,
gracias al tantra y a su propio placer qued� perfectamente lubricada. Se pod�a
ver el contraste de piel entre nuestros sexos.... ya no miraba mi cara, solo
agachaba el cuello para ver la fusi�n de los dos, mi orgasmo fue intenso, apret�
con mis m�sculos su polla, su cara reflejaba sufrimiento, hasta que jadeo y
solt� todo el aire de golpe llegando a su segundo orgasmo y el cuarto mio...
Tendidos desnudos descansamos durante horas...
Kerala es una regi�n de la cual te puedes enamorar, tiene
colores, tiene olores, grandes rios que decoran sus rojizas y marrones tierras,
una vegetaci�n intensa y sus gentes son maravillosas. Kerala tiene sensibilidad,
es una regi�n de la india que jam�s olvidare...