Hola a todos, soy nueva y este es mi primer relato, soy
lectora de estas p�ginas desde hace varios meses, desde que tengo ordenador con
Internet en mi cuarto he disfrutado de muchos nuevos placeres y los relatos
er�ticos son unos de mis preferidos.
Hace unos d�as v� la pel�cula espa�ola "Secretos del
Coraz�n", de Montxo Armendariz y me sorprendi� la escena en la que la ni�a le
ense�a sus braguitas al ni�o protagonista. No pod�a creerlo, fue como ver en
televisi�n un secreto �ntimo que jam�s pensaste que podr�a salir a la luz, la
escena me hizo recordar mis tiempos de escuela en los que m�s de una vez hice lo
mismo con mis curiosos compa�eros.
Desde hace unas semanas me ronda la idea de escribir alg�n
relato para ese sitio, pero no se me ocurr�a de qu� podr�a tratar. Despu�s de
ver la pel�cula decid� contar aquellas levantadas de falda que ya casi hab�a
olvidado. Ah� va.
De ni�a viv�amos en un pueblo de regi�n andina de Venezuela,
no digo el nombre para no dar pistas, pues si escribo esto es por el anonimato
que da Internet. Como dec�a, soy venezolana, pero hija de espa�oles, de hecho
hoy en d�a a mis 25 a�os llevo 2 viviendo en Espa�a, eso lo explico porque
seguramente mezclar� palabras venezolanas con espa�olas en mi relato. En mi casa
�ramos 3 hermanos, dos ni�os y yo la menor y por lo tanto la m�s consentida de
la casa. Al ser descendiente de gallegos mi piel blanca y mi cabello claro
siempre resaltaron en Venezuela y por eso me llamaban la Catirita (Catira=Rubia)
al resultar algo ex�tica entre tanta piel canela y cabello oscuro muchas veces
fui la madrina de los juegos, la reina de las ferias, la mu�equita de la clase,
etc. As� le fui cogiendo el gusto a la coqueter�a y a llamar la atenci�n. Adem�s
el crecer con dos hermanos me ayud� a perder la verg�enza, a veces por ejemplo,
jug�bamos a guerras de agua en el jard�n y al terminar no pod�amos entrar a casa
tan mojados a si que nos quit�bamos toda la ropa y nos enroll�bamos en una
toalla, una vez secos y dentro de casa tir�bamos a un lado la toalla y hac�amos
guerra de almohadas saltando desnudos sobre las camas. Tambi�n por ahorrar
tiempo nos met�an juntos en la ba�era, donde jug�bamos a batallas navales y
disfraces de espuma.
El caso es que crec� acostumbrada a ver ni�os desnudos y a
dejarme ver por ellos sin sentir verg�enza.
Aquella falta de pudor me hizo ganar alg�n dinero.
Un d�a en el recreo, calculo que yo tendr�a entonces 8 o 9
a�os, me ca� cuando estaba jugando en el patio, el uniforme de la escuela
constaba de falda azul y camisa blanca, la ca�da fue algo aparatosa y varios
ni�os me vieron. Por supuesto las carcajadas infantiles fue lo primero que
escuch� al levantarme, lo cual transform� en rabia mi sensaci�n de verg�enza,
pero lo que me hizo estallar fue escuchar cantar a coro a un grupo de unos 5
ni�os "Se le vieron las pantaletas ! Se le vieron las pantaletas !!!" furiosa me
dirig� a ellos grit�ndoles : "No se me vio nada !!!"
y ellos: "Se le vieron las pantaletas ! Se le vieron las
pantaletas !!!"
"Mentirosos" les dec�a yo, y as� estuvimos un rato hasta que
el mayor de ellos me dijo "Claro que te las v�, son blancas." y r�pidamente
respond�
"Cuanto quieres apostar a que no."
Lo que me daba rabia no era que me vieran las pantaletas o
bragas, sino que se rieran de mi ca�da de esa manera y se burlaran de mi, adem�s
yo sab�a perfectamente que las braguitas que llevaba aquel d�a eran de color
azul muy claro, pero no blancas, por eso estaba segura de ganar mi apuesta y
dejar en rid�culo a aquel est�pido.
El ni�o mayor del grupo, que luego supe que se llamaba
Miguel, acept� mi apuesta y puso 20 Bol�vares como cantidad, yo, segura del
color que llevaba bajo mi falda sub� la apuesta y la llev� a 30 Bol�vares, el
acept�.
Todos quedamos un rato en silencio, ahora se supon�a que
habr�a que verificar quien ten�a la raz�n, todos las miradas se dirig�an a m�,
as� que sencillamente levant� con ambas manos mi faldita azul y la dej�
levantada. Todas las miradas bajaron a mi entrepierna con expresi�n de sorpresa,
el ni�o que apost� dijo r�pidamente "Gan�" y yo le respond� "No ganaste, mira
bien, son azules", �l se acerco y se agach� frente a m�, yo segu�a con la parte
delantera de mi falda a la altura del pecho. No sent�a verg�enza por la
situaci�n, me gustaba esa especie de hipnotismo en que se hab�an quedado todos,
el perdedor de la apuesta estaba con la cara a cent�metros de mis bragas y no
perd�a detalle, ya no se burlaba, su expresi�n era de concentraci�n, algo seria.
Al fin reconoci� que no eran blancas, yo baj� la falda y le ped� el dinero para
humillarlo p�blicamente, el aun medio en shock me pag� los 30 Bol�vares.
Me sent�a millonaria con aquel dinero que me servir�a para
las chucher�as de toda una semana y "el negocio" apenas empezaba.
Una semana despu�s, al salir de la escuela se me acerc� un
ni�o de la escuela, era amigo del tal Miguel y hab�a estado presente el d�a de
la ca�da. Era algo mayor que yo, tendr�a unos 11 o 12 a�os, me pidi� hablar
aparte, una vez solos me dijo con evidente nerviosismo, que ten�a 20 Bol�vares y
que si le ense�aba mis bragas me los daba. Yo me qued� callada un rato, me
sorprend�a su propuesta, entend� al que apost� por tener la raz�n, pero que �ste
estuviera dispueso simplemente a perder 20 Bol�vares solo por verme las bragas
me parec�a absurdo.
Le respond�: "la tarifa son 30" para no dejar la cosa sin
regateo. El lo pens� un buen rato pero al final acept�. Escogimos un parque
cercano como lugar para la exibici�n, all� detr�s de unos matorrales altos le
ped� el dinero primero, el me los dio r�pidamente y me dijo que se llamaba
Jorge.
Igual que en el patio de la escuela levant� totalmente la
falda azul de mi uniforme escolar, �l puso la misma cara de tonto concentrado
que el del otro d�a, yo lo miraba con cara de aburrimiento, �l parec�a m�s
cortado que yo, incluso a veces miraba hacia otro lado supongo que para no
parecer tan descaramente mir�n, un rato despu�s baj� la falda, nos dimos un beso
en la mejilla y se fue.
En un par de semanas lleg� mi tercer cliente. Tambi�n amigo
de los dos primeros, que por lo visto me hac�an buena publicidad, me ofreci�
directamente los 30 Bs con la novedad de que exig�a ver por lo menos 5 minutos
seguidos, �ste era m�s atrevido, me hablaba con picard�a en los ojos, yo acept�
tranquilamente y en el mismo rinc�n del parque volv� a levantar mi falda ante
los ojos fijos de Daniel, como me dijo que se llamaba. Daniel no pon�a esa
expresi�n de tonto concentrado, al contrario sonre�a con malicia. Cuando baj� la
falda el protest� y dijo : "Muy poco tiempo, a Miguel le dejaste ver m�s tiempo
y m�s cerca", me pareci� justo y levant� el tel�n de nuevo y le dije "Pues
ac�rcate m�s." �l se arrodillo en la tierra y con la carra a la altura de mi
cuquita parec�a alucinar, supongo tambi�n que se me notar�a algo la rajita ya
que las bragas que sol�a utilizar me quedaban siempre algo ajustadas, a lo mejor
esa visi�n de la rayita a trav�s de la tela es lo que lo hipnotizaba. Tambi�n me
dijo que quer�a v�rmelas por detr�s as� que di media vuelta y levant� falda, mi
culito qued� expuesto ante su cara que practicamente no parpadeaba. Casi al
final de su tiempo vi algo que en aquel momento no entend�, �l se meti� la mano
en un bolsillo de su pantal�n y parec�a apretar algo all� dentro.
As� pas� alg�n tiempo, Miguel (el de la apuesta del patio),
Jorge el segundo y Daniel el tercero, repitieron servicio algunas veces, sin
grandes variantes, a veces me mandaban a sentar, me ped�an separar m�s las
piernas, o juntarlas m�s, un d�a uno me pidi� que me levantara las bragas por el
centro, no entend� bien lo que quer�a, pero cuando lo hice la cuquita se marc�
toda y parte de las braguitas se me metieron por el medio. Otro d�a Daniel, que
era el m�s atrevido me pidi� que me bajara las bragas, yo le dije que eso sub�a
la tarifa a 50 y �l noten�a el dinero. A ra�z de unas semans despu�s los tres
llegaron juntos a hablar conmigo, me dijeron que entre todos ten�an los 50 Bs.
que me los dar�an si me bajaba las bragas delante de ellos durante 5 minutos.
Una vez m�s acept� el negocio, me segu�a pareciendo dinero f�cil. Y adem�s esa
sensaci�n de poder sobre ellos me encantaba, yo ten�a algo por lo que daban
hasta su �ltimo c�ntimo. C�mo ya �ramos 4 y "el show" sub�a de tono, no era
prudente ir al parque, Daniel propuso su casa que estar�a vac�a un par de horas
m�s. Una vez all� pasamos a su desordenada habitaci�n, dos de ellos se sentaron
en la cama, otro en una silla y yo qued� encima de una alfombra en medio de
ellos. "El dinero" les ped�. Miguel que parec�a el mayor de tres me lo dio
record�ndome que ten�a que desnudarme toda y dejar que se acercaran.
De nuevo ese momento tenso en que todos me miran con mucha
expectativa. Tranquilamente meti mis manos por debajo de mi falda y baj� mis
braguitas hasta la mitad de los muslos, luego sub� un poco la falda, justo para
que vieran las bragas enrolladas en las piernas, pero nada m�s. "Vamos s�bela
toda !!" me respondieron con cierto tono de urgencia.
Y as� lo hice. Levant� la falda con ambas manos dejando
totalmente expuesta mi rajita ante sus concentradas miradas. Daniel dijo
autom�ticamente " Uy que rica la tienes Catirita!" y se empez� a frotar el
pantal�n con la mano a la altura de su polla. Ya lo hab�a hecho en el parque y
era algo que me llamaba la atenci�n, en mi inocencia no sab�a de qu� se trataba.
"Separa m�s las piernas." me pidi� Miguel y yo lo hice hasta donde me
permitieron las bragas que ten�a enrrolladas en las piernas, los tres dejaron
sus lugares y se agacharon en la misma alfombra para ver mejor y curiosamente
desde un �ngulo m�s bajo. Me parec�a incre�ble la fascinaci�n que les produc�a
verme la cuca, para mi no era nada del otro mundo, una rajita normal para una
ni�a de esa edad, sin pelos aun, solo dos pliegues de piel algo abultados
divididos por una rajita vertical que esconde un agujerito, no me sobresal�a ni
el cl�toris ni los labios menores ni nada, de hecho hoy en d�a sigo teniendo la
vagina pr�cticamente igual, sin labios menores y con un cl�toris muy peque�ito
que solo se ve si me la abro mucho con las manos, claro hoy la tengo algo m�s
peluda, pero en apariencia sigue siendo la misma vulvita sencilla y carnosa de
una ni�a. El ver las caras que pon�an al v�rmela me resultaba muy gracioso.
Al poco rato me pidieron que me quitara las bragas
totalmente, me sent� en la cama para hacerlo y cuando me iba a levatar otra vez,
me dijeron "No, qu�date sentada, ponte al borde de la cama y abre las piernas."
As� me puse, no hac�a falta levatar la falda pues estaba tan al borde de la cama
y ten�a las piernas tan abiertas que se ve�a todo lo que ellos quer�an. Ellos se
sentaron c�modamente en la alfombra a mis pies, Daniel segu�a con su fren�tico
frotamiento y not� que los otros dos tambi�n hac�an algo extra�o con las manos
en los bolsillos, al poco rato Daniel dijo "No aguanto m�s, me la voy a hacer
aqu� delante." "Est�s loco" le respondieron Miguel y Jorge, pero Daniel se puso
de rodillas en el suelo, se desabroch� el pantal�n y se lo baj�, yo miraba
sorprendida y
cuando qued� en calzoncillos me fij� en el bulto que le se
levantaba. No pude fijarme mucho tiempo porque r�pidamente se los quit� tambi�n
y fue entonces cuando comprob� que el bulto era su pilila levantada y totalmente
tiesa. Esta vez la hipnotizada era yo, pues aunque ya hab�a visto las minipollas
de mis hermanos siempre me parecieron algo peque�as, blandas y hacia abajo, pero
esta era m�s grande, dura y hacia arriba, adem�s Daniel no paraba de frot�rsela
de arriba a abajo con la mano. Sus amigos se quedaron algo sorprendidos ante
aquel espect�culo, pero un rato despu�s Miguel hizo lo mismo. Jorge que era el
m�s t�mido no se desnud�, pero sigui� con la mano en el bolsillo haciendo sus
movimientos.
La siguiente orden fue que me acostar� hacia atr�s y
levantara las piernas abri�ndolas al m�ximo. Cuando me cans� de tener las
piernas estiradas las flexion� y las mantuve separadas tirando de ellas con mis
manos por detr�s de las rodillas. Como desde el suelo no ve�an bien se
levantaron y se acercaron a la cama para ver mi agujerito expuesto totalmente,
pues en esa posici�n mis pliegues se abrian y aparec�a la zona rosada y m�s
oscura en la que est� mi entrada, tambi�n supongo que mirar�an el ojete del
culo, pues las nalgas ya no escond�an nada.
Esa situaci�n ya no me resultaba tan c�moda, yo ah� acostada
ense�ando todo y ellos de pie muy cerca, desnudos dos de ellos ajit�ndose la
polla tiesa como desesperados y el otro haciendo lo mismo por dentro del
pantal�n, adem�s cada vez respiraban m�s aceleradamente y su tono de voz al
decirme las cosas iba cambiando y me pon�a nerviosa, dec�an cosas como "Uy
Catirita, me encanta verte la cuquita as� abierta, que rica la tienes." "Cuando
seas mayor vas a estar buen�sima." "As� putita �brete para nosotros"
Me pidieron dejarme tocar, pero me negu�, ni siquiera por m�s
dinero.
Lo �ltimo que me pidieron, pues ya se les acababa el tiempo,
fue que me pusiera en cuatro patas, con la parte trasera hacia ellos. Jorge, el
m�s callado no me hab�a ordenado nada hasta entonces, pero en aquel momento me
pidi� "por favor que me soltara el cabello que llevaba recogido en una cola de
caballo. Obedec� tranquilamente y solt� la melena sobre mi espalda una vez lista
y en posici�n de perrita me levant� la falda y la dej� remangada en mi cintura,
casi no los ve�a por tenerlos a mi espalda, pero sent� como se aceleraron por
sus gemidos, de repente Jorge sali� corriendo con urgencia al ba�o. Daniel y
Miguel me miraban el culo y la rajita con cara de enfermos, en eso Miguel me
dijo "�bretela con las manos", como ya quedaba muy poco tiempo obedec�, recost�
mi cara en una almohada manteniendo el culito alto y las rodillas separadas y
con una mano por cada lado separ� los pliegues de mi cuquita.
A los pocos segundos o� gemir fuerte a Daniel, antes de que
pudiera verlo se me acerc� r�pidamente y sent� un l�quido salpicando mi raja
abierta, las nalgas y los muslos. Me incorpor� asustada y vi a Danel de rodillas
en la cama con los ojos cerrados y la boca abierta, sosten�a con su mano la
polla toda mojada y roja, con la punta pelada. En eso vi que Miguel tambi�n
convulsionaba y se agitaba su pito con m�s furia, en la mano que lo frotaba
ten�a mis braguitas, con ellas lo envolvi� cuando le empez� a salir el chorrito
blanco.
Me produjo algo de asco que me echaran eso que me parec�a una
especie de meado blanco y m�s espeso, y adem�s me tuve que ir a casa con las
bragas pegajosas por culpa del cerdo de Miguel, por eso y porque en la �ltima
fase de "los juegos" me hab�a sentido algo nerviosa, decid� no volver a hacerlo.
En su momento lament� dejar de ganar ese dinero f�cil con el que me complac�a
cualquier capricho, pero hoy en d�a entiendo que es lo mejor, pues pudieron
haberme violado en una de esas.
Espero que os haya gustado, yo disfrut� mucho escribi�ndolo,
reviv� en cierta forma aquellos momentos y al recordar esas situaciones en m�s
de una ocasi�n tuve que dejar de escribir y bajar alguna mano a mis bragas para
aliviar el ardor. Me encanta poder expresarme abiertamente aqu�.