Una noche, en el chat, trab� contacto con un t�o que me
escrib�a cosas muy morbosas. Ponerme caliente es f�cil, pero el t�o es que me
puso a mil, porque sab�a tratarme como me gusta, exigente, duro, me dec�a
burradas de lo que quer�a hacerme, me insultaba� y me mand� una foto con la cara
tapada pero que ya acab� de hacerme el culo gaseosa, como se dice, porque era
todo lo que me gusta, un corpach�n, con brazos y piernas muy musculosos, con
mucho vello por todo el cuerpo y con un rabo de campeonato, de esos que sabes
que vas a tener que morder la almohada para no gritar cuando te folla y que te
va a dejar el culo destrozado. Me pidi� verme por la webcam, as� que la puse a
funcionar y le ense�� todo mi cuerpo depilado y afeminado. Le gust� y me
escribi�: "Joder, est�s de puta madre, maric�n. Vaya polvo tienes. �Quieres
quedar para darte una follada inolvidable?". Como le dije que s�, me pregunt�
donde estaba y me dijo que me recog�a a la noche siguiente, que estuviera en la
parte por donde entra a Benidorm la carretera de Alicante y que vendr�a en una
"vanette" negra con matr�cula de Almer�a a eso de las nueve. "Quiero que est�s
vestido muy puta, que se me ponga tiesa s�lo de verte maric�n", me dijo.

La tarde siguiente me prepar� a tope para dar gusto a mi
desconocido ligue. Me hice unos rizos muy sexy en el pelo, me maquill� un poco
los ojos y los labios y me vest� con un tanga rojo, unos shorts blancos
superajustados y tan cortitos que dejaban ver el final de las nalgas, un top
rosa de lycra, sin mangas, escotado, corto y que marcaba mucho los pezones, que
yo los tengo m�s grandes y duros de lo normal, y unas zapatillas de ballet
tambi�n rosas. Las piernas desnudas y la cintura, el vientre, los hombros y los
brazos tambi�n al aire luc�an el bronceado de la playa. En el tobillo derecho me
puse una esclava de eslabones dorados y complet� todo con unos pendientes de
perlitas. Mir�ndome en el espejo pens� que cumpl�a su orden de que se le pusiera
tiesa al verme. Un poco antes de las nueve estaba junto a la carretera, en el
lugar convenido.

Fue muy puntual. Vi llegar la "vanette" negra, grande y con
cristales tintados y le reconoc� enseguida a pesar de no haber visto su cara en
la foto. Su aspecto era tan duro y brutal como hab�a imaginado, acentuado por la
cabeza rapada y un espeso bigote negro. Se inclin� a la derecha, me abri� la
puerta y me orden� subir al coche. Yo lo hice muy excitado, sinti�ndome como
esas putas que suben a los camiones en las pel�culas de carretera. Y ah� me
llev� la sorpresa y el primer susto. Al entrar al asiento delantero del coche vi
lo que no me hab�an dejado ver los cristales tintados. En la "vanette", que
arranc� r�pidamente, no est�bamos solos mi ligue del chat y yo, sino que otros
cinco t�os ocupaban los asientos de atr�s. Todos vestidos como mi ligue, con
vaqueros y cazadoras de cuero, todos con las cabezas rapadas y con gestos
divertidos y crueles.

Mi ligue puso una manaza sobre mi muslo izquierdo,
apret�ndolo con fuerza y mir� a los de atr�s por el retrovisor. "�Qu� os parece?
�Es tan maricona y tan puta como os dije?". Uno de los de atr�s se inclin� hacia
m� y meti�ndome la mano por el escote del top me estruj� con fuerza un pecho.
Mis pechos siempre han sido muy carnosos y el que me cog�a el pecho lo not�
enseguida. "Joder, vaya si es puta, si hasta tiene tetas de t�a. �Menudas
mamadas de polla debe hacer este maric�n". Entre risas me hicieron pasar a la
parte de atr�s de la "vanette" y el que me hab�a estrujado el pecho me dio un
bofet�n con fuerza. Not� que la cara me ard�a y se me saltaron las l�grimas.
Otro de los t�os me desabroch� los shorts y los hizo caer al suelo del coche, me
arranc� el tanga y me cogi� los huevos y la polla con una mano grande y fuerte.
Apret� y los retorci� haci�ndome gritar de dolor. "Maric�n, esta miniatura te
sobra, te lo voy a arrancar antes de romperte el culo".

Mientras todos re�an a carcajadas, el t�o me solt� los huevos
y la polla y me cogi� con fuerza el cuello, al tiempo que me daba otra bofetada.
Al fondo del coche vi un par de bates de b�isbol y me entr� p�nico. Pens� que
hab�a ca�do en manos de un grupo de cabezas rapadas de esos que les gusta
torturar y apalear a los maricas, y del miedo me empec� a hacer pis, lo que
aument� las risas del grupo. "Esta guarra se est� meando de miedo, la muy
maricona", dijo uno de ellos. Yo me puse a suplicarles llorando que no me
hicieran da�o, que les hac�a todas las mamadas que quisieran y que me follasen
todo lo que les diera la gana, pero que no me pegasen. Aumentaron las risas.
Empec� a notar manos sob�ndome por todas partes. Me arrancaron el top y qued�
completamente desnudo. De pronto uno me agarr� por el pelo y me llev� la cabeza
hacia su polla tiesa y rodeada de una espesura de pelos fuertes y rizados.
"Ponte a hacer tu trabajo. �A mamar, guarra!". Abr� la boca y tragu� el pedazo
de carne. El t�o me aplast� la cara contra su vientre y la polla entr� hasta mi
garganta. Un dolor intenso me lleg� del culo. Otro de los t�os me estaba
penetrando sin crema ni siquiera saliva, a lo bestia.

De pronto el coche se detuvo. Est�bamos en un descampado,
fuera de la carretera. Todos bajaron, me hicieron bajar desnudo y mi ligue del
chat me mir� con una sonrisa de crueldad. "Te gusta ser la puta de machos duros
�eh, maricona? Pues hoy vas a ser puta de verdad, golfa". Me dio un bofet�n, m�s
fuerte que los anteriores. Las l�grimas brotaron de nuevo de mis ojos. "�De
rodillas, puta!". Lo hice y los seis t�os me rodearon, todos ya con las pollas
fuera y mene�ndoselas. Uno de ellos me agarr� de los pelos y me hizo tragar su
polla. "Chupa bien maric�n, p�nmela dura". Otro tir�n del pelo me sac� la polla
de la boca y me entr� la de otro de ellos. Durante un buen rato estuvimos as�,
yo de rodillas en el suelo y con la boca mamando una u otra de las seis pollas,
seg�n ellos me mandaban tir�ndome del pelo. Yo hac�a todo lo posible por
satisfacerlas, lamerlas bien con la lengua, tragarlas hasta la garganta,
chuparlas con los labios, y les gustaba porque las pollas estaban cada vez m�s
grandes y duras.

Un nuevo bofet�n me tumb� de espaldas al suelo. Uno de ellos
se puso de rodillas, con mi cabeza entre sus piernas y empez� a follarme la boca
con fuerza. Otros dos cogieron mis piernas por los tobillos, levant�ndolas y
abri�ndolas hasta hacerme da�o y haciendo que mi culo se ofreciera abierto y
excitado, siendo r�pidamente penetrado por mi ligue del chat, que introdujo
hasta el fondo sin contemplaciones su enorme polla. Mis gemidos de dolor
quedaban ahogados por la polla que ocupaba mi boca y que repentinamente descarg�
con fuerza sus chorros de semen, oblig�ndome a tragarlos. Casi enseguida mi
ligue del chat lanz� un rugido y not� que su polla se estremec�a y descargaba
tambi�n su semen dentro de m�.

Uno tras otro se fueron sustituyendo en mi boca y en mi culo.
Algunas veces descargaban fuera, sobre mi cara, mi pecho y mi vientre. En un
momento dado me hicieron darme la vuelta y ponerme a cuatro patas con el culo en
pompa. Los seis t�os disfrutaban con esa especie de violaci�n en grupo, porque
todos se corrieron varias veces. Cuando ya pararon, jadeantes y agotados, yo
qued� tumbado en el suelo, cubierto de semen, con el sabor de las pollas en mi
boca y el culo, h�medo y rebosante del l�quido blanco, ya casi insensible. Al
cabo de unos minutos, mi ligue del chat me dijo que me pusiera otra vez de
rodillas y les limpiara bien las pollas con la lengua. Cuando termin� de
hacerlo, me iba a levantar, pero me orden� que siguiera de rodillas. "Todav�a no
has terminado tu servicio completo de puta, maric�n".

Se pusieron los seis delante de mi, con las pollas de todos
apuntando a mi cara, y empezaron a orinar. Los chorros dorados y fuertes iban a
mi cara. "�Abre la boca, maric�n!", grit� mi ligue. Lo hice y los chorros
entraron por mi boca. Tragaba parte de la orina, mucha m�s rebosaba y resbalaba
por mi cuerpo, entre las risas del grupo. Cuando terminaron, mi ligue fue al
coche y sac� una gran toalla de playa, tendi�ndomela. "Anda, maric�n, l�mpiate
un poco, que ya has terminado el servicio por esta noche". Luego, en el coche,
de vuelta al lugar donde me hab�an recogido, estuvieron simp�ticos y cachondos
conmigo, haci�ndome olvidar que hasta me hab�a meado de miedo cuando cre� que
hab�a ca�do en manos de una banda de cabezas rapadas que iban a darme una
paliza. En lugar de eso, hab�a disfrutado a tope y me sent�a estupendo de haber
hecho gozar de esa manera a seis t�os de primera. El top y el tanga estaban
rotos, as� que s�lo pude ponerme los shorts, sin nada debajo, y las zapatillas,
y as� fui caminando, todav�a caliente y excitado, desde la carretera hasta mi
apartamento. �Eran las cinco y media de la ma�ana!