Al principio varios de nosotros nos opusimos, por que era una
atado, buscar a otra persona que lo matara y faenara, pero en fin, como el
precio era bastante conveniente, optamos por comprarlo. Me encontraba yo sentado
en mi escritorio, hablando con un cliente, cuando veo pasar a dos de mis
compa�eros con una cabra adulta, por el pasillo en direcci�n al patio de nuestra
oficina.

Casi no pod�a aguantar la risa, al ver pasar a mis compa�eros
con el animal, ya que este se opon�a a ser trasladado, a todo esto yo segu�a
hablando por tel�fono.

Termin� lo m�s r�pido que pude de hablar y muerto de la risa
me dirig� al patio donde mis colegas ya hab�an soltado a la cabra. Seg�n uno de
los muchachos al otro d�a vendr�a un vecino de el a faenarla. Me dio un poco de
pena el animal, pero en fin, la dejamos ah� a la espera de su destino.

Esa noche, me qued� haciendo una trabajo extra, para otra
empresa, por lo que estuve hasta tarde en mi oficina. Para matar el
aburrimiento, siempre manten�a en mi oficina una botella de whisky, justamente
para estas ocasiones. Sin darme cuenta, me tome mas de la mitad de la botella.

Termin� de trabajar y me quede un rato chateando con una
joven de otro pa�s, la que ten�a c�mara. Las cosas se anduvieron calentando y me
empez� a excitar a trav�s de la c�mara, hasta el punto de dejarme con la verga
afuera corri�ndome una l paja, vi�ndola como se desnudaba al otro lado.

No se que habr� pasado, pero ella se desconect� y no se
volvi� a conectar. La esper� bastante rato, pero nada. Quise buscar a otra en la
sala de chat, pero como la mayor�a eran hombre ninguna me dio la hora.

El alcohol hab�a echo su efecto y me encontraba tan caliente
que decid� ir a dar una vuelta en mi auto, para buscar alguna prostituta para
descargar mis ganas.

Cuando estaba apagando las luces de mi oficina, escuche que
alguien trataba forzaba la puerta de atr�s, como queriendo entrar. Me arme de
valor y tomando un fierro, me acerqu� con las luces apagadas a sorprender al
delincuente.

Cuando estaba llegando a la puerta me acord� de la cabra. Sin
dejar el fierro, por si acaso, prendo las luces del patio y mis sospechas eran
las correctas. Era la cabra la que hab�a estado tirando una bolsa que estaba en
la manilla de la puerta. Casi con el coraz�n en la mano me por el susto, me puse
a ver al animal que al verme salir no hizo ning�n intento de arrancar. Saque un
cigarro y lo prend�. Me fij� en el animal y con sus ojos vidriosos, me miraba
cada uno de mis movimientos.

Me llamo la atenci�n la vista del animal. Parec�a no tener
ning�n miedo de mi. Me acerqu� y la tome por los cachos. Ella al parecer sinti�
mi olor y me peg� con el hocico en el pantal�n. No me molesto que lo hiciera, la
contrario, se sinti� rico que algo vivo se rozara con mi dura verga. El animal
lo volvi� hacer. Record� entonces los muchos relatos que se han publicado sobre
zoofilia, pero la verdad nunca me llamaron la atenci�n.

Volv� a entrar a mi oficina y entre a esta pagina en b�squeda
de alg�n relato de alg�n hombre con una cabra y la verdad, encontr� solo uno.

Mientras lo le�a, me fui excitando. Me tom� un �ltimo vaso de
whisky, y me decid� ha ver que tan cierto era lo que el relato mencionaba.
Adem�s la oportunidad de estar con alguno as�, de esas caracter�sticas, otra vez
era casi imposible.

Nuevamente sal� al patio y ah� estaba. Me miraba, quiz�s que
estar�a pensando. Me acerqu� nuevamente a ella y tom�ndola por los cachos, el
animal volvi� a rozarme con su hocico, por sobre el pantal�n. Su altura era
perfecta, ni muy alta, ni muy baja. Su lana o pelo, color blanco, la hac�an ver
muy apretujable.

Me puse por detr�s, pero la cabra se mov�a demasiado. La
amarre a una tuber�a que hab�a en una pared y me baj� los pantalones. No me
atrev� a coloc�rsela en la boca, ya que diferencia de las perras, que
leng�etean, por lo que hab�a le�do, esta cabra ten�a unos dientes que ni pensar
en hacerlo.

Con la verga dura, me coloqu� un cond�n y me coloque, no
f�cilmente detr�s del animal. Lo primero que hice, fue investigar con mis dedos,
por donde tendr�a que meterla. Met� mi mano por detr�s de su cola y luego de
trajinar un poco, me encuentro con los que ser�a su vagina. Le met� un dedo y la
cabra se qued� muy quieta. Comenc� a tocar esa h�meda cavidad y me excit� mas
aun.

Ya estaba decidido hacerlo, a si que apuntando mi verga hacia
donde estaban metidos mis dedos, comenc� a penetrarla. Al principio la cabra se
movi� un poco, pero luego se qued� muy tranquila, emitiendo unos sonidos. Mi
verga entr� por una cavidad muy parecida a la de una mujer, solo con la
diferencia del abundante pelo que hab�a en su trasero. Sin ninguna dificultad mi
verga entraba , mas y mas en ese misterioso agujero. Pod�a sentir el sonido que
produc�a mi verga mezclada con sus l�quidos. Comenc� a bombearla una y otra vez,
mientras ella en silencio se dejaba ser sometida.

El alcohol me hab�a puesto muy duro, y la sensaci�n y el
morbo de estar con ese animal, me llev� a prolongar lo m�s posible mi
eyaculaci�n, descansando con mi verga dentro de ella, cuando me daban ganas de
acabar. Dure mucho rato metiendo y sacando la verga de esa hembra, que parec�a
disfrutar con lo que yo le estaba haciendo.

Quise experimentar antes de correrme una �ltima nueva
sensaci�n. Sin pensar en enfermedades o infecciones, me saqu� el cond�n y volv�
a penetrarla. El placer aument� al doble. Sent� la humedad de ese hoyo en las
paredes de mi verga. Una y otra vez se la sacaba y se la volv�a a meter hasta el
fondo sin topar con nada que me lo impidiera.

El placer que sent�a, muy pronto sobrepas� mi control y
d�ndole unos fuertes empujones en su cola, termin� corri�ndome en el interior
del animal, dej�ndola adentro hasta botar mis �ltimas gotas de leche caliente.

Cuando le saqu� mi verga, el animal comenz� a caminar. Luego
un poco mas all� comenz� a lamerse el que hace poco hab�a sido mi lugar de
descarga.

Entre al ba�o y me lav� con mucho jab�n toda mi verga una y
otra vez. Sin embargo el olor, lo ten�a compenetrado en mis manos y en mi ropa.
Afortunadamente viv�a solo. Sal� por �ltima vez a buscar el cond�n que hab�a
dejado botado en el patio. La cabra desde un rinc�n me miraba.

Al otro d�a lleg� la persona que matar�a el animal. Se lo
llev� y luego lo entreg� listo para echarlo a la parrilla.

Todos comieron del animal, encontr�ndolo muy sabroso. Me daba
un poco de risa, ver como mis compa�eros se chupaban los dedos. Quiz�s mi semen
le habr� dado un sabor especial.. ja ja ja ja

Yo, no com� ..............

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