AVENTURAS DE UN TAXISTA
6.- Ballet
La cabeza de mi pene roz� la entrada de su vagina. Vi sus
ojos brillando en la oscuridad, como dos ascuas encendidas. Empuj�. El tunel
estaba caliente y resbaladizo, lubricado por sus l�quidos ardientes. La
sensaci�n de penetrar en ella fue magn�fica.
- �Ooohhhh! -gimi�-. �Qu� riiico!
Nuestros cuerpos se acoplaron a un movimiento r�tmico, que
por momentos se fue haciendo m�s y m�s intenso. De pronto, no me pude contener
m�s y eyacul�. Eyacul�, inundando su vagina con mi semen. Ella grit�. Yo
continu� sin parar, hasta lograr que ella arribara al orgasmo, a su vez. Me
derrumb� sobre su cuerpo, jadeando, en silencio.
Tras unos momentos de descanso, me levant� de la cama y corr�
al ba�o para asearme. Ya era tarde y deb�a entrar al servicio con mi taxi. Ya
vestido, me acerqu� al lecho donde ella reposaba a�n desnuda y, d�ndole un beso
en los labios, me desped� para ir a trabajar.
Me dirig� hacia la llamada zona viva, cuando record� que esa
noche hab�a una funci�n de ballet en uno de los m�s importantes teatros de la
ciudad. Eso significaba, claro est�, potenciales clientes. Pas� despacio frente
al teatro y una pareja me hizo se�as. Me detuve y subieron al asiento de atr�s.
Comenzamos a circular, mientras ellos discut�an acerca de d�nde ir�an.
Finalmente, �l sugiri� ir a cenar a uno de los restaurantes del centro y ella
acept�.
Los llev� al sitio escogido, me pagaron y regres� al teatro,
en busca de m�s pasajeros. Durante el viaje, la mayor parte de la gente se hab�a
marchado. Otra pareja, un hombre y una mujer de edad avanzada, me hicieron la
parada. Sin embargo, otro taxista avorazado, me cerr� el paso y me gan� los
clientes. De no muy buen talante, le hice una se�a con la mano empu�ada y
extendiendo el dedo medio.
En la esquina del teatro, estaba parado un joven solitario.
Me hizo se�al de parada. Era un hombre de unos 28 a�os, guapo, de m�s o menos
1.80m , delgado, pero con un buen cuerpo, pelo negro que enmarcaba sus ojos
verdes y unas facciones perfectas.
Llevaba una maleta grande, que puso en el asiento de atr�s y
se sent� a mi lado. Me dio una direcci�n a d�nde quer�a que lo llevara y
partimos. Apenas lo vi de cerca y lo escuch� hablar, supe que era gay.
Durante el camino, platicamos de varios aspectos y �l me
cont� que se llamaba Giovanny y era parte del elenco del ballet, lo que
explicaba su f�sico espigado, su porte erguido y su paso �gil.
No s�, pero yo tengo cierto magnetismo para atraer a los
gays, como ustedes ya lo sabr�n por mis relatos anteriores. Adem�s, el solo
tenerlo sentado a mi lado, provocaba en m� una extra�a calentura. �l me mir�
fijamente y yo le devolv� la mirada sin vacilar.
- Me gustas -me dijo.
- Y t� a m� -le contest�.
- �Eres gay? -me pregunt� abiertamente.
Yo me sent�a ya algo excitado y no estaba para darle
explicaciones, por lo que simplemente respond�:
- S�.
Me mir� complacido, al tiempo que avanz� su mano izquierda,
hasta ponerla sobre mi pierna.
- Ven conmigo a mi casa -susurr� en mi o�do.
Por toda respuesta, le puse mi mano derecha en su entrepierna
y le toqu� el paquete. Se estremeci� emocionado. Nos dimos un r�pido beso y
aceler� para llegar hasta su casa, pues ya estaba completamente erecto.
Al llegar a su casa, ubicada en una esquina, s�lo deseaba en
tener sexo con �l y, despu�s de estacionar el taxi, comenc� a tocarle el paquete
por arriba de sus pantalones. Nos dimos varios besos de lengua, al tiempo que,
con mi mano, le acariciaba sus pezones por encima de la camisa.
Excitado, Giovanny me urgi� a que entr�ramos y una vez en la
casa, despu�s de echar el cerrojo, me ofreci� algo de tomar.
- Luego -le dije, tom�ndolo en mis brazos y bes�ndolo en los
labios, al tiempo que con mis manos, lo agarraba por las nalgas.
Llegamos hasta su alcoba y entre besos y abrazos, poco a poco
nos fuimos quitando la ropa uno al otro, hasta que qued� s�lo con un b�xer
blanco de licra, que no pod�a ocultar mi potente erecci�n.
�l ten�a un cuerpo bien formado, marcado en el abdomen y,
para mi sorpresa, usaba una tanga de encaje, de esas que usan las mujeres, que
s�lo tienen un hilo entre las nalgas y, por delante, transparentaba
completamente su erecto paquete. Esto me calent� much�simo y me quit� la �ltima
prenda, para dar libertad a mi erecci�n.
Giovanny ya no aguanto mas y se acerco a m� y comenz� a
besarme, primero en los labios y despu�s fue bajando por mi cuello, mi pecho, mi
vientre, hasta ponerse de rodillas frente a m�.
Tom� mi pene entre sus labios y comenz� a darme un excelente
y muy experto trabajo oral. Yo s�lo gem�a pidiendo m�s.
- �Qu� rica tu verga! -me dijo- �Y qu� grande!
Giovanny me chup� el glande y lami� el liquido preseminal que
ya sal�a del orificio y se meti� toda la cabezota a la boca y empez� a meterla y
sacarla, haci�ndome gemir de placer.
Sent� que mi orgasmo estaba pr�ximo, as� que lo detuve y �l,
tom�ndpme de la mano, me llev� hasta la cama. Se tendi� en el lecho y, al verlo
as�, no me pude contener y me tir� sobre �l, tom�ndo su pene en mis labios y
comenzando a mamarlo con furia.
Giovanny se vino en mi boca. Gozoso, recib� uno, dos, tres...
seis trallazos, que recib� y tragu� complacido. Yo estaba hirviendo, por lo que
apenas lo dej� limpio con mi lengua, lo volte� salvajemente y comenc� a
penetrarlo r�pidamente.
Giovanny se quej� levemente al principio, pero termin�
goz�ndolo. Sin contemplaciones met� toda mi verga entre su ano, ejecutando cada
vez m�s r�pido, el mete-saca que nos volv�a locos. Giovanny levant� su culo,
cosa que aprovech� para meterle mi pene m�s adentro y comenc� a subir y bajar,
salir y entrar, cabalg�ndolo sin cesar.
Mientras segu�a metiendo y sacando mi pene del ano de
Giovanny, con una mano comenc� a masturbarlo, mientras con la otra le pellizcaba
los pezones. Los dos nos venimos unos minutos m�s tarde, sacando yo una enorme
cantidad de semen.
Abrazados nos quedamos en la cama durante un rato. De pronto,
se escuch� el sonido del timbre de la puerta. Giovanny se despabil� alarmado y
exclam�:
- �Luis!
- �Qui�n? -pregunt� alarmado.
- �Mi pareja! -explic�.
Lo mir� desconcertado. All� estaba yo, desnudo, en la cama
con aquel tipo, y su pareja estaba llamando a la puerta para entrar. Me sent�
atemorizado. �Qu� podr�a suceder?
- �Pronto! -me dijo-. Toma tu ropa y s�gueme.
Recog� mi ropa como pude y lo segu� por un pasillo. Abri� una
puerta y me hizo pasar. Era un garaje.
- Como esta es una casa de esquina -dijo Giovanny-, la puerta
del garaje da a la calle y Luis est� tocando la puerta de la avenida. Cuando yo
le abra, t� sal por aqu�, sin hacer ruido.
Se retir�. Me vest� de prisa y vi que hab�a olvidado uno de
mis calcetines. Al oir que Giovanny abr�a la puerta y Luis lo interrogaba acerca
de por qu� hab�a cerrado con llave y se hab�a tardado para abrir, sal� a la
calle. Camin� hasta mi taxi, lo abord� y me fui del lugar, deseando que Luis no
le fuera a hacer una escena de celos a Giovanny.
Mientras cruzaba por las calles de la ciudad, pensaba en mi
calcet�n olvidado. Ahora tendr�a un pretexto para volver.
Autor: Amadeo
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