Hasta el viernes no par� de meditar. Por un lado estaba
entusiasmado conque Lew me hubiera desvelado posibilidades sexuales que obtener
de mi gordi que no me hab�a imaginado. Pero por otro me empezaban a reconcomer
los celos. No ten�an raz�n esos celos -me dec�a- lo m�o con la viuda es puro
sexo, yo quiero a mi novia. ... Pero estaba celoso. ... y demasiado.
En esa tesitura no quise quedar el viernes con el colega para
visitar a la Bego los dos juntos, me adelant� a �l para convencer a mi gordi de
que ya hab�amos hecho el tr�o prometido y que deb�amos follar nosotros solitos
como siempre, que meter a alguien m�s iba a producir problemas. Que ahora lo
mejor era, en todo caso, probar otra clase de tr�o: con otra mujer.
La Bego no se mostr� muy receptiva mi propuesta.
- Oye, le promet� que le dejar�a darme por el culo y debo
cumplir la promesa.
- Pero te va a destrozar Bego, tiene una tranca descomunal.
Es peligroso. Seguramente el resto de tu vida tendr�s que llevar un pa�al porque
te desgarrar� el esf�nter. Imagina qu� verg�enza vas a pasar en el hospital
cuando vayas a que te lo reparen.
- No creo. He estado ensayando con cosas m�s gordas que su
verga y me caben bien. Hasta el jarr�n de mi c�moda me entra, y debe medir de
grueso el doble que su aparato.
- No me digas que te has metido eso. Qu� barbaridad.
Y me fui a su habitaci�n a comprobar el grueso del jarr�n. Me
quede asombrado. Vaya con la guarra de la vieja.
Me esforc� con m�s argumentos pero fue in�til. Cuando lleg�
mi colega le abri� la puerta salud�ndolo con gran cordialidad y meti�ndole la
lengua en la boca hasta la campanilla.
- Vale, vale, putoncilla. �Me tienes dispuesto el culito?.
�Te has lavado bien la mierda de las tripas?. �Te has pintado las u�as?.
Bego le ense�o sus manos mientras asent�a.
- Me he puesto lavativas hasta que ya no sal�a ni pizca de
color en el agua. Y encima no he comido nada desde cuatro horas antes. Tu lefa
va a encontrar un recipiente limp�simo, cacho cabr�n. �Te gustan mis manos?
- Preciosas nena. -Y comenz� a chuparle los regordetes y
hermosos dedos -. Voy a buscar el aceite. Cuando vuelva quiero ver esos deditos
abriendo el ojete de tu culazo para dar abrigo a mi verga.
La guarra ninf�mana no tuvo ning�n empacho en desnudarse,
ponerse de rodillas, inclinarse con la cara sobre el suelo y separar con sus
dedos sus extensas nalgas para mostrar con la mayor impudicia su agujero
trasero. Encima me mir� sonriendo, sin el menor gesto de reparo por encornarme
tan descarada y cruelmente.
Lew regres� de la cocina ya en pelotas con la verga bien
aceitada y los dedos de la mano derecha tambi�n. Si dilaci�n alguna meti� sus
dedos y durante un par de minutos se dedic� a lubricar el agujero, dilatarlo,
juguetear intentando asomar los dedos por el agujero vaginal y oli�ndoselos para
comprobar la limpieza del recto de la golfa. Meti� otros dos dedos de la otra
mano y estir� hacia ambos lados del esf�nter como si quisiera partirlo. Con el
agujero as�, bestialmente abierto, meti� adentro su descomunal tranca y,
extrayendo los dedos se puso a bombearla sin la menos delicadez.
Mi amante �si es que lo era todav�a- no se quej� lo m�s
m�nimo. Parec�a como si estuviese acostumbrada a ser sodomizada todos los d�as.
Creo que nos hab�a mentido sobre su virginidad anal y que su marido, o sabe dios
quien o quienes, hab�an disfrutado mucho de aquel glorioso trasero.
- David ponle la polla en la boca a la zorra. � dijo mientras
amasaba los mantecosos cachetes y los palmeaba fuertemente mientras bombeaba
en�rgicamente y hasta los huevos sin queja de la muy puta.
Me sent� ante la gorrina lasciva con las piernas abiertas e
inmediatamente su golosa boca hac�a gala de su maestr�a mamatoria absorbiendo mi
herramienta hasta la garganta y llegando con sus labios hasta mis test�culos.
Tras unos minutos Lew le dijo a la Bego que fu�ramos a la
cama, pero que no se destaponase el culo. As� que la puta fue a gatas hasta el
lecho con la polla del colega enfundada. Lew manej� con habilidad el nada ligero
cuerpo de la vieja y se coloc� en la cama tumbado de espaldas con ella empalada
por el ano y de espaldas a �l.
- David, tapona el co�o de la golfa.
Alucinado pero entusiasmado me apresur� a meter mi discreta
herramienta en aquella gruta que totalmente desnuda de un solo pelo se ofrec�a
descaradamente impulsada hacia mi por el ingente relleno de su recto.
No me fue nada f�cil la empresa por la abusiva ocupaci�n del
espacio �til por parte de la verga de mi compinche. Despu�s de grandes esfuerzos
lo logr�, notando la presi�n en mi pene de la gran morcilla que estaba al otro
lado de una delgada pared de tejido. Deliciosa la compresi�n sobre mi aparato.
Cuando comenzamos a movernos mi polla se sali� y hubo que repetir la maniobra
ante la impaciencia de la viuda, que no paraba de gemir como una marrana en la
matanza. Pero no eran gemidos de dolor, eran evidentemente de puro placer
animal.
No ser�a capaz de repetir los ep�tetos que me lanz� por mi
impericia para acomodar el bombeo al ritmo de Lew y las veces que se me sali� la
picha de su co�o. Su lenguaje no lo hab�a escuchado jam�s de sus labios, parec�a
que se hab�a contagiado de la chabacaner�a de Lew. Las expresiones de los dos
parec�an competir en a cual m�s soez y bestial. La puta se hab�a vuelto como
loca y ped�a m�s y m�s penetraci�n, mas fuerte, m�s en�rgica. Los tres est�bamos
empapados en sudor y ella expel�a flujo por el co�o como un pantano desbordado.
La muy cerda se corri� dos veces con unos alaridos y
desvergonzadas expresiones que estoy seguro escucharon todos los vecinos si no
medio barrio. El segundo orgasmo suyo coincidi� casi con el m�o. Yo saqu� mi
instrumento tras eyacular dentro y la gorda se tendi� de espaldas sobre Lew
extenuada y relajada mientras el chico explotaba en su recto. De repente empez�
a manar de su co�o un chorro que al principio pens� era flujo vaginal producto
de la corrida y que no me extra�� dado lo copioso que sol�a ser, pero era algo
m�s que not� cuando me alcanz� en la cara y en la boca. Lew estaba recibiendo el
chorro en la ingle al caer.
- �Joder, con la cerda!. Se ha meado encima de nosotros. La
puta madre que la pari�. Puerca sebosa. Lechona de pocilga. Te vas a enterar.
- No me he podido contener �murmur� con una beat�fica
expresi�n de placer- Al sacar su polla David se me ha relajado la vejiga. Lo
siento.
- Y tanto que lo vas a sentir. � dijo al tiempo que sacaba su
verga del culo de la marrana.
La tom� de la mano, la hizo levantar y haci�ndome un gesto de
acompa�arle la arrastr� al ba�o.
- Ponte de rodillas cerda. Ahora te vamos a mear a ti. Es lo
justo.
La gorda se arrodill� sin protestar y se resign� sin protesta
alguna a ser meada. A Lew le sali� la orina antes que a mi, un poco cortado por
el asunto, y dirigi� el caudaloso chorro a todas las partes del rechoncho
cuerpo. La me� la cara, las tetas y la espalda, escurriendo hasta el suelo y
mezcl�ndose con el esperma que comenzaba a manar de sus agujeros. Cuando Lew
agot� su orina se coloc� tras ella, la meti� dos dedos de cada mano en la
comisura de los labios para forzarla a mantener la boca abierta y dijo:
- A ti te llegado su chorro a la boca. Es justo que la mees
en la boca.
Me cost� un poco, pero pronto estaba meando en la boca de mi
amante algo avergonzado de humillarla de aquella manera. Desde luego mis reparos
no los compart�a Lew, porque cuando termin� de mearla, la oblig� a lamer del
suelo una buena cantidad de la mezcla de esperma y orina y trag�rsela.
Nos duchamos los tres juntos y despu�s Lew le dijo a la zorra
que cambiase las s�banas porque a�n hab�a arrestos para rellenarla de lefa otra
vez. El y yo nos fuimos al sal�n a tomar una cerveza.
La gorda se present� para anunciar el cambio de s�banas,
apremiante para que la volvi�semos a follar e imp�dicamente desnuda ante los
dos. Est�bamos en el sof�.
- Hemos cambiado de opini�n. Te vamos a follar aqu� mismo.
Anda, anima estas trancas que tanto te gustan, golfa ninf�mana. Que est�s m�s
salida que la esquina del Corte Ingl�s.
La vieja se arrodill�, se meti� la verga de Lew en la boca y
paje� la m�a con sus lindas, suaves, c�lidas y regordetas manos cuya blancura se
acentuaba con el oscuro rojo de sus u�as impecablemente lacadas.
Pronto estuvieron nuestras herramientas erguidas para el
combate y Lew le dijo a la gorda que se ensartase ella misma por el co�o en mi
verga y de cara a mi. Como era de esperar, al poco sent� el enorme cipote de mi
compadre abri�ndose paso en el culo de la gorrina y avasallando y aplastando mi
discreta herramienta.
Pero Lew no dur� mucho dentro del recto. Not� como se la
sacaba y, segundos m�s tarde, c�mo se esforzaba para introducirse en el mismo
orificio que albergaba la m�a. Vi la sudada cara de la gorda que mostraba signos
de dolor pero no se quej�. Tampoco se si le dol�a la doble penetraci�n de su
co�o o el brutal amasado, estrujado y mordido de tetas que yo la estaba
propinando.
Tras bombear lo suficiente para que la vieja alcanzase el
orgasmo sin que ni Lew ni yo eyacul�semos, mi colega se sali� del ensanchado
co�o arrastrando mi polla con la suya y oblig� a la Bego a darse la vuelta,
sentarse sobre mi y enfundarse mi polla esta vez en el ano. Mientras proced�a
sumisamente al empalamiento, Lew la golpeaba en la cara con su largo y gordo
falo que ella intentaba alcanzar con la boca.
Cuando mi verga estuvo a acomodada en el recto en toda su
longitud, Lew ocup� el co�o someti�ndolo a unas embestidas brutales aunque
espaciadas. Sacaba casi entera la polla para volverla a meter hasta el escroto
de un solo empuj�n que, sumado al peso de la cochina, casi me quitaba la
respiraci�n.
Dej� de martirizar el co�o para met�rsela otra vez junto a la
m�a dentro del ano. Yo no pude aguantar el ritmo fren�tico de Lew y me corr�. �l
sigui� un rato destrozando el ano como hab�a hecho con el co�o y despu�s de
proporcionarla otro orgasmo m�s, con iguales demostraciones sonoras que me
hicieron temer la intervenci�n de la polic�a, se sali� del culo, la volc� sobre
el sof� y, con la misma ferocidad se puso a follarla la boca. Sacaba la larga
polla entera, se la met�a violentamente tan a fondo que yo ve�a abultarse la
garganta de mi amante, la manten�a dentro un rato y cuando la puta empezaba a
asfixiarse la sacaba para repetir la maniobra,
La Bego no se asfixi� como yo tem�a, pero s� le acometieron
arcadas y arroj� la pota sobre la polla de Lew.
- Pero hija de puta, �es que no eres capaz de follar sin
guarrearnos?. Te vas a enterar so gorrina salida. Espera que me vac�e y ver�s.
Puerca viciosa.
Lew se corri� en el interior de la boca de Bego y �sta se
trag� toda la lechada sin reparo. Su cara era un espect�culo: Todo el maquillaje
corrido y embadurnado con el sudor, el pelo empapado y pegado a las sienes. La
largas tetorras otro espect�culo. Enrojecidas por mi tratamiento contrastaban
extremadamente con la n�vea blancura del resto de su suave piel.
Y vino la �ltima humillaci�n del d�a para mi amante en
castigo por vomitar en el falo de mi amigo. Sobre el sof�, Lew le abri� el co�o
con dos dedos de cada mano, acerc� su rabo al gran agujero y vi como orinaba en
el interior de la vagina de la cerda. Cuando termin� la oblig� a girar y le
abri� el culo de la misma forma indic�ndome que la mease en ese agujero,
mientras esperaba la salida de mi dorado l�quido, pude observar como resbalaba
el de Lew de su co�o y afloraba en el brutalmente abierto ano mi propio esperma.
Despu�s de vaciar mi vejiga en los intestinos de mi gordi,
Lew le meti� cuatro dedos para taparle el culo e impedir su vaciado y me mand� a
la cocina a por un cuenco. Cuando lo traje, retir� sus dedos del ano y oblig� a
la gorda a sentarse sobre el cuenco y vaciar all� la mezcla de mi orina y mi
esperma. Una vez vaciados los intestinos oblig� a la Bego a beberse el contenido
del cuenco.
No cre� jam�s que mi vieja admitiese aquello, pero lo hizo.
De protestar solamente protest� porque el sof� hab�a quedado manchado de orina.
Tras aquel d�a yo di por sentado que no volver�amos, ni Lew
ni yo, a verla jam�s. Una semana despu�s nos llam� al taller para tener otro
encuentro a tres.
Se repitieron perversiones similares que cada vez iban a m�s.
La gordi ya solo quer�a follar por los dos agujeros. Tan viciosa se hizo de ello
que Lew tuvo que pedir a un amigo ingl�s que le enviase unos gruesos
consoladores y tapones anales para coloc�rselos a la Bego donde fuera menester
cuando solo era uno de nosotros el que pod�a pasar a foll�rsela.
Por si fuera poco, el chabacano y soez lenguaje aprendido por
la Bego de Lew se vio enriquecido por el de una puta callejera que mi colega
incorpor� unas cuantas veces a nuestros encuentros para convencer a mi amante de
las delicias de la bisexualidad. Entonces podr�a yo haber iniciado a mi novia
para ense�arla a follar debidamente, pero estaba absolutamente seguro de que si
presenciaba un espect�culo como el que sol�amos montar y escuchaba las
expresiones de Bego cuando estaba a punto del orgasmo o cuando era sometida a
las sevicias y perversiones que cada vez le gustaban m�s, la perder�a para
siempre.
Una tarde, al salir de casa de la viuda tras dejarla para el
arrastre, Lew me insinu� algo:
- Podr�amos hacer alg�n dinerete con esta puta caliente.
- �A qu� te refieres?
- Podr�amos traerle de cuando en cuando alg�n tipo y cobrarle
dinero. Ella no tendr�a por qu� enterarse.
- �La quieres emputecer?
- Bueno, algo parecido. No ser�a puta profesional porque no
lo sabr�a.
- No quiero ni oir hablar de eso. Eres un cabronazo. Una cosa
es que tenga ninfoman�a, y otra aprovecharte para prostituirla.
Lew no volvi� a plantear el tema, pero un d�a, en que iba yo
solo a soltarle un polvo a mi gordi, le vi salir del portal de la casa
acompa�ado de un tipo que yo no conoc�a. Cuando mi amante � y la de Lew, claro-
me abri� la puerta mostraba signos inequ�vocos de haber sido follada
concienzudamente. Entre los m�s claros la beat�fica sonrisa que iluminaba su
cara de luna llena despu�s de un buen orgasmo.
Otro d�a me percat� de que en el portal de casa de la Bego
hab�a una pintada que dec�a "Esta casa es un burdel".
. . . . .
Mis estudios y mi novia acaparaban tiempo y mi relaci�n con
la Bego se hizo menos frecuente que la de Lew.
Un d�a, en el taller mec�nico, el deslenguado de Lew de dijo
a una clienta due�a de un porsche �auto singular en la Espa�a de entonces- que
"la follase un pez", cuando la dama le recrimin� haber dejado huellas de manos
sucias de grasa en el cap� del coche. La mujer se lo cont� a Tom�s, el due�o del
taller, y �ste ya no tuvo m�s contemplaciones con Lew y lo quiso echar al paro.
Discutieron y en un momento dado Lew le espet�:
- Usted lo que pasa es que siempre est� de mala ostia porque
no folla debidamente.
Eso me dio una idea para salvar el trabajo de Lew. Me llev� a
Tom�s al despacho y le dije que si no echaba a Lew le conseguir�a unos cuantos
polvos con una madurita de su edad. El jefe, que evidentemente no follaba bien,
se lo pens� y al d�a siguiente readmiti� a Lew con una sanci�n de una semana de
empleo y sueldo. Despu�s me record� mi promesa.
Si Lew prostitu�a a mi gordi por dinero, no ser�a mayor
pecado el m�o, que pretend�a una obra de caridad salvando el curro de su otro
amante.
Le present� a Bego a Tom�s y, ante el desconcierto de la
viuda les dej� solos no sin antes susurrarle que se portase bien y no hiciese
guarradas con �l. Que era un poco t�mido y deb�a foll�rselo sin asustarlo. Bego
me mir� como a un bicho raro pero no dijo nada y se qued� hablando con Tom�s.
Lo que son las cosas. La viuda dej� de llamarnos tanto a Lew
como a mi y no quiso abrir la puerta cuando fuimos a interesarnos por la
repentina curaci�n de su ninfoman�a.
Tras mucho insistir nos cont� que la Seguridad Social hab�a
descubierto un error de c�lculo en su pensi�n de viudedad y que, aparte de tener
que devolver un mont�n de dinero, se le reduc�a demasiado como para vivir
decorosamente. Tom�s le hab�a pedido en matrimonio y ella hab�a accedido.
Ya solo la volvimos a ver el d�a de la boda, durante cuyo
banquete, ya al final, con los invitados y el novio demasiado borrachos para ver
los movimientos de nadie, le soltamos un polvo r�pido de despedida entre los
arbustos del jard�n del restaurante.
. . . . . .
Lew y yo nos olvidamos de ella, que ni tan siquiera se pasaba
jam�s por el taller de su marido. Bueno, no la olvidamos, porque su retrato
sobre la mesa del despacho de Tom�s nos la recordaba.
Yo termin� la carrera y abandon� el taller para ejercer mi
profesi�n. Lew lo abandon� m�s tarde para entrar a trabajar en una multinacional
de autom�viles cuando se instal� en Espa�a.
Por eso me extra�� recibir su llamada en mi despacho cuatro
a�os m�s tarde. Quer�a verme y quedamos citados en una cafeter�a.
- Hola Bego, me acuerdo mucho de ti.
- Y yo de ti y de Lew. O Lucilo, o como se llamase de verdad.
Qu� tiempos.
- Luciano, se llama Luciano.
- No le encontr� en la gu�a telef�nica.
- Yo tengo su tel�fono. No trabaja en cosa muy recomendable
para figurar en la gu�a.
- �A qu� se dedica?
- A proxeneta. Tiene un puticlub en la carretera de Reus a
Salou.
- �No jodas!. Bueno, ya mostraba vocaci�n. Sospecho que a
alguno de los que me present� para follar le cobr� por ello.
Quien calla otorga, dicen. Y eso hice yo. Seguimos charlando
de los viejos tiempos y ella acab� por decir lo que pretend�a:
- David, voy a por los 49 a�os de edad, me queda poco para la
menopausia y quiero darle un hijo a Tom�s. Yo soy f�rtil, me lo dijo mi
ginec�logo, pero Tom�s no quiere ir al m�dico y buscar un m�todo de fecundaci�n,
pero sin embargo querr�a un hijo.
- �Y?..... �Qu� puedo hacer por ti?
- Pre�arme.
- �Ostias!
Me rog� tanto, y pensando lo que deb�a a aquella mujer que
acab� con mi carrera para ser campe�n de pajas, acced� a intentarlo. Adem�s se
la ve�a muy apetecible. Me agradar�a palpar otra vez carnes abundantes pues,
seg�n mi perversa tendencia, como comprob� con el tiempo, mi novia de entonces
era otra percha.
- Una pregunta: �Por qu� buscabas a Lew?. �Hubieras preferido
que te pre�ase �l?
- No, pens� en los dos al mismo tiempo. Para disfrutar como
anta�o y para asegurarme el doble de posibilidades de embarazo. No se si alguno
o los dos sois est�riles.
- Le llamar�.
- Gracias David. Cuando est�is o est�s listo, �ste es mi
n�mero. Llama entre las 9h y las 15h. Ni antes ni despu�s. Si por cualquier
imprevisto contestase Tom�s dile que es una encuesta.
Habl� con Lew, que se mostr� muy remiso al asunto. Tuve que
recordarle que le deb�a a la Bego una reparaci�n moral por prostituirla sin su
conocimiento. Y tampoco le costaba mucho soltarle un polvo. Al final accedi�.
Sin duda en ambos pes� el recuerdo de aquellas apetitosas carnes abundantes y
los grandes y pesados pechos.
No era eso lo que le decidi� ya que, seg�n me cont�, entre la
docena de putas que ten�a en explotaci�n en el puticlub, tres eran tan
abundantes en carne como la Bego o m�s. Desde luego s� una negraza exuberante
que me cedi� gratis la tarde en que nos entrevistamos. Reconoci� que le pesaba
en la conciencia haberse aprovechado de ella sin su conocimiento. Ahora que
conoc�a a fondo el mundo de la prostituci�n le remord�a haber hecho aquello.
- Y �Qu� demonios! Me apetece recordar viejos tiempos tan
buenos -remat�.
Follamos a la Bego hasta que qued� pre�ada. Por supuesto no
pudimos corrernos nada m�s que en su co�o. Y no nos dej� practicar excesos que
la delatasen ante el ginec�logo.
Nos dio las gracias y no supimos de ella hasta el sexto mes
de embarazo en que nos llam� porque hab�a tenido una reca�da en su ninfoman�a.
No le import� mucho el ginec�logo y regresamos a las antiguas pr�cticas guarras.
Esta vez con monumental barriga por medio. Como una barriga tal no le
facilitaban a Lew sus putas, se entreg� con ganas a nuestra hembra.
Pari�, pas� la cuarentena y tambi�n la ayudamos a vaciar las
ubres que su criatura no pod�a apurar. Esta vez, al c�ctel de orina y semen que
beb�a golosamente se a�adi� su propia leche. La que no beb�amos nosotros claro.
Poco a poco fuimos espaciando el contacto. Ella ten�a miedo
de excederse, confiarse y que Tom�s supiese su relaci�n. Lew perdi� el contacto,
pero yo lo mantengo. Ahora, a sus 67 a�os y mis 41, a�n nos encontramos cada
tres meses en la habitaci�n de alg�n hotel.
Un d�a me dijo:
- �Te acuerdas de aquel d�a que trajisteis a otros dos chicos
y una putita y montamos aquella org�a en que ella me meti� la mano en el co�o y
me follasteis los cuatro por el culo mientras ella agarraba las pollas por
dentro? Me gustar�a volver a repetirlo.
Sospecho que Lew hizo con ella bastantes m�s cosas de las que
yo ten�a noticia.
FIN