Relato: Un leve roce (II) Pasadas unas semanas decidí llamar a Luis a ver si había llegado su amigo y podíamos pasar
un rato los tres juntos. Quedamos para las 6 de la tarde en su apartamento,
me dio la dirección y me dirigí al mismo. Al llegar les encontré
a el y a su amigo esperándome, estaban solo pantalón corto visionando
un video porno, para estar en forma para mí, según me comentaron,
me invitaron a que me pusiese cómodo, mientras me servían una
copa, sin terminar de quitarme la ropa ya tenía a Luis a mi espalda
ayudándome a despojarme del slip, mientras restregaba su enorme pollón
en mis nalgas. Su amigo, Toni, se puso de rodillas ante mí y comenzó
a chuparme la polla, Luis se bajo a mis nalgas y comenzó a chuparme
las nalgas, el culo y el ojete, mientras sus manos me acariciaban las nalgas,
los huevos, la espalda. Menuda entrada, pensé. Mientras Toni, se puso
en pie y quitándose el pantalón corto me mostró su polla,
que polla, aquello si que no entraba en mi culo, era muy gorda, mucho más
que la de Luis y grande como no había visto otra en mi vida, ni siquiera
en las películas porno. Me ha dicho Luis que tenías deseos de
catar mi polla, aquí la tienes. Mis manos se fueron a ella comencé
a masturbarle a dos manos, era tan grande y gorda que no me cabía en
las manos. Me puso la mano en los hombros y presiono mi cuello para que me
agachase, en esto Luis ya estaba llenando mi culo de saliva y metiendo su
lengua dentro de él, me encanta que me coman el culo, sentir una lengua
dentro de él. Al agacharme a comerme la polla de Toni, me quedé
a cuatro patas, con mi culo apuntando a la cara de Luis, éste aprovecho
para lubricarlo bien, comenzó a meter la lengua, saliva, los dedos,
lengua, saliva, dedos,.... Comencé a darle lengüetazos a aquel
trozo de carne, era inmensa y estaba durísima, me metía su capullo
en la boca, lo chupeteaba, le pasaba la lengua por los lados del capullo,
me lo lengueteaba como si fuese un helado, mientras apretaba sus huevos,
los tenía enormes a juego con su polla. Era lo que se dice un autentico
súper, pero súper, súper, no súper light como algunos
que con 20 cm se creen que son los dueños de la mayor polla del mundo
Aquello era enorme no encontraba forma de poderlo coger en su conjunto,
ni con la boca y las manos lograba abarcar todo el cipotón aquel. Mientras
disfrutaba con la chupada noté que Luis había, sustituido su
lengua y sus dedos por algo más gordo y duro, era la cabeza de su pollón
que buscaba abrirse paso en mis nalgas, me taladró el ojete y comenzó
a penetrar en mi interior, primero suavemente, muy suavemente, para evitar
hacerme daño, luego con más intensidad, con más firmeza,
al final con más fuerza. Pero siempre pendiente de sacarla y lubricar
el ojete y la punta del capullo, para que no me molestase la penetración.
Yo seguía dando la lengua a aquel tremendo palo, lo mordisqueaba, lo
besaba, lo chupaba, le pasaba la lengua por toda su extensión que era
mucha, había mucho que chupar, mucha polla. Estaba disfrutando de la
polla de Luis en mi culo y de la de Toni en mi boca, Luis desde atrás
comenzó a pajearme, mientras me bombeaba, podía sentir su polla
como penetraba en mi interior, como una auténtico pistón, que
penetra en el cilindro con rapidez y precisión, ya sabía como
se las gastaba Luis y la firmeza con que penetraba con su polla, era sensacional,
sentir aquel trozo de carne caliente y dura como me llenaba el culo, mientras
otra polla aún mayor, me llenaba la boca. Luis comenzó a darme
cada vez más rápido mientras me decía que me iba a llenar
el culo de leche, al momento comenzó a llenarme el culo de leche, sentía
como sus chorros llegaban a mis entrañas, lubricando el ojete y llenando
mi interior, me regalo con cinco o seis chorros de leche que llenaron mi culo,
notaba como al sacarla y meterla de nuevo, la leche resbalaba por el ojete
y llegaba a mis huevos, terminó de correrse y siguiendo metiendo y
sacando la polla durante unos minutos, abriendo el camino y lubricando
para que su amigo ocupase su lugar. Cuando Toni se puso tras de mí
y sentí su enorme capullo presionando en mi ojete, intenté levantarme
y no dejarme follar por aquella bestialidad de polla, pero me sujeto por el
vientre mientras presionaba para que entrase el capullo. Cuando entró,
vi las estrellas, sentí bastante dolor y me contraje para expulsarle
de mi interior, no lo conseguí, me tenía sujeto con bastante
firmeza. Comenzó a moverse lentamente, mientras me acariciaba el pecho,
el vientre, Luis para colaborar se había puesto de rodillas ante mi
y me comenzó a chupar la polla, esto me hizo olvidarme un poco del
dolor, de lo que me abría la tremenda polla que tenía metida
en el culo, bueno, no tenía la polla metida, solo tenía la cabeza
de la polla, pero que cabeza, más que una cabeza era un cabezón,
algo impresionante, nunca pensé que mi culo fuese capaz de tragar aquello.
Pero por momentos noté como iba penetrando cada vez más, ya
no era solo la cabeza, ya tenía por lo menos la mitad dentro, me abría
en canal, notaba como mi cuerpo se partía en dos, una nalga se iba
a un lado y la otra a no se cuanta distancia, aquella perforadora seguía
penetrando cada vez más adentro, por el recorrido que llevaba pensé
que ya la había metido toda, pues la sentía revolviéndome
cerca del estomago, pase mi mano atrás y me asuste un poco al notar
que todavía le quedaba un palmo que entrar, le cogí la base
para evitar que siguiera metiendo, pero me dijo, no te preocupes que lo peor
es que pase la cabeza, después ya no hace daño, por mucho que
penetre y siguió embistiendo cada vez con mas ganas, con más
firmeza quité la mano y me la metió toda, me presionaba el estomago,
menos mal que no estaba haciendo la digestión que si no me hace vomitar.
Era escalofriante sentir aquel trozo de carne dentro de mí, aguantar
aquella perforadora que ahora comenzaba a moverse, abriendo mi culo como nunca
lo había abierto nadie, me partía por la mitad, podía
sentir como penetraba, como salía y volvía a penetrar, cada
vez con más fuerza, con más intensidad, más rápido,
más fuerte. Las chupadas de Luis a mi polla y el gusto que me hacía
sentir aquél trozo de carne que me tenía partido en dos hicieron
que me corriese a borbotones, un chorro, dos, tres, cuatro, cinco, seis,
....., notaba como mi esfínter presionaba la polla, esperando su leche,
la cual estaba a punto de llegar, pues sus movimientos le delataban estaba
a punto de correrse, le cogí los huevos y se los acaricié mientras
esperaba sentir su leche en mi interior, no tardo en llegar, una embestida
y un chorro de leche que me inundo por completo, otra embestida, otro chorro
de leche, podía sentir como su polla vibraba en mi interior, como descargaba
la leche, me llenaba de leche el interior, cuando terminó saco su enorme
pollón y sentí un ruido, como un vacío, al sacar un corcho
de una botella, era tanta la presión que hacía en mi esfínter
que el sonido fue como el de un tapón de una botella. Dejo salir un
poco de leche y luego me la volvió a meter, me pensé que solo
era para darme placer con el culo bien lleno de leche, pero me equivoqué
me estuvo follando hasta que se corrió de nuevo y ahora lo hacía
con ganas, con fuerza, con intensidad, sabiendo que ya mi culo estaba adaptado
a su polla y que no me producía dolor, solo molestia por lo abierto
que estaba, pero no me dolía, me metió dos polvos en uno, no
sin sacarla, pues, la saco para dejar salir la leche y que se lubricase mejor,
pero es lo que se suele decir, dos y sin sacarla. Cuando se retiró
nos metimos en la ducha mi culo estaba ardiendo y agradeció que le
refrescase con agua fría, tras una buena ducha nos fuimos a la cama
y mientras hacía un 69 con Luis pude observar desde un lugar privilegiado,
a escasos centímetros, como el tremendo pollón de Toni le abría
el culo, estuvo un rato dándole caña en el culo mientras nos
chupábamos las pollas. Yo no dejé que me volviesen a follar,
pues, tenía el culo ardiendo y no lo consideré oportuno, no
sé si lo podría resistir que me la volviese a meter de nuevo. Bueno,
hasta aquí llego la historia lo que paso luego tiene menos interés,
no los he vuelto a ver, ni creo que me decida, pues la herramienta de Toni
es demasiado grande para mi gusto, te deja demasiado dolorido y sin ganas
de volver a repetir. Prefiero las grandes, pero dentro de lo normal, sin pasarse.
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Relato: Un leve roce (II)
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