Sinceramente ten�a ganas de que volvieran a tocarme, mi padre
roncaba a todo pulm�n y mis hermanos estaban tan cerca de mi que me mord� el
labio antes de posar mi mano sobre el torso desnudo de Gianni. Despacio y muy
despacio baj� hasta el lugar de mi perdici�n. Me dediqu� a explorar su vellos
duros, a envolverlos con mis dedos y me reserv� el momento de tocar esa verga
que cuando se ergu�a era la mas grande de todas. La deseaba dentro de mi boca y
de mi concha, sent� calentarme al solo pensar en la posibilidad de un nuevo
orgasmo a esa hora de la ma�ana, cuando el sol apenas se asomaba detr�s de los
campos cultivados, e hice un esfuerzo supremo por no agarrar la verga con toda
la extensi�n de mi mano y realizarle una buena paja hasta hacerlo acabar. Ni
siquiera reconoc�a que a eso se le llamaba "masturbaci�n", aunque sab�a muy bien
c�mo hacerlo, c�mo lograr que mis hermanos o mi padre despidieran ese l�quido
blanco de sabor extra�o pero que generaba en mi sensaciones muy gratificantes.
Nunca he podido comprender las razones por las que sent�a devoci�n en chupar
vergas.... estaba segura de que el sabor no me gustaba, pero bien puedo decir
que me daba mucho placer lo que aquello significaba.

Giancarlo estaba empezando a acusar recibo de mis est�mulos y
se mov�a tranquilamente de un lado al otro. El pobre segu�a dormido y no pod�a
saber que mi mano estaba masajeando su verga completamente fl�cida. Sent�
mojarme cuando el miembro de Gianni dio un respinguito y comenz� a ponerse dura;
todo el proceso de los miembros erguirse hasta convertirse en garrotes me
divert�a y me excitaba bastante. Segu� d�ndole al pobre mientras miraba los
movimientos extra�os de su cara cuando, de repente, abri� los ojos y se dio
cuenta de todo mi accionar.

No dijo nada y hasta me pareci� que todo su cuerpo, incluso
su cara, se hinchaban al recibir mis masajes. Ya consciente le toqu� los huevos
despacio y luego cuando sent� que comenzaba a endurecerse mas y mas me entretuve
en subir y bajar su piel una y otra vez, lentamente pero con denodada devoci�n.
Me fui mojando al tiempo que la verga de Gianni fue hinch�ndose en mi mano,
poni�ndose dura como una roca y preparada para alg�n tipo de penetraci�n. Esta
vez solo penetrar�a el hueco de mi mano pues ir mas all� ser�a demasiado
peligroso. El chico estaba sacado y yo me dediqu� a mirar su cara ardiente, sus
mejillas coloradas como si una manzanita hubiese ocupado el lugar de su rostro.

Ahora, con Gianni completamente compenetrado en mis
movimientos lo paje� a la mayor velocidad posible, con la verga dura y estirada,
abarcando casi toda la extensi�n de mi mano, con mucha prisa y sin pausa. Yo
estaba bien caliente y bastante mojada por lo que llev� la mano de Gianni a mi
entrepierna. El no se hizo esperar ni un minuto y comenz� a recorrerme la vagina
de arriba abajo. Sent� estremecerme y abr� las piernas para que su mano se
moviera sin dificultad. Estaba desesperada por un orgasmo y despu�s de las
sesiones anteriores me hab�a dado cuenta que acababa mas r�pidamente si sus
dedos, boca o lo que fuera se dedicaban con pasi�n a mi cl�toris.

Quedate ah�, le dije

Mi hermano sigui� al pie de la letra mi pedido y me hizo
gozar bastante cuando se dedic� a toquetearme el cl�toris, rodearlo con sus
dedos, bailotearlo de un lado al otro o, lo mejor de todo, apretarlo hasta
llevarme a la locura. En todos sus movimientos fui moj�ndome un poco mas y su
verga estuvo recibiendo una y otra vez, a trav�s de mi mano, toda mi excitaci�n.
Creo que los dos est�bamos disfrut�ndolo al m�ximo. Por supuesto no pod�amos
jadear ni retorcernos pero cerr� mis ojos para concentrarme en el placer
recibido, y as�, acabar lo m�s r�pido posible.

Despu�s de un rato no muy largo de masajes y caricias mutuas,
cuando el cuerpo de Gianni comenz� definitivamente a tensarse presagiando la
eyaculaci�n, abr� los ojos para ver su cara de placer. Mantuvo la boca abierta
cuando sent� los chorros que ca�an sobre mi mano. Se detuvo mientras estaba
acabando y me mov� para que no dejara de acariciarme. Yo ya estaba
experimentando la llegada del orgasmo en esa tensi�n que crispa el cuerpo y por
nada del mundo quer�a que aquello se detuviera. El, tan bueno y atento como
siempre, sigui� acarici�ndome a pesar de estar largando su ansiedad
reconcentrada. Y no falt� mucho para que yo misma me derramara intensamente.

Giancarlo gir� sobre s� mismo y me bes� en la boca mientras
una de sus manos iban a dar a mis tetas. Ya mas tranquilos Giancarlo dijo:

Ponete la bombacha o te van a fajar.

Busqu� la bombacha que hab�a perdido la noche anterior y
termin� de pon�rmela justo en el instante en que mi padre se sentaba en el borde
del catre.

Hijos, a levantarse que hay que ir a trabajar

Giancarlo me sonri�, sac� su mano de mi pecho y cerr� los
ojos simulando estar dormido. Yo hice lo mismo cuando nuevamente escuch� a mi
padre.

A trabajar, hijos!!!

El primero en levantarse fue Luiggi, siempre obediente a los
requerimientos de mi padre y poco a poco cada uno de nosotros fuimos
"despertando". Nos vestimos para realizar las actividades del d�a y debo decir
que durante toda la jornada la impaciencia estuvo carcomi�ndome por completo. La
llegada de la ca�da del sol, momento de los inicios de las celebraciones
familiares, lleg� lenta como pasitos de tortuga renga.

Por supuesto, nuestro padre nos requiri� limpios y vestiditos
apenas el cielo comenz� a te�irse de colores violetas y anaranjados. Los 5 nos
presentamos ante �l, y como ya era la costumbre, nos oli� y revis� detr�s de las
orejas. Cuando qued� conforme comenz� a hablar:

Hoy Franco se har� hombre.

Re� para mis adentros y ech� una miradita c�mplice a mi
hermano que ante las palabras de mi padre enrojeci� como un tomate.

Vengan, hijos, vengan....

Mis tres hermanos se acercaron y mi padre dijo:

Mi hermano se retir� y mi padre continu� hablando:

Bianca, usted tambi�n ac�rquese.

No esperaba que mi padre me llamara a mi, pero me acerqu�
completamente dispuesta a que comenzara la sesi�n de placer. Sin decir palabra
alguna ubic� a Franco detr�s de mi mam� y a Giancarlo detr�s m�o, de modo que
quedamos enfrentados vi�ndolo todo. Estuvimos unos segundos sin movernos,
esperando a que mi padre diera la orden cuando, en un movimiento de cabeza,
inici� la sesi�n de amor. Esta vez parec�a que iba a quedarse al margen de los
juegos, al menos eso cre� en un primer momento.

Apenas la cabeza de mi padre se movi� sent� el cuerpo de
Giancarlo apoy�ndose en el m�o. Me deleit� al comprobar en mi culo que su verga
aun no hab�a alcanzado el m�ximo esplendor, pues la tarea de engrosar miembros
era mi predilecta. Me refregu� un poco contra �l mientras ve�a como Franco
desesperadamente quitaba una a una las prendas de mi mam�. Sus lindas tetas y su
pubis recubierto de pelos rubios quedaron al descubierto y Giancarlo expres�
toda la agitaci�n que le generaba ver el cuerpo desnudo de mi madre sobre el
m�o, al que comenz� a desvestir r�pidamente. Sus manos y sus dedos roz�ndome
mientras me desvest�an me fueron poniendo en clima y a pesar de que hac�a fr�o
comenc� a sentir calor.

Cuando mir� hacia delante pude ver a Franco agarrado a las
tetas de mi mam� que mov�a sus caderas de un lado al otro. Yo empec� a mover las
m�as con el solo fin de sentir la verga de Giancarlo que apenas se hab�a
apartado de mi mientras se desvest�a. Mi madre se gir� y arrodill�ndose comenz�
a desvestir a Franco que parec�a disfrutar cada uno de los movimientos de mi
madre. Se qued� quieta mirando la entrepierna de Franco y enseguida habl�:

Las vergas de mis hijos han salido a las de su padre... hijo,
quiere que se la

Enseguida vi la verga entrando en su boca al tiempo que las
manos de Franco se apoyaban en su propia cintura. Sent� mojarme bastante pues
Giancarlo me estaba dando una buena cantidad de caricias en todo el cuerpo; la
sensaci�n fue mucho mas placentera al ver a mi madre realizar lo que a mi m�s me
gustaba hacer, ya saben qu�: chupar vergas; y por supuesto, sin perder mas
tiempo, me gir� para meter el miembro de Gianni en mi boca. Por alguna raz�n
estaba desesperada por chupar, estaba caliente con lo que hab�a sucedido la
noche anterior y mucho mas con lo que hab�amos hecho con Gianni durante la
ma�ana. Quise com�rmela de un sopet�n, la met� hasta el fondo y mi hermanito
comenz� a jadear y yo a mojarme de un modo inusual. La succion� con tanta
pasi�n, como si quisiera com�rmela que Gianni me agarraba de la cabeza para que
fuera mas despacio pero yo sent�a desesperaci�n por lamerla en todo su
extensi�n, meterla dentro de mi, lo mas profundamente posible, lamerle los
huevos, la punta, todo a la vez.

Con semejante succi�n mi hermano no tard� mucho tiempo en
ponerse a punto. Se le hab�a puesto dura como piedra y la saqu� de la boca para
contemplar el efecto de mi trabajo. Se la ve�a muy tentadora, roja, hinchada,
completamente r�gida, mojada e imagin� sus l�quidos pugnando por salir. En eso
estaba cuando mi padre apart� a Gianni para meter �l su verga en mi orificio.
Aquello me caus� aun mucho mas placer pues la de mi padre tardaba un rato largo
en pararse lo que me daba una buena cantidad de tiempo para chupar a mis anchas.
Con �l fui mas despacio, un poco para complacerlo y otro poco para sentir como
mi vagina iba llen�ndose de flujos sin pausa, de modo que comenc� lamiendo
lentamente sus huevos, recubri�ndolos completamente con mi saliva, apret�ndolos
uno contra el otro y luego, reserv�ndolo para el final, me afan� sobre al tronco
que fue tomando forma a medida que mi lengua sub�a y bajaba desde la base hasta
la punta. Termin� el trabajo metiendo la verga en mi boca hasta casi tocar mi
campanilla, la acarici� suavemente con los labios haci�ndola entrar y salir
repetidas veces.

Ya los tres, mis dos hermanos y mi padre, estaban a punto.
Ahora, yo era la que ten�a ganas de una chupadita en mi concha pues hasta el
momento hab�a recibido algunas caricias pero nada que se le pareciera a una
lengua suave y mojada chup�ndome el cl�toris o penetrando en mi vagina.

Mi madre se hab�a acostado en la cama y me apur� a ubicarme a
su lado. Mis dos hermanos se dedicaron a tocarla y a chuparla por todos lados;
yo recib� las manos de mi padre sobre las tetas y, lo mas importante, su boca
sobre mi vagina hinchada. Me retorc� en el mismo instante en que mi padre pas�
todo su lengua a lo largo de mi raja y comenc� a jadear con ganas. Me apretaba
las tetas de una manera espectacular, girando con sus dedos sobre mis pezones al
tiempo que me penetraba una y otra vez con su lengua. Estaba muy caliente, ve�a
a mis hermanos acariciar las tetas de mi madre, chuparlas, besarla en la boca y
en la concha y dese� todas esas manos y bocas sobre mi cuerpo.

Me retorc� cuando mi padre meti� sus dedos en mi concha
acompa��ndose con su lengua; era una sensaci�n indescriptible, exquisita, que me
hac�a volar y excitarme hasta decir basta. Jadeaba como loca, mi madre estaba
casi en las mismas cuando la escuch� gemir mientras uno de mis hermanos la
penetraba.

Ya fuera de mi, me mov�a de arriba abajo intempestivamente
para que mi padre me penetrara de una buena vez. Sin embargo, me hizo poner en
cuatro y una vez all� apoy� su verga en mi culo. Me refregu� contra �l,
invit�ndolo a que me penetrara y no tuve mas que relajarme para disfrutar la
verga de mi padre entrando por mi concha. Fue exquisita la sensaci�n de la
llegada de esa cosa dura y, encantada de sentirme as� de invadida, me mov� como
desquiciada empujando hacia �l para poder experimentar y gozar de esta nueva
posici�n. Met�a y sacaba, ni muy lento ni muy r�pido, llev�ndome cada vez mas
cerca del orgasmo, de una manera tan sensual que disfrut� de todos sus
movimientos al m�ximo. Plenamente concentrada en el placer que estaba recibiendo
sent� desfallecer cuando increment� el bombeo y sus dedos fueron a dar a mi
cl�toris. Aquello era la gloria suprema, sent� el placer desbord�ndome por todos
lados y la tensi�n de la llegada del orgasmo se hizo notar tan r�pido que trat�
de disfrutar menos para retrasar todo el placer lo m�ximo posible. A pesar de
mis esfuerzos no pude obviar el orgasmo que lleg� tremendo, sent� explotar por
todos lados, dese� agarrarme de algo cuando la tensi�n se me hizo insoportable y
me dej� ir una y otra vez mientras mi padre acompa�� con sus embestidas cada uno
de mis espasmos.

Fue el mejor orgasmo de mi corta experiencia pero quer�a mas,
muchos mas como esos. Mir� a mi madre que estaba siendo penetrada por Franco, mi
padre segu�a bombe�ndome y atraje a Gianni hacia mi. No sab�a si este hab�a
penetrado a mi madre o no, lo �nico que quer�a era chupar su verga mientras mi
padre segu�a d�ndole a mi concha, atosigando mi cl�toris al que sent�a sensible
y duro. A pesar de haber acabado reci�n, sent� enseguida una nueva excitaci�n
cuando Gianni se dej� hacer. La met� en la boca y no hizo falta que me moviera
mucho ya que el solo empuj�n de mi padre hac�a todo el trabajo. Lo �nico que
hice fue tocarle con una mano los huevos mientras que con la otra trataba de
sostenerme sobre el catre que se mov�a de un lado al otro como amagando a
desarmarse. Que rico se sent�a ser penetrada as�, solo faltaba un dedo en mi
culo, una experiencia suprema, y podr�a acabar nuevamente de una manera brutal.

Sent� a mi padre tensarse, me mov� yo para ayudarlo a acabar
mientras mis labios acariciaban suavemente la verga de Gianni que entraba y
sal�a al ritmo fren�tico marcado por mi padre. Enseguida sent� su leche
invadiendo mi concha, luego chorreando por mis piernas, sali� fl�cido de mi e
inst� a Gianni a que me penetrara igual. La verga enorme de mi hermano me entr�
enseguida y comenc� a jadear cuando mi padre se dedic� a tocarme el cl�toris.
Entre los dos lograron llevarme al grito ante la excitaci�n que me hicieron
sentir: mi hermano me bombeaba cada vez mas fuerte y r�pido y mi padre, con
bastante satisfacci�n, retorc�a mi cl�toris, lo bailoteaba y lo apretaba con los
dedos llev�ndome a un placer extremo que pude disfrutar durante mucho mas tiempo
que antes.

Estuvieron los dos d�ndome duro durante largo rato, ya no
pod�a identificar de donde proven�a el placer, solo pod�a sentirlo cuando la
llegada de un nuevo orgasmo se hizo presente acerc�ndose a pasos agigantados. Mi
hermano acab� bombe�ndome a m�xima potencia y yo termin� no mucho despu�s
sintiendo una saciedad tremenda, con los m�sculos relajados y la mente
completamente en blanco.