Mi nombre es Jos� y tengo 22 a�os. Mi hermana Sandra tiene 19
a�os. Es t�mida y atractiva. Sucedi� una noche de Diciembre de 2001, cuando
descubr� lo que estaba sucediendo. !Mi hermana se estaba masturbando! Mi
atenci�n se concentro en sus gemidos, en sus jadeos, sin duda hac�a bastante
ruido. No pod�a separar el o�do de la puerta, hab�a pasado por el pasillo para
acostarme, y pensaba que mi hermana (que hab�a subido media hora antes) ya
estar�a dormida, pero por lo visto aprovechaba la oportunidad de que nuestros
padres hab�an salido a visitar a un pariente enfermo para "hacer eso" con toda
tranquilidad. Sin quererlo, en contra de mi voluntad, mi pene se fue
endureciendo. Casi pod�a imaginar su cuerpo desnudo, la forma en que se frotaba
su co�o mojado. Me estaba excitando y no pod�a evitarlo. Jam�s hab�a pensado en
el incesto. Pero ahora, mi imaginaci�n impulsada por sus gemidos se desboco.
Fantas�as prohibidas asaltaron mi mente, me dol�a el pene debido a la presi�n,
pues llevaba unos jeans ajustados.
Mi hermana gem�a cada vez m�s fuerte, con voz m�s grave y
profunda, incluso creo que hablaba en voz baja, diciendo cosas ininteligibles
con voz temblorosa. - Siii, mmm, sigue. Ya casi no pod�a m�s, ten�a que verla
masturbarse, contemplar como se estremec�a con el orgasmo. Supuse que,
concentrada como estaba en su placer, no se percatar�a si abr�a la puerta un
poco y la observaba. Con manos temblorosas, entreabr� la puerta, rogando para
que no produjera ning�n ruido. La suerte me acompa�� y tuve una magn�fica vista:
Estaba tumbada boca arriba, frot�ndose fren�ticamente, ten�a toda la entrepierna
llena de jugos, pero aunque sus dedos estaban m�s lubricados de lo que jam�s
hubiera cre�do posible, de vez en cuando se los llevaba a la boca y chupaba sus
propios jugos dando muestras de satisfacci�n, se dir�a que experimentaba un gran
placer tragando su fluido.
Sin ser ya due�o de mi propia voluntad, me desabroch� la
bragueta y saqu� mi miembro en completa erecci�n, se dir�a que vibraba por la
excitaci�n contenida. Empec� a masturbarme mientras miraba a mi hermana llegar a
su orgasmo, viendo como se sacud�a con espasmos r�pidos, mientras soltaba
peque�os gritos, incapaz al parecer de mantenerse en silencio. Mientras llegaba
al final de su �xtasis, cerr� la puerta de la habitaci�n muy despacio y me fui a
mi propio dormitorio. Me masturb� durante un rato pensando en lo que hab�a
visto, e incluso, pocos segundos antes de llegar al orgasmo, me imagin� a m�
mismo eyaculando dentro de ella, mientras ella me atra�a hacia s�, movi�ndose
sinuosamente, teniendo los dos un orgasmo simult�neo.
Con mis pensamientos vagando entre lo que hab�a visto
realmente y lo que imaginaba, no tard� en llegar al cl�max. Eyacul�
abundantemente. No me preocup� de si manchaba algo, solamente ocupaba mi mente
el orgasmo de mi hermana.
Cuando el placer fue cediendo, pude comprobar que hab�a
manchado el piso de la habitaci�n, formando charcos de esperma. Me apresur� a
limpiarlo todo con pa�uelos de papel, fui al cuarto de ba�o y me ase�, sin dejar
ninguna pista que pudiera delatar lo que hab�a pasado.
Pude comprobar que mi hermana estaba durmiendo pl�cidamente
entreabriendo de nuevo la puerta de su dormitorio. Pens� qu� hubiera pasado si
verdaderamente hubiera entrado en su habitaci�n mientras se estaba masturbando.
Si le hubiera insinuado que pod�amos compartir un orgasmo "como buenos
hermanos". Procur� evitar seguir pensando en ello. Cerr� la puerta de su
habitaci�n y seguidamente me prepar� para acostarme.
Esa noche, pese a que estaba totalmente saciado, tuve sue�os
h�medos. En ellos mi hermana y yo practic�bamos todo tipo de posturas sexuales.
Me despert� y comprob� que mi pene estaba en completa erecci�n. Volv� a
masturbarme. Apenas hac�a doce horas que hab�a visto a mi hermana como una
hembra ardiente y excitante, y ya estaba completamente obsesionado con ella.
Desde ahora solo tendr�a un objetivo: practicar el sexo con mi propia hermana.
No se si lo logre pero lo intentare o morir� en el intento.