AVENTURAS SEXUALES EN RUSIA
Esta ver�dica historia me la relat� mi padre hace algunos
a�os, yo la trascribo tal como la recuerdo. Es posible que la distancia en el
tiempo con lo sucedido , y un poco de imaginaci�n haga aparecer grotescos a
algunos personajes , aparte de resultar ins�litas algunas situaciones aqu�
descritas.
Los hechos sucedieron en 1970.
Mi padre era por entonces oficial de un vetusto barco de
bandera Liberiana que a principios de setiembre de aquel a�o entraba en el
puerto de Leningrado para cargar tablones de madera con destino a Argelia.
La estiba se hac�a manualmente con lo que la estancia en el
puerto b�ltico se prolong� mas de un mes.
Eran los tiempos de la "guerra fria" y las autoridades
sovi�ticas hac�an lo posible para granjearse las simpat�as de los marinos que
llegaban a sus puertos, de modo que a trav�s del "seamen�s club" pusieron a su
disposici�n un autob�s con una preciosa guia rusa para conocer los monumentos y
actividades culturales de aquella bonita ciudad.
Aqu� comienza el relato de mi padre:
"Natasha- as� se llama la gu�a-es una autentica belleza,
morena, ojos verdes, un metro setenta de estatura y un precioso par de
provocativas tetas.
Ya el primer d�a me sent� junto a ella y r�pidamente
sintonizamos, ten�amos la misma edad , los mismos gustos musicales, literarios ,
cinematogr�ficos y algo indescriptible que nos hac�a sentir bien el uno junto al
otro.
Los d�as transcurr�an de manera vertiginosa, aquello parec�a
un viaje tur�stico con todo pagado, el Hermitage, , el ballet, el crucero
"Aurora" ,el almirantazgo etc etc.
Me estaba enamorando de aquella mujer y ella estaba casada�.
En los jardines de Petrovorets y a orillas del B�ltico nos
zafamos del resto de mis compa�eros y en un id�lico rinc�n nos fundimos en un
largo y apasionado beso.
Ella me confes� que deseaba hacer el amor conmigo pero hab�a
m�ltiples obst�culos:
Yo no pod�a salir de noche del barco , ella deb�a dormir en
su casa , tampoco pod�a subir abordo y en los hoteles hab�a una f�rrea
vigilancia para evitar que las rusas subiesen a las habitaciones con los
clientes.
Al siguiente d�a fuimos a bailar al hotel "Sovietskaya"(una
inmensa mole de hormig�n que se encontraba pr�cticamente desocupada por ser
setiembre un mes fuera de la temporada tur�stica).Escuchamos m�sica "dixie"en un
rinc�n de la sala mientras nos �bamos calentando a pasos agigantados, mis
test�culos me dol�an por aquella erecci�n continuada .Salimos a un pasillo
desierto y comenzamos a pasear buscando un sitio solitario adecuado a nuestras
urgencias.
Una puerta entreabierta me dio la idea, entramos con
precauci�n descubriendo un peque�o cuarto lleno de ropa de cama sucia tirada por
el suelo, no hab�a nadie, cerramos la puerta y empezamos a desnudarnos como si
nos fuese la vida en ello.
-Natasha, eres preciosa �,la frase sali� de mis labios casi
involuntariamente.
Su cuerpo era de una extra�a perfecci�n, la piel muy blanca y
suave, las nalgas redondas y respingonas armonizando en una curva sublime con
sus preciosos y desafiantes pechos.
Dicen que las mujeres n�rdicas son fr�as pero te puedo
asegurar que Natasha no tenia nada que envidiar a la mas ardiente de las mulatas
caribe�as que hab�a conocido. Nos revolcamos por el suelo como dos animales
bes�ndonos todos los rincones de nuestro cuerpo hasta que me detuve en su
abultado pubis, una mata de negro y ensortijado pelo cubr�a aquella cueva de las
maravillas de la que flu�a el n�ctar del deseo mas incontenido. No tard� en
alcanzar el primer orgasmo del que goc� tanto como ella.
No me dej� seguir, con urgencia me suplicaba que la penetrase
ya, que no pod�a aguantar mas aquella excitaci�n.
Lentamente empec� a introducir mi pene en su hambrienta
rajita pero r�pidamente lo volv� a sacar, aquello la enfureci�.
-M�tela ya, maldito fascista � me grit� fuera de si.
Repet� la operaci�n un par de veces mas hasta que solt� todo
su repertorio de insultos anticapitalistas, entonces si, entonces se la met�
hasta lo mas profundo de su cuerpo mientras ella dejaba ir un gemido de
satisfacci�n completa.
Su vagina comenz� a contraerse y expanderse r�tmicamente
mientras yo empujaba con todas mis fuerzas, al poco rato experiment� un orgasmo
muy suave seguido de otro mas intenso y cuando llegaba al tercero, no pude
resistir mas y eyacul� con toda la fuerza que dan los veintid�s a�os y una
abstinencia sexual de dos meses.
Nos vestimos lentamente y cuando sal�amos de la habitaci�n,
nos vio un polic�a que nos dio el alto.
Nos condujo hasta el despacho del comisario del hotel quien
,despu�s de identificarme, me hizo salir de malos modos del recinto, yo, desde
el pasillo oia el interrogatorio aunque no entend�a nada pues se desarrollaba en
ruso Regres� el primer polic�a y con gestos me oblig� a salir del hotel.
Aquella noche no pude dormir preocupado por lo que hubiese
podido sucederle a mi querida Natasha.
Por la ma�ana apareci� ella con el autob�s y dispuesta a otro
d�a de excursi�n cultural.
-Que te hizo ? pregunt� alarmado.
-Nada, no te preocupes, soy miembro del partido y mi padre
ocupa un alto cargo. Pero no podemos volver a repetirlo. Pretend�a anular tu
permiso para bajar a tierra pero he podido arreglarlo.
-Que haremos ahora ? dije yo.
-Algo encontraremos, yo tamb�en estoy deseando repetir lo de
ayer.
Pasaban los dias y no encontr�bamos modo de volver a estar
solos, la carga del barco finalizaba y pasaba las noches masturb�ndome pensando
en aquel glorioso polvo.
Por fin, la ultima noche de estancia en Len�ngrado, asistimos
a la representaci�n del ballet "Cascanueces" en el teatro Musorgsky. A mitad del
segundo acto, ella me hizo una se�a y se levanto indic�ndome que la siguiese al
cabo de un rato.
Me levant� con discreci�n y nos encontramos en el fumador, no
hab�a nadie a la vista de modo que entramos en el lavabo de se�oras, nos
encerramos en un reservado y como dos fieras enloquecidas disfrutamos de nuestra
ultima noche de amor con todas las urgencias que la situaci�n requeria.
No perdimos el tiempo en pre�mbulos, ambos est�bamos lo
suficientemente excitados para la ocasi�n tan buscada y deseada. Me sent� en la
tapa del retrete y ella a horcajadas mio introdujo por segunda �y ultima- vez mi
verga en su preciosa vagina .
Fue un buen polvo (a que negarlo!)pero fue un polvo triste.
Nuestros caminos se separaban y quien sabia hasta cuando.
Regres� a Leningrado veinte a�os despu�s (ya hab�as nacido
tu), en plena Perestroika, y busqu� a Natasha desesperadamente sin encontrarla.
Recorr� todos los lugares en que habiamos estado juntos pero ya nada era igual
sin ella.
Apoyado en la barandilla del puente Dvorstovyy sent� correr
placidamente al Neva mientras miraba por ultima vez la obra de los zares que me
era tan querida y regres� caminando abordo con el coraz�n sollozando".
Mi padre falleci� hace unos meses y nunca permiti� que su
coraz�n le traicionase ante mi madre a la que siempre am� y respet�.
Yo se que "los caminos de Internet son inescrutables" y que
si en un rinc�n de Rusia alguien lee este relato sabr� interpretarlo
debidamente.