Cerca de las 12:00 del d�a, Esther llegaba al Aeropuerto del
Callao procedente de Cuzco, no llevaba equipaje, s�lo permanecer�a unos d�as. A
las afueras del terminal a�reo le esperaba un auto deportivo de color rojo que
era conducido por Liseth, su prima, abord� el veh�culo, se sent�a algo cansada
por el viaje, eran 4 a�os sin subirse a un avi�n.
Tomaron direcci�n con destino a la casa de Liseth, en el
centro de Lima; llegando all�, cada cual se duch� y se cambi� por turnos
empezando Esther por ser quien estaba m�s estresada.
Liseth le ten�a preparada un almuerzo agradable al paladar,
con una buena decoraci�n, tal como a Esther le gustaba, comieron, charlaron
cont�ndose sus experiencias y an�cdotas. Ya Liseth hab�a planeado acostarse con
su prima aprovechando que la tendr�a en su casa por tres d�as; ella viv�a sola y
as� le ser�a m�s �ntimo poder tomar su cuerpo por completo sin ning�n
inconveniente. Para esto hab�a puesto en el refresco de Esther un poco hach�s,
producto del c��amo con la particularidad de adormecer a la persona, espero un
rato prudencial para poder iniciar su plan.
-Y, �Qu� tal el vuelo?, debe ser agotador.
-S� y mucho, a pesar de la ducha y de la comida, aun me
siento fatigada y algo estresada.
-Si quieres, puedo ayudarte a calmarte un poco para que te
relajes y te sientas mejor.
-Me caer�a bien y te lo agradecer�, en verdad.
Era lo �nico que le bastaba para poder dar marcha a su plan.
Ella practicaba la Parasicolog�a y la Hipnosis, lo hab�a practicado con su
hermano mayor de quien obtuvo el deportivo rojo, lo hab�a hecho en la
universidad para terminar aprobada sin necesidad de dar ex�menes finales, lo
hab�a hecho con Mary, su amiga, a quien hab�a sometido la noche anterior para
sus fines l�sbicos, ahora era el turno de su prima Esther, ya el hach�s empezaba
a causar sus efectos.
-Ven, si�ntate en la sala en el sof�.
As� lo hizo, se acomod� un poco echando su largo pelo hacia
atr�s. Lioseth se acerc� por detr�s de ella casi susurr�ndole.
-Bien, te dar� unos masajes, ponte c�moda, tranquila, conf�a
en m�, rel�jate.
Empez� a deslizar sus manos en c�rculos sobre los hombros de
su prima, su voz sonaba suave y mon�tona.
-S�, sabes que conf�o en ti.
-Siente mis manos que se mueven suavemente en tus hombros y
en tu cuello, siente c�mo te relajan poco a poco.
Lo hac�a con suavidad, con buen tacto, que la hizo sentirse
bien sin que sospechara nada.
-Te sientes mejor, verdad, Esther, te sientes bien ahora que
est�s en mis manos.
-S�, me siento muy bien.
-As� es Esther, deseas sentirte as� todo el tiempo, deseas
estar en manos siempre.
-S�, lo deseo.
Ya la hab�a capturado, ya la estaba dominando. Liseth sab�a
perfectamente que uno de los factores para poder hipnotizar a alguien es la
confianza, que ese detalle ayuda en mucho para inducir a la hipnosis a una
persona. Por eso lo hab�a logrado f�cilmente con su hermano y con Mary, ahora lo
lograba sin dificultad con Esther. Le dio un rodeo al sof� hasta ponerse delante
de Esther sin dejar de tocar sus hombros y su cuello, all� le clav� la mirada
directo a sus ojos, empez� a hacerle peque�os masajes en las mejillas.
-M�rame a los ojos, prima, m�rame para que te sientas mejor
todav�a, siente mis dedos en tus mejillas deslizarse libremente haci�ndote
sentir cada vez mejor, cada vez m�s relajada, cada vez m�s placida.
-S�, me siento mejor.
-Deja que te envuelva con mi mirada, deja que tus
pensamientos se desvanezcan, que tu mente se blanquee totalmente, deja que tu
voluntad vaya muriendo poco a poco, as� te sentir�s cada vez mejor, mucho mejor.
-S�, cada vez mucho mejor.
-Eso es, Esther, eso es, sin nada que pensar, sin nada en tu
mente, sin hacer nada por ti misma te sientes cada vez m�s relajada, m�s
placida. Te sentir�s mejor si te entregas al sue�o, puesto que est�s cansada,
sabes que necesitas dormir y que te har� mucho bien entregarte al sue�o.
-S�, debo dormir.
-S�, Esther, dormir, duerme, duerme, duerme que yo me
encargar� de todo, duerme, Esther.
Le toc� la cabeza y ella se qued� dormida, sin embargo, pod�a
escucharla cada cosa que le dec�a y hacer cada cosa que le ped�a, estaba
sumergida en un sue�o por el cual se somet�a m�s y m�s a su voluntad.
-Esther, te sientes bien as�, verdad, de ahora, en adelante,
cada vez que te mire a los ojos y te toque la frente, te encontrar�s otra vez en
este estado de relax y har�s todo cuanto te diga.
-S�, entiendo.
-Ahora, me besar�s, conforme nos vayamos besando te ir�s
despertando, pero te sentir�s absorbida por m� y s�lo recordar�s que est�bamos
charlando y te ped� ser mi pareja lo cual aceptaste, entendido, Esther.
-S�, entiendo, Liseth.
Se acerc� a ella, puso su manos derecha en sus cabellos, la
otra en su cintura y junt� sus labios a los suyos, era un beso tierno, suave,
pero alargado, acompa�ado con las caricias de ambas mujeres; entretanto, Esther
despertaba de su estado hipn�tico sin percatarse de ello, en su mente se
dibujaba una escena en que Liseth le ped�a ser su pareja y que hab�a aceptado
con el mayor entusiasmo y cari�o de su ser. Terminado dicho beso, ambas mujeres
se miraron y sonrieron en un tono muy suave como si se tratara de una pareja
ideal.
Eran las 5:00 de la tarde y el plan de Liseth hab�a
funcionado bien, hab�a ya sometido a su prima y la tendr�a por dos d�as m�s para
ella sola; en un par de horas llegar�a Mary, pero quer�a estar a solas con ella,
se dirigi� a Esther, le estamp� un beso correspondido, era un beso apasionado
acarici�ndose a la vez sus cinturas y sus espaldas, terminado el beso, la mir�
fijamente a los ojos y le toc� la frente haci�ndola entrar nuevamente en estado
hipn�tico.
-Bien, Esther, de ahora en adelante, no consentir�s que nadie
te bese, solamente yo podr� besarte y tocarte, entendido.
-S�, entiendo.
-Ahora te besar� nuevamente, y despu�s de eso despertar�s de
este estado y saldr�s a visitar a la t�a Soffy, all� pasar�s la noche, no le
dir�s nada de m�, entendido.
-S�, entiendo perfectamente.
Nuevamente la bes�, pero esta vez fue m�s atrevida, le
acaricio la entrepierna, a la altura de la vajina por encima de la ropa;
terminado el beso, Esther se arregl� y sali� de la casa diciendo que ir�a a ver
a la t�a Soffy. Una vez quedando sola en casa, suspir�, pensaba ya en hacerla
suya y en tomar posesi�n de su cuerpo, pero eso lo har�a al d�a siguiente, de
momento, ten�a que preparar lo necesario para la llegada de Mary a quien la
har�a suya esa misma noche.