A L A M A D R U G A D A
Era una de esas noches aburridamente tranquilas que pasaban
muy lentamente. Los chicos ya se hab�an ido, y como yo volv� a casa despu�s de
que ellos arreglaron para salir, nos desencontramos. Intent� llamarlos, pero en
sus casas me dijeron que se hab�an ido hac�a rato.
Me sent� a pensar que hacer de aquella noche, resisti�ndome a
la idea de ver la televisi�n o pavadas parecidas, �pero qu� hacer?
Autom�ticamente se me ocurri� volver al boliche. No estaba muy segura, porque
aunque ya me sent�a bastante mejor despu�s de los estragos de aquella noche,
todav�a ten�a un persistente dolorcito en el ano que me ard�a un poco. Pens� en
el asunto hasta que me di cuenta de que, si ten�a sexo solo con un chico que
tenga un �rgano medianamente normal, no habr�a muchos problemas y lograr�a pasar
un buen rato. Al fin y al cabo, despu�s de mi primera fiesta con la barra, fui
un poco m�s dolorida a ver a mi amigo y al salir de su casa no me doli� mucho
m�s que antes de entrar. Tomando ese recuerdo como ejemplo me di una ducha
r�pida y corr� a ponerme las medias. Si creen que fui vestida igual que la noche
del show, se equivocan, nada deslumbrante esta vez: una panty de lycra muy
brillante (mi favorita), y bombacha y corpi�o negros. Minutos despu�s me tomaba
el colectivo para el boliche. Al llegar, termin� de saludar a mis conocidos y a
otros que me recordaban del espect�culo de la vez anterior, entre risas y
bromas, como por ejemplo: "te las viste negras la otra noche" o algo por el
estilo.
Ignorando las gastadas (bastante c�micas) me sent� delante de
la barra a tomar algo. Mir� alrededor y vi todo semivac�o. Pregunt� al barman
por qu� estaba as�, siendo que ya eran m�s de las doce y media, y me dijo que
para ser un jueves estaba bastante concurrido, que otras veces cerraban a las
dos de la ma�ana o directamente no habr�an.
Me sent� desalentada. Cre� que yendo all� mi suerte
cambiar�a, pero al final no encontr� nada diferente. Fue entonces cuando pens�
que si quer�a algo diferente deb�a buscarlo por m� misma. No pod�a repetir lo de
la vez anterior por no haber hablado con los due�os del boliche y porque no
ten�a la ropa necesaria ni mi cola en condiciones, pero eso no me impidi� mirar
entre los presentes hasta elegir uno como el que yo necesitaba para divertirme
sin sufrir mucho.
Mir� entre la gente hasta que encontr� una posible pareja
ocasional. Era de estatura mediana tirando a alta, delgado y de rostro com�n
pero agradable. Al fijarme en sus pantalones no not� nada abultado, por lo que
deduje que, si bien no estaba excitado, tampoco daba la impresi�n de estar muy
bien dotado.
Supongo que su pito ser�a corriente, como lo parec�a todo en
�l. Estaba parado contra un parlante, tomando algo solo.
Al verme llegar me mir� fijamente las pechugas y yo percib�
un amague de sonrisa en su cara. Me le acerqu� en la penumbra y entabl�
conversaci�n con �l, que parec�a contento de hablar con alguien. Charlamos de
trivialidades y al cabo de unos minutos me invit� a tomar algo. Yo caminaba
delante de �l. Al pasar por debajo de una luz me di vuelta a preguntarle qu�
quer�a tomar y su cara me mir� con los ojos desorbitados. No se si en la
penumbra se hab�a dado cuenta, pero ahora me hab�a reconocido seguro.
Iba a decir algo en voz alta cuando me anticip� a �l
tap�ndole la boca con la mano, explic�ndole que no quer�a llamar la atenci�n.
Cuando estuvimos tomando algo en la barra le expliqu� lo que quer�a. Necesitaba
que me cogiera bien, pero despacio y con los menores dolores posibles, de ser
posible en alg�n lugar apartado. El asinti� sonriendo nervioso ante la idea,
mientras pensaba a donde pod�amos ir. Le pregunt� por qu� estaba nervioso y me
cont� que qued� infartado despu�s de aquel show, que por eso no pod�a creer que
ahora est� para �l solo pidi�ndole sexo. Le dije que se calme y disfrute del
momento, que yo pensaba hacer lo mismo. Terminamos nuestros vasos y me tom� de
la mano. Entramos al ba�o de hombres. Estaba vac�o. Nos metimos en un box y
cerramos la puerta con traba. Yo pas� primero y me di vuelta frente a �l
mientras ambos comenz�bamos a bajarnos los pantalones. El al ver mi ropa se
detuvo para mirarme, y yo decid� terminar el trabajo por �l, sentado en el
inodoro. Le ped� que se recostara en la puerta mientras iba directamente a
sacarle la pija cuando contuve el aliento por la sorpresa. Nunca le hab�a visto
bien la entrepierna hasta entonces, cuando ya no pod�a hacer nada, ni siquiera
irme aunque quedara como una gran descortes�a de mi parte y una enorme y fea
desilusi�n para �l. Una larga, gorda, enorme berga cabezona se alzaba espl�ndida
frente a m�, de la cual pend�an dos muy cargados test�culos, enormes como
tomates, que en conjunto me predec�an una noche realmente inolvidable. Su berga,
ya totalmente dura y venosa, me mostraba su impaciencia por entrar en alguno de
mis dos agujeros, mientras los huevos se hinchaban cada vez m�s, a modo de
muestra de todo lo que ten�an para darme.
Decid� entregarme enteramente al macho que ten�a enfrente de
m�. Agarr� su gran pene meti�ndomelo despacio en la boca, haci�ndolo entrar muy
despacio mientras mis labios saboreaban su colorada cabeza y el resto del grueso
tronco hasta llegar al final, donde repos� tranquilamente en mi garganta, sobre
mi lengua. Despu�s de sentirlo seg�n mi deseo, lo empec� a chupar suave y
dedicadamente, ayudado un poco por mi mano. De vez en cuando le pasaba s�lo la
lengua y chupaba �nicamente la cabeza, para luego volver a comerla entera,
adelante, atr�s, adelante, atr�s...
El cada tanto me acariciaba las piernas, sintiendo la
agradable suavidad de mis medias, llegando hasta mi cintura donde las medias
terminaban para subir un poco m�s y dedicarle un peque�o apret�n y algunas
caricias a mis grandes pechos, que al estar yo inclinada, pend�an de m�
sostenidos por mi corpi�o.
Chupaba muy entusiasmada, mientras pensaba en las maravillas
que me har�a sentir en unos momentos. Sab�a que tal vez me doliera, pero no
pod�a desaprovechar una oportunidad as�. Adem�s, eso era lo que yo siempre
busco, duela o no. Y en ese momento solo me importaba la enorme pija que me
llenaba la boca, y que su m�gico hechizo me imped�a parar de chupar.
El daba exclamaciones de las m�s variadas mientras a mi se me
ca�a la baba de tanto comerme su tremenda pija, que ya llevaba casi media hora
recorriendo toda mi boca hasta la garganta.
Cuando al fin el pens� que ya estaba bien, un ligero moh�n de
mal humor se reflej� en mi cara y el lo advirti�. Me tranquiliz� con una
sonrisa, diciendome que despu�s podr�a chuparlo todo lo que quisiera, pero que
ahora estaba ansioso por probar mi fant�stico culo. La idea me hizo cambiar
autom�ticamente la cara y todav�a con m�s entusiasmo me par� y me d� la vuelta,
poni�ndome de cara a la pared, con las piernas abiertas entre el inodoro. Me
baj� la bombacha hasta los tobillos y las medias por debajo de las nalgas, muy
provocadoramente. Entonces �l se acerc� a m� por detr�s mientras se masturbaba
para mantener su erecci�n, o tal vez para mejorarla. Se ubic� pegado a mis
espaldas y pude sentir como su enorme cabezota hinchada recorr�a la uni�n de mis
nalgas abiertas, hasta que al fin encontr� mi agujero, y dando un buen empuj�n
hacia adentro me la meti� hasta la mitad. Lanc� un gritito ahogado y al segundo
vino otro empuj�n m�s fuerte que termin� de meterme su gigantesco trozo de carne
hasta mi fondo, presion�ndolo un poco.
No pudo evitar dar una larga exclamaci�n al sentir la
estrechez de mi culo, que le quedaba como un guante a su pija, dici�ndome que si
todav�a no la tuve, �l me dar�a la cogida de mi vida.
Me sonre� por la expresi�n, que me dec�a que se sent�a muy a
gusto dentro de m� y que me promet�a placer seguro.
Despu�s de sentir su terrible berga alojada en mi colita unos
segundos, me avanz� un poco m�s haci�ndome sentir sus enormes y peludos huevos
en la puerta de mi ano, lo que me dej� con la boca abierta.
Entonces empez� a cogerme. Al principio fue algo despacio,
pero despu�s se aceler�. Su enorme pito se deslizaba en mi interior con mucha
ligereza y sorprendente energ�a, mientras �l se esforzaba en bombearme
constantemente. Mientras su pija entraba y sal�a de mi rendido culo a su antojo,
yo con la cara y mis brazos extendidos contra la pared, gozaba con los ojos
cerrados, en un bajo pero sostenido gimoteo. Me sent�a terriblemente empalada y
muy a gusto, con toda la cola abierta y llena.
Bombeaba y me cog�a sin parar, y mis piernas ya empezaban a
temblar otra vez. Me la sac� despacio, y para volver a metermela y llegarme
hasta el fondo, y luego la volvi� a sacar para hacer lo mismo, otras tres veces
m�s. Parece que esta pr�ctica es algo com�n en todos aquellos que me penetran: a
todos en alg�n momento les dan ganas de dejar de bombear s�lo para jugar a
vencer la resistencia de mi esf�nter, pareciera que esto les excitara
particularmente. Segu� recibiendo tu tranca en mi ano muy placenteramente por
espacio de unos veinte minutos m�s, hasta que cambiamos de posici�n. Entonces �l
se sent� en el inodoro y yo d�ndome vuelta de cara a la puerta me sentaba sobre
su pito al tiempo que lo agarraba para introduc�rmelo en culo. Cuando su cabeza
forzaba mi ano nuevamente y ya la sent�a adentro, empec� a bajar con las caderas
hasta cubrirlo por completo dentro de m�, y una vez que estuve c�modamente
sentada encima de �l mis movimientos no se hicieron esperar. Sub�a y bajaba con
todas las ganas, haci�ndome tocar fondo con su pija en cada entrada y ya estaba
gimiendo de nuevo, casi para gritar. El no pod�a creer como me mov�a,
desesperado por no perderme ni un mil�metro de tan magn�fica berga, y me hac�a
los honores dej�ndome perforar mi culo con ella. Estaba sintiendo mucho placer,
y fue con la idea de aumentar ese placer que me tom� de la cintura con las dos
manos acompa�ando mis fren�ticos movimientos de arriba hacia abajo, mientras yo
me sujetaba con las dos manos de las paredes del box. Sigui� cogi�ndome de esa
forma sin parar mientras mis tetas daban unos marcados saltitos, haci�ndolo
calentar a�n m�s de lo que me hac�a sentir. Quince minutos despu�s me dijo que
pare, que no aguantaba m�s y que sali�ramos del box.
Yo sin entender nada lo segu�, a ver que quer�a hacer. Era
medio peligroso, ya que una cosa era coger adentro de un box, lo que todo el
mundo hac�a, y otra era coger en pleno ba�o a la vista de cualquiera.
Pues eso era lo que quer�a, cogerme en pleno ba�o, aduciendo
que quer�a ponerme en cuatro patas para montarme como la vez pasada lo hicieran
mis nuevos amigos de color. Evidentemente ten�a un fan�tico. Con un poco de
miedo acced� a su pedido y me puse en mi posici�n favorita. El empez� a frotarse
la cabeza babosa del pito sobre mis medias y enseguida se puso detr�s de m� para
esclavizarme con su tremendo pedazo de carne dura. Se puso por encima de m� y mi
colita se trag� enseguida todo ese duro falo, para ella sola. Era incre�ble. Me
hab�an cogido muchas veces de la misma forma, pero esta vez ten�a algo diferente
que no alcanc� a darme cuenta. Aument� el ritmo y sus empujones me llegaban cada
vez m�s adentro, tocando fondo bastante seguido, hasta que unos minutos despu�s
empec� a tener sensaciones placenteras que iban aumentando de a poco. Mientras
tanto, �l me culeaba y disfrutaba a lo grande sin poder parar, exclamando y
gritando. Y me cog�a m�s y m�s fuerte cada vez, mientras mis tetas se mov�an sin
parar a la par de su pija. Enloquecida de placer empec� a gritar. Ya sent�a un
placer inmenso en todo el cuerpo y segu�a gritando cada vez m�s fuerte y
disfrutando como una puerca por la espectacular enculada que me estaban dando.
Mi culo revent� al borde del �xtasis en
un descomunal orgasmo anal comparable al de noches pasadas,
dej�ndome rendida en el suelo, pero mi compa�ero todav�a segu�a gimoteando y su
energ�a parec�a inagotable. Despu�s de una brev�sima pausa para poder recobrar
un poco de aliento, volv� a ponerme en cuatro patas. A los dos segundos siento
que me clava la pija hasta el fondo y empujando un poco m�s lo escuch� gritar un
orgasmo impresionante y, seg�n me pareci�, deseado desde hac�a un tiempo (yo
dir�a que me ten�a ganas desde la noche del show). Entonces su enorme berga, as�
de alojada y s�per apretada como estaba dentro de mi colita, me dio tres
enviones m�s, acompa�ados por tres fuertes y abundantes escupidas. Una caliente
y muy generosa cantidad de leche me inund� las tripas, y la que segu�a fluyendo
de su pene rebalsaba de mi culo hac�a afuera, cayendo al suelo por mis piernas
en delgados hilitos.
Cuando su potente pijota hubo terminado de satisfacerme tan
espl�ndidamente, sali� de mi culo el resto de leche que no pudo tragarse,
qued�ndome un negro y enorme agujero manchado de blanco que chorreaba semen por
todos lados.
Intent� pararme, pero antes aprovech� encontrarme de rodillas
para chupar tan magn�fico pito un poco m�s, y de paso tragarme toda esa babita
que segu�a saliendo de �l.
Luego de subirme las medias otra vez y ponerme la bombacha y
la ropa, �l termin� de vestirse y juntos salimos del ba�o, intentando disimular
en vano lo que sucedi� all� dentro. Despu�s de invitarme un trago estuvimos
hablando un rato m�s hasta que �l se fue, ya que ten�a un largo viaje por
delante hasta La Plata. Antes de irse le ped� el tel�fono (�acaso pensaron que
iba a dejar ir una tremenda berga como esa sin saber como localizarla en el
futuro?), con la intenci�n de verlo otra vez. Me lo dio, y despu�s de darnos un
beso de despedida, se fue.
Al rato tambi�n me fui yo, pensando en la hermosa enculada de
esa noche y sonriendo; no s�lo por lo vivido sino porque de ahora en adelante ya
sabr�a como hacerle frente a noches aburridas. Lo �nico que habr�a que hacer
ser�a usar ese tel�fono, y esperar hasta la madrugada...