FIN DE SEMANA DE LOCURA (Parte II)
Nota: Esta es b�sicamente una historia real, ocurrida
en la d�cada del 90 en alg�n lugar de los EEUU, en lo esencial, es lo que surgi�
de las investigaciones oficiales y de las confesiones realizadas por uno de los
personajes, el lugar y los nombres han sido modificados).
CONOCIENDO A JOANA
Despu�s de beberse dos botellas m�s de vino y cuando el jefe
de la banda qued� medianamente desahogado de sus necesidades, a pesar de que
todav�a acariciaba a Juan y le tocaba sin ning�n disimulo por todo el cuerpo,
qued� flotando en el aire la sensaci�n que esto no era ni remotamente el final,
sino m�s bien el principio. Tanto el Campe�n como El Burro no hab�an tenido
contacto con Juan y sin embargo ah� estaba Joana, una mujer m�s que apetecible
para cualquier hombre, as� que estos dos que ven�an de una c�rcel estaban por
dem�s interesados en la mujer. Campe�n ya hab�a estado junto con ella en la
cocina, mir�ndola por todos lados y si bien no hab�a hecho anda por temor al
Jefe, despu�s de verlo a Carlos llenarle la boca de leche a Juan pens� que ya
ser�a el momento para que ellos tambi�n se divirtieran, pero no con Juan, sino
con la mujer.
Mientras el jefe tocaba sin ning�n reparo a Juan, con la
verga todav�a al aire, el Campe�n empez� a tocar los pechos de Joana, que estaba
inmovilizada por el asombro y las emociones encontradas de ver lo que hab�a
visto momentos antes, im�genes que todav�a daban vueltas en su cabeza. Le meti�
las manos por entre la camisa y empez� a masajear los dos duros pechos de Joana,
quien no hac�a conciencia de lo que pasaba, tal era su estado de shock.
Aprovech� el hombre para sacarle la camisa y el corpi�o y empez� a meter mano
directamente sobre sus pechos, lo que hizo que se excitara tremendamente, as�
que mientras le met�a mano a los pechos, se desabroch� el pantal�n y sac� su
verga tremendamente parada, se la acerc� a la boca de Joana, quien ahora si
mir�ndolo a los ojos adivin� lo que pretend�a el Campe�n y sin ning�n pudor y
sin ninguna sensaci�n en especial, se la meti� en la boca y empez� a chuparla de
manera autom�tica. Ahora fue Juan quien se qued� mirando lo que pasaba mientras
Carlos le empezaba a recorrer la verga con la mano. Su mujer hizo un buen y
r�pido trabajo con la boca y logr� que a los pocos minutos el hombre empezara a
descargarse en su boca, Joana retir� sus labios de la verga del Campe�n y dej�
que la leche se volcara por toda la mesa, la verdad era una cantidad
impresionante de leche la que se volc� pero Joana ni se percat� del asunto,
mientras esto suced�a el Burro simplemente miraba y se sonre�a con esa cara de
est�pido.
La imagen de la pija del Campe�n eyaculando cantidades
inusitadas de leche produjo en Juan una reacci�n inmediata en su propia verga,
la que adem�s de ser constantemente acariciada por Calos se puso totalmente dura
y no pudo evitar eyacular entre las manos del Jefe, a la vista de su esposa,
quien mientras sacud�a la pija del campe�n hasta sacarla la �ltima gota ten�a
los ojos fijos en Juan, con una mirada que no se pod�a descifrar si era de asco,
impotencia, verg�enza o que.
La eyaculaci�n de Juan hizo que Carlos sintiera tambi�n una
tremenda erecci�n asi que sin m�s miramientos levant� a Juan de la silla, lo
hizo ponerse a cuatro patas y sin ning�n miramiento le enterr� al verga en el
culo, lo que hizo que Juan largara un grito de dolor y salieran l�grimas de sus
ojos. Sin ning�n miramiento Carlos empez� a bombear en el culo de Juan a la
vista de todos se la enterraba hasta los pelos se la sacaba hasta la cabeza y se
la volv�a a enterrar hasta los huevos. El dolor que Juan sent�a fue amainando a
medida que lograba relajar los m�sculos del culo y poco a poco fue
desapareciendo, relajado no dol�a tanto y las sensaciones extra�as volv�an a
acorralarlo. Carlos, en un momento mientras lo bombeaba a gusto, empez� de nuevo
a masajearle la pija a Juan, junto con los huevos, esta caricia junto con lo que
sent�a hizo que la verga de Juan se pusiera dura de nuevo, pero dura como nunca
la hab�a sentido, no pod�a creer lo que sent�a, ni siquiera en sus m�s locas
fantas�as pod�a creer que esto le estuviera pasando a �l y encima que lo
disfrutara, mientras se sacud�a para recibir la verga del jefe, se dio cuenta
espantado que si bien la pija entraba y sal�a de su culo igual que antes, el
jefe se hab�a quedado quieto, era �l el que se estaba moviendo desesperadamente
para recibir esa pija, y con esa certeza en la mente empez� a eyacular intensa,
incre�ble, inacabablemente Mientras Carlos le llenaba el culo de leche.
Cuando termin� se qued� as� como estaba semiagachado en la
silla con el agujero del culo abierto.
E jefe la sac� lo oblig� a Juan a darse vuelta y lo bes�
largamente en los labios, metiendo la lengua hasta el paladar y Juan simplemente
se dej� hacer, despu�s de nuevo la presi�n en su nuca y Juan se encontr�
arrodillado limpiando la verga del jefe hasta dejarla seca y limpita.
A todo esto el Campe�n que la ten�a dura de nuevo volvi� a
meterle la pija en la boca a Joana quien volvi� a repetir la anterior
experiencia hasta ver que gruesos chorros de semen sal�an de la pija del hombre
e iban a parar de nuevo a la mesa.
El Burro que hasta ese momento solo hab�a sonre�do hizo algo
que nadie esperaba. Tom� a la mujer y con ella a cuestas subi� a la habitaci�n
de la pareja.
Juan, apenas pudo musitar que la dejen en paz que se queden
con �l, que no la lastimaran, que a ella lo que le iban a hacer no le iba a
producir ning�n placer, que lo cogieran a �l que estaba dispuesto a dejarse dar
por toda la banda, pero que a ella la dejaran en paz.
El jefe lo mir� con extra�eza y le dijo simplemente:
- Tranquilo, nadie le har� nada a tu mujer que tu mujer no
quiera. Ella est� con el burro y �l no hace ning�n da�o a las mujeres, por el
contrario solo les da placer. Acto seguido le dijo al Campe�n que vigilara
disimuladamente la parte externa de la casa y los alrededores a ver si notaba
algo raro.
El burro la tir� en la cama, la desnud� por completo y empez�
a besarla y chuparla por todo el cuerpo, no dej� un solo hueco del cuerpo de la
mujer sin recorrer, ya sea con los labios, con la lengua o con las manos. Joana
simplemente se dej� hacer, no puso ninguna resistencia ni trat� de zafarse de
las manos del Burro, su mente estaba muy lejos, all� donde hab�a visto a su
esposo convertirse en una mujer, all� donde se dio cuenta que su marido no era
un hombre, hab�a visto el gusto en los ojos de su esposo, hab�a visto como mov�a
el culo para recibir la verga del Jefe, hab�a visto su lengua meterse en la boca
del jefe, sus eyaculaciones intensas, que ni siquiera con ella en sus mejores
�pocas hab�a alcanzado, estaba descubriendo de la peor manera posible lo que era
su esposo. El Burro mientras tanto hab�a empezado a chuparle la concha y a
morderle el cl�toris despacito, tom�ndose todo el tiempo del mundo, con una
calma infinita, mientras que con sus manos, recorr�a y apretaba los pechos de
Joana, la lengua del burro se mov�a como una verga dentro de la vagina de Joana,
era mortal el trabajo que le estaba haciendo, pero Joana segu�a metida en sus
pensamientos, su cuerpo se hab�a disociado de su mente y con la imagen de su
esposo recibiendo las enculadas de Carlos, tuvo su primer orgasmo, y el segundo
vino inmediatamente despu�s cuando su mente volvi� a su cuerpo y se descubri� a
si misma empujando con sus manos la cabeza del Burro para que la empalara cada
vez m�s con su lengua. Sin darse cuenta solt� un grito de placer, mientras
empez� a tener sacudidas en todo su cuerpo, era incre�ble el placer que estaba
recibiendo y ni siquiera se hab�a dado cuenta de ello, ella tambi�n estaba
descubriendo su propio gusto
VISITANDO EL DORMITORIO
Abajo, el jefe mir� su reloj, y le dijo a Juan que se
vistiera y que lo acompa�ara pero en silencio y sin hacer nada raro porque sino
lo iba a matar directamente, ya que no ten�a nada que perder.
Juan se acomod� la ropa como pudo y se par� al lado de
Carlos, juntos empezaron a subir las escaleras para llegar a la habitaci�n de la
pareja. El jefe consult� de nuevo su reloj y dijo:
Ya debe estar a punto �
Siguieron subiendo y empezaron a escuchar gemidos, no se
sab�a si de placer o de dolor, solo gemidos. Avanzaron y por la puerta
entreabierta de la habitaci�n vieron el espect�culo que estaba a punto de
comenzar.
Mientras la mujer segu�a empujando la cabeza del Burro para
que se la siga chupando, su cuerpo se segu�a moviendo y retorci�ndose mientras
los espasmos se suced�an uno a continuaci�n del otro.
Juan ten�a los ojos desorbitados, no pod�a creer lo que
estaba viendo, su mujer gozaba ( y solo con la lengua ) con un desconocido,
encima negro, encima delincuente que la amenazaba y adem�s gozaba como nunca la
hab�a visto con �l.
El jefe lo mir� y en un susurro le dijo:
Que te dije, El Burro es muy gentil con las mujeres. Y
espera que todav�a no has visto nada.
Como si todo fuera sincronizado previamente, el Burro se
separ� de la mujer, se levant� de la cama y empez� a desnudarse, primero la
parte de arriba mostrando un torso impresionantemente poderoso y fuerte.
Despu�s se sac� los pantalones y por �ltimo el calzoncillo.
Lo que mostr� fue un aparato como pocas veces se vi�, era realmente como la de
un burro, grande, grand�sima, tremendamente gruesa, si bien la ten�a semi dura
sus proporciones eran enormes y perfectas, un tremendo garrote que le colgaba
casi hasta media pierna.
Se acerc� a la cama donde estaba la mujer, quien no pod�a
sacar la vista de tremendo verg�n y sin decir nada le puso la verga a la altura
de la boca.
Joana sin dudar empez� a meterse la tranca en la boca, que al
no estar totalmente parada, le entraba con una cierta facilidad, lo que permit�a
que ella se lo metiera bastante hondo en la boca, mientras la acariciaba los
huevos con una mano y con la otra sosten�a tremenda pedazo.
A medida que avanzaba con el chupeteo la verga empez� a
ponerse dura y agrandarse incre�blemente. Mientras m�s dura se pon�a m�s pedazo
de la tranca del hombre sal�a de la boca de Joana que ya no pod�a retenerlo en
su boca dado el tremendo tama�o, cuando se puso dura en seria en la boca de
Joana solo hab�a un pedazo de glande y nada m�s, todo el resto de la verga ya no
le cab�a en la boca.
Empez� a hacerle una paja con las dos manos mientras se
dejaba en la boca lo poco que entraba. Joana se excitaba todav�a m�s si aquello
era posible, pero el recorrido de su mano se hac�a interminable en esa monta�a
de carne.
El Burro agarr� un pote de crema de la mesa de luz, se meti�
una buena cantidad en la pija y otra buena cantidad en la concha de Joana y
empez� a metersela dentro, Tuvo que entrar de a poco y despacio, Los fluidos de
Joana y la crema ayudaron mucho a la penetraci�n pero as� y todo ten�a que abrir
las piernas much�simo a medida que iba entrando la tranca del Burro.
Por �ltimo con un poco de la verga adentro el burro empez� a
moverse y con cada movimiento le iba enterrando un poco mas la pija a Joana
quien no dejaba de moverse y empujar hacia delante para seguir recibiendo
tremendo pedazo. Sus manos agarraban la espalda del negro y sus piernas se
cruzaron sobre la cintura del burro para recibirlo mas si pudiera.
A medida que el empalamiento avanzaba la mujer gem�a,
maldec�a lloraba y ten�a tantos orgasmos como nunca pens� que los podr�a tener.
Esa verga la estaba matando y partiendo en dos y ella gozaba como nunca goz� en
la vida.
De improviso el negro la ensart� totalmente, la clav� hasta
los huevos y Joana casi pierde el sentido del dolor. Le mordi� el hombro al
negro para no gritar, no quer�a llamar la atenci�n de la gente de abajo ni de su
esposo, solo quer�a que el negro se la cojiera como lo estaba haciendo. Los
bombeos del negro se hicieron m�s regulares, m�s seguros, la vagina se estaba
adaptando a su tama�o y se pod�a mover con m�s comodidad, asi que empez� a
entrar y salir con calma y velocidad, Mientras sus manos acariciaban las tetas
de Joana quien no dejaba de suspirar, gemir, llorar, putear y pedir que le de
m�s.
De golpe el negro empez� a bombear m�s y m�s hasta que Joana
sinti� como una lluvia de lava entraba en sus entra�as, una cantidad incre�ble
de semen entraba por su concha, tal cantidad era que empez� a rebalsar y salir
por sus piernas, mientras el negro segu�a largando. Esto le provoc� un orgasmo
de casi dos minutos sin cesar, temblando de pies a cabeza, casi desmayada,
mientras el negro segu�a largando.
Cuando los espasmos cesaron el negro bes� a Joana meti�ndole
la lengua hasta el paladar, a lo que ella respondi� con otro violento orgasmo.
Acto seguido, el Burro la dio vuelta, la puso en cuatro sobre
la cama y se la volvi� a coger, ahora si directamente la cabalg� sin piedad ni
contemplaci�n. Fue una cogida monumental que apenas si dur� cuatro o cinco
minutos, pero fueron suficientes para que Joana tuviera otro tremendo par de
orgasmos que casa la hacen salir de la cama.
El negro termin� y esta vez se la tir� en la cara. Joana
abri� la boca para recibir todo lo que pudiera mientras el negro sacud�a la
verga como si fuera una manguera rociando leche por todo el cuerpo de Joana.
Cuando termin� se la volvi� a meter en la boca a Joana para
que �sta se la limpiara, cosa que hizo con tanto gusto que alcanz� otro orgasmo.