Querido lector/a, ante todo quiero aclarar que esta historia
es producto de la imaginaci�n del autor, los hechos aqu� narrados son demasiado
sorprendentes para ser verdad. Si tienen alguna duda, quieren dar un consejo o
s�lo pretenden hacer alguna que otra amistad no duden en escrib�r a mi correo.
Jaime era uno de esos muchachos que no se comunicaba mucho
con la gente, aunque todos sab�an que con s�lo 17 a�os ya era un genio del
dibujo. Era un chico alto, de pelo marr�n y ojos marrones, tristes por dem�s.
Muchas chicas del colegio pensaban que era lindo, pero las cosas no pasaban de
all�. �l viv�a en un peque�o departamento con su madre Julieta, una de esas
mujeres que hacen girar cabezas vaya a donde vaya. Hablemos un poco de ella, 36
a�os, estatura media, pelo negro opaco y ojos verdes. Algo que la caracterizaba
realmente era su cola, parada y dura como pocas, aunque sus senos no le
envidiaban nada. Ambos se hac�an notar, sin importar el tipo de ropa que usase;
una bendici�n o una desgracia, juzguen ustedes.
Julieta siempre se hab�a sentido intrigada por su hijo, ya
que no parec�a un adolescente feliz, sino alguien que sufre una p�rdida
constante. As� que cuando ten�a oportunidad revisaba entre sus cosas, tratando
de encontrar alg�n indicio, una pista que la ayudase. En una de sus
inspecciones, Julieta encontr� muy bien escondidas unas hojas en las que
aparec�a el dibujo de una mujer semidesnuda, de espaldas. La calidad del trazo
era muy bueno, un gran retrato. Sigui� viendo las im�genes, y se asombr� al ver
que una de las mujeres ten�a la cara de ella. Algo sobresaltada guard� como pudo
las hojas en donde las hab�a encontrado y se alej� de all�. Los siguientes d�as
la tuvieron muy ansiosa, tratando de entender a su hijo. Finalmente lleg� a la
conclusi�n de que Jaime estaba atra�do a ella y no hab�a mucho que pod�a hacer
para sac�rselo de la cabeza. Poco a poco se fue calmando aunque segu�a enojada
porque las cosas no deber�an ser as�.
Los d�as pasaron y trajeron el cumplea�os de Jaime. Los
amigos que ten�a y algunos familiares, le hicieron una peque�a fiesta sorpresa,
regal�ndole todo tipo de cosas. Luego de que todos se fueran a sus casa Jaime
decidi� probarse la ropa nueva que ten�a, pero cuando se puso unos pantalones
que le hab�an gustado mucho supo que le quedaban grandes
"Me parece que son muy grandes" le dijo a su madre.
"A ver, dejame ver"
Julieta se agach� enfrente de Jaime para examinar el
pantal�n, dej�ndole una vista perfecta para apreciar los senos. Jaime se sent�a
nervioso, con miedo de que su madre se diera cuenta que se estaba excitando con
ella. Entre las manos que iban y ven�an, rozando cada rinc�n, y los excelentes
pechos Jaime no pod�a controlarse
"Ahora voy a ver como te va en la parte de atr�s"
Julieta se acerc� por detr�s y se apoy� contra la espalda de
su hijo. Jaime pudo sentir claramente los pechos duros que ten�a y los pezones
que lo adornaban, esto hizo que su pene se fuera a las alturas. Julieta se dio
cuenta de esto, y se sorprendi� un poco. Enojo fue lo que primero sinti�, lo
�nico que quer�a era que su hijo le explicara como pod�a excitarse con ella,
�qu� era su madre!. Pero el enojo tom� un sentido distinto, Julieta se dijo a s�
misma si eso es lo que queres, eso es lo que vas a tener. Ya era suficiente de
ese jueguito, era hora de hacer algo y r�pido
"Sabes, va ser mejor que te saque el pantal�n para medir las
partes que tienen que achicar"
Antes de que su hijo hablara Julieta desabroch� el pantal�n y
se lo baj� hasta las rodillas, dejando a la vista de ambos la media erecci�n que
tra�a Jaime. Este se qued� congelado, sin decir nada. Julieta en cambio, mir� el
bulto que se formaba y le susurr� al o�do
"Parece que necesitas ayuda, dejame darte una mano con eso"
Baj� los calzoncillos de su hijo, rozando lentamente las
manos contra sus piernas. Jaime se sent�a a gusto con lo que estaba pasando, as�
que la dej� hacer. Julieta pas� sus manos hacia delante, tom� el pene y comenz�
a masturbarlo pausadamente. Jaime sent�a gustoso el ir y venir de la mano sobre
su pene, y de la otra que sosten�a los test�culos. Julieta no perd�a detalle de
lo mucho que disfrutaba el ni�o. A los pocos minutos las rodillas de Jaime
comenzaron a temblar en medio de sensaciones muy placenteras, cada vez m�s
intensas. El pobre no pudo aguantar m�s y explot� en un orgasmo prolongado y
divino. Su semen salt� con mucha fuerza, en un abrir y cerrar de ojos qued�
postrado contra el piso.
"Parece que le gusto las caricias que le di �no?"
"Ehmmm... s�"
La mano de Julieta sigui� acariciando el miembro empapado de
su hijo, a�n firme, esperando otro orgasmo. De repente el timbre interrumpi�.
Ambos se exaltaron y se separaron r�pidamente. Jaime corri� hacia su pieza,
mientras que Julieta se acomod� un poco la ropa para atender la puerta,
olvidando que su mano estaba ba�ada. El cartero dej� un paquete y se retir� sin
percatarse del peque�o detalle, suerte para ella.
Mientras, Jaime yac�a en su cama, d�ndose cuenta que le
hab�an hecho la mejor paja de su vida. Algunas horas pasaron y Jaime segu�a en
su habitaci�n, mientras Julieta repasaba en su cabeza una y otra vez lo que
hab�a pasado. S�, hab�a masturbado a su hijo, y s�, le hab�a gustado mucho
hacerlo
"Es mejor que siga jugando un poco m�s con �l, lo hacemos una
vez y se le pasa la calentura" pens� Julieta.
Ya hab�a dado el primer paso. Estaba segura que con otra
sesi�n m�s Jaime estar�a satisfecho y abandonar�a esas est�pidas fantas�as. Pero
era suficiente por ese d�a, la ma�ana traer�a m�s esperanzas y nuevas ideas. Esa
misma noche Julieta se masturb� a�n sin desearlo entre sus s�banas, recordando
la dureza del miembro de Jaime y el charco que lanz� gracias a sus toques,
finalmente se durmi�.
La ma�ana siguiente la despert� con un sol radiante que
entraba por la ventana. Ella se levant� y se dirigi� a la cocina para preparar
el desayuno. Al rato Jaime se despert� tambi�n, y enseguida record� lo que hab�a
pasado el d�a anterior. Aunque parec�a un sue�o era lo m�s real que le hab�a
sucedido, real y placentero. Cuando termin� de usar el ba�o fue hacia la cocina
y se encontr� con su madre. En ese momento ella le daba la espalda, llevaba
puesta una camiseta mangas larga de color blanca y una bombacha negra que hac�a
notar perfectamente su bote bien formado. Jaime mir� los atributos de su madre,
y maravillado por ellos comenz� a sentir calor. De repente la situaci�n lo
super�, fue por detr�s de su madre y la apoy� sin ninguna contemplaci�n. Las
manos rodearon los pechos de Julieta y comenzaron a acariciarlos torpemente.
Ella pudo sentir el pene duro contra sus nalgas, meti�ndose cada vez m�s
profundo en su raya, luchando por penetrarla
"�Pero que estas haciendo Jaime?"
"Te estoy devolviendo el favor madre"
"�Ah, s�? bueno, espera que te ayudo un poco"
Julieta entonces arque� su espalda, para que su cola
sobresaliera m�s, con muchas ganas empez� a moverla sobre el miembro duro de
Jaime. Con una mano entre sus piernas corri� la bombacha hacia un lado e
instintivamente comenz� a tocarse los labios vaginales y su cl�toris
"Mmmm que rico que es esto, como me gusta" dec�a Julieta.
Sin darse cuenta hab�a ca�do victima de su propio juego, uno
que hubiese querido jugar tiempo atr�s. Le gustaba mucho la idea de que su hijo
la viese como objeto de placer, eso era lo que la obligaba a hacer lo
inpensable. Jaime no perd�a tiempo, ya hab�a levantado la camiseta que cubr�a
los pechos de su madre y estaba acariciando sus pezones, duros hasta m�s no
poder. Julieta cruz� una de sus manos y comenz� a apretar la cabeza del miembro
de Jaime
"Hijo, vayamos a un lugar m�s c�modo �s�?"
"Esta bien"
"Ven, vamos a mi pieza"
Julieta, sin soltar el pene que sobresal�a del b�xer de su
hijo, lo gui� hasta su pieza. Algo apurada hizo que Jaime se acostar� en la
cama, con su pene apuntando hacia el techo. Con mucha desesperaci�n Jaime se
quit� los calzoncillos y los tir� hacia el piso. Julieta lo mir� con cara de
pervertida, chup� uno de sus dedos y dijo
"Ahora vas a sentir la lengua que ayer te quedaste con ganas
de sentir"
Acerc� una de sus manos hacia el miembro y lo rode� con su
palma. Sin esperar nada se lo llev� a su boca y lo chup� como si se tratase de
un helado en el d�a m�s caluroso del a�o. La boca de Julieta devoraba sin cesar
el miembro de Jaime, que entraba hasta el fondo y luego sal�a s�lo para volver a
entrar de nuevo. El calor agobiaba a ambos, llenos de fuego que deb�an liberar
de una forma u otra. Julieta quitaba el miembro de su hijo y jugaba con su
glande, chupaba un poco sus huevos y luego lo volv�a a meter dentro de su boca.
Su mano nunca dejaba de moverse, de arriba hacia abajo y viceversa, acompa�ando
los movimientos de su boca. Jaime sent�a el hormigueo que le causaba la lengua
de su madre, pero �l no era uno de esos que tiene mucho aguante, el orgasmo
estaba muy cerca
"Ahh ahhh aaahhh aahh" empez� a gemir.
Julieta sab�a que iba a explotar de un momento a otro, as�
que apret� sus labios m�s fuerte y chup� con m�s esmero. Justo en el momento en
que Jaime llegaba al orgasmo sac� el pene de su boca y comenz� a masturbarlo,
corriendo la piel que cubr�a el glande fren�ticamente. �Splash! el semen salt�
fuertemente hacia la cara de Julieta, que lo recibi� golosa. En medio de los
salpicones Julieta volvi� a engullir el pene, para aprovechar todo ese jugo que
hab�a logrado exprimir. Jaime se retorc�a de gusto, apretando la cabeza hacia su
miembro. Julieta pas� la lengua por el glande y limpi� el pene que a estas
alturas se hab�a achicado. Gateando se acerc� a su hijo, junt� sus senos con sus
manos y dijo
"�Te gustan las tetas que tengo, son grandes, no?
"Son muy lindas" mientras tocaba una de ellas.
"Ahora chupamelas un poquito, dale, no tengas verg�enza"
Jaime no hizo objeci�n alguna y con muchas ganas empez� a
chupar esos senos que tanto le hab�an atra�do desde el primer d�a que los
conoci�
"As� lindo, segu� chupandome as�, chupame las tetitas, haceme
gozar"
Julieta disfrutaba de la lengua de su hijo, mientras que
acariciaba su pene. Este no tard� mucho en crecer, lo suficiente como para poder
lograr la penetraci�n. Mientras Jaime segu�a lamiendo sin cesar los pezones de
su madre, sobresalientes y muy duros. Julieta se levant� de la cama y se quit�
la camiseta y la ropa interior, algo humedecida. Jaime vio como se dibujaba la
vagina de su madre en su entrepierna, afeitada. Julieta abri� sus labios
vaginales y entre suspiros pregunt�
"�Te agradar�a meter tu cosita por mi hoyito?"
"Si"
"�En serio?"
"Siiiii"
La calentura la hab�a sobrepasado, ahora ya no pod�a pensar
en otra cosa que no fuese en tener a su hijo dentro de ella. Se acerc� a donde
estaba Jaime y se puso sobre �l con las piernas abiertas y el deseo m�s fuerte
que nunca
"Ahora te voy a montar hasta que se te gaste, esto es lo que
quer�as y es lo que vas a tener"
Con una mano tom� la herramienta y la acomod� para que
entrara en ese agujero que rogaba lo llenasen. La tensi�n que ten�an era muy
fuerte, y el remedio era uno. Lentamente se fue sentando sobre la carne de su
hijo, sintiendo como se iba metiendo pulgada a pulgada
"Ssssssiiiii" exclam� "Esto es lo que quer�a �te gusta?"
"S� mam�, s�"
"Ah Ahhh �te gusta como te aprieto con mi cuevita, te gusta
lo mojada que est�?"
"S�"
Dicen que una imagen vale mil palabras, de seguro que no
habr�a mil palabras para describir esta imagen. Una vez clavada Julieta comenz�
a brincar sin perder de vista como se introduc�a el pene de Jaime. Julieta
montaba con mucha velocidad a su hijo sin dejar de tocarse el cl�toris. Jaime
miraba como se mov�a su madre, como se tragaba su pene sin problema alguno
"Todo adentro, nada afuera", repet�a Julieta.
Los dos se mov�an fren�ticamente, cada vez m�s r�pido y con
m�s fuerza. Su hijo la estaba invadiendo y la dama se rend�a complacida. Sus
senos saltaban en el aire y su pelo danzaba descontrolado con cada movimiento.
La cama rechinaba y se golpeaba contra la pared, mientras que ella no dec�a,
gritaba
"�Ah, me vengo, ya casi sale! �que bueeenoooo...! �me encanta
tenerte adentro!"
"Ahhhh yo tambi�n acabo"
"�Acabame toda, todita, calentame con tu rica lechita!"
Julieta se aferr� a la almohada fuertemente y comenz� a
temblar sin control, llen�ndose de gusto y placer. R�pidamente sinti� que la
leche de su primog�nito se ahondaba hasta el fondo de su ser, caliente,
demasiado caliente. Ambos se quedaron quietos un par de minutos, bajando su
respiraci�n. Julieta al fin se levant� de la cama y coment�
"Espero que ahora est�s un poco m�s satisfecho"
Jaime asinti� con la cabeza, no ten�a palabras. Julieta se
puso su ropa y despidi� a su hijo con un beso justo en la punta de su pene,
llev�ndose un poco de leche en sus labios. Por cierto, desde aquel d�a los dos
hacen todo... en familia. :)