VALERIA, MI DULCE FLOR
Aquella tarde acud� al hipermercado a realizar la compra
semanal. Llen� mi carro con todo tipo de productos y ca� en la cuenta de que
necesitaba unos slips. Al llegar al pasillo de ropa interior solo hab�a un chico
que me sedujo desde el mismo momento que me fije en �l. Era muy joven y vest�a
un pantal�n corto que mostraba un culito fant�stico y una camiseta sin mangas
muy sexy. Se pod�a apreciar que no ten�a apenas vello y, adornado con su media
melena rubia y unas piernas largas y torneadas le daba un aspecto casi femenino.
Mientras miraba los slips no dejaba de observarle de reojo,
�l parec�a nervioso por mi presencia y cogi� un pack de slips y los introdujo en
su carro, luego fue a la secci�n de lencer�a y me fije en que estaba mirando
unas braguitas tanga. Disimulando meti� dos en su carro, yo pens� que serian un
regalo para su novia, pero sent� curiosidad y cuando cogio su carro le segu�
disimulando. Lleg� a la secci�n de ropa femenina y puso sus ojos en unos
vestidos de algod�n cortos de esos que usan las chicas para estar c�modas en
casa, cogio uno de color rosa muy escotado y corto y lo echo al carro.
Mi mente se lleno de fantas�as y mi verga reacciono con una
erecci�n y decid� seguirle. Se dirigi� a la caja a pagar y me puse en la de al
lado. Mientras sacaba mis cosas del carro no pod�a dejar de mirarle y aprecie
cierta pluma en sus movimientos, lo cual me turb� aun m�s. En un momento,
nuestras miradas se cruzaron por primera vez y en sus labios se dibujo una
especie de sonrisa mientras nervioso, tiro la botella que sujetaba al suelo.
Una vez hubo pagado su compra, se dirigi� a los aseos, yo,
alentado por su sonrisa, decid� seguirle a cierta distancia y cuando entro en el
ba�o pude apreciar que cogio una bolsa de su carro y se meti� en un retrete
privado. Me dispuse a orinar en silencio para poder escuchar y o� como bajaban
sus pantalones, a continuaci�n el ruido de una bolsa de pl�stico y, al minuto
salio del reservado. Yo estaba orinando cuando se acerco al lavabo y mir�ndose
al espejo se arreglo las cejas con los dedos y se paso la lengua por los labios
como si se los hubiera pintado. En aquel momento, casi me orino en la cara.....
Al salir del aseo, se dirigi� a informaci�n y se puso a
charlar con la chica, yo ya sin ning�n disimulo me acerque a ver que dec�a y de
aquellos dulces labios salio una melodiosa y femenina voz pidiendo que le
llamaran un taxi.
Al alejarse del puesto de informaci�n, me arme de valor y le
dije:
- �Estas esperando un taxi?
-� Si! Me dijo �l.
- Si quieres, te llevo yo, as� no tendr�s que esperar...
Me sonri� y declino mi invitaci�n pues era un desconocido
para �l a lo que le mostr� mi placa de polic�a y le dije que confiara en mi, que
solo le llevar�a.
Bueno, si eres polic�a, acepto.- Me dijo con su voz de
mariquita perverso.
Nos dirigimos al parking charlando. Me dijo que se llamaba
�ngel y a donde tenia que llevarle, que era muy amable por mi parte acercarle y
as� se ahorrar�a el taxi. Yo le dije que me llamaba Mario y que me era un placer
acercarle.
Una vez en el coche nos dirigimos a su casa que estaba muy
cerca del centro comercial, fuimos hablando de varias cosas hasta llegar a
nuestro destino. Se bajo del coche y me dijo:
�Bueno Mario, muchas gracias por todo, adi�s!
�Espera! � le dije � d�jame ayudarte a sacar las bolsas
del maletero.
No te molestes, ya lo hago yo.
De veras, no es molestia.- Dije mientras sal�a del auto
�Esta bien!, Como quieras.
Le ayud� a sacar todas sus bolsas mientras nos reiamos cuando
confundiamos mis cosas con las suyas, su sonrisa me estaqba turbando y deseaba
comermelo en la misma calle, pero no queria precipitarme.
Bueno, esto ya esta.- me dijo.
S�... entonces, adios.
Si, adi�s Mario y... gracias.
Unas ocho bolsas poblaban el suelo a nuestros pies y �ngel se
agacho a cogerlas, convirti�ndosele en una tarea imposible.
Uff, no puedo con tanto peso � exclamo.
�Te las acerco hasta el portal? � pregunt�.
�Me har�as el favor?
Por supuesto, ser� un placer.
As� que cada uno cogimos algunas bolsas y nos dirigimos
hacia su portal. �ngel abri� la puerta u pasamos dentro. �l iba delante de
mi un par de metros y, la entrar, no me di cuneta de un escal�n y tropec�
yendo a parar contra su espalda. Era nuestro primer contacto y note como su
piel se erizaba exactamente igual que la m�a.
�Bueno!, �Creo que debo compensarte por las molestias
con una copa, no?
No puedo �ngel, tengo el coche lleno de congelados.
Venga Mario, una copa solamente, me quedare m�s
tranquilo.
Bueno, esta bien, solo una y r�pida.
Mis deseos se iban cumpliendo sin apenas esfuerzo, pero
aunque yo estaba seguro de que �ngel era maric�n por su voz y sus
movimientos y deseaba follarmelo cuanto antes, no quer�a meter la pata y no
sabia como actuar cuando llegara a su casa, pues mi sue�o estaba delante de
mi y no quer�a que se esfumase.
Una vez en su casa dejamos casi todas las bolsas en la
cocina. Me acompa�o al sal�n y me invito a sentarme mientras colocaba su
compra y me pon�a una copa de vino. Mientras el se ausento, yo me fije que
el sal�n hab�a varias fotos de una chica preciosa pero que, curiosamente, se
parec�a rabiosamente a �ngel. Sobre un aparador, estaba su bolsa con la ropa
con lo que me ilumin� para lanzarme al ataque. Cogi una de las braguitas que
hab�a y en ese momento entro �ngel movi�ndose como una diosa.
�Que haces, Mario? Aqu� tienes tu copa.
Disculpa.-Dije avergonzado- pero vaya braguitas tan
sexys que le compras a tu novia, �qui�n es, la chica de las fotos?
En el rostro de �ngel not� una mezcla de nerviosismo y
verg�enza mientras sus manos temblaban al acercarme la copa.
�Si!,� Esa es mi novia... es guapa, eh!, Se llama
Valeria.
�Si!- le dije.-Es muy guapa, pero... se parece mucho a
ti, �no? � pregunte al tiempo que deje mi copa sobre el aparador y mis
manos le agarraban por los hombros.
�Mario! �Qu� haces? No... por favor
Venga �ngel, que no soy tonto � dije mientras mis
labios se posaban sobre su nuca erizando su piel a cada beso � si me
equivoco, d�melo y me largo ahora mismo.
Estremecido, �ngel se relaj� y echo sus manos hacia mi
culo acerc�ndome mas al. Mi polla, dura como una piedra, contact� con su
culo cuando volvi� la cara y nuestras lenguas se fundieron en una
irrefrenable lujuria y mis manos acariciaban sus tetillas por encima de su
camiseta.
�Te gustan las chicas como yo?- pregunto entre jadeos.
Me encantan... - le susurre al o�do.- Eres mi sue�o...
Se dio media vuelta y me agarro por el cuello mientras no
par�bamos de besarnos, eran besos lascivos y nuestras vergas chocaron aumentando
nuestras erecciones de manera espectacular. A m�, la excitaci�n de tener a �ngel
en mis brazos me hacia muy dif�cil evitar mi corrida, tarea que resultaba casi
imposible cuando su lengua se introdujo en mi oreja y mis manos se metieron por
debajo de la goma de sus pantalones con el objetivo de acariciar la piel de su
culo y encontr�ndome con la agradable sorpresa del encaje y la rajita de un
tanguita.
En ese momento, �ngel se aparto de m�, pudi�ndome fijar en el
bulto que asomaba en sus pantalones.
- �Espera un momento, Mario!, Ahora vuelvo.
- �D�nde vas ahora, cielo? � le dije mientras acariciaba sus
manos.
- Es una sorpresa, y adem�s... merecer� la pena.
Se alej� de m� y sali� del sal�n hacia las habitaciones, cog�
a copa y la apure con peque�os sorbos, volv� a llenar la copa y el calor se
apodero de m� desaboton�ndome la camisa. Encend� la cadena y pues el CD que
estaba, era Frank Sinatra y sus mejores baladas, optando por dejarlo pues no
pod�a ponerse mejor m�sica en ese momento...
A los cinco minutos aproximadamente o� como se abr�a una
puerta, seguido del sonido de unos tacones al pisar, mis ojos se detuvieron en
la puerta del sal�n cuando al segundo se mostr�. �ngel se hab�a convertido en
una preciosa mujercita, vest�a el vestido que se compro minutos antes, el pelo
se lo hab�a peinado como una chica y, en su cara el maquillaje hab�a resaltado,
que no mejorado, su belleza femenina. Unas medias con liguero y unos zapatos
negros de tac�n eran la guinda del pastel que se mostraba ante m�.
La voz de Frank invitaba a bailar, as� que agarre a mi
princesa y nos abrazamos, me susurro al o�do mientras me lo mord�a que la
llamara Valeria, percat�ndome que su voz se hab�a tornado m�s femenina, como si
la transformaci�n hubiera reafirmado su feminidad. Nuestros cuerpos fundidos
eran solo uno, Valeria apoyaba su cabeza en mi torso mientras acariciaba mi
espalda y me besaba mi hombro desnudo al tiempo que mis dedos jugaban con el
bajo de su vestido acariciando la suave piel de sus nalgas. Pasaban las
canciones mientras el tiempo parec�a que se hubiera detenido, en nuestro mundo
particular solo hab�a amor, como si hubi�ramos pactado una tregua en nuestros
deseos.
El CD de Sinatra lleg� a su fin y Valeria me llevo de la mano
hasta el sof�, se sent� en �l y me puso frente a ella, con sus u�as de porcelana
acariciaba mi torso enred�ndolas de vez en cuando con mi vello. La sinfon�a se
completaba con suaves besos en mi abdomen y mis manos resbalando por su cabello
hasta que llego al cierre de mi pantal�n, lo desabotono mientras sus ojos
miraban hacia arriba buscando los m�os. La sonrisa ilumin� su cara cuando los
pantalones bajaron a lo largo de mis piernas.
�Que lindo estas, mi amor! � dijo cuando vio mi verga
asomando por encima de los slips.
Me agarr� por las nalgas mientras olisqueaba la punta de mi
polla. Aleatoriamente me besaba entre los muslos, mi abdomen y volv�a a oler mi
polla mientras sus manos no dejaban de sobarme el culo. Mis manos apretaban su
cabeza con el fin de que me la chupara, pero ella quer�a disfrutar el momento,
prometi�ndome que ten�amos todo el tiempo del mundo.
Un rato despu�s, sac� su lengua y lami� la punta de mi pene,
sigui� deslizando su lengua en l�nea recta por todo mi abdomen, mi pecho, mi
cuello... hasta llegar a mi boca fundi�ndonos en mil besos. �Dios! Aun no me
hab�a tocado la polla y ya era totalmente suyo. Valeria era la criatura m�s
lujuriosa que hab�a conocido y era solo el principio.
Levante mis pies para despojarme de los pantalones y me dijo.
Ven, vamos a la cama.
La cogi en brazos y la lleve hasta su habitaci�n, la tumbe y
la admire, aun estaba totalmente vestida... Se incorporo y me quito la camisa
acarici�ndome suavemente la espalda y aspirando todo el aroma de mi piel.
Me encanta como hueles, mi macho...
Estaba de rodillas en la cama y solo me quedaban los slips,
pero, en un momento, Valeria se encargo de quit�rmelos despu�s de jugar con sus
dientes con ellos y arranc�ndomelos de un bocado.
�Uhhmmmm, es preciosa! � dijo lascivamente cuando vio
mi verga erecta, dieciocho cent�metros circuncidados.
Es toda tuya, mi vida � la dije mientras me besaba los
labios dulcemente.
Los dos de rodillas sobre la cama nos abrazamos con las manos
acariciando todos los rincones de nuestra piel, Valeria decidi� morderme los
pezones delicadamente antes de bajar bes�ndome todo el pecho hasta que sus
labios llegaron a la punta de mi verga, d�ndola varios besos y leng�etazas que a
m� me pon�an a mil. Cuando a ella la pareci�, continuo besando toda la longitud
de mi pija hasta llegar a mis huevos, los cuales chupaba como si fueran
caramelos.
�Valeria! Para, por favor � la dije sujet�ndola la
cabeza.
�Qu� ricos? �Slurrrrrrrrppppp!- me encantan tus huevos-
�uhmmmmmm!- dec�a mientras no dejaba de chuparmelos.
�Por favor, me voy a correr como sigas as�!
Fue decirla eso y se introdujo de un golpe toda mi polla en
su boca, me agarr� por el culo y me atra�a hacia ella r�pidamente, mientras mi
polla entraba en sus labios rojo fuego buscando el mayor placer existente. Mis
caderas bombeaban a un ritmo infernal hasta que note en mi la llegada de la
corrida. Todo mi cuerpo empez� a temblar cuando mi leche broto en la boca de mi
diosa.
Agarrada a mi culo, Valeria tragaba con lujuria mi leche.
Solt� tanta cantidad que no se pudo tragar toda y se la sal�a por la comisura de
sus labios, casi desmayado por el placer, me tumbe en la cama para reponerme,
pero Valeria se tumbo junto a m� y mientras me acariciaba la polla con sus manos
acerco sus labios a los m�os para entregarnos en un sinf�n de besos para
compartir la leche que no hab�a podido tragar.
Una vez la limpie con mi lengua toda la leche que resbalaba
por su cara, Valeria se incorporo poni�ndose de rodillas sobre mi polla. Agarro
su vestido por la falda y se lo quit�. Si vestida era preciosa, su lencer�a la
hacia aun m�s deseable. Llevaba un sujetador rojo sin tirantes que rellenaba con
unas tetitas muy peque�as, pero en aquel pecho tan menudo y sin vello se
apreciaban realmente divinas. Mi princesa quer�a seguir con su master en sexo y
comenz� a mover su culo sobre mi pene... tenia un culo adornado por unas bragas
a juego con el sujetador y un liguero del mismo conjunto que sujetaba unas
medias negras que mis manos no dejaban de acariciar.
�Ahora... ! Quiero que me folles, mi vida... �quiero
tenerte dentro y que nunca salgas de m�... �Quieres follarte a esta
putita, Mario?- dec�a mientras los vaivenes de su culo sobre mi pija iban
obteniendo el resultado deseado.
� Si Valeria, quiero que seas m�a... quiero amarte como
nunca lo han hecho!- la dije mientras miraba el bulto que su polla
provocaba en sus braguitas.
Mi polla ya estaba preparada para ensartarla cuando, de
repente, los ojos de Valeria se nublaron y cayo sobre mi pecho.
�AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!-
grito mientras notaba como mi vientre se mojaba delatando su corrida y
ella besaba mi pecho.
As� mi vida, mi amor... - la dije al tiempo que met�a
mis manos entre nosotros dos y, por debajo de sus bragas, moje mi dedo en
su leche y poder beber su n�ctar.
La golosa de Valeria tambi�n quer�a su raci�n y, con ella
encima de m� compartimos su leche y nuestra saliva mientras con sus u�as me
ara�aba desde las caderas hasta mis axilas. Yo, con mi mano libre la romp� las
bragas.
�Aaaaaaayyyyyyy! Que gusto- gimi� Valeria.
La sensaci�n de frescor aumento en mi vientre cuando libere
su pene y, al entrar en contacto con mi piel, no pude evitar meter la mano entre
los dos otra vez para acariciarlo. Al mismo tiempo, mi pija bombeaba en la
entrada de su culo con el fin de poseerla, a lo que Valeria r�pidamente
reacciono movi�ndose con el fin de facilitar la penetraci�n.
Hazme tuya, por favor... no aguanto mas- me susurro
dulcemente.
La lengua de Valeria comenz� de nuevo a posarse sobre todos
los rincones de mi cara cuando se introdujo ella misma la punta de mi polla en
su culo, un leve gemido llego a mis o�dos y mi mano noto como su pene estaba
erecto de nuevo.
Se sent� sobre m� y me miraba sonriendo cuando de un golpe se
introdujo ella misma toda mi polla, los ojos se la nublaron apoyando sus manos
en mi pecho para no caer vencida por el placer. Una vez restablecida de la
sensaci�n de la primera penetraci�n nos miramos con amor mientras ella se
recog�a el pelo y comenzaba a saltar sobre mi verga. Mi mano no dejaba de
acariciar su pija y con la otra la pellizcaba las tetas.
�Si Mario, no paressssssssssssssssssssssssssssss!-
gritaba mi princesa presa de la lascivia y el placer.
�Te gusta, princesa, dime, te gusta?
AH, AH, AH, AH, AH, AH, AH, AH �solo acertaba a decir.
Valeria no dejaba de cabalgar sobre m� cada vez mas
r�pidamente, en el tiempo que duro la penetraci�n nos dimos miles de besos,
nuestras manos no dejaban de acariciarnos, abrazarnos y pellizcarnos. De
repente, Valeria grit�.
�MARIO, ME VOY A CORRERRRRRRRRRRRRRR! SIGUE, SIGUE, SI,
SI, NO PARES
VAMOS CARI�O, AHHHHHHHHHH, AH, AH, AH, AH, YO TAMBIEN
Mi reina se dejo caer sobre m� y me mordi� el cuello cuando
note en mi mano que comenzaba su corrida.
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII,
AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH, AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH � grito
Valeria
SI AMOR, YO TAMBIENNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN
De mi pene comenz� a brotar la leche en su interior haciendo
aun m�s intenso su orgasmo pues no dejaba de morderme y clavarme las u�as en mi
piel, besos y caricias en su polla fueron mi forma de agradecerla la mejor
clavada de mi vida.
Mil besos despu�s, nos quedamos dormidos con mi pija dentro
de Valeria y ella acostada sobre m�.