MARIA: �LA CONFESI�N, DE UNA ESCLAVA! (II)
Continuaci�n de: MARIA: �UNA CONFESI�N DE UNA ESCLAVA! (I)
Tras aquellos, primeros momentos. Me sonrojo, al escuchar los
comentarios �de mi Amo-; y a la vez, me siento radicalmente suya y tremendamente
orgullosa. Me, gusta como con sus maneras, trabaja mi sensualidad, me hace ir a
desearlo, minuto a minuto.
Me da unas suaves caricias, que pueden ser depositadas: en mi
cuello o en la cintura, y lego va tom�ndome de los hombros. Pero,
independientemente del sitio elegido, me hace enternecerme con el y me siento
temblar toda por dentro.
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Desde esas suaves maneras, me hizo desearlo, me enamor� y me
sedujo, todo se inici� ya en el primer d�a, al conocernos.
Mi Amo, me mostr� los iniciales caminos, me sent� ir
tens�ndome y destrenz�ndome y salt� desde mis temores, hasta sus brazos. La
experiencia, me hizo temblar y durante los siguientes cinco d�as, cre� que no
podr�a estar sin verlo m�s. Pero, no ten�a su tel�fono y por mi "inseguridad"
cre� que no me recordar�a, pens� que pasar�a de m�.
Pero, nuevamente�, volvimos a coincidir, en el mismo lugar, a
la misma hora, en el mismo mostrador y atendi�ndonos "curiosamente" el mismo
camarero. Luego, tras saludarnos, fuimos y tomamos una mesa, elegida en un
rinc�n tranquilo y ah� durante un largo rato hablamos, y nos mir�bamos, as�
surgi� nuevamente el calor del deseo�.
Estuve hechizada, pensando en mil excusas para saber mas de
�l, estaba "impresionada" y eso con solo llegar a conocerlo; desde ese momento y
de inmediato, me sent� siendo una parte de �l. �l, me hace sentirme suya, mi
sensaci�n es de quererlo como a mi Amo, �l es un Dominante; me hizo sentirme
�nica estando junto a �l.
Y me dijo cosas distintas, como que quer�a que yo fuera su
esclava. Pero, sobre todo, su manera de acariciarme, como me llegaba a hacerlo
desear y como me sent�a yo, me cambi�.
Tanto, que despu�s del primer encuentro, sab�a que tendr�a
que reposo, hasta no saber que volver�a a estar con �l, y que lo que vivimos,
nuevamente suceder�a. Y, con el solo hecho de separarnos, ya estaba yo, ah�
nuevamente pensando en volverme y decirle que me dejara estar �a su lado- y que
quer�a ser suya nuevamente.
Eso, es un sentimiento, que con esfuerzos domin� y luego me
reproch�, no confesarle como me sent�a con �l.
Ya, ese d�a, pero sobre todo esa noche, entend� que pese a
mis todas mis rebeld�as, realmente quer�a ser suya, su sumisa o su esclava;
quer�a estar, el m�ximo de tiempo junto a �l.
Mi Amo me habla, ahora� llam�ndome suya, espero que use la
palabra Esclava, ese sonido te hace sentir muy rara, al o�rselo la primera vez.
Es como un trallazo, un cinturonzazo o un anillamiento o piercing �por primera
vez-. Pero, esa palabra, dicha y entendida con calma, es el inicio y la se�al,
de que �l juego -entre los dos: amo y esclava- ha empezado.
Tengo mucho que aprender, y ganas no me faltan. He de
recordar, las maneras que tiene, y sus gustos personales, de ese modo "estar�
m�s capacitada" y me "formar�" para saber c�mo mejor complacerle. Eso, en s�
mismo, ya representa cierto grado de placer, para m� misma.
Me siento observada y observadora, con todo lo que hago
�estando juntos-. Y, mi conducta y proceder, est�n orientados a darme un poco
m�s, a serle m�s de mi Amo. Si me equivoco o si acierto, a veces ni me habla,
solo me da a entender, cuando el niega o bien afirma, con su cabeza.
Si "el hecho" es m�s importante o m�s grave, se pone de pie,
y dirigi�ndose a m�, me habla (m�s o menos fuerte). No me ha gritado aun, pero
se que eso, ser�a una correcci�n muy dolorosa, yo temblar�a con ese tipo de
reprimenda�
Hemos llegado, a un acoplamiento, y el es "enteramente"
libre, conmigo. Me toma el bolso y me pide que, ante el, me quite la chaquetilla
y despu�s mi blusa. Se, por su expresi�n facial y miradas, tambi�n por algunas
palabras, que q �l le gusta verme desvestir, ante su presencia.
Y, se que debo desabotonarme, las prendas, gir�ndome ante �l
e ir poni�ndome de un lado y del otro, he de variar para estar de frente y luego
de espaldas. Y en su mirada, sabr� "leer" si hay acierto o reprobaci�n, para
como me muevo, lo que hago y para estar ante �l tal como me quedo�
Mi Amo, me exige que "siga demostrando cuanto le amo", le he
de mostrar respeto "absoluto"; he de obedecerle "al instante" y en "todas las
�rdenes". De lo contrario, ser� castigada, o dejar� de estar presente, de la
forma en que yo deseo, y su vida se separar� de la m�a...
Mis manos y mis labios, me tiemblan, mientras me desabotono
�para �l-. Tal como coment�, primero me sacare la chaquetilla y luego mi blusa.
Todo, con calma y con el gusto, de descubrir para �l; y ver, como me mira con
aprobaci�n y con deseo. Le leo las ganas, y se me ilumina la cara y la mirada.
Las prendas, las puse en el asiento, del escritorio. Me saqu�
la falda, estando sentada, en la silla, y seguidamente la dobl�. Quede expuesta
ante �l, solo vestida con mi ropa interior, con las medias y unos zapatos.
Me indic� que, me sacase "tambi�n" los pendientes, la
pulsera, el reloj de mu�eca y los anillos� As�, me siente y me hace ve, a mi
misma, m�s desnuda y m�s concentrada en la total entrega.
Veo, en este instante, el piercing, que me atraviesa uno de
mis pezones, y bajo mi braga, se marca la anilla, que sobresale del relieve del
labio vulvar y se marca en el tejido �ntimo. Noto, como la anilla, por mi
excitaci�n, me presiona la tela de la braga.
El se da cuenta, de todos esos detalles. Y, a su indicaci�n,
me pongo con las manos, con los dedos cruzados, primero por delante, como
tap�ndome. Pero, el me dice, que las ponga detr�s. Y eso cumplo, nerviosamente;
pero muy excitada. Ya, estoy un poco abierta, mis labios "vulvares", se separan
y la humedad nace�
Primero, las manos se enlazan, se quedan a la altura de mis
nalgas. Luego, con una indicaci�n de su mano, me rectifica y me hace subirlas,
hasta quedarse a media espalda.
Mi torso y vientre, est�n m�s expuestos. Y mi manos, me
liberan e una m�nima tensi�n, y hallo gusto dej�ndolas, que vayan quedando
atr�s; y as�, forzosamente he de sacar mis pecho, hacia delante.
Y finalmente, me dice, que ahora, ponga las dos manos a la
altura las cervicales; me hace estar as�, y luego, con toques de sus manos y
rodillas, me da a entender la conveniencia, de separarme m�s de las piernas.
Se acerca y toca a mis codos, mis hombros, a mis b�ceps.
Luego me pone las manos �sus lindas manos-, en mis axilas, y va bajando por mis
costados. Me acaricia, y llega a las caderas y me roza el vientre. Se aprieta a
m�, y mi respiraci�n se me acelera. Noto, que tras mi persona, se queda �l, y al
poco el se auto descamisa, y seguidamente, utiliz�ndome como percha, se saca la
camiseta.
Se aprieta a m�, y mi carne, mi espalda me hacen sentirlo.
Toma la ropa, y la coloca en la silla; la misma silla que est� la m�a. Mi cuerpo
se enfr�a, hasta que se me vuelve a apretar y con su tato va entr�ndome�
Sus manos se me suben y me sostienen las copas; me las
sostienen oblicuamente, siento la sustentaci�n que hace de las dos copas. No las
coge desde la base, sino que las bordea y luego me las presiona. Y me abre, el
cierre frontal. Sus diestras manos, dejan a mis senos descubrirse (para �l y
para que yo, pueda verme as�, ofreci�ndome para �l).
Me retira, las cubiertas de las copas, las vuelve a poner
�cada vez una- y como siento esos roces, de la tela y de los dedos... Y noto
que, va subiendo lentamente el sujetador, y se lo lleva en volandas. Y noto, que
me presiona la piel, la prenda me roza, al hac�rmela salir.
Entiendo que, la tela baja, roz�ndome con los tirantes y
copas, es el modo en que �l me hace sentir, que en este momento, quiere que
separe las manos. Y as�, me quedo, liberada del sujetador y m�s "plenamente"
ofrecida a su vista y a sus acciones.
Estoy excitada, quiero que me apriete y que me toque; pero se
para un momento... Incluso aceptar� algo m�s de da�o, me resultar�a excitante, y
muerdo cachitos de mis labios.
Y �l, lo sabe, precisamente por �ste motivo, se retiene y no
me da aun eso. Me lo va demorando, haciendo que lo desee, cada segundo m�s�