Mi autismo, debido al trauma que significo perder a toda mi
familia de un momento a otro, iba desvaneci�ndose, al menos ese trauma iba
tomando nuevas formas. La danza, como ya antes dije, hizo que dominara mi cuerpo
para la seducci�n.

A pesar de que solo necesitaba verle la mirada a alguien para
saber como dejarlos a mis pies con mis movimientos, solo me deje tocar por Diana
y sus hijas. Como ven a pesar de mis formas femeninas, jam�s deje tocarme por un
hombre, aunque me excitaba m�s llevarlos un m�ximo cl�max.

Diana muy dif�cilmente me dejaba salir, cosa que siempre
encontraba la forma de escapar. Me gustaba vestirme siempre sexy, y salir a una
discoteca de ambiente, donde pueda mostrar toda mi masculina feminidad. Me
gustaba ir con una faldita mini con aspecto mojado muy apretado que resaltaba mi
delicioso trasero, un body transparente que transluc�an mis implantados pero
deliciosos pechos, medias de seda que me llegan a las rodillas, un maquillaje
escandaloso que me hacia ver toda una perra. Entraba en la disco, me pepeaba, y
sin ver a nadie desplegaba toda mi sensualidad, escuchando atentamente la
aceleraci�n de la respiraci�n quien se hipnotizaba con mis movimientos, siempre
sin dejar que nadie me toque, como hab�a dicho, solo dejaba que lo hiciese mi
nueva familia, hasta que sucedi� algo que quiz� estaba esperando.

Era inevitable de convertirme en el centro de atracci�n donde
vaya, esa era la �nica raz�n por la que sal�a, eso me excitaba. Solo que a veces
llevaba la excitaci�n hasta el l�mite de aquellos que ten�an un efecto cat�rtico
al verme bailar.

Una de esas noches, saliendo de la disco, sent� como me tapo
la boca una gran y callosa mano con u pa�uelo con olor extra�o, formol, mientras
mis ojos se serraban, sent�a que otro me tomaba de las piernas y los dos me
introdujeron en una furgoneta. Pero atr�s de esa gran mano, en mis labios se
ocultaban una gran sonrisa. Cuando despert� estaba amarrado en la alfombra de
una sala, que dicho sea de paso carec�a de decoraci�n. Mientras despert�
comenzaron los insultos - perra te vamos a dar hoy duro, ya varias noches estas
que nos calientas y nada, ahora te toca tu castigo ramera asquerosa, crees que
porque tienes ese cuerpo vas a hacer lo que quieras, vas a saber ahora quien son
los amos-. No escuchaba esas palabras con miedo, mas bien mi rostro inexpresivo
ocultaba una estridente carcajada.

Los mire a cada uno a los ojos sin pronunciar palabra, eran
dos gorilas que fijo ten�an m�s de tres a�os en un gimnasio. Inmediatamente se
abalanzaron sobre m�, me pusieron en cuatro patas, para esto estaba desnuda, uno
se puso atr�s y luego de ponerme vaselina en mi recto me perforo si compasi�n,
el otro tom�ndome de los cabellos, me oblig� ( al menos eso quer�a que creyera),
a que abriera que creyera y comenz� a follarme por la boca. Comenc� a mover mis
caderas y hacerle al otro una mamada espectacular. Os ojos de los supuestos
violadores estaban fuera de sus orbitas, no pod�an parar, ten�an que seguir,
poco a poco estaban en mi poder, mis movimientos, imped�an que sus penes se
pusieran fl�cidas, nos quedamos horas, cambiando de pociones cada 20 minutos,
quedaron exhaustos, luego de eyacular como mulas, ba��ndome mi cuerpo des semen,
se quedaron dormidos, justo como los quer�a

Depende de ustedes que siga esta historia escr�banme a
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