El aire acondicionado del vag�n hizo que un escalofr�o me
recorriera todo el cuerpo y que mis pechos se pusieran mas duros que de
costumbre. Me recost� en el asiento parando la m�sica disco que sal�a de los
walkman y me ech� el pelo rubio y ondulado hac�a atr�s con un gesto brusco de la
cabeza. Estir� la camisa azul marino fuerte de manga corta que dejaba mi
estomago completamente al aire mientras me levantaba. Llevaba un pantal�n
el�stico vaquero desgastado bastante pegado a mi cuerpo y unas zapatillas de
deporte blancas con una plataforma que me levantaba unos diez cent�metros del
suelo. Mir� el reflejo que la ventanilla del vag�n reflejaba y me sub� el
pantal�n sin bolsillos por detr�s. Estaba orgullosa de mi culo, y lo pavoneaba
siempre que pod�a, tal y como sol�a aconsejarme mi hermana al principio. Sonre�
al acordarme de aquello. Abr� la puerta del bar en el vag�n de cola y me sent�
en uno de los taburetes peque�os delante de una televisi�n min�scula. Me encend�
un cigarrillo y ante la atenta mirada del barman, solt� el humo.
- �Qu� va a tomar?
Me pregunt� el hombre, un revisor de cuarenta a�os medio
calvo con cara de salido que solo me miraba los pechos. Volv� a acordarme de los
tiempos en los que yo miraba a chicas como yo por la calle sentado con mis
colegas en un banco del parque. Recordaba que las odiaba a muerte porque eran
orgullosas, maleducadas y encima se cre�an m�s que cualquiera, como mi hermana
Bel�n, con sus ropitas ajustadas y sus aires de ni�as pijas... en resumen, unas
putas. Recordaba tambi�n como entre las s�banas de mi cama escuchaba las risas
de Bel�n con Sonia cuando ambas llegaban por la noche despu�s de salir de marcha
y cerrando los ojos me masturbaba sinti�ndome una mujer diez. Hab�a pasado mucho
tiempo desde aquello, mucho mas tiempo mental que real, porque no hac�a ni dos
a�os desde que mi hermana me pillara con sus pantalones puestos y yo ya hab�a
cambiado tanto que ni mi madre me reconoc�a. Entonces yo era una persona
insegura, llena de fantas�as que pensaba imposibles de cumplir y sobre todo un
chico decente. El culo me dol�a bastante todav�a despu�s de que Graciela, la
negra de la noche anterior, me hiciera sentir mas mujer y mas puta que nunca
antes nadie. Y es que me hab�a penetrado de tal forma que no solo mi cuerpo se
hab�a abierto a todo ese placer. Me sent�a diferente, como mas segura, mas
echada para adelante... en resumidas cuentas: mas puta.
Al pensar eso sonre� de oreja a oreja. Quien me hubiera dicho
entonces metido entre sabanas escuchando a Bel�n contar a Sonia los chicos que
se hab�an ligado aquella noche , que en dos a�os iba a ser el arquetipo de zorra
que siempre hab�a odiado...
- Ehh... un whisky con coca cola, por favor.
Tambi�n me sorprendi� las ganas de tomar algo de alcohol a
esas horas de la tarde, claro que despu�s de pasarnos en la playa dos semanas
borrachas y puestas de coca hasta las cejas, era normal que mi cuerpo quisiera
seguir aquel ritmo. Dos d�as separada de la influencia de mi hermana y notaba
que me estaba desbocando, porque ella siempre era la que pisaba el acelerador o
tiraba del freno de mano seg�n la ocasi�n... Pero yo sola, era como bajar un
puerto de monta�a en punto muerto. Di una calada al cigarrillo y me rasqu� la
nariz. Ten�a unas ganas tremendas de llegar a la costa y que Dani me llevara a
mi nueva casa. Le di un sorbo grande al vaso peque�o y sabore� el humo del
cigarro antes de soltarlo contra el cristal. El tren bascul� de un lado a otro
al pasar por un cambio de v�as y puse mi mano encima del vaso para que no se
vertiera por la encimera marr�n del coche-bar. Mi hermana, Sonia, Teresa e Irene
iban a quedarse definitivamente una semana m�s en la playa y Dani me hab�a
convencido para que me mudara a una casa cerca del estudio fotogr�fico que el
ten�a en el norte del pa�s. Casi me sent�a una estrella incluso antes de que me
hiciera la primera foto y eso hac�a que �ltimamente me comportara como una
jilipollas. Porque Dani me dijo que si yo quer�a har�a de mi una estrella, pero
que para eso deb�a madurar un poco y dejar las inseguridades que arrastraba.
Sal� del bar con el vaso en la mano y me sent� al lado de un
chico bastante atractivo, de esos que tienen el pelo muy corto, la camiseta muy
pegada al cuerpo y un culillo relleno y redondito. El me mir� de arriba a abajo
y sigui� leyendo una revista de coches de carreras, aunque sab�a que me miraba
por el reflejo del cristal. Saqu� un paquete de chicles.
- �Quieres?
El me mir� con una expresi�n fr�a y neg� con la cabeza. Me
desabroch� el primer bot�n de la camisa y me abaniqu� la cabeza con la mano.
�Qu� cojones estaba haciendo?, me pregunt�. Una cosa era que estuviera
cumpliendo mi sue�o de ser una mujer llena de curvas sensuales y otra que me
convirtiera en una puta en may�sculas. Me levant� nerviosa. Mir� por la
ventanilla y me volv� a sentar. La estaci�n estaba cerca ya, y dese� estar ya
all�, porque ten�a la libido por las nubes.
Por fin el tren se par�. La estaci�n era enorme, llena de
�rboles y palmeras, de gente corriendo de un lado a otro con maletas y seis o
siete trenes diferentes pitando en las v�as. Busqu� el cartel de Salida y con
las dos maletas al hombro ande como pude sobre las plataformas hasta la puerta.
La humedad se notaba en todos los rincones. El mar estaba a escasos metros de
all� y no pude dejar de recordar la casa de Teresa y las fiestas nocturnas con
ella. Las echaba de menos... Encend� un cigarro dejando las maletas en el suelo.
Dani ten�a que estar por all�...
Not� que alguien me cog�a por el codo. Dani. Llevaba una
camisa naranja apretada y un pantal�n vaquero ancho con bolsillos a ambos lados
de las piernas. Sonre� y le di un abrazo muy sentido. Su cuerpo estaba caliente
comparado con el m�o. Me mir� con sus ojos grandes.
- Eh, t�a, estas preciosa... menudo morenazo que pillaste en
la playa...
Fui a darle un beso en la boca pero el puso la mejilla. Me
qued� parada un segundo.
- Venga, que tengo prisa... �Solo llevas esto?
dijo se�alando mis maletas. Yo asent� intentando no parecer
insegura. Ya me lo hab�a dicho muchas veces: Ten�a que saber lo que val�a. Le
acompa�e hasta un coche deportivo, un BMW descapotable de color ceniza. �l dej�
las maletas detr�s y me abri� la puerta. Hac�a un d�a soleado y claro y cada vez
que respiraba el sabor del mar se me met�a hasta el cerebro.
- Bueno, bueno bueno... est�s fant�stica, t�a, de verdad.
Me dijo mientras arrancaba el BMW haciendo un ruido
atronador. Yo mov� la cabeza ruborizada.
- �Donde esta la casa?
Pregunte tirando la colilla a la calle en un sem�foro. Me
baj� las gafas de sol alargadas y le sonre�.
Dani puso su mano en mi entrepierna apretando un poco. Sent�
lo que siempre siento cuando alguien me toca all�. Unas ganas irrefrenables de
follar. Por la mente se me paso un segundo el desabrocharle el pantal�n y
hacerle una mamada all� mismo, mientras conduc�a... como muchas veces hab�a
fantaseado. Era como si me viera en una pel�cula con la c�mara fuera de m�. Mi
mano fue hasta su pantal�n y le desabroche el primer bot�n.
- Shh... estate quieta...
El me quit� la mano y cambi� de marcha para arrancar de nuevo
al ponerse el sem�foro en verde.
- Tienes que estar tranquila, �de acuerdo?... quiero que esta
tarde te maquilles y te pongas un vestidito que tengo para hacer unas pruebas...
cuanto antes empieces a saber estar delante de una c�mara, mejor.
Yo asent� mec�nicamente cuando el par� el coche en una calle
menos transitada. Un edificio marr�n se alzaba enfrente. El sali� del coche y
cogiendo mis maletas entr� en el edificio no sin antes apuntar con las llaves al
BMW que emiti� un sonoro pitido luciendo los focos varias veces. Le segu�
agarrada a mi bolso rojo peque�o de pl�stico mientras mov�a mis caderas de un
lado al otro debajo del pantal�n vaquero desgastado. Dani parec�a muy serio, y
eso me pon�a nerviosa, pero Bel�n iba a estar tan orgullosa de su hermanita...
iba a dar lo mejor de mi. Entramos en una habitaci�n espaciosa con varias
puertas cerradas. Me llev� a trav�s de un pasillo largo hasta una de ellas, la
abri� y dej� mis maletas encima de una de las dos camas que ocupaban casi toda
la habitaci�n. El sol entraba por la ventana grande que hab�a en el fondo.
- Esta es tu habitaci�n. Tu compa�era se llama Laura, que
vendr� dentro de un rato.
- �Compa�era?
Pregunt� extra�ada.
- Si, Laura... es preciosa... deben de estar en la playa
ahora... hoy no ten�an sesi�n de fotos y es mejor el bronceado natural que el de
rayos...
Despu�s me ense�� el ba�o, la sauna, otro cuarto lleno de
maquinas de gimnasio y la cocina.
- Y este es el sal�n.
- �Cuanta gente vive aqu�?
Pregunte. Todo parec�a muy profesional. Los cuartos estaban
muy limpios y todo estaba perfectamente ordenado. Era como una oficina.
- Pues estar�is Laura y t� en el cuarto del fondo, Sof�a y
Cristina en este de aqu� y Gema en el otro.
Cont� mentalmente seg�n Dani iba diciendo los nombres. Cuatro
y yo... una punzada de desilusi�n me recorri� el cuerpo. Cre�a que iba a ser la
�nica a la que har�a fotos. Saqu� el paquete de tabaco y me encend� uno.
- Bueno, tienes algo de comida en la nevera y el tel�fono
est� ah�, aunque te advierto que las facturas se pagan entre todas, as� que
cuidado con pasarse el d�a pegada al tel�fono, que sois todas iguales...
Acompa�e a Dani hasta la puerta. Estaba bastante confundida,
adem�s de caliente. Cog� a Dani del brazo y me agach� mordi�ndole poco a poco la
camisa. El me miraba desde arriba sonriendo.
- Hace calor aqu�, �verdad?
Me pregunt� mientras yo ya abr�a su entrepierna con mis u�as
blancas de porcelana. Me cogi� un rizo del pelo.
- Es precioso este pelo... una pena que no seas rubia
natural... me hubiera gustado verte cuando a�n eras un chico t�mido...
Yo no pod�a contestar. Ten�a su polla entre mis labios y
comenzaba a succionar todo lo fuerte que pod�a, haciendo que sintiera mi
piercing de la lengua mientras jugaba con su fres�n. Era mas peque�a que la de
Graciela, pero no pod�a contenerme. Le hice una mamada continua tocando con mis
manos sus huevos, hasta que un chorro espeso y caliente cruz� mi garganta. Lo
sabore� como si fuera agua fresca en un desierto. Me levant� roja e hinchada de
placer.
- Yolanda, vas a ser una estrella, t�a. Y vas a empezar esta
misma tarde. Te llamar� a las siete.
Cerr� la puerta dej�ndome con la espalda apoyada en la pared
d�ndole la �ltima calada al cigarro. �Que me estaba pasando?. Si mi hermana
hubiera estado all� seguro que me dec�a lo pervertida que era y que tuviera
cuidado, que las chicas f�ciles no son tan morbosas. Me empuj� con la espalda y
fui recorriendo las habitaciones con el regustillo del semen de Dani en mi boca.
Me acerqu� a una de las ventanas del sal�n y vi como la playa kilom�trica de la
costa se alejaba hasta donde no pod�a ver. Parec�a un hormiguero desde tan
arriba. Me di la vuelta y fui hasta mi cuarto. Deshice la maleta poniendo toda
mi ropa en las repisas libres de un armario blanco bastante austero. Respir�
sent�ndome en la cama de la derecha. Iba a tener que vivir entre chicas, hacerme
fotos... y por lo que parec�a, hacer gimnasia. Escuch� la puerta de la casa
abri�ndose y unas risas agudas se acercaron por el pasillo. Me levant� nerviosa.
Por la puerta aparecieron dos de las mujeres mas guapas que
hab�a visto nunca. Eran incre�bles. Las dos eran morenas, una con el pelo liso y
largo y la otra con el pelo rizado como el m�o, aunque mucho m�s corto. Se
quedaron mir�ndome.
- T� eres Yolanda, �verdad?
Asent� sacando mis pechos. Los suyos eran mas... mas bonitos,
mas redonditos que los m�os, y sobre todo los suyos eran reales.
- Si... soy Yolanda... �vosotras sois?
- Ella es Cristina...
Me dijo la del pelo liso y los ojos verdes.
- Yo soy Laura.
Laura se acerc� moviendo su cuerpo suavemente. Tenia unas
caderas muy sensuales y me sorprendi� que fuera tan alta. Me dio dos besos y
comenz� a quitarse el bikini azul que llevaba. Me qued� embobada al ver que
aquella mujer modelo ten�a una polla entre sus piernas. La otra chica, Cristina,
de ojos azules y pelo rizado hizo lo mismo con el mismo resultado.
- �No te quieres dar un ba�o antes de la sesi�n...?
Me dijo Cristina con una voz melodiosa un tanto pija.
- Ehh... si.. bueno...
Cristina se dio la vuelta y desapareci� por la puerta.
- Sois... bueno... sois guap�simas...
Laura cogi� una toalla y se la puso alrededor del cuello. Me
sonri�.
- Oye, pues tu no estas nada mal... y ya veras dentro de un
tiempo...
Me dej� sola ri�ndose por el pasillo.
Eran como yo, me dije un poco mas calmada. Eran guap�simas,
muy pijas, y ten�an un estilo que ya me gustar�a a mi tener... y estaba all� con
ellas. La cabeza me daba vueltas ante todo lo que me estaba pasando. Cuando se
lo contara a mi hermana no se lo iba a creer...
Me desnud� y cog� mi toalla rosa. No sab�a lo que Dani
esperaba de mi, pero yo no era ni mucho menos como Laura y Cristina. Ellas
ten�an algo mas que yo: seguridad, feminidad... �Y si las fotos no eran como
Dani esperaba?... �y si ten�a que hacer cosas que yo no quer�a?. Cerr� la
mand�bula fuerte y di un paso para salir de la habitaci�n. Si hab�a llegado
hasta ah� en solo dos a�os luchar�a por llegar m�s lejos, como siempre me dec�a
mi hermana, t�a, que eres especial. Me mir� al espejo del cuarto de Cristina de
camino al ba�o y me sonroj� tapando mis pechos min�sculos con la toalla. A veces
se me olvidaba que yo no hab�a nacido mujer y que me quedaba mucho por hacer, o
esconder. Las paredes blancas de casa me relajaban. Ten�a todav�a varias horas
por delante para poder prepararme hasta las primeras fotos.
Entre en el ba�o. Lo primero que vi fue el pelo negro y liso
de Laura colgando fl�cidamente del jacuzzi. Brillaba como si se lo acabaran de
lavar a conciencia. Enfrente estaba Cristina bebiendo de una botella un liquido
verde y con la frente llena de sudor.
- Eh, t�a, hazle un sitio a Yola... venga, vente aqu� con
nosotras.
Laura volvi� la cabeza y me mir� con sus ojos verdes claros.
Sonri�.
- Venga, tonta, que se est� de miedo aqu� dentro...
Met� primero una pierna dentro de aquel ba�o de burbujas y
despu�s dej� que mi cuerpo se introdujera hasta el fondo. Un peque�o asiento de
pl�stico par� mi culo y no pude dejar escapar un �ay! de dolor.
- �Estas bien?
Me pregunto Cristina toc�ndose el pelo rizado.
- Si... no... no es nada...
Laura y Cristina se miraron subiendo las cejas y mostrando
una media sonrisa en la cara. El agua estaba ardiendo y comenc� a sudar casi de
inmediato.
- Bueno, pues as� que eres la nueva... vaya, vaya... �desde
cuando eres...
Dej� la frase sin acabar.
- Dos a�os.
Laura abri� los ojos. Sus pechos estaban completamente
mirando hac�a arriba. Eran preciosos, redondos, brillantes, suaves... Dese�
tener unos iguales y me tap� los m�os con el brazo sin que se dieran cuenta.
- �Solo dos a�os?... joder... Pues eres muy guapa... y muy
femenina... Tendr�as que ver lo que pasa por aqu� a veces... joder, aparece cada
una que...
Dijo Cristina pronunciando much�simo las "s" como la gente
que ha vivido siempre en un barrio rico.
- �Y vosotras?
Pregunt� sintiendo que mi polla bailaba debajo del agua al
ritmo de las burbujas que sal�an disparadas a la superficie. Mir� el fondo y vi
que los miembros de Laura y Cristina tambi�n hac�an lo mismo.
- Yo hace mas diez a�os... y Cristina cinco.
Las dos me sonrieron. Justo en ese momento un m�vil de una de
ellas comenz� a sonar muy alto. Laura lo cogi�.
- Dime, Gema... si... no, ya esta aqu�... vale.
Colg� y me mir�.
- Es Gema, la otra chica que vive aqu�. Que a las cinco nos
espera abajo para tomar algo.
Cristina se levant�. El agua resbalaba de sus pelos por todo
su cuerpo. Parec�a una atleta, marcando cada uno de los m�sculos del est�mago.
Nunca habr�a pensado que ella hubiera sido un chico antes. Se sec� con la toalla
las piernas y desapareci�. Yo la segu� con la vista hasta que Laura me toc� el
brazo.
- �Te gusta?
- Es preciosa...
- Si... pero, �te gustar�a ser como ella o follartela?
Me qued� parada. No sab�a que contestar.
- Las dos cosas, �verdad que si?... yo a veces la oigo gemir
cuando se trae a alguien a su cuarto y me muero de envidia...
Laura hab�a puesto una cara de viciosa que me divirti�.
Doblaba el labio inferior, que a todo eso lo ten�a demasiado gordo para ser
real, y cerraba los p�rpados un poco.
- Jajaja
Solt� una risilla nerviosa. No estaba acostumbrada a hablar
de aquello con otra gente que con mi hermana, Sonia o Teresa...
- Osea, que t� eres de las m�as... �verdad?
Tampoco contest�. Se me hac�a dif�cil hablar tan
descaradamente. Laura se sent� junto a m� y su mano me agarr� del pene.
Autom�ticamente se me puso duro.
- Hmm... veo que si... menos mal, porque Cristina es de esas
devotas... Solo se lo hace con t�os cachas...
Comenz� a subir y bajar su mano con mi pene dentro, y yo tuve
que cerrar los ojos del gusto. El agua estaba muy caliente, las burbujas me
hac�an cosquillas, Laura era una belleza y joder, todo aquello era como un
sue�o. Mi polla se hizo mas grande y not� que un dedo que no era el m�o se met�a
en mi boca. Instintivamente saqu� mi lengua y jugu� con �l. Llevaba un anillo
plateado que estaba fr�o en comparaci�n con el resto. Su u�a era muy larga y a
veces me rascaba la punta de la lengua. Me dej� llevar. Abr� mis piernas y el
agua a presi�n se introdujo por mi culo. Comenc� a respirar muy fuerte. Laura
par� un poco la velocidad de su mano y me solt� la polla que ahora apuntaba
hacia el cielo. Se sent� encima m�o con las rodillas a la altura de mi cara y
con su mano volvi� a coger mi polla, esta vez para introduc�rsela en el culo
poco a poco. Abr� los p�rpados y sus ojos verdes me miraron con lujuria.
- Vamos, mu�vete un poquito, guapa...
Me dijo.
Yo apoy� mis manos en la barandilla met�lica del jacuzzi y
comenc� a hacer flexiones con mi cuerpo. Sab�a perfectamente lo que era que una
polla te partiera por la mitad, y por ello sab�a que hacer para que ella
sintiera lo mismo que yo sol�a sentir. Ella cerr� los ojos y baj� su cabeza. Su
pelo negro se sumergi� en el agua.
- Ah... ah...
Gimi� varias veces, mientras mi polla sal�a y entraba de su
agujero, bastante dilatado. Su polla chocaba contra mi est�mago cada vez que
ella sal�a del agua.
- Sigue, joder...
La escuch� decir de forma violenta. Me mordi� el cuello hasta
que grit� de dolor. En ese momento me corr� dentro de su cuerpo. Ella respir�
hondo. Vi que por el agua flotaban unos hilos pastosos que se iban por el
sumidero saltando entre las burbujas. Laura se sent� a mi lado de nuevo y ech�
la cabeza hac�a atr�s respirando fuerte todav�a. Yo me sent�a como si Sonia me
hubiera violado. Estaba en la glor�a.
- �Tienes tabaco?
Me pregunt� Laura en un peque�o silbido.
- En... en el bolso...
La dije como pude. Ella se levant� lentamente y desapareci�
por la puerta. Andaba con clase, con sus hombros perfectamente balanceados y su
culo se mov�a como gelatina encima de un cami�n. Cerr� los ojos. Estaba exhausta
de nuevo. Todav�a no me cre�a que todo aquello me estuviera pasando. Ten�a que
hablar con mi hermana, porque si aquella iba a ser mi nueva vida pod�a acabar
perdi�ndome. Sent� el brazo de alguien en mi espalda. Era Laura. Me dio un
cigarrillo encendido. Ella se sent� desnuda con otro expulsando el humo hac�a un
lado, con un carnet en la mano y el pelo recogido en una peque�a coleta. Su pene
fl�cido reposaba en un escroto peque�o.
- As� que eras as� de guapo...
Me dijo. Ten�a mi DNI en la mano.
- Eh...
Dije con un toque de enfado estirando la mano para
quit�rselo. Ella se ech� hac�a atr�s.
- Espera, espera... La verdad es que eras una t�a, joder, lo
debiste pasar mal.
Yo me levant� corriendo y se lo quit� de las manos. No me
gustaba que me cogieran mis cosas, ni mi hermana ni nadie.
- No vuelvas a hacerlo, �de acuerdo?
La dije. Estaba enfadada.
- Vale, t�a... lo siento... pero es que la gente no suele
tener fotos de antes del cambio...
Lo deje bocabajo al lado del jacuzzi y me levant� expulsando
el humo. Laura se me acerc� y me dio un beso en la mejilla.
- Lo siento... lo siento... �Vale?
Yo asent�. Sus pechos me fascinaban, y con mi mano izquierda
se los toqu�. Estaban duros.
- No... ojal� fueran de verdad... por muchas hormonas que me
tomara jam�s podr�a tener unos as�... son regalo de Dani, bueno, pagu� la
operaci�n con el dinero que me paga por las fotos.
Sonre�. Seguro que yo tendr�a unos as� el mes que viene.
Aunque a�n no sab�a lo que se cobraba por las fotos deb�a ser lo suficiente para
poder vivir fenomenal. Incluso podr�a mandarle dinero a Sonia y a Bel�n.
- Son preciosas...
Laura anduvo hasta la puerta y antes de salir del ba�o me
sonri�.
- Bueno, pues nada, Yolanda, es fant�stico que hayas
venido... vamos a cambiarnos y tomar algo, anda.
Y sali� sin cerrar la puerta. La cabeza me dol�a un poco,
como siempre que me corr�a de verdad. Me agach�, cog� el DNI y fui hasta el
cuarto.
De camino vi a Cristina prepararse un caf� en la cocina.
Llevaba una falda muy corta y ajustada y la parte de arriba de un bikini verde
que casi no cubr�a sus tetas. Estaba muy maquillada y sus ojos azulones me
miraron. Era guap�sima.
- Ten cuidado con Laura...
Me dijo sonriendo. Yo la sonre� y segu� andando por el
pasillo hasta mi nuevo cuarto. All� estaba Laura. Se estaba poniendo un pantal�n
rojo muy chill�n y estaba escondiendo su polla entre las piernas. Ten�a una
camiseta negra de tirantes muy peque�a y sus pechos parec�an no querer quedarse
dentro.
- Venga, r�pido, t�a...
Me dijo sin mirarme.
La verdad es que Laura me recordaba a mi hermana. Parec�a muy
segura de si misma, y era igual de viciosa que ella. Pero mi hermana era
especial. �Donde estar�a ahora?. Me sent� en la cama y comenc� a ponerme una
falda blanca ajustada con una abertura muy grande en un lado. Despu�s me puse un
top min�sculo rojo y me met� el relleno. Laura me mir�.
- Joder, recuerdo cuando ten�a que estar con esos rellenos...
menudo co�azo...
Me dijo d�ndose la vuelta para maquillarse.
- Si...
Respond� d�ndoles forma. Cog� mis sandalias negras de
plataforma de corcho y me puse junto a ella a maquillarme. Era preciosa. Mucho
mas guapa que nadie que hubiera visto... y encima maquillada, parec�a una modelo
de Internet.
- Oye... una pregunta...
La dije.
- Pero que no sea muy indecente, �vale?
- Eh... las fotos... es que no he visto ninguna todav�a...
Dani me dijo que se vend�an a unas revistas, pero no se cuales.
Mientras ella se perfilaba los p�rpados, me mir�.
- Dani es muy buen fot�grafo... es uno de los mejores...
�Donde lo conociste?
- En una disco... de la playa.
- Ya... pues en serio, tu deja que �l te diga lo que tienes
que hacer... y nunca, nunca le lleves la contrar�a �vale?
Yo asent� poni�ndome un poco de negro debajo de mis p�rpados.
- Bueno, venga, vamos abajo a tomar algo que Gema nos est�
esperando.
Laura se fue haciendo ruido con unos tacones de punta
alt�simos. Iba a ser divertido todo aquello, divertido y excitante... porque
quer�a verme en las fotos, quer�a ser como Laura, tener sus pechos, tener su
seguridad... y sobre todo llamar a Sonia y mi hermana para que vinieran a verme,
pero no antes de haberme puesto los pechos y tener la ropa que ten�an ellas. Iba
a ser una gran estrella, seguro.
Decimos�ptima entrega de Yolanda, con nuevos cambios y
personajes... si quer�is comentarme cualquier cosa sobre ellos o sobre cualquier
otra cosa... ya sabe�s donde estoy.