Me gusta mi madre. tercera afirmaci�n. firme, irreevocable y
de largo tiempo pensada.
Durante mi pubertad y juventud, aliment� mi libido con
sensaciones de todo tipo a partir de esa hemosa mujer que es Mam�.
Nuestra relaci�n, siempre fue abierta. Ella llegaba a
contarme las relaciones sexuales con mi padre y muchas veces reconoc�a que
habian sido insatisfactorias.
Cuando cumpl� 20 a�os, obtuve una beca para estudiar een el
exterior, motivo por el cual, estuve fuera de mi casa durante, exactamente, 2
a�os, 1 mes y tres dias. Tiempo durante el cual, adem�s d estudiar, mejor�
muchisimo mi comportamiento sexual, sin ser un Gardel, conforme a la opini�n de
varias compa�eras de lecho soy un tipo que a la hora de ir a la cama, no puede
ser desechado.
Con 22 a�os recien cumplidos, volv� a casa. Mam� -Elena es su
nombre -me esperaba con los brazos abiertos, en cuanto desarm� mi equipaje, me
cont� que mi padre, estaba afuera toda la semana y que a veces volvia cada 15
dias, decia que por razones laborales.
Mam�, tenia 40 as�os, y su cuerpo se manten�a en forma y sus
pechos turgentes, grandes y ataryentes eran coronados por unos pesones hermosos,
muy parecidos a una aceituna. Sus piernas y caderas, eran un espectaculo aparte.
Y ella, en la intimidad familiar es, de aguna manera hay que decirlo:
exhibicionista.
Los camisones cortos, abiertos con escotes generosos,
bombachas peque�as y pegadas a la bulva y enganchadas en su canal posterior.
realmente es un monumeto a la masturbaci�n.
Los primeros dias, anduvimos a las carreras, ella por su
profesi�n de arquitecta y yo por mi reingreso a la Universidad. El fin de semana
fue otra cosa. Desayuno en el jardin, Elena con camison corto, semitranbsparente
con una tanga apenas cubierta que dejaba vislumbrar su monte de venus pulposo y
unas nalgas dignas de ser pellizcadas. Sus pechos, sin corpi�os, se podian
apreciar desde arriba, gracias a escotes generosos y desde afuera por lo
transparenete de la prenda que pretendia ocultarlos.
Mis ojos no se despegaban del hermoso culo de Elena y, por
supuesto, mi verga quer�a romper el pantal�n corto de mi pijama.
En dos o tres oportunidades, mis roces con Mam� estuvieron al
borde de lo indecoroso. Una mano sobre sus nalgas descubiertas, un roce suave
sobre sus pechos o un beso cari�oso en su cuello. Mam� sonreia y agradecia ques
est� de vuelta en casa y sus manos se apoyaban en mi pecho desnudo jugando con
sus dedos sobre mis tetillas.
Almorzamos jugando a la seduccion. Yo miraba a una hembra
digna de ser servida y ella miraba a un macho que podr�a servirla. Ninguno
sacaba las manos del plato, pero, el clima era realmente erotico.
Concluida la comida, ambos acomodamos la vajilla y en la
cocina lavamos los platos. Cuando comenc� a acomodar las copas en la alacena de
la cocina, roc� con mi verga enhiesta los gluteor de Elena, ella, sonriendo me
dejaba hacer y su cola se estiraba hacia mi cuerpo. En un momento determinado,
tom� sus hombros desde atras, con mi pija apoyada en su canal posterior, bes� su
cuello y le dije: puedo ver TV en tu cuarto ? por supuesto, ponete comodo, fue
su respuesta.
Me acost� con el torso desnudo, las piernas abiertas y
aprentando ocultar mi erecci�n. Disimuladamente, mi mano acariciaba el pene y
esperaba que Elena entrara para hacer su siesta.
Lo hizo, sus caderas se movian con cadencia atractiva y un
dejo de sexualidad que era excitante. inges� al ba�o, dej� la puerta
entreabierta, lo que me permit�a oir sus movimientos: lavarse los dientes,
orinar, higinizarse las zonas initmas y aplicarse un desodorante vaginal que
tiene un aroma muy particular.
de oir todo esto, estaba todo dicho. Mam� era conciente que
sus aromas vaginales -propios de una mujer excitada- estaban presentas y debia
ocultarlos.
se acot� a mi lado, me dio la espalda y comenz� a aparentar
dormir su siesta. Yo miraba esa mujer puesta de espaldas hacia mi. Su tanga
marcaba sus gluteos y se perdia en su canal posterior. Su espalda demostraba que
no llevaba corpi�i y su piel blanca era un iman que ataraia mi boca. El aroma de
su desodorante impregnaba mis fosas nasales y enervaban mi verga que ya estaba
al maximo de su extension.
Me acost� sobre un costado de mi cuerpo para tener una visi�n
mas completa de ese cuerpo que me quitaba el sue�o. De pronto, la voz de Mam� me
pregunta: no ten�s sue�o? yo, sorprendido le dije: si, ya me estoy comenzando a
dormir. La abrac� poniendo mis manos sobre su vientre apenas cubierto por el
camis�n y ella, en respuesta, acomod� sus gluteos contra mi cuerpo, quedando a
escasos centimetros de mi verga dura. A los pocos minutos, volv� a acomodar su
grupa y mi miembro qued� pegado al canal psoterior de Elena. Era una situaci�n
evidente que Mam� no podia dejar de sentirla. . Si la incomodaba, debia
alejarse, si se quedaba, era la prueba de su aceptaci�n. esper� un par de
minutos antes de comenzar a jugar con mis dedos sobre su vientre. Hacia
arabescos y circulos sobre el abdomeny el ombligo, mientras sentia la presion de
su hermoso culo sobre mi pija. Baj� pocoa a poco mi mano y fue buscando el borde
de su tanga. Mientras, su mano se apoyaba en mi muslo.
Cuando mi mano burl� el borde de su tanga y se dirig�a a su
monte de venus, ella comenz� a mover sus caderas con una voluptuuosidad
enervante. Mi dedo econtr� su clitoris, Elena abri� las piernas y acerc� su
cuello a mi boxa. La bes� y al mismo tiempo mis dedos acariciaban el bot�n de
amor. Mam� suspiraba, jadeaba y entr� en convulsiones. Puse mi mano sobre la
totalidad de su concha y mis dedos aprisionaban y acariciaban el clitoris. mam�
lleg� a un orgasmo fuerte y prolongado. Se di� vueltas, tom� mis mejillas con
ambas manos y me dijo: sos un macho divino, me bes� y continu�: hace mucho que
no hago el amor y mucho mas que no acabo como ahora. su boca baj� por mi cuello,
mordi� mis tetillas y sigui� rumbo a la causa de sus carencias, chup� la verga
con devocion pagana, me lami� los testiculos para luego meterse todo el miembro
en su cavidad bucal. Yo acariciaba sus hombros y sus lolas, ella jadeaba y sus
lamidas se hacian mas veloces. Yo, al borde de la eyaculaci�n, se lo dije y
ella, con media boca ocupada contest� dame tu leche, papito, dame tu leche. Me
dej� llevar y acab� en su boca. Divina sensacion. ella lamia todo, la leche, el
tronco, la cabeza y dejo todo limpio. Me bes� profundamente y me dijo: queres
mas? yo, por supuesto acept� y busque sus pechos. Lamia sus pesones y ella
entraba en extasis, cuando mord� su peson izquierdo lleg� a un orgasmo, mientras
su mano, apoyaba en su nuca me pedia, Mas, papito, mas.
Segu� lamiendo sus abdomen, lo mordi con furia sexual y
sacando su tanga, me encontr� con un monte de venus apenas cubierto por una
vellosidad prolijamente acicalada. Abr� los labios de esa hermosa concha y me
dediqu� a libar de ellos ese hermoso manjar que son los jugos vaginales de una
mujer deseada. Acab� dos veces seguidas y nuestras bocas volvieron a juntarsse.
Nuestros jugos eran compartidos en nuestros labios y Mam� me pidi�: coehgeme,
papito, cogeme. Abr� sus piernas, se la pse entera y ella comenz� a rotar sus
caderas sobre el mastil de carne que la penetraba. Era alucinante, yo excitado,
Elena igual y ambos al borde del orgasmo. te doy leche en la concha? interrogu�
y Elena me dijo: si, papito, toda, y aceler� el movimiento coital. Divina
eyaculaci�n, hermoso orgasmo.
Amantes, Madre-hijo, felices.
Confesiones posteriores demostraron que nuestro dese
reciproco nacio en el mismo tiempo y que ambos, nos estuvimos conteniendo. Que
estupidez! si nuestra relacion es perfecta. espero que se mantenga por mucho
tiempo.