JUGANDO CON MAMA
Esta es una historia ver�dica de una relaci�n incestuosa con
mi madre la cual llev� a extremos nunca antes realizados por m� con ella. Era un
dulce forma de jugar en la cual ambos �ramos c�mplices por mutuo acuerdo.
Hola mi nombre es �lvaro y vivo en un bello pa�s de
Latinoam�rica, la historia que les contar� es totalmente real de ah� que me vea
obligado a cambiar los nombres reales por nombres ficticios para protegerme a m�
y a mi madre.
Tengo 21 a�os, soy alto, blanco, muy desarrollado f�sicamente
en todos los aspectos para mi edad. Mi pubertad fue un verdadero martirio dado
que, no s� por qu� condiciones del desarrollo, me doli� sobremanera por un
per�odo de 3 a�os el desarrollo de mi pene, el cual me molestaba todos los d�as
sobre todo cuando ten�a sue�os h�medos. Mi aparato lleg� a dejar de darme
molestias a partir de los 17 a�os, pero para ese entonces ya me sent�a muy mal
dado que hab�a crecido casi hasta llegar a alcanzar excitado la incre�ble
longitud de casi 48 cms y un grosor bestial de casi 25 cms. Mam� me llevaba a
tratamiento con el m�dico por ese "problema" y el doctor le dijo a mam� que ante
eso no se pod�a hacer absolutamente nada m�s que no fuera esperar que dejara de
crecer. A m� el solo hecho de toc�rmela me daba dolor, as� que mi madre se
desviv�a poni�ndome pa�os calientes y pomadas para que me relajara el pene.
Mi madre es viuda y tiene 34 a�os, rubia, alta de 1.78 m,
grandes y voluminosos pechos, piel muy blanca y tersa, culo grande y turgente
casi tan parado como el culo de una abeja, su cintura es peque�a, en fin toda
ella es muy bien proporcionada. Mam�, por su formaci�n moral, a partir de la
muerte de mi padre nunca hab�a tenido ning�n otro hombre y al �nico que conoci�
fue a mi padre. Ella hab�a sido criada a la forma antigua donde se respeta al
100% la fidelidad conyugal, de ah� que nunca hubiese tenido ning�n otro hombre,
ni se interesase en buscar otro marido. Ella dec�a sentirse bien estando as�
viviendo conmigo.
Durante los tratamientos para mi pene, yo observaba c�mo mam�
me lo tocaba con cierto temor y a la vez ve�a brillar en ella sus ojos de
lujuria. Ya eran 4 a�os sin conocer lo que era una relaci�n sexual y todo ese
tiempo ya estaba causando mella en ella. Sus tratamientos siempre eran muy
largos y ella era muy delicada y meticulosa efectu�ndome las curas. Lleg� el
momento a partir de los 21 a�os en que como por encanto mi miembro ya no me
dol�a. Ese d�a, de la felicidad de sentir que ya no me molestaba, llam� a mam�
euf�rico para que ella fuera la primera en darse cuenta. Ella me pidi� que me
desnudara para ver mi pene y saber si era cierto realmente que ya no me dol�a.
Le ped� que me la tocara bien de arriba abajo para confirmar que ya no sent�a
dolor alguno. Ella comenz� a tocarla con mucho cari�o de arriba abajo y dado que
yo no sent�a molestia alguna aceler� el ritmo de caricias. Entonces lo que
ocurri� fue que mi pene comenz� a crecer a ritmo acelerado, a alargarse y a
engrosarse. Mi madre ve�a embobada c�mo el aparato tomaba dimensiones colosales
y crec�a y crec�a como si nunca fuera a dejar de crecer, yo la ve�a chuparse los
labios del placer que sent�a al entrar en contacto con mi verga rica y sabrosa.
A la vez que crec�a mi miembro, tambi�n crec�a la respiraci�n
de mi madre, se volv�a agitada. Segu�a acarici�ndolo pero ya no como antes,
ahora lo acariciaba con pasi�n. De un momento a otro se transform� en una mujer
que deseaba tener mi pene en su vagina. Ya su mirada no era la mirada de una
madre sino la mirada de una mujer en celo. Se olvid� de mi presencia y me
acariciaba el gigantesco glande con pasi�n, le daba besos y besos, lo recorr�a
admir�ndolo enloquecida. De pronto, par� de hacer lo que hac�a, sac� de un caj�n
una cinta m�trica y midi� mi miembro, obteniendo como medidas 47,8 cms de largo
y 24,5 cms de grosor y eso que todav�a no estaba a mi m�xima expresi�n. Mam�
consider� que a tope llegar�a a unos 49 cms de largo y unos 26 cms de di�metro.
En realidad era un pene bestial casi tipo caballo, dec�a el m�dico que �l no
sab�a de la existencia de otra igual en el mundo. Mam� se sent�a muy orgullosa
de mi aparato y se relam�a la boca pensando en el momento en que dicho
instrumento la rajara sin piedad alguna. Tanto hab�a visto crecer ese aparato
durante 3 a�os que lo anhelaba de mil maneras y como mi madre era medio s�dica,
lo deseaba destrozando su vagina y clav�ndose en el fondo de ella hasta hacerla
saltar de placer y de dolor.
A partir de ese momento mam� deseaba estar siempre cerca de
mi aparato y tocarlo para "cerciorarse", dec�a ella, de que no me doliera, de
ah� que constantemente me lo tocaba y me semimasturbaba sin llegar nunca a hacer
que me viniera. Hasta que una semana m�s tarde, en una de sus acostumbradas
sesiones de tanteo para reconfirmar la desaparici�n de mi dolor, me empez� a
masturbar muy feliz y contenta. Mi pene a duras penas cab�a en su mano y comenz�
a acariciarlo con las 2 manos. Sub�a y bajaba a ritmo de desesperaci�n, yo
empezaba a sentir cosquillas y calambres que me recorr�an el cuerpo y me
llegaban hasta la cabeza de mi pene y volv�an a bajar. Ve�a a mi madre agachada
con una bata transparente la cual, con el movimiento de la masturbaci�n que me
hac�a, se abr�a y dejaba ver sus grandes pechos blancos con grandes pezones en
forma de cachito de luna todos paraditos por la excitaci�n que ten�a. Al fondo
de la bata pude divisar su rajita pelona abultada con grandes labios rosados. A
los pocos minutos le avis� a mam� que ya me ven�a y la reacci�n de ella fue
introducir mi glande en su boca, pero dado su enorme tama�o apenas pudo meter
una parte. La explosi�n fue como destapar una manguera. Trat� de tragar todo el
semen que pudo, pero el r�o era tanto que le corr�a mi leche por su cara, pelo,
tetas. Le manch� toda su bata y al verla manchada se la quit� quedando desnuda.
Era tal el grado de fiebre de mi madre que tom� mi man� y me
arrastr� hacia su habitaci�n. Me ped�a a gritos que la hiciera suya, que le
metiera el monstruo que ten�a entre mis piernas en su vagina y que la
despedazara porque ya no soportaba ni un segundo m�s de no tener picha cuando
ten�a una de verdad a su alcance. Ella se acost� y abri� las piernas al m�ximo
para que la penetrara toda. Yo, ante la visi�n de su hermosa vagina pretend�
hincarme y chup�rsela, pero ella no me lo permiti�, me dijo que no perdiera
tiempo, que me requer�a dentro suyo. Yo cog� mi gigantesco pene y apunt� con
cuidado a su vulva y le introduje de un solo golpe una parte de mi glande. Mi
madre solt� un grito ensordecedor diciendo que la rajara toda. "M����tela
maric�n", me ped�a. Yo, emocionado por sus gritos, hice mi cadera hacia atr�s y
de un certero golpe le met� unos 15 cms dentro de su vulva. Nuevamente gritos
desgarradores salieron de su boca. Yo me par� un poco dado que su t�nel era tan
estrecho para mi aparato que me estaba empezando a doler. Dej� que se
acostumbrara a su grosor y longitud y luego de dos minutos la saqu� hacia atr�s.
Esta vez, ya repuesto, cog� m�s impulso y la hund� otros 10 cms aproximadamente.
A�n as�, solo ten�a dentro casi la mitad de mi instrumento.
Ella, enloquecida, gritaba y se revolcaba. Cruz� sus piernas
sobre mi cintura y ella misma hac�a movimientos coitales hundi�ndose cada vez
m�s y m�s mi aparato, hasta que ya no pude entrar dado que top� con una especie
de pared. Pero yo en mi euforia y viendo la gran cantidad de pene a�n afuera,
saqu� unos 10 cms y retom� impulso, pero lo hice con furia y solo sent� que mi
pene pasaba por un t�nel superestrecho e ingresaba en otra cavidad. Mi madre
llor�, grito y buf� que la hab�a partido en dos y que estaba en lo m�s intimo de
su ser, se retorc�a como una serpiente y lloraba a l�grima viva, pero no dejaba
de decirme que le metiera m�s verga. Me dec�a "hijueputa pingudo" y ped�a que la
partiera toda, que ella era m�a y que la matara. Yo viendo el da�o que le
causaba ces� mis acometidas y esper� que ella se rehiciera. Cuando ya la vi m�s
tranquila le pregunt� si estaba bien y entre jadeos me dijo que s�, que siguiera
sin miedo pero que no metiera m�s porque la sent�a ya en su est�mago. Yo me
sent� frustrado dado que en mi lujuria yo deseaba meterle mi miembro en su
totalidad y sac�rselo por la boca lo cual era y es imposible y eso que solo
ten�a metidos unos 37 cms aproximadamente y a�n me sobraba una buen pedazo que
esperaba ansioso entrar, pero que por ahora no podr�a ser.
Empec� a moverme a un ritmo moderado en el mete y saca pero
siempre metiendo a profundidad. Mi miembro es tan grueso que yo ve�a c�mo sus
labios vaginales se abr�an ante el intruso y c�mo mi miembro se enterraba en sus
profundidades. Cog� un l�piz de labios de mam� y me marcaba hasta d�nde entraba
en su vagina. Jugaba pretendiendo meter m�s y m�s. Cuando lograba meter un
cent�metro m�s los gritos de mam� eran ensordecedores y dec�a que no m�s, que la
sacara. Entretanto, mam� orgasmaba una y otra vez, sus piernas ya no la
sosten�an, ten�a que sostenerla con mi mano. De repente, veo que los ojos de
mam� se entornan y se ponen blancos, echa su cabeza hacia atr�s y luego la deja
caer de lado. Solo o� un resoplido y cay� inconsciente.
Sus piernas se aflojaron y yo sin poder regarme a�n sent�a
algo caliente que abrazaba mi pene y sal�a a presi�n y me mojaba mi est�mago.
Eran sus jugos y sus orines ya que perdi� el dominio de los m�sculos que manejan
la vejiga. Me estuve quieto e intranquilo, d�ndole palmadas a mam� en su cara
hasta que volvi� en s�. Ten�a una cara de felicidad incre�ble y me pidi� que
sigui�ramos para hacer que yo me viniera en su raja. Esta vez hice las cosas m�s
pausadamente, pero lo hac�a en salidas largas y en entradas profundas hasta que
sent� que nuevamente mam� se desmayaba y yo me ven�a tambi�n a torrentes. Fue
tal el placer, que ambos nos desmayamos y yo me orin� dentro de mi madre y ella
tambi�n, pues debido al placer perdi� nuevamente el control de sus esf�nteres y
se orino de nuevo empap�ndome todo.
Al rato, al recobrar la conciencia ambos, mi pene segu�a
metido en su vagina y totalmente endurecido. Era tal la dureza que mi madre me
dijo que la sacara ya que nunca la hab�a sentido as� de dura y deseaba medirla
para saber cu�nto podr�a darle su beb� de picha. Ella midi� 50 cms, uno m�s de
lo que hab�a especulado y un di�metro de 27 cms. Era una verdadera picha de
caballo, ni comparada a la de un relato de ac� de un tipo que la ten�a de 35
cms. Esa picha era para principiantes, la m�a es una picha de libro Guiness.
Mam� qued� enloquecida, la besaba y la rebesaba y me dec�a que yo era suyo y de
nadie m�s, que nunca me compartir�a con nadie. Me hizo jurarle que yo ser�a su
amante por siempre y que solo con su consentimiento ella me traer�a a alguna
amiga para hacerle el amor, pero yo le ped� que ella ser�a solamente m�a y de
nadie m�s y que no tolerar�a jam�s compartirla con ning�n hombre, que si lo
hac�a tuviera por seguro que si la ve�a con otro mataba a su amante y le har�a
da�o a ella. Mi madre comprendi� que no era una broma sino que hablaba en serio
y jur� que eso nunca se dar�a.
A partir de ahora somos amantes en todo el sentido de la
palabra, yo juego con mam� de meterle toda mi picha por su vagina. He logrado
introducirle 40 cms, le ha dolido que es un gusto pero ella es medio masoquista
y lo acepta. Ahora estamos viendo de qu� manera su culo se adapta a mi aparato
para ver si logro meterlo todo, por ahora su ano est� siendo tratado con pepinos
largos y gruesos para irla abriendo. Aunque mi aparato es m�s largo y grueso que
los pepinos, me entretengo meti�ndoselos y vi�ndola gritar. Como soy medio
s�dico me encanta sacar los pepinos con sus heces y met�rselos en la boca para
que ella se coma su propia mierda. Estuvimos de acuerdo en jugar casi sin reglas
de ninguna especie. Ella me adora, me idolatra y por mi pene est� dispuesta a lo
que sea que yo desee. Mi pene la tiene enloquecida, cada ma�ana se me pega como
un vampiro a beber su lechita directo de mi pene, se trae la taza del caf� y en
vez de ponerle leche corriente usa mi leche y se toma su cafecito enloquecida de
placer de saber que la lechita de su bebe le est� llegando a su est�mago.
Por ahora nuestro sexo es solamente oral y vaginal, la etapa
anal est� en proceso, dado que vivimos en un edificio de apartamentos y mam� es
muy ruidosa en sus expresiones sexuales decidimos alquilar una casa en el campo
retirada de toda comunicaci�n donde ella pueda desahogar sin miedo su lujuria y
gritar lo que se le antoje. La situaci�n se hab�a puesto tan tensa que mis
vecinos nos miraban como si fu�ramos delincuentes. Eso nos impuls� a irnos al
campo o bien comprar la casa en la campi�a.
Nuestras relaciones sexuales llegan a extremos incre�bles. Lo
hacemos por lo menos unas 7 veces al d�a. Ahora, en nuestra casa de campo
siempre andamos desnudos y yo, apenas la topo, la alzo y le meto mi miembro
entre sus piernas. Es tan grande que a�n as� sale un pedazo m�s all� de donde
terminan sus hermosas nalgas y ella echa la mano para atr�s de sus nalgas y me
acaricia el glande con dos dedos y lo estira y lo pellizca. Eso me llena de
pasi�n e inmediatamente la tiro al suelo, le abro las piernas a lo salvaje y la
hundo sin misericordia. Ella ya se ha acostumbrado a este jueguito y ya no le
molesta tanto como al principio que se la hunda a lo salvaje. Siempre que hago
eso siento que mi picha se me parte en dos. Un d�a, en unos de estos jueguitos
cog� demasiadas ganas y la clav� con tal violencia que inmediatamente se desmay�
y comenc� a ver salir sangre por su vagina. Eso me asust� tremendamente. Ella,
al recobrarse, sinti� caliente en su vagina y me pidi� que la sacar�. Luego de
un ratito dej� de manar sangre y me dijo que fue que hab�a logrado entrar en su
�tero profundamente y que sinti� como si mi pinga de burro le saliera por la
garganta.
Luego me pidi� que sigui�ramos el juego. La volv� a clavar
con pasi�n solo que esta vez de manera m�s comedida, pero no por eso dejando de
meterle sus buenos 35 a 40 cms en su deliciosa y calientita raja. Ella lloraba,
gritaba, chillaba de placer, el solo hecho de ten�rsela metida era suficiente
para que se regara una y otra vez, pues ten�a la capacidad de ser
multiorg�smica. Mientras ella se regaba una y otra vez decid� tocar su culo y
meterle varios dedos para ver si ya estaba lista para rajarle el culo de una vez
por todas y para sorpresa m�a su culo me acepto cuatro dedos sin problemas,
producto de la excitaci�n que ten�a. Sin sac�rsela de su vagina la puse a cuatro
patas y segu�a meti�ndole los dedos en su culo. Era tal su placer que casi ni
cuenta se daba de mis dedos en su culo. Le puse mi mano en sus nalgas y presion�
sobre ella para que pusiera su pecho m�s contra la cama y levantara m�s su culo.
Una vez que lo logr�, la saqu� de un solo golpe, me semipar� en la cama y se la
met� de un solo sopet�n en su culo. Ella bram� como loca, gritaba que se la
sacara cuando le met� de sopet�n la mitad de mi pene.
El grosor de mi pene la mataba, me qued� quieto un ratito
mientras su culo aceptaba mi pene y cuando dej� de llorar empec� a meterla m�s
con fuerza. Sent� que lleg� a un tope al haber metido alrededor de 35 cms de mi
picha en su culo. E ella blasfemaba que yo era un hijueputa maldito, que le
estaba partiendo el culo, que la iba a dejar cagando directo y que nunca m�s
volver�a a padecer de estre�imiento, en fin, una serie de estupideces que dec�a
producto del dolor y del placer. No le hice caso para nada y comenc� a bombearla
como si fuera un endemoniado, eso s�, con cuidado de no despedazarle del todo su
lindo culo. Al rato de estar as�, ella orgasm� de nuevo, dec�a que era
inconcebible pero que sent�a un orgasmo en el culo, que le reventara m�s el
culo, pero yo sab�a que si lo hac�a terminar�a en el hospital.
As� que segu� bombe�ndola casi una hora ya que yo soportaba
largos per�odos de tiempo sin regarme, producto de las medicinas de mi
tratamiento. Ella se desmay� en tres ocasiones y me ped�a que la sacara, pero yo
estaba enloquecido y trataba de meterla m�s ya sin acordarme de no hacerle da�o.
Al sentir que ya me ven�a, le cog�a los hombros y los usaba como plataforma para
impulsarme m�s dentro de ella. Eso fue demasiado, peg� un grito endemoniado y se
sali� de mi pene gritando y sangrando por el culo. Yo, enloquecido, no le di
importancia, la puse a cuatro patas de nuevo y viendo el gran hueco en su culo
le met� mi mano hasta m�s all� de la mu�eca. Ella lloraba de gusto y de dolor.
Luego ya no pude m�s y me vine en su boca y en su culo. De su ano sal�an a
raudales fluidos, sangre y mierda. Embarr� mi mano y se la met� a ella en su
boca para que chupara de aquel elixir. Ella no pudo m�s y cay� rendida con su
cara llena de fluidos (semen, mierda, etc) y se durmi�.
Al despertarse le dol�a todo el cuerpo y su cara ol�a a
mierda y semen, as� que nos fuimos a ba�ar. Luego de un buen ba�o con agua tibia
nos recuperamos un poco y a�n en esa condici�n ella me ped�a que le diera mi
leche en su boca, estaba nuevamente con fiebre sexual, mi madre era peor que
ninfoman�aca. Como pudo se meti� una parte de mi pene en su boca y lo mamaba
como loca. Yo ve�a su boca toda distendida y pensaba que no deb�a de ser muy
agradable sentir la boca tan estirada como ella la ten�a, pero en su fiebre por
obtener mi leche eso no le importaba. Mam� y mam� como desperada por espacio de
m�s de 30 minutos para que lograra yo darle mi leche. Cuando se la di, le tir�
un chorro de leche gigantesco por su boca, su cara, sus pechos y ella beb�a y
beb�a como loca. Quer�a que la volviera a rajar su vagina, pero cuando intent�
met�rsela estaba tan resentida que tuvo que llegar a la conclusi�n de que no era
posible y que deb�a descansar. Nos fuimos a ba�ar de nuevo, cenamos y nos
acostamos abrazados como dos amantes apasionados.
Al d�a siguiente fuimos al pueblo cercano por alimentos y a
conseguir una muchacha que se encargara de cocinar y de las labores del hogar.
Tras mucho consultar decidimos hablar con una joven que nos recomendaron llamada
Julieta la cual ten�a 16 a�os y viv�a a 1 Km. de donde nosotros viv�amos. La
visitamos y mam� le ofreci� pagar un buen salario. Ella (Julieta) es rubia, de
1.63 aproximadamente, pechos medianos muy turgentes, cintura peque�ita tipo
avispa, culo paradito y piernas torneadas. La chica es totalmente blanca, parece
la leche. Estuvo de acuerdo con mam� en que a partir del d�a siguiente
comenzar�a con sus labores.
Ese d�a, al regreso a mi casa, le dije a mam� que necesitaba
comprar pantalones m�s holgados dado que mi bulto se marcaba notoriamente ante
cualquier paso que diera y eso me ten�a sumamente inc�modo, aunque yo guardaba
mi verga entre una cinta de tenis de las que se ponen en la cabeza, me la pon�a
en la pierna en el muslo y ah� la guardaba como si fuera una cartuchera de un
rev�lver. Mam� me dijo que s�, pero dado que en el pueblo no hab�a ning�n tipo
de pantal�n como yo lo quer�a me los pag� a hacer a mi gusto.
Mam� ya estaba casi recuperada de su rajita y yo la ve�a
ansiosa. Cuando le preguntaba que c�mo segu�a su raja me dec�a que ma�ana
estar�a ya a punto para mis nuevos embates y que su culo ya estaba repuesto y
listo para la guerra, pero quer�a que le diera verga a ambos huecos ma�ana y no
hoy. Para la noche quer�a lechita pero yo le dije que mejor la guardaba para la
guerra de ma�ana. En la noche le di la gran sorpresa de meterle una mamada
salvaje a su raja y a su culo, sac�ndole leche de donde no ten�a. Ella me
lloraba que se la metiera y la rajara toda, pero me logr� sostener para el otro
d�a.
Al d�a siguiente muy temprano, mi madre deseaba guerra como
desesperada cuando vio que amanec� con mi pene parado como un poste. Ya me
dispon�a a complacerla cuando son� el timbre de la puerta, se nos hab�a olvidado
que era Julieta que ven�a a trabajar. A duras penas me puse una bata y fui a
abrirle. Mi erecci�n era de tal magnitud que a�n con la bata que me quedaba
grande se ve�a como una tienda de circo con su m�stil principal. Al abrir la
puerta salud� a Julieta y le dije que entrara. Al dejarle sitio para pasar hice
un movimiento brusco y mi bata se abri� saliendo mi poste entero. Ella cuando la
vio trag� saliva y se qued� petrificada viendo aquella enormidad. Yo r�pidamente
me tap� de nuevo y la hice entrar a la casa. Llam� a mam� dici�ndole que Julieta
hab�a llegado. Mam� baj� con una bata transparente la cual dejaba ver claramente
que estaba desnuda debajo de la bata, llev� a Julieta a la cocina y le explic�
sus labores y le dijo que empezara con nuestros desayunos. Julieta no me quitaba
ojo de mi entrepierna y mam� se dio cuenta de hacia donde dirig�a sus miradas.
Luego de eso nos fuimos a ba�ar mam� y yo con agua fr�a para bajar nuestros
ardores. Con la presencia de Julieta las cosas por lo menos durante su tiempo de
trabajo cambiar�an, ya que no nos ser�a posible tener relaciones mam� y yo, m�s
dado lo escandalosa que era mam�.
Mi madre me dijo que no le gustaba c�mo me miraba Julieta,
que eso la pon�a celosa y molesta y que si segu�a mir�ndome de esa forma la
botar�a. Eso me asust�, dado que yo ya me hab�a propuesto como meta rajar toda a
Julieta, as� que a la primera oportunidad que tuve de estar solo con Julieta le
puse en conocimiento de lo que mam� dec�a y acordamos que ella tratara de no
mirar tanto hacia mi picha. Me dijo que le encant� el poste que tengo y que
deseaba que la rajara aunque ella era virgen. Le dije que a la primera
oportunidad que tuvi�ramos cumplir�a con sus deseos con much�simo gusto.
Los d�as fueron pasando y mam� y yo solo por las noches
pod�amos tener sexo. Mam� que es muy fija en sus ideas decidi� que Julieta ya no
le ca�a bien y que se vengar�a de ella dado que not� que a m� la chica me atra�a
mucho. En sus celos mi madre plane� una venganza tipo sadismo. No s� c�mo hizo
para conseguir una silla de ginec�logo y la mand� modificar seg�n sus
especificaciones. De todo esto me di cuenta el d�a que ella llev� a cabo su
venganza con Julieta.
Mam� extra�amente fue acerc�ndose m�s y m�s a Julieta,
simulando ser amiga suya y averiguando todo lo que pod�a sobre nosotros (en
realidad no exist�a nada). Compraba revistas de sexo y de masoquismo y se las
daba a Julieta para que las leyera a escondidas o que las llevara a su casa y
las leyera, poco a poco fue haciendo en la chica que esta se interesara por el
masoquismo y por el sexo un poco bestial. Las dos eran solo confidencias y risas
todo el tiempo y a cada rato me volv�an a ver mi entrepierna y se pasaban sus
lenguas por sus labios relami�ndoselos como si chuparan mi verga.
En la noche mientras hac�amos el amor, mam� me dijo que no
quer�a cansarse mucho dado que para ma�ana en la ma�ana me ten�a una grata
sorpresa. Yo le dije si era con Julieta, ella se molest� y no me habl� m�s el
resto de la noche.
A la ma�ana siguiente mam� me hizo ir al s�tano con ella, al
encender la luz, cual fue mi sorpresa al ver aquella silla ah� y un gran colch�n
redondo desplegado en el suelo, adem�s de un mueble con grandes consoladores y
con frascos con aceite, vaselina, etc. Le pregunt� cu�l era el objetivo de
aquello y me dijo que pronto lo sabr�a, en eso o�mos la puerta principal de la
casa ya que mam� le hab�a dado llaves de la casa a Julieta para que no
tuvi�ramos todas las ma�anas que levantarnos a abrirle. Mam� fue y la hizo pasar
al s�tano. All� ella se qued� asustada al ver aquello, desconoc�a la existencia
de dicho s�tano. La verdad, yo s� lo conoc�a pero nunca iba ah�. Mam� le ofreci�
un trago a Julieta que en realidad era un potente afrodis�aco, ella tambi�n tom�
una buena cantidad m�s de lo normal ya que quer�a estar al m�ximo para lo que
pretend�a. A m� me dio un vaso grande y lo tomamos. Mam� se sirvi� una dosis
casi cu�druple. Eso me estaba poniendo nervioso. Ella oblig� a Julieta a repetir
la dosis dos veces m�s y a los treinta minutos aquello era una hoguera completa,
mam� saltaba desnuda por el s�tano y persegu�a a Julieta y le arrancaba la ropa
brutalmente, la jalaba del pelo y la tiraba al suelo y trataba de violarla y
Julieta actuaba igual. Yo contemplaba enloquecido aquella escena.
Pero luego me di cuenta de que mam� no hab�a tomado tanto del
afrodis�aco sino que en realidad estaba actuando. Cogi� a Julieta, la sent� en
la silla del ginec�logo, la acost� y le amarr� las piernas y los brazos. Le hizo
abrir sus lindas piernas al m�ximo, luego cogi� mi picha y la mam� como loca y
me dijo que rajara a Julieta. Yo le obedec�a pero no quer�a maltratar a la chica
porque ella me gustaba demasiado, quer�a hac�rselo suavemente. Mam�, al ver mis
intenciones, me sigui� la corriente y me ayud� a poner mi pene a la entrada a la
rajita de Julieta la cual ya estaba lubricada al m�ximo por el afrodis�aco. Yo
puse mi glande y empec� a empujar suavemente. Mam� excitaba a Julieta dici�ndole
al o�do que me pidiera a m� que la rajara de una vez en dos, pero como yo
entraba muy muy pausadamente, mam� se molest� y se puso a mi espalda y cuando yo
sacaba la punta de mi pene ella con sus dos manos me empuj� violentamente las
nalgas contra la rajita de Julieta. Mi pene entr� como un tren en un t�nel. Ella
dio un grito horrible cuando le entraron m�s de 20 cms de una sola vez, yo
sent�a que mi pene se me despedazaba dado que ella era muy estrecha. Mam�, como
enloquecida, trataba de empujarme m�s dentro de Julieta pero yo me sosten�a, no
quer�a despedazarla pues en el fondo yo amaba a Julieta.
Mam� quer�a vengarse de Julieta porque sab�a que nos am�bamos
en secreto y yo estaba infringiendo el pacto inicial de mam� y m�o de ser fieles
ambos. Desgraciadamente el efecto del afrodis�aco se hizo sentir en m� poco a
poco y comenc� a hundirle mi pene con m�s ganas en un terrible mete y saca.
Julieta lloraba de dolor y placer. A ratos me dec�a que se la sacara y a ratos
que la partiera en dos. Yo siendo empujado por mam� empec� a meter m�s mi pene y
pronto sent� que estaba en el �tero de Julieta. Ella lloraba como loca que no la
partiera y que me amaba, que yo era de ella. Eso puso a mam� peor y me empujo
mis nalgas con alevos�a y furia, quer�a que se la enterrara toda y la
despedazara. Como pude, logr� entorpecer los impulsos de mam� y me viene
profundamente dentro de Julieta, mi madre al ver que me hab�a venido cogi� a
Julieta la quit� de la silla y me dijo que le diera a Julieta por el culo, que
se lo abriera as� como estaba, pero sin lubricarla antes y con mi enorme pene
era de fijo mandarla al hospital.
Entonces mam�, enloquecida, cogi� aceite y vaselina y se los
ech� en su culo. Le met�a los dedos pero con c�lera y le abr�a a la fuerza su
culo rico. Yo al ver c�mo actuaba mam� me enloquec� y deseaba que mam� quitara
sus dedos para rajarle a Julieta su culo. Le quit� a mam� su mano ya que duraba
demasiado y apunt� con mi poste hacia el lindo culo. Cogi�ndome la verga con una
mano le met� de un solo golpe unos 15 cms, ella grit� como pose�da por el
demonio y se quiso desmayar. Le di tiempo a que su culo se acostumbrara a aquel
tren que entraba en su anito precioso, despedaz�ndola toda por dentro. Cuando vi
que se hab�a calmado segu� taladrando pero poco a poco, luego empec� un tremendo
mete y saca de su culo y ella chillaba como loca y mam� me empujaba de nuevo
para que la rompiera. Del culo de Julieta sal�an hilitos de sangre y en cada
entrada a su culo sal�a aire y ella se echaba sus buenos pedos. Mam� se
enardeci� con aquella escena e hizo algo que yo nunca hab�a visto: se guind�
enloquecida del cl�toris de Julieta y la oblig� a que la mamara a ella. Era una
escena incre�ble, nunca cre� que mam� se fuera a comportar as�.
Luego de tanto bombeo logr� meterle unos 30 cms a Julieta y
cuando ya no daba m�s me vine en un largu�simo orgasmo y llenaba y llenaba el
culo de Julietita de leche y m�s leche. Ella mientras tanto lloraba al sentirse
atacada por dos lados. Mam� apenas vio que saqu� mi poste totalmente erguido del
culo se tir� como loca a mam�rmela y al ver el semejante ojete que ten�a ahora
el culo de Julieta la maldita trat� de meterle su mano en el culo. Julieta
chirriaba que eso no, pero mam� empuj� con fuerza y meti� su mano en su ano y
comenz� a darle vueltas adentro y a meter y sacar su mano. La mano le sal�a
llena de semen y de mierda y luego cogi� a Julieta y la hizo chupar de su mano.
Era un escena dantesca e incre�ble y Julieta como en un sue�o todav�a le
obedec�a a mam�. Me dio tanta c�lera por el sadismo de mam� que le par� el culo
y sin contemplaciones de un solo estacazo le clav� m�s de media verga. Lo que
o�mos fue un grito que retumb� por toda la casa. Yo no le hac�a caso y la cog�a
de los hombros y me impulsaba cada vez m�s adentro de ella, veng�ndome de lo que
ella le hab�a provocado a Julieta.
Mi furia era tal que llegu� a tenerle casi 45 cms dentro de
su culo, la bombeaba como si deseara matarla en ese instante. Ella gritaba y se
quer�a desmayar. Me vine a chorros dentro de ella, pero de mi c�lera se la
saqu�, la alc�, la puse en la silla del ginec�logo y la at� a ella. La silla
hab�a sido modificada quit�ndole un pedazo al final de la silla de forma tal que
el culo de la paciente quedaba salido de la silla. Cog� mi verga as� llena de
semen y de mierda del culo de mam� y sin limpiarla ni nada (ni siquiera pensaba
en la posibilidad de una infecci�n vaginal posterior) la clav� con sa�a. De
primera entrada le met� unos 30 cms, llegu� hasta su �tero. Ella jadeaba y
gritaba que la partiera, que yo era un desgraciado maldito que no val�a nada.
Eso me pon�a peor de bravo y de caliente y me agarraba de la silla e impulsaba
mi miembro hacia delante hundi�ndolo todav�a m�s. Ella gritaba como endemoniada
que la rajara, que yo era un hijueputa mal agradecido de mierda. Del coler�n le
logr� empujar toda mi verga hasta sentir mis huevos chocando con su vulva. Ella
estaba desfallecida del dolor y del placer, y cuando se recuper� me dec�a que no
la sacara, que si la sacaba mejor me fuera de la casa y no volviera nunca, tal
era la fiebre que ten�a. Julieta al ver aquella escena se subi� sobre la cara de
mi madre y le puso el gran huecote que a�n ten�a su culo y por el cual
chorreaban semen y mierda en la boca de mam�, y esta sorb�a como desesperada de
aquel elixir.
Al ver esta escena empec� a bombear como desesperado e hice
que mam� tuviera una serie completa de orgasmos por casi 20 minutos seguidos ya
que yo no paraba de bombear. Ella se desmay� y sus esf�nteres se aflojaron y se
orin� y se cag�, era demasiado para ella. Luego de eso ca�mos rendidos. M�s
tarde, mam� me pidi� perd�n a m� y a Julieta por sus celos y ahora acepta que yo
tenga relaciones con Julieta. Eso s�, con la salvedad de que tenemos que ser los
tres siempre juntos o s�lo mam� y yo.
Ahora vivo feliz y contento, luego les contar� de c�mo en el
pueblo por un error de Julieta al pasarse de copas le cont� a unas amigas sobre
mis dotes masculinas y se corri� la voz por el pueblo y de repente comenc� a
tener admiradoras a montones. Mam� esta considerando el mudarnos a otro sitio
donde solo seamos nuevamente ella y yo.
Pero eso ser� otra historia.