- Capitulo 14 El cambio -

Esa tarde Estela se hab�a sentido completamente acabada,
sent�a como todo su mundo se derrumbaba, aun con el regreso de su marido, su
nieta, y todo lo que tenia para ser feliz, sent�a en su interior un vac�o
enorme, Estela no entend�a que le ocurr�a, sabia que deb�a hacer algo al
respecto que aquellos extra�os sentimientos que estaba desarrollando por su
yerno, deb�an desaparecer ese mismo d�a.

Se dec�a a si misma que todo lo que hab�a estado sucediendo
con ella, deb�a parar, como hab�a dicho su esposo, ella era una se�ora, una
mujer mayor, y siempre hab�a sido una mujer muy recatada y de altas costumbres
religiosas, los pensamientos de los �ltimos d�as deb�an parar, los deseos que
hab�a estado teniendo se quedaban para las mujeres de la calle, no para una dama
como ella, y sabia que era lo suficientemente fuerte para detener todo lo que
hab�a sucedido.

Estela estaba en la cocina preparando la cena, cuando escucho
la puerta principal abrirse, vio como su yerno ingresaba en la casa, y sub�a a
su habitaci�n. Se notaba en su rostro que venia molesto. Que hab�a sucedido.

Susana se recost� sobre su cama, pensando en todo lo que
hab�a sucedido, Roberto se hab�a molestado con ella, no se lo hab�a dicho, pero
por su actitud despu�s del sexo, ella se hab�a dado cuenta, acaso sus
comentarios con respecto a su suegra lo hab�an molestado, no estaba segura, pero
algo si tenia claro, por la forma en que Roberto le hab�a pose�do, se notaba que
la idea de estar con su suegra lo excitaba mucho.

As� acostada sobre su cama, empez� a acariciar sus pechos
mientras fantaseaba con la idea de saber que har�a su recatada y moralista amiga
Estela si supiera que su yerno la deseaba. Por un momento pens� en lo morbosa
que le resultaba la idea de imaginar a su decente amiga Estela gimiendo fuerte
mientras era penetrada por la propia verga de su yerno.

Entre caricias y pensamientos, Susana planeo la forma en que
ella colaborar�a para un acercamiento entre Roberto y su suegra, mientras
empezaba a quedarse dormida.

Esa noche Roberto no bajo a cenar, as� que en silencio
cenaron Estela, su esposo y su nieta. En la mente de Estela daban vuelta muchas
preguntas, de donde venia su yerno, que le hab�a sucedido que estaba molesto, un
poco mas satisfecha sonri� pensando que si venia enojado no pod�a venir de tener
sexo, eso aunque se negaba a aceptarlo, la tranquilizaba.

Pasaron varios d�as de tranquilidad, Estela de acomodo de
nuevo a la presencia de su esposo en la casa, a las cortas y escasas
conversaciones con su yerno, que cada vez se dedicaba m�s a su trabajo, y a
cuidar de su peque�a nieta.

Una tarde estando sola en la casa, son� el tel�fono, Estela
contesto, era su amiga Susana, por un instante tuvo el impulso de decirle que se
encontraba ocupada, pero r�pidamente respondi�.

"Hola Susana, como le va?"

"Muy bien Estela y usted, oiga amiga que esta haciendo, voy
para el Sal�n de Belleza, no quiere acompa�arme?"

Por un momento Estela estuvo a punto de negarse, pero al
recordar que estaba sola en la casa y salir un rato le vendr�a bien, acepto
salir con Susana.

Media hora despu�s se encontraron en un centro comercial,
tomaron un caf� y platicaron, Estela sincer�ndose un poco con su amiga, le cont�
que se sent�a un poco mal que no sabia que le pasaba pero hab�a estado muy
deprimida.

"oiga Estela nunca ha pensado en hacerse un cambio?, usted es
una se�ora muy bonita, porque no prueba cambiarse un poco, quiz�s eso la haga
sentirse mejor." Insto Susana a Estela

"Un cambio?, no Susana eso no va conmigo, yo ya soy una mujer
mayor, que me podr�an hacer?" Respondi� Estela

"Mire vamos al Sal�n, vamos a ver que le recomiendan, adem�s
usted no es tan mayor Estela, es que usted nunca se ha preocupado por usted
misma, m�rese esos vestidos largos y flojos, porque no cambia un poco, vamos
an�mese amiga yo la ayudo" Hablo Susana

Estela un poco indecisa agradeci� a su amiga el consejo y
acepto ir con ella al sal�n, nunca se hab�a tomado un tiempo para ella, quiz�s
eso le sentar�a bien. Ya en el sal�n de Belleza, Estela acepto cortarse un poco
el cabello, adem�s de te�irlo un poco caf�, adem�s le realizaron una limpieza
facial y otros procedimientos de belleza. Despu�s de ah� fueron a las tiendas
donde Susana se encargo de ayudarla a escoger nuevas ropas. Aunque aun
conservadoras eran prendas un poco mas finas, vestidos llamativos. Al final de
la tarde Estela se despidi� de Susana, agradecida con toda la ayuda que le hab�a
dado, aunque un poco nerviosa, no sabia si esa nueva imagen seria del agrado de
su marido.

Cuando llego a su casa, aun nerviosa por la reacci�n de su
marido, abri� la puerta de su casa, en la sala se encontraba sentado Jorge su
esposo, ella entro t�midamente.

Jorge al mirarla Hablo: "Te cortaste el pelo, te quedo bien"

Estela sonri� al ver la apreciaci�n de su marido sobre su
cabello.

Inmediatamente Jorge agrego, "Oye Estela apurate con la cena,
ya tengo hambre"

Fue un golpe bajo para ella, quien sinti� de pronto como su
autoestima se bajaba completamente de nuevo, ante todo lo que se hab�a hecho por
agradarlo y sentirse mejor, su esposo solamente le hab�a dado un peque�o halago
antes de mandarla por la cena como a una cocinera cualquiera.

Bajando su cabeza Estela atraves� la sala, y se dirigi� a la
cocina a preparar la cena, con l�grimas que empezaban a surgir de sus ojos.

Estela terminaba de recoger la mesa despu�s de que ella, su
marido y su nieta hab�an cenado, Jorge se hab�a retirado a dormir, su nieta
tambi�n, cuando escucho la puerta de la sala abrirse, era Roberto su yerno que
llegaba de trabajar.

"Buenas noches se�ora!" saludo Roberto al Entrar.

"Buenas noches Roberto, va a cenar algo?" Respondi� Estela
gentilmente.

Roberto se quedo paralizado ante la imagen que tenia frente a
El, su madura suegra Estela se hab�a cortado el cabello, y lo hab�a te�ido de un
color caf� claro, esto la hacia mirarse mas sensual, aunque su rostro no pod�a
ocultar el paso de los a�os, por las arrugas que aparec�an alrededor de sus ojos
y de su boca, Roberto se sorprendi� de lo sensual y radiante que se ve�a, sus
labios estaban cubiertos por un color rojo suave que le daba mas expresi�n y
sensualidad, adem�s vest�a un elegante vestido que aunque conservador se le ve�a
muy bien. Sinti� un peque�o punzonado debajo de su pantal�n.

Estela nerviosa se percato de la forma en que la miraba su
yerno, seguramente, este pensar�a que se ve�a mal, esto la puso aun mas
nerviosa.

"Do�a Estela que hermosa se ve se�ora, ese cambio en el
cabello, la hace verse mucho mejor, adem�s esa ropa le va muy bien, suegra"

Hablo Roberto, no pudiendo contener su admiraci�n.

"Que verg�enza Roberto, no hace falta que mienta, pero se lo
agradezco" Respondi� t�midamente Estela.

"No es mentira se�ora se ve muy bella" Reafirmo Roberto.

Estela ruboriz�ndose ante el comentario de su yerno, trato de
cambiar el tema.

"Va a cenar Roberto?"

Roberto saliendo de su asombro y notando que su suegra se
encontraba incomoda respondi�.

"NO gracias se�ora, ya com� algo, mas bien buenas noches voy
a descansar"

"Buenas noches Roberto, y muchas gracias por sus palabras"
contesto Estela

Roberto subi� las escaleras rumbo a su habitaci�n donde se
dar�a un ba�o antes de dormir.

Estela sent�a una tremenda alegr�a en su interior, no
entend�a bien porque pero las palabras de su joven yerno la hab�an hecho muy
feliz, olvidando la humillaci�n de su marido, contenta termino de recoger la
mesa y subi� las escaleras rumbo a su habitaci�n.

Su marido roncaba fuertemente, ella camino al ba�o, donde iba
a cambiarse la ropa para dormir, al entrar en el ba�o, cerro la puerta tras de
si, aun sent�a una gran alegr�a por las palabras de su yerno, quit�ndose la ropa
se miro al espejo, ahora se sent�a mas segura de si, quit�ndose tambi�n el
sost�n, contemplo sus grandes pechos en el espejo, los acaricio un poco con
crema para suavizar su piel, despu�s suavemente bajo su calz�n, percat�ndose de
algo en ese momento, ella hab�a hecho un cambio en su apariencia por fuera pero
algo faltaba.

Miro entre sus piernas el enorme arbusto de pelo que hab�a,
ahora que se hab�a cortado el cabello, se sent�a un poco mas fresca, que pasar�a
si cortase tambi�n ese enorme arbusto de pelos que cubr�an su vagina, quiz�s
esto la har�a sentir aun mas limpia.

Camino hasta el peque�o botiqu�n en una esquina del cuarto de
ba�o y saco unas peque�as tijeras y una rasuradora, tomo tambi�n la espuma de
afeitar de su esposo.

Sent�ndose sobre la tapa del inodoro, con la peque�a tijera
empez� a cortas las grandes cantidades de pelo que cubr�an su vagina, vio como
poco a poco los pu�ados de pelos iban cayendo al piso, mientras sent�a como el
deseo surg�a entre sus piernas.

Despu�s de haber cortado lo suficiente con la tijera aplico
un poco de espuma sobre el poco vello que quedaba y mojando suavemente la
rasuradora, la deslizo sobre su vagina, cortando los escasos pelos que quedaban,
hasta dejar su vagina completamente lisa.

Se sent�a un poco extra�a de pronto, su vagina en realidad
era gorda y grande, nunca se hab�a visto as�, pero de pronto disfruto de la
sensaci�n entre sus piernas, limpi�ndose con una toalla h�meda, Estela empez� a
deslizar una de sus manos entre sus piernas, disfrutando del contacto de su mano
sobre su lisa vagina, cuando de repente escucho la voz de su marido desde la
habitaci�n.

"Estela estas ah�?, porque tardas tanto"

R�pidamente Estela se levanto y se coloco la bata para
dormir, antes de que su marido averiguara lo que estaba haciendo, apago la luz
del ba�o y se fue a la cama junto a su gru��n marido.

- Capitulo 15 Pelos -

La ma�ana siguiente Estela se hab�a levantado temprano y
hab�a sido a preparar el desayuno Jorge se hab�a quedado un rato mas en la cama,
cuando escucho la voz de su yerno,

"Con permiso don Jorge, usted seria tan amable de permitir
que me ba�e en la ducha de su habitaci�n, es que la de mi habitaci�n no
funciona, la revisare cuando regrese en la tarde"

Jorge aun medio dormido desde la cama hablo "Claro Roberto
pasa"

Roberto se dirigi� al cuarto de ba�o de la habitaci�n de sus
suegros, cerrando la puerta tras de El, puso su ropa interior sobre el lavatorio
junto con su toalla. Desnud�ndose completamente se dispuso a abrir la llave de
la ducha, pero antes tuvo ganas de orinar por lo que levantando la tapa del
inodoro, empez� a orinar, mientras lo hacia se percato de algo, sobre el suelo
del ba�o, bajo el inodoro hab�an una gran cantidad de pelos, terminando de
orinar, se agacho y recorri� el enorme pu�ado de pelos entre sus dedos, una idea
vino a su mente, serias aquellos pelos acaso de su suegra?, por su textura un
poco mas suave sabia que si deb�an ser suyos, entonces mientras los sosten�a en
su mano record� el d�a que la hab�a espiado, la enorme mata de pelos que pose�a
en su vagina, no hab�a terminado de pensar en esto cuando se asombro de ver como
su enorme verga se hab�a puesto completamente dura, la idea de pensar en que su
madura suegra hubiese rasurado su rica vagina lo excitaba al m�ximo, entonces
tomando su verga con una mano, camino hasta la ducha donde empez� a sobar su
verga imaginando como se ver�a ahora la vagina de su suegra, ahora pelada, las
vaginas rasuradas lo excitaban mas que las peludas, y mas si pensaba que esta
era la de su suegra.

Debajo del agua empez� a masturbarse sabiendo que en aquel
mismo lugar su suegra desnudaba su cuerpo y lo met�a bajo el agua, record� sus
enormes tetas, sus redondas nalgas, cuanto deseaba a aquella mujer, despacio
acariciaba sus pelotas que estaban llenas de leche, pensando en las deliciosas
sensaciones que podr�a sentir al contacto de sus peludas bolas contra la lisa
vagina de su suegra, imaginaba sus bolas chocando contra la entrada de su
vagina, su suegra gimiendo de placer, acelerando los movimientos sobre su verga,
sinti� como una corriente el�ctrica recorr�a su cuerpo en el momento en que
explotaba disparando una abundante carga de semen sobre el suelo de la ducha
donde sabia que pondr�a sus pies su madura suegra.

Trato de contener el gemido de placer, sintiendo como sus
bolas arrojaban grandes cantidades de esperma, reprimi� sus gemidos, sabiendo
que su suegro se encontraba en la habitaci�n de la par y podr�a escucharlo.

Con su verga aun semi erecta empez� a enjabonarse, en el
momento en que la puerta del cuarto de ba�o se abr�a�

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