Relato: Vida de Perros VIDA DE PERROS
Descubr� el mundo de la zoofilia cuando particip� en una
fiesta campestre que describ� en un relato que titul� "Confundida". A partir de
aquel momento he tenido algunas experiencias m�s y he conocido a muchas personas
que comparten esta inclinaci�n, he o�do sus historias y con la autorizaci�n de
las protagonistas quiero compartirlas contigo, as� que al grano:
Hacia la mitad de mis estudios superiores dej� de recibir el
apoyo econ�mico de mi familia debido a que mi padre qued� sin empleo como
consecuencia de la reducci�n de las plantas de personal con que los estados
pobres hemos recibido el tercer milenio. Mis opciones eran terriblemente
sencillas: Abandonaba mis estudios � trataba de buscar alguna fuente de ingresos
que me permitiera costearlos. Comenc� a sondear algunas posibilidades como las
asesor�as en trabajos escolares, la asistencia en tareas, las clases a
domicilio, las ventas, y otras. Prob� con la mayor�a de los trabajos temporales
honestos pero los ingresos eran irrisorios y los trabajos agotadores quit�ndome
mucho tiempo por lo que tuve que dejar algunos cursos pendientes. Como �ramos
muchos los estudiantes que compart�amos una situaci�n similar, se formaron
"Centros de rebusque", nos reun�amos algunos amigos, para comentar y evaluar las
posibilidades que cada uno hab�a explorado, en una ocasi�n un amigo nos habl� de
un trabajo que le daba buenos ingresos y le dejaba tiempo para estudiar, se
trataba de cuidar perros, se necesitaba ser responsable, paciente y cari�oso con
los animales y cumplir con los horarios acordados con los propietarios; su
trabajo me llam� la atenci�n y estando al borde de la desesperaci�n, decid�
informarme mejor, encontr� la manera de hablar a solas con �l y le ped� que me
describiera mejor su trabajo.
Me dijo que era sencillo, solo hay que sacar a determinadas
horas al perro, llevarlo al parque para que alivie sus necesidades, tener un
recipiente y una pala o recogedor para recoger sus excrementos y ejercitarlo un
rato, luego regresarlo a su casa. Eso era todo. El trabajo me parec�a un poco en
contra de mi dignidad pero en la situaci�n en que me encontraba necesitaba
cualquier ingreso para mantener esa dignidad. Le pregunt� como podr�a yo
encontrar un trabajo as� y me orient� para colocar una anuncio en el diario. As�
lo hice y a la semana siguiente ya ten�a algunos contratos, (no es tan feo
recoger los excrementos, si no miras al perro haci�ndolo, eso te ayuda a
disminuir tu asco). Los contratos conseguidos me obligaban a moverme r�pido por
una �rea amplia de la ciudad quit�ndome mucho tiempo y parte de mis ganancias
que deb�a gastar en transporte; decid� entonces organizar el trabajo y reducir
la zona. Comenc� a ser selectiva y acept� contratos en un solo sector, esto me
permit�a incrementar el n�mero atendido y disminuir el tiempo necesario
favoreciendo ampliamente mis ingresos y el tiempo para estudiar, ah!, el pago
variaba seg�n el tiempo que ten�a que dedicarles, seg�n la situaci�n econ�mica y
la vinculaci�n afectiva de sus propietarios.
Los perros son como las personas, usualmente tendemos a
verlos todos iguales pero no, tienen sus particularidades, su personalidad;
jam�s me compromet� a cuidar un bulldog, un rottweiler, un pittbull, un doberman
o un boxer , los primeros por su agresividad: siempre les he tenido miedo, y el
ultimo porque lo encuentro muy feo y perezoso. Me encari�� bastante con un Husky
siberiano de unos ni�os, era como ellos, cari�oso, juguet�n y muy travieso. Una
perra pastor belga se parec�a bastante a su due�a, era altiva, engre�da y
petulante d�ndome la impresi�n de que me consideraba su sirvienta, no la tuve
por mucho tiempo. Un poodle de una periodista ladraba todo el tiempo y un collie
que pertenec�a a un pol�tico, siempre se las arreglaba para comerse lo de los
dem�s y me daba la impresi�n de que se re�a ladinamente.
Desde luego tuve varios contratiempos como aquel de dos damas
que me contrataron para pasear un d�lmata fuerte, bien desarrollado; me gustaba
este animal porque era d�cil, porque pod�a sacarlo despu�s de cumplir con todos
los dem�s, porque me pagaban muy bien y porque hab�a un parquecito solitario muy
cercano a la casa y no ten�a que caminar mucho. Cierto d�a llevaba al perro
sujet�ndolo tranquilamente de la correa como de costumbre y al llegar a la
plazoleta se puso inquieto, olisqueaba como siguiendo un rastro y no quiso
obedecerme sino que sigui� su propio camino tirando cada vez m�s fuerte de la
correa hasta que no pude sujetarlo y se me escap� a la carrera, lo segu� un poco
asustada y entonces vi la causa de su inquietud, era una perra de la misma raza
que paseaba en compa��a de una chica un poco menor que yo, el can se lanz� sin
remilgos y comenz� a olerla all� en el lugar que codiciaba, la perra ten�a la
vulva hinchada y roja y un hilillo viscoso colgaba de su v�rtice, pens� que
estar�a enferma y tem� alg�n posible contagio al perro que yo cuidaba, la chica
me sonri� y me pidi� que lo dejara actuar pues su perra estaba en calor y su
uni�n podr�a darle unos lindos cachorros pura raza. Mir� a todos lados y al no
ver mas gente en el parque me dispuse a satisfacer mi curiosidad puesto que
nunca hab�a visto los animales en actividad sexual. Mi perro al tiempo que ol�a,
lam�a y dejaba ver la punta de su verga que ya segregaba un poco de l�quido, en
un abrir y cerrar de ojos se le trep� y la sujet� con sus patas delanteras en un
adem�n casi humano, la perra trat� de escap�rsele pero ya la ten�a bien sujeta y
no logr� huir, lo que consigui� fue que su viscosa entrada quedara frente al
pene del macho y de envi�n se la meti� reacomod�ndose e iniciando un movimiento
excitante, uniformemente acelerado.
Creo que en un momento debi� lastimarla porque dio un
chillido y volte� la cabeza tratando de morderlo, pero el perro estaba m�s all�
de cualquier sentimiento de compasi�n y por el contrario, se la clav� aun m�s,
luego se detuvo y qued� quieto como idiotizado durante un tiempo y ya satisfecho
se baj�,� pero que raro no pod�a separarse!, qued� all� enganchado, prisionero
de su amor, yo a estas alturas estaba muy excitada y h�meda (la due�a de la
perra estaba peor, lanzaba suaves gemidos y apretaba las piernas) pero con lo
que estaba viendo ahora, me asust� mucho al creer que el perro estar�a lastimado
o que la perra le iba a arrancar pene. Quedaron los dos enganchados, con aspecto
triste y como avergonzados, la chica con voz entrecortada me explic� que siempre
era as�, que ser�a el quinto embarazo de la perra y siempre hab�a retenido al
macho despu�s del encuentro sexual, entonces me tranquilic� y record� algunas
escenas que hab�a visto de reojo en otras ocasiones. Al cabo de una interminable
media hora por fin lo solt� y pude apreciar esa verga amoratada con una gran
bola en la base y un hormigueo recorri� mi entrepierna, mir� a la perra
esperando verla destrozada pero estaba como si nada hubiera sucedido, solo el
l�quido que goteaba abundantemente de su vulva daba testimonio de lo que acababa
de ocurrir. El perro se ech� en el prado y se dio a la sucia tarea de lamerse el
miembro. Yo no dispon�a de m�s tiempo o perder�a una clase y tuve que llevarlo a
casa con esa cosa colgando como el badajo de una campana.
Cuando una de sus due�as sali� a recibirlo y lo vio
exhibiendo sus atributos se arm� la de Troya pero Troya era yo, llam� a su
hermana y las dos montaron en c�lera reclam�ndome a gritos e improperios por
haber permitido que su "Ni�o" se hubiera manchado con cualquier perra; yo no
esperaba esta reacci�n tan inusitada y como me gritaba yo tambi�n grit�, les
dije que no era un ni�o sino un perro, que controlaran su ataque de celos, que
me pagaran y en adelante le limpiara la mierda a su "Ni�o" ellas mismas y que si
lo quer�an tanto se la comieran. Me fui enfurecida sin cobrar la quincena.
Durante el d�a tuve tiempo de meditar sobre el incidente y la
explosiva reacci�n de las propietarias y por m�s que intentaba encontrar una
explicaci�n sana, siempre llegaba a lo mismo: Celos, esta certeza me dej� un
poco desorientada, no comprend�a por qu� se pueda sentir celos rabiosos por que
un animal haya obedecido a su instinto.
Otros sucesos posteriores contribuir�an a aclararme el
enigma: Entre mis clientes estaba un pastor alem�n que pertenec�a a una
jovencita de unos 15 a�os, la madre me hab�a contratado para sacarlo dos veces
al d�a, en la ma�ana a las 5:30 y en la tarde a las 7:00, desde el comienzo vi
que hab�a una relaci�n muy especial entre la chica y el can, el perro era su
adoraci�n , casi siempre nos acompa�aba y corr�a o jugaba con �l de manera que
mi papel se reduc�a a recoger sus excrementos, cuando la chica no pod�a salir me
ped�a, casi me suplicaba que no le permitiera acercarse a ninguna perra, tanta
insistencia deb�a haberme llamado la atenci�n, pero no comprend� cabalmente el
amor a su mascota hasta una tarde en que por requerimiento de mis estudios tuve
que adelantar la hora del paseo con el can, entonces llam� a la madre de la
jovencita para explicarle la situaci�n, ella lo comprendi� y me dijo que pod�a
ir a la hora que fuera m�s conveniente para mi, que ella por su trabajo no
estar�a en casa pero si su hija. Llegu� a su casa, timbr� una, dos tres veces y
nadie abri�, pens� que la chica hab�a salido, sin embargo esper� unos minutos
m�s y volv� a timbrar, entonces o� alg�n ruido y segu� esperando. Por fin sali�
la chica en ropa de casa, despeinada, y bastante nerviosa, como avergonzada;
conclu� que habr�a estado durmiendo, la salud� y pas� por el perro, lo encontr�
en el patio, echado, lami�ndose la verga la cual ten�a descubierta hasta detr�s
del nudo, la chica hab�a desaparecido y pronto o� el ruido caracter�stico de la
ducha. No pod�a llev�rmelo as�, se burlar�an de m�, tuve que esperar unos 15
minutos para que guardara su falo, luego lo saqu� a su paseo, estuvo d�cil,
cabizbajo y con frecuencia se paraba para lamerse de nuevo. Todo esto me dej�
muy pensativa: �a qu� mundo me estaba asomando?. En lo sucesivo la chica no
volvi� acompa�arnos, no la vi hasta unos dos meses despu�s cuando, como de
costumbre fui por el perro y al parecer hab�an discutido seriamente madre e hija
y �sta le lanzaban unas miradas asesinas, desde la escalinata la ni�a le dijo
"no olvide que fuiste tu quien lo ense��, �cre�ste que no lo sab�a? ". La se�ora
trat� de serenarse, me pag� el tiempo adeudado y me pidi� que no volviera porque
hab�a tenido que regalar el perro.
Estos y otros indicios me fueron dando una imagen clara del
tipo de relaci�n que muchas propietarias sosten�an con sus mascotas, no se si es
por su naturaleza o por alg�n tipo de aprendizaje que algunos (no pocos) canes
intentan montarse a las personas, esto me sucedi� muchas veces �que verg�enza!,
si desafortunadamente hab�a un hombre mirando no perd�a ocasi�n para decirme o
proponerme alguna obscenidad. La primera experiencia fue poco tiempo despu�s de
haber iniciado este trabajo, llevaba un perro de color amarillo y blanco de
patas cortas, cuerpo alargado como si lo hubiesen agarrado de la cola y las
orejas y lo hubiesen estirado, y con una funda desproporcionadamente larga, iba
pensando en dejarlo correr por ah� y sentarme en un banco a estudiar pero no
pude porque cuando me sent� el perro me trep� sus patitas delanteras a las
rodillas y trat� de hacerle el amor a mis piernas: Tuve que levantarme de
inmediato; me repet�a la escena siempre que me sentaba. Muy similar era el
comportamiento de un pastor alem�n de una pareja de cierta edad sin hijos, la
primera vez me dio un susto b�rbaro: Cuando me agach� para anudarme un zapato en
un segundo lo ten�a encima tratando de clav�rmela. Un gold retriever se
comportaba de manera semejante, con este no pod�a ni sentarme ni agacharme y m�s
de una vez, aun caminando me atac� por la espalda tratando de hacerme agachar.
Experiencias an�logas tuve otros perros grandes y medianos de diferentes razas
pero m�s frecuentemente con labradores, daneses y pastor alem�n.
Me hab�a encari�ado mucho con un labrador dorado bien
desarrollado que pertenec�a a una familia compuesta por una dama joven y dos
ni�os, el perro era muy especial, me saludaba con grandes manifestaciones de
alegr�a, siempre caminaba a mi derecha muy d�cil y obediente, si me sentaba �l
se echaba a mis pies, en todo momento estaba atento a mis palabras y gestos para
obedecerme y al parecer hab�a asumido el papel de protector porque adoptaba una
actitud amenazadora cuando otro perro o un hombre se me acercaba, cuando lo
dejaba en casa se quedaba mir�ndome con unos ojos tristes que part�an el alma.
Su due�a era tambi�n muy especial, muy cordial comprensiva y generosa, m�s de
una vez me sac� de apuros econ�micos. Me ten�a cari�o y confianza y por eso me
dej� al cuidado de la casa y del perro en una ocasi�n que se fue de vacaciones
con sus dos ni�os, pag�ndome por esto generosamente. �Nunca olvidar� esas
vacaciones!
Durante los primeros tres d�as no estuve mucho por la casa
por requerimientos del estudio, solo iba a sacar el pero a sus paseos diarios y
darle su alimento, me conmov�a verdaderamente su tristeza cuando me dispon�a a
dejarlo. Como la se�ora me hab�a dejado las llaves pidi�ndome que abriera las
alcobas para que se airearan, el cuarto d�a, un s�bado en la ma�ana despu�s del
paseo con el perro, me vest� con una camisa larga y como estaba sola me conced�
el placer de liberarme de la ropa interior; me dispuse a hacer un aseo de la
casa, mi compa�ero el perro estaba feliz y me segu�a a todas partes, Al darle su
raci�n matutina tuve que agacharme para acomodar el recipiente y con ello qued�
al descubierto mi trasero, de pronto sent� entre mis nalgas el roce de algo fr�o
y h�medo, me levant� como impulsada por un resorte �que susto b�rbaro!, pero de
inmediato me di cuenta de que hab�a sido el perro, �ste me miraba fijamente con
sus ojos tiernos como rogando mi aprobaci�n, entonces le rasqu� detr�s de las
orejas y me agach� de nuevo por probar y sent� otra vez su nariz fr�a; era tan
tierno y cari�oso que lo dej� hacer, al momentito sent� su lengua �spera
explorando mi peluchito como he llamado siempre a mi vulva, una descarga
el�ctrica de alto voltaje recorri� mi cuerpo dej�ndome moment�neamente sin
respiraci�n, me dio unos leng�etazos que me dejaron paralizada, luego,
inexplicablemente se retir�. Me embarg� una tremenda sensaci�n de p�rdida. El
animal se retir� un poco y se volvi� dando un peque�o ladrido, como yo segu�a en
mi puesto vino hacia m�, me olisque� de nuevo con delicadeza y se alejo
repitiendo su acci�n anterior, comprend� que quer�a que lo siguiera y as� lo
hice. Daba saltitos y mov�a la cola con evidente alegr�a al ver que lo segu�a.
Se par� frente a la puerta de la alcoba de su ama y hac�a el gesto de empujarla
con su hocico, entonces una chispa de comprensi�n brot� y fue creciendo en mi
mente: El perro me estaba seduciendo, me invitaba a la cama, hice adem�n de
regresarme y di unos pasos y al instante estaba frente a m� empuj�ndome con su
quijada y mir�ndome con unos ojos llenos de amor y s�plica. As� fuese yo de
m�rmol igualmente me habr�a enternecido, regres� y cuando met� la llave en la
cerradura el animal cambi� un poco su actitud mostr�ndose impaciente, ara�aba la
puerta y la empujaba como tratando de abrirla con urgencia, al abrir fue el
primero en entrar, y se sent� en la alfombra de frente a la cama en actitud de
espera, admir� la alcoba muy bonita y c�moda, la pared del fondo estaba
completamente cubierta por un gran espejo, �que hermosa y delicada decoraci�n!.
Entr� busqu� una toalla y me sent� en ella en el borde de la cama con las
piernas abiertas para ponerlo a prueba, no necesit� esperar nada, con ternura y
pericia busc� mi raja y comenz� a darme la lamida m�s maravillosa que he
soportado en mi vida, era incre�ble, no pod�a creer que un perro pudiera
proporcionar tanto placer, su lengua estimulaba al tiempo mi cl�toris y mis dos
huequitos produci�ndome escalofr�os de placer y felicidad, tanto que en menos de
un minuto me sobrevino el orgasmo m�s maravilloso que hab�a tenido hasta ese
momento, era para enloquecer. Me tir� de espaldas en la cama sin aliento y como
en las brumas de un fant�stico sue�o fui poco a poco consciente de que el can se
hab�a retirado de mi feliz peluchito. Hab�a recostado su cabeza en la cama entre
mis rodillas, respiraba agitado con la lengua afuera.
De una manera poco usual como si me trasmitiera su
pensamiento, tuve la certeza de que el perro me estaba esperando. Me conced�
unos minutos para calmarme y mientras tanto no se movi� de su sitio, cuando me
sent� de nuevo, me mir� a los ojos y comenz� a darme unas suaves y acariciantes
lamidas superficiales. Me sent�a en deuda con �l y me acomod� mejor de tal forma
que pod�a acariciarlo a mi antojo al tiempo que permit�a a su lengua recorrer mi
zona genital. Pronto la funda estuvo e mis manos, estaba calient�simo y con la
puntita por fuera rezumando l�quido, llevaba un tiempo acarici�ndolo y ya estaba
nuevamente a nivel cuando cambi� de t�ctica, dej� de lamerme y me enganch� con
una pata delantera por la cintura e intentaba darme la vuelta, lo comprend�a al
instante y colocando la toalla sobre un almohad�n me arrodill� en el y dej�
descansar mi busto sobre la cama, hab�a olvidado el espejo y ahora lo ve�a, es
decir me ve�a con las nalgas desnudas y levantada y un perro lami�ndome el culo,
me quit� la camisa para poder verme las tetas y al parecer fue la se�al para que
el perro me montara; comenz� a hurgarme las nalgas con la punta del pene y yo a
tratar de acomodarme para que encontrara mi babeante gruta, pronto la encontr� y
como estaba lavadita en mis flujos me la meti� con suavidad. �Era todo un
galante caballero!, comenz� a menearse y a ganar velocidad, sent�a su verga que
llenaba y abandonaba y volv�a a llenar mi vagina, su pelo me acariciaba la
espalda caus�ndome escalofr�os y para completar la dicha lo ve�a todo en el
espejo. Su miembro se sent�a mas grueso y ya me hab�a llenado de su l�quido
cuando empuj� un poco m�s fuerte lleg�ndome m�s adentro, di un gritito de
felicidad pero fue suficiente para que mi amante cesara en su avance y lo sacara
un poco, parec�a estar pregunt�ndose �qu� debo hace ahora? cuando con una mano
lo atraje hacia m�, al instante reanud� sus movimientos y pronto me la volvi� a
calvar a fondo esta vez deb�a estar m�s gruesa porque me produjo un notorio
escozor en la entrada, ahora se mov�a como si le fuera en ello la vida pero no
lo hac�a con brutalidad sino con sabidur�a y amor y yo era part�cipe y
espectadora de esta electrizante escena gracias al espejo.
De pronto se qued� quieto y arque�ndose al m�ximo se meti�
aun m�s profundo en mis entra�as, hab�a llegado a su perruno orgasmo. Mi
peluchito glot�n estaba repleto y feliz, aun procur� espacio para la gran
cantidad de semen que estaba recibiendo, entonces todo se desdibuj�, se hizo
borroso y sintiendo que yo era nada m�s que vagina, dando un alarido
incontrolable me sumerg� en el pozo sin fondo del m�s sublime orgasmo que he
tenido mi vida. Creo que gritaba, estrujaba y mord�a las s�banas y no terminaba
nunca porque mi amante se mov�a renovando la intensidad de mis sensaciones. Cre�
que no podr�a salir de este arrasador vendaval de sensaciones y no lo deseaba
pero finalmente el hurac�n fue disminuyendo dando paso a una laxitud y un
desaliento que me dej� inerte en la cama mirando sin ver al espejo. El perro
tambi�n hab�a terminado y estaba anudado a m�, ahora sent�a las palpitaciones de
su caliente miembro y eso me daba un tranquilo placer. Mi tierno amante en lugar
de tratar de sacarla se me ech� encima recostando su cabeza en mi espalda y
permanecimos as� en un dichoso sopor durante por lo menos media hora, luego dio
un tir�n que me caus� dolor y su enorme bola abandon� mi vagina permitiendo la
salida a presi�n de un abundante torrente de semen, afortunadamente hab�a
colocado una toalla y los l�quidos no llegaron a las s�banas o al almohad�n.
Ya repuestos de este maravilloso trance, mi inteligente gal�n
entr� al cuarto de ba�o y volvi� con unas babuchas en su hocico, las coloc� a
mis pies y luego regres� arrastrando una bata de seda y la deposit� en la cama
junto a m� y se ech� a lamerse su a�n hinchado y amoratado miembro.
Los d�as restantes hasta el regreso de la due�a de casa
fueron una completa enajenaci�n, como aut�mata sal�a a la calle e iba a estudiar
pero no lograba concentrar mi dispersa atenci�n y esperaba con insoportable
ansiedad el momento de encontrarme con mi amante, nos anudamos a diario hasta
dos veces, ya no volv� a sacarlo a sus paseos diarios porque se torn� muy
agresivo con cuanto ser vivo macho se me acercaba. En este frenes� olvid� cuidar
de algunos detalles como el aseo y desodorizaci�n de la alcoba, cuando la due�a
lleg� capt� de inmediato nuestro olor que mi embotado olfato pasaba por alto y
en el momento oportuno mir�ndome fijamente a los ojos me dijo: "Se que te lo has
estado montando con mi perro, pero no te averg�ences, en verdad no esperaba otra
cosa conoci�ndolo como lo conozco, Yo lo he educado con arte y ya desesperaba de
no poder ense�arle mi obra a nadie, ahora todo ser� m�s emocionante porque
participar�s en nuestros juegos y ya veremos si compramos otro cachorro, �Te
espero esta noche porque vengo muy caliente!"
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 4
Media de votos: 8.25
Si te gusta la web pulsa me gusta y +1
Relato: Vida de Perros
Leida: 2116veces
Tiempo de lectura: 13minuto/s
|