Los siguientes instantes, no podr�a especificar se fueron
segundos, minutos, horas, d�as a�os o quien sabe cuanto, fueron de desconcierto
y confusi�n, solo me daba cuenta que todo giraba a mi alrededor y mi coraz�n
lat�a como nunca antes, comenzaba a recobrar la cordura y notaba como me hab�an
estado moviendo, luego con un poco m�s de lucidez empec� a sentir como
acariciaban y besaban mis muslos y gl�teos. Segu� despej�ndome y note que segu�a
con ese miembro descomunal en la boca, solo que dada mi semi-inconciencia, de
momento, era �l quien acariciaba mis labios con ese h�medo trozo de carne, y era
�l quien lo introduc�a dentro de mi boca, cosa que cambio a medida que me
recuperaba y cada vez m�s conciente lo hacia de a poco m�s yo misma. Pero me
bast� reaccionar solo un poco m�s para hacerlo del todo, lo cual fue al darme
cuenta de que me encontraba recostada boca abajo, posici�n en la que ya estaba
desde antes, pero ahora estaba en forma transversal con respecto a la reposera.
Es decir, mi pecho estaba apoyado contra ella, mi cabeza levantada, no por m�,
sino por que quien me penetraba oralmente me la sosten�a con sus dos manos para
asegurarse de que succione, y mis piernas colgaban por el otro lateral de la
reposera, o mejor dicho y debido a la corta altura de la reposera, mis rodillas
bastante separadas una de otra apoyaban contra el suelo dejando mi zona trasera
completamente expuesta y c�moda para que, como ya les dije, el cuarto de ellos
estuviera atr�s m�o besando, acariciando y lamiendo mis muslo, cola y orificio
anal. Esta hombre, que se encontraba casi recostado detr�s m�o haciendo esta
labor se incorpor� y acerc� su pene hacia mi zona genital y anal para comenzar a
pasearlo de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba por toda mi intimidad.

Imploraba para mi misma que no hiciera lo que cre�a iba a
suceder y que pude confirmar que habr�a de suceder. Luego de poner duro su
miembro acarici�ndolo contra m� pude sentir como apuntaba la cabeza de su
herramienta contra mi, hasta ese d�a, delgado anito.

Y as� lo hizo, claro que por unos instante en los que, aunque
sea un poco, me recuperaba. Pero claro est�, luego retomaba la penetraci�n.

Y era cierto, nunca me hab�a fijado tanto en la diferencia de
tama�o que hay entre la corona de la punta del miembro de un hombre y la parte
que le sigue, pero hab�a podido notar como, una vez que la cabeza pas� por
completo, mi anillito se cerraba un poco nuevamente para quedar cobijando esa
descomunal esfera de carne en mi interior. Y continu� con la parte final, que en
realidad no era ning�n final por que aun quedaban por introducir m�s de
veinticinco cent�metros de su negra hombr�a en mi interior.

La verdad que a esa altura, no ten�a problemas en sobrellevar
psicol�gicamente hablando, la idea de que me hurgara con sus dedotes, y eso era
algo que necesitaba para calmar las dificultades de la dilataci�n anal.
Dilataci�n que gracias al lubricante que me hab�an puesto mientras el otro de
ellos me penetraba con sus dedos, y gracias tambi�n a esa penetraci�n que de a
poco me habia estando dando con anterioridad, no me producir�an el desgarro que
me hubieran causado al penetrarme en esa forma sin nada previo, aunque no por
esto dejaba de ser extremadamente dolorosa. D�ndome el gusto, quien me
desvirgaba el ano, pas� por el costado de mi cuerpo uno de sus brazos, y llev�
su mano a trav�s de mi abdomen hasta posarse en mi inflamada y colorada vagina,
y all�, comenz� a masturbarme con sus dedos.

Si bien hab�a tenido orgasmos, esta era la primera vez en
esta org�a que agradec�a que me estuvieran hurgando la "chonchita", no necesit�
acariciarme demasiado para que comenzara a sentir los efectos, y pronto, el
dolor anal se transform� en una mezcla rara que alternaba entre el ardor que
sent�a all� atr�s y momentos en los que sent�a la excitaci�n de la masturbada
que me daba, excitaci�n que cuando se produc�a me hacia dejar de sentir el
inmenso dolor y podr�a, para mi pesar, reconocer que produc�a que resultara
placentera hasta la penetraci�n posterior que me estaba dando.

Luego de unos intensos minutos en los que tuve que volver mi
atenci�n nuevamente hacia ese falo que besaba, lam�a y acariciaba, por que
introducirlo en mi boca resultaba casi �pico, pude notar que su pelvis se
apoyaba en mis gl�teos, y ah� lo supe, me lo hab�a introducido hasta el fondo.
No pod�a decir nada, m�s que agradecer que la peor parte hubiera terminado, y
rogar que esa atrocidad que me estaban haciendo terminara cuanto antes. Y
despu�s de detenerse uno o dos segundos dentro m�o, como si disfrutara la
haza�a, comenz� esa lenta y extra�a retirada, su miembro empez� a deslizarse
hacia fuera de mis entra�as haci�ndome sentir que mi anillito se retorc�a y daba
vuelta como una media, sent�a como la parte m�s gruesa del cuerpo del pene
pasaba, como mi anillito levemente se cerraba y como comenzaba a hacer fuerza,
esta vez desde dentro hacia fuera, la coronilla de la cabeza. Y all� tuve el
indicio que me faltaba para saber que tambi�n esta actividad la disfrutar�a, mi
cuerpo nuevamente fue en contra de mi voluntad y me trajo la extra�a sensaci�n
de no querer que esa ferocidad saliera de mi interior, y como un espasmo mi
redondelito posterior se apret� tratando de contener dentro m�o aunque sea una
punta de mi desvirgante poseedor.

Y as� lo hizo, con movimientos continuos, y aceler�ndolos
cada arremetida un poco m�s, inici� un "entra y sale" que me dilataba el ano en
una manera placenteramente animal. Y, con la supuesta excusa de que tuviera m�s
lugar para pasar su mano y as� �l siguiera masturb�ndome, yo en cada arremetida,
empinaba m�s mis gl�teos, y claro est� mi agujerito, hacia arriba. Y digo excusa
por que la verdad es que ya me estaba convirtiendo en una suerte de gata en celo
que disfrutaba cuando esa barra caoba sal�a y amaba cuando reingresaba.

All� estaba yo, lamiendo y masturbando al de el miembro
descomunal, aunque todos lo eran, y siendo empalada de atr�s por este otro negro
que, de cuando en cuando, retiraba por completo su miembro y jugaba con sus
dedos a abrir mi ano mientras segu�a masturb�ndome con la palma de su manos y
adem�s ahora tambi�n tenia la otra masajeando mis pechos.

Luego de un rato, momento para el cual ya estaba
completamente dilatada, mi intruso posterior retir� su miembro, e
incorpor�ndose, se sent� al lado de donde me encontraba recostada apoyando la
zona de sus gl�teos justo en el borde de la reposera y dejando as� su m�stil
completamente erecto mirando hacia el techo. Por un instante cre� que buscaba
que se la mame a �l, pero de inmediato me aclar� lo que quer�a.

�l se recost� hacia atr�s, lo cual solo expon�a m�s su
miembro, y yo sabia que tenia que "auto-encularme". Pero esta no era mi �nica
funci�n, ya que si bien el de el miembro m�s descomunal se hab�a retirado no se
a donde, ahora tenia delante de m� a quien me hab�a penetrado en primer
instancia, y poniendo su pene a la altura de mi rostro exigi� que se lo mamara
nuevamente. Lo cual no me resultaba f�cil por que adem�s de tener que estar
subi�ndome y baj�ndome yo misma sobre ese miembro, quien me enculaba, mejor
dicho, quien hacia que me "auto-enculara" yo misma, como con sus manos me
sujetaba de las caderas para ayudarme con el esfuerzo de subir y bajar, de
penetraci�n en penetraci�n, me tiraba hacia abajo penetr�ndome hasta el fondo
con su expuesto miembro, y en esos momento tenia que desatender el miembro que
succionaba para recuperar la respiraci�n.

Para esa �poca de mi traves�a por el mundo de las org�as y el
sexo interracial, yo ya estaba hecha un desastre, mi pelo estaba todo enredado
por las sacudidas que me hab�an dado, y empeorado por la mezcla de transpiraci�n
y esperma seco que all� hab�a ido a parar, adem�s del que se encontraba por todo
mi cuello, rostro y boca. Mi vagina estaba completamente inflamada y con sus
labios exteriores completamente enroscados hacia fuera, as� como tambi�n estaba
cubierta por semen, parte seco en todo mi bello p�bico y piel y otra parte aun
fluyendo de mis interiores expulsado por la presi�n que hacia en mi interior
quien me penetraba, aun en estos momentos, analmente. Y por supuesto no quer�a
ni mirar que pasaba por mi retaguardia.

Pasados uno minutos en los cuales segu�a siendo penetrada
anal y oralmente, quien tenia el miembro m�s descomunal de todos reapareci�
par�ndose delante m�o, por un instante cre� que vendr�a a terminar lo que hab�a
dejado postergado pero pronto me di cuenta que ten�an otro plan para mi. A quien
estaba recostado debajo m�o no le cost� casi nada de esfuerzo tirarme hacia
atr�s sosteni�ndome con sus brazos pegada de espaldas contra �l, que adem�s, al
pasar los brazos por el costado de mi cuerpo, aprovechaba para, sujet�ndome las
mu�ecas delante de mi pecho, inmovilizarme. Mis piernas quedaron una a cada lado
apoyadas en el piso ya que si no apoyaba mis pies, quedaba completamente
recargada con el ano sobre ese miembro. As�, sin decirme nada, el del miembro
descomunal inclin� su rostro sobre mi vulva, y comenz� a darme las mejores de
las chupadas que tuve en toda la noche. No les describir� el tipo de cosas que
me hacia con sus labios, lengua y dedos por que a esa altura no distingu�a nada
de todo el placer que me daba, la diferencia estaba en la furia con la que lo
hacia. Mi vagina estaba nuevamente chorreando cuando �l se incorpor�, me levant�
las piernas poniendo una a cada lado de su cintura y enfil� el tremendo taladro
que tenia por pene contra mi temblorosa vagina. Si bien estaba completamente
mojada y extremadamente excitada, el que me penetrara con "eso" me causaba un
temor indescriptible, tem�a que me desformara mi cavidad en forma permanente, y
adem�s, teniendo en cuenta el espacio interior que ya ocupaba a trav�s de mi
orificio anal el otro miembro, no sabia si esos descomunales monstruos tendr�an
lugar para cobijarse los dos juntos en mi interior.

Todas las hip�tesis fueron innecesarias ya que estaban
dispuestos a probarlo en la pr�ctica. Creo no mentir si les dijera que mientras
esperaba la penetraci�n comenc� a contar en vos baja, como si de una cuenta
regresiva se tratara. Apenas sent� la punta comenzar a hacer contacto, me abrac�
con mis piernas a su cintura y tir� mi cabeza hacia atr�s recostada sobre el
hombro de quien, por el momento sin moverse, se incrustaba en mi ano.

Su miembro comenz� a acomodarse lentamente, y las paredes de
mi cavidad y labios vaginales trataban de estirarse lo m�s posible para permitir
su entrada, sinceramente cre�a que la penetraci�n seria mucho m�s dolorosa,
incluso me atrever�a a decir que resultaba extra�amente placentero sentir la
fuerte presi�n que la inmensamente abarcativa cabeza del miembro causaba en la
parte m�s onda de mi intimidad.

Por supuesto se podr�n imaginar que ni por asomo pudo
terminar de incrustar ese monstruo en mi interior, y que cuando aun faltaba un
buen tramo de su herramienta por fuera, fue suficiente para chocar con mi �tero.
Y viendo que no tenia dificultades para soportar lo que me hac�an,
inmediatamente comenzaron ambos a entrar y salir de mi interior lo que al
comienzo result� un tanto descoordinado por la incomoda posici�n que ten�an,
principalmente quien analmente me penetraba desde debajo m�o. Luego de intentar
hacerlo as� durante unos instantes, quien me penetraba vaginalmente, a quien
fuerzas no le faltaban, me tom� las caderas con sus manos y me levant� levemente
para, en parte penetrarme �l con m�s comodidad sin que yo me resbalara por sus
arremetidas hacia delante, y adem�s eso le permit�a a quien estaba por debajo
hacer m�s c�modamente lo suyo tambi�n aprovechando que ya no necesitaba
sujetarme con sus manos para amasar mis pechos desde detr�s m�o.

A todo esto, regres� el hombre al que hab�a estado
succionando un rato antes, quien me tir� la cabeza nuevamente hacia atr�s por
sobre el hombro de quien tenia a mis espaldas y sin darme demasiadas
indicaciones introdujo su miembro nuevamente hasta el fondo de mi garganta, o
mejor dicho, hasta donde pod�a. Por supuesto, tambi�n esperaba algo de
cooperaci�n de mi parte, as� que con una de mis manos y sin sacarlo de mi boca
lo tom� y comenc� a sacudirlo como lo hab�a estado haciendo durante todo este
tiempo, sin dejar de acompa�ar esta labor con mis labios y lengua.

Estuvieron haci�ndomelo por todos los lugares posibles al
mismo tiempo durante lo que estimo deben haber sido unos diez minutos, tiempo
suficiente para producirme un nuevo orgasmo el cual no fue tan salvaje como los
anteriores, supongo que por no tener ya fuerzas de ninguna clase. Y as� qued�,
cuando quien me penetraba analmente comenz� a gru�ir en mi o�do he instantes
despu�s descargo un arsenal de espeso fluido directo en mis intestinos, sent�a
como esa manguera se inflaba y escup�a su carga una y otra vez en lo m�s
profundo que jam�s lleg� nadie en mi cuerpito. Y sin dar tiempo para salir ni
acomodarme, empez� con su descarga directo en mi garganta aquel a quien se la
hab�a estado mamando �ltimamente. Como a esta altura ya se imaginar�n, no tenia
demasiados prejuicios por lo que era correcto o no hacer y adem�s no era yo
quien lo decid�a, por lo cual yo misma lo ayud� a acabar. Lo ayud� a sacar todo
lo que quedaba en los conductos de aquella venosa extremidad y as�, mientras con
mi mano lo oprim�a desde la base hacia la punta, con la boca y lengua limpiaba
lo que sal�a, y como si fuera una experta, una vez finalizado, lo saque de mi
boca y tragu� lo que quedaba.

Y ya, con las �ltimas fuerzas que me quedaban, termin� de
soportar los embates del �ltimo que quedaba, para ese momento ya me encontraba
con mis espaldas directo sobre la reposera, ya que los otros se hab�an marchado
de mi lado, y quien me penetraba aun con esa particular herramienta se preparaba
para vaciar otra carga en m�. Carga que no tard� en llegar y que, sin asombrarme
ni lo m�s m�nimo, fue tan abismal como anteriores veces, y si bien para ese
momento ya no tenia sensibilidad en mis genitales y lo �nico que pod�a
distinguir era el plaf�plaf de mis gl�teos chapoteando en un peque�o charco de
fluidos propios y ajenos que se encontraba sobre la reposera, pude notar como
acababa por sus muy claramente gestos de placer.

Minutos despu�s, ya vestidos me cargaron hasta el cuarto de
ba�o donde tomando un salvavidas de los que us�bamos en verano me lo colocaron a
la altura de mi pecho y me introdujeron en la tina de ba�o llena con agua tibia
donde me quede hasta horas despu�s, en las cuales dormit�, pens� en lo que hab�a
sucedido y pensaba si ya se habr�an ido.

Cuando el agua ya empezaba a enfriarse, me enjuagu� y lave
todo el cuerpo y, juntando fuerzas de donde pude, sal� para ver si aun se
encontraban. Al salir pude ver que se hab�an ido y no se hab�an llevado nada,
fui a mi cuarto a buscar un pijama y a acostarme aprovechando que ya era
nuevamente de noche, y encontr� una nota sobre mi cama. En ella me escrib�an
dici�ndome que no se llevaban nada y que a cambio sab�an que yo no le dir�a nada
a nadie. Cosa que, unos d�as despu�s aun con mis genitales y ano medianamente
inflamados y considerablemente dilatados, en especial mi agujerito posterior del
cual aun sal�an fluidos cada vez que iba al ba�o, no se si por temor o verg�enza
decid� no hacer.

Hoy, tiempo despu�s ya no hay virginidad que conserve y esto
se nota particularmente por que cuando mantengo relaciones con alg�n muchacho,
siempre notan mi dilataci�n anal y por lo general siempre me piden hacerlo de
ese modo, situaci�n a la que en forma habitual accedo sin decir nada, ya que me
he vuelto una sometida que no tiene �l valor de decir no.