William y Eolyn
El sol ard�a en el cielo impregnando la atm�sfera de un calor
h�medo e irrespirable.
Eolyn se hab�a acercado al peque�o lago en busca de un poco
de agua y un buen ba�o que refrescara su piel. Llevaba viviendo en el bosque
desde que all� lo hab�a abandonado su madre y hab�a sido criado por los druidas
del bosque hasta que estos decidieron que deb�a emigrar a su propia arboleda.
All� hab�a crecido rodeado de animales, �rboles, p�cimas ,
ung�entos y extra�as criaturas de la naturaleza.
Aquel d�a iba a pasar algo excepcional en la vida del joven
semielfo, al acercarse al lago el silencio del lago se vio cortado por el sonido
de unos chapoteos. En un primer momento crey� que era alg�n animal nadando o
bebiendo de sus aguas. Pero al mirar entre la maleza pudo observar como un
hombre se ba�aba entre las verdes aguas de aquel lago.
Aquel hombre era robusto, con una anchura de hombros
realmente admirable, su piel era relativamente p�lida y manchada con algunas
pocas pecas. Su pelo reflejaba los rayos dorados del sol pareciendo rubio y sus
grandes ojos color miel centelleaban desde la distancia.
Aquel muchacho, pues no deb�a tener mas de 20 a�os, se
dispuso a salir del lago. A medida que iba acerc�ndose a la orilla se pod�a ver
cada vez mas escenas de su cuerpo,
Su torso descend�a hacia unos abdominales muy muy marcados
que terminaban en un peque�o ombligo casi sin entrada y un peque�o hilo de pelo
que recorr�a su torso hasta llegar al pubis. Cuando las gotas de agua se
deslizaron hasta esta altura Eolyn pudo observar el enorme miembro del que hab�a
sido dotado aquel caballero. Su groso era descomunal y aunque de largo no era
excepcional era lo suficiente como para ser considerado dentro de los grandes.
El glande estaba cubierto por una fina capa de piel que excitaba mas a Eolyn ,
cuya excitaci�n recorr�a ya todo su cuerpo imaginando aquella cosa dentro de si.
Eolyn no sabia que hacer, quer�a abalanzarse sobre aquel
macho y hacerlo suyo, sabia que incluso aunque el no quisiese tenia poder
suficiente para tomarlo. Pero la excitaci�n, el sudor que recorr�a su cuerpo, la
tensi�n de sus m�sculos, el tama�o de su miembro� nada de esto le dejaba actuar.
De repente Eolyn escucho el relincho de los caballos hacia el
este, tres figuras encapuchadas , totalmente negras entraron en el claro. La
espada y la armadura del hombre desnudo quedaban muy lejos de la orilla y se vio
sorprendida pro las tres figuras. Eolyn sabia quienes eran. Sabia que deb�a
temerlas pues eran mas poderosas que el.
Las figuras bajaron de sus caballos y empezaron a emitir unas
palabras en un extra�o idioma que resonaban por todo el bosque .Una cadena de
luces borboteantes surgi� de sus manos Y sirvieron de cadena para las manos del
joven caballero.
Uno de los tres encapuchados se bajo del caballo y se dirigi�
lentamente hacia aquel hombre cuya respiraci�n alteraba todo su perfecta
musculatura haci�ndola mas atractiva aun. La mano del encapachado salio de la
t�nica y empez� a acariciar el torso desnudo de William. Este cerro los ojos con
una expresi�n de asco y la mano empez� a rozar sus pezones haci�ndolos ponerse
erectos. La faz de asco pareci� cambiar por una faz de placer. Desde la maleza
Eolyn observaba todo esto queriendo ser el la figura encapuchada.
El mago sigui� con su mano hacia el pubis y acerco su boca al
torso desnudo del muchacho llen�ndolo de placer a la vez que los otro dos
jinetes observaban lujuriosos la escena.
Bajo hacia abajo su mano y comenz� a masturbar a William, una
y otra vez y cuando este ya estaba a punto de expulsar su chorro de semen, corto
la masturbaci�n en seco.
De nuevo la mano sigui� bajando hasta llegar a los test�culos
del caballero de repente el mago le dio la vuelta y empez� a sobar sus nalgas de
acero hasta hacer que se fuesen abriendo poco a poco. Los dedos largos y
delgados del oscuro comenzaron a internarse en el peque�o agujerito del
muchacho, hasta que fue tomando dimensiones mayores. Poco a poco el dedo comenz�
a entrar y salir mientras el joven gritaba de placer.
El mago torturo de placer as� al joven durante un largo rato
hasta que decidi� terminar con el. Con tan solo una palabra el mago descargo un
peque�o rayo el�ctrico dentro del hoyo de William haci�ndole sentir tanto placer
que de sus ojos salieron dos lagrimas.
Tras todo esto el mago se puso en pie y con voz solemne y
profunda se dirigi� a sus dos compa�eros :
Servir� como un buen esclavo de divertimento.
Al otro lado de la maleza Eolyn se sent�a impotente por no
poder salvar al objeto de su pasi�n del destino que le esperaba.
Continua���..