Descubrimientos tempranos.
Cuando yo ten�a 6 a�os, ten�a dos amigos inseparables : Pablo
y Sergio. Viv�amos en el mismo barrio aunque ellos ten�an sus casas una a la par
de la otra, mientras que yo viv�a un poco mas lejos.
Sergio era un chico delgado, moreno y ten�a 7 a�os, mientras
que Pablo, a pesar de tener tambi�n 7 a�os, era mas corpulento y ten�a un lindo
cuerpito de ni�o. Adem�s Pablo era muy apuesto y muy divertido. Los tres
hab�amos crecido juntos y hab�a entre nosotros una hermosa amistad, pura,
limpia, sin preocupaciones.
Era una c�lida tarde de verano cuando decidimos explorar
entre los tres un terreno bald�o que hab�a en nuestro barrio. Este terreno ten�a
una pared en su frente para evitar que se metieran intrusos, pero, el desgaste
de los ladrillos que la compon�an la hac�an muy f�cil de trepar. Cuando llegamos
a lo mas alto del tapial, vimos un territorio rodeado de cuatro paredes lleno de
malezas, �rboles, hierbas y plantas que, en conjunto, formaban una selva espesa
e impenetrable de casi dos metros de altura.
Pero por alguna causa, en los bordes del terreno (del lado de
la paredes ) hab�a un camino despejado, como un peque�o pasillo. Seguimos por
ah�, y cuando llegamos al final de ese pasillo, nos encontramos con una cosa que
nos llam� la atenci�n ; una habitaci�n de dos metros por dos metros con una
puerta y una ventana completamente selladas con ladrillos y cemento. Pablo y
Sergio, que eran mayores que yo, treparon con facilidad esas paredes lisas
apoy�ndose en el marco de la ventana. Pero yo era f�sicamente mas peque�o y
simplemente esper� abajo. Cuando ellos llegaron a la parte de arriba, me dijeron
:
Ven a ver, no tiene techo, es como una pileta vac�a.
No puedo trepar tan alto.
Ven a ver, dale, nosotros te ayudaremos.
Con ayuda de los dos y con mucha dificultad logr� subir y vi,
en efecto, una habitaci�n que parec�a una piscina vac�a. El piso era de cemento
y las paredes estaban muy desgastadas.
Pablo dijo :
Vamos a bajar.
Bajaron primero ellos dos y despu�s me ayudaron a m�. Durante
esa ayuda recib� por parte de ellos todo tipo de manoseos. Yo me re�, cuando me
tocaron las piernas y la cola me pareci� muy divertido, as� que yo no ten�a
problemas, y como ellos se rieron se ve que ellos tampoco estaban descontentos
con la situaci�n. Luego Pablo dijo :
Ahora que estamos solos, vamos a culear.
Yo no sab�a que quer�a decir, pero se ve que Pablo y Sergio
si, porque se desnudaron de la cintura para abajo r�pidamente. Yo me hice como
que tambi�n sab�a, as� que los imit�. Ah� vi por primera vez a un chico desnudo.
El pene de Sergio era largo y delgado como el m�o, pero el de pablo era como un
cuarto mas largo y adem�s mas grueso.
Ahora, ten�s que besarnos la pija. Dijo Pablo
Si, a los dos. Dijo Sergio.
Primero me qued� pensativo por la novedad, pero como no sab�a
nada de sexo ni nada, me puse en cuclillas ( No quer�a arrodillarme en ese piso
tan sucio ) y le di un besito a la verga de Pablo, y luego hice lo mismo con la
de Sergio. No sent� nada especial, solo la evidente emoci�n de algo nuevo para
un ni�o. Entonces dije :
Ya est�.
Pablo tom� mi cabeza con sus manos y la baj� hasta su pene y
me dijo :
Ch�palo.
Yo hab�a chupado helados, naranjas caramelos. As� que me dije
"Debe ser lo mismo". Me met� en la boca el pijote de Pablo y empec� a
saborearlo, era riqu�simo, saladito, gusto a piel suave, �Que rico!. Pasaba mi
leng�ita por toda su extensi�n, lo sacaba de mi boca solo para tragar saliva,
llena de sabor a pene de ni�o. Despu�s lo volv� a meter en mi boca una y otra
vez, no quer�ia terminar mas.
Ahora la m�a. Dijo Sergio.
Yo me fui con todas las ganas hacia el miembro de Sergio,
pero cuando me lo met� en la boca no era lo mismo. S�, era rico, pero nada
comparable a la pija de Pablo. Termin� con Sergio lo mas r�pido que pude y volv�
a Pablo, esta vez mas pausado mas lento, disfrutando mas. Que sabroso era.
Entonces Pablo me levant� y me dijo :
Ponte en cuatro patas.
Ni loco, el piso est� muy sucio. Contest�.
Entonces ag�chate un poquito y apoya las manos contra la
pared.
Busqu� un espacio de la pared mas o menos limpio y me agach�
apoyando mis manos. Mi colita qued� bien parada, Pablo me abri� los cachetes y
me la meti�. No me penetr�, si no que me apoy� la puntita de su pene en la
entrada de mi ano, y cuando solt� mis nalgas estan abrazaron a su miembro. Para
mi era una sensaci�n extraordinaria, tenerlo as� a Pablo detr�s de m�, sentir su
pancita en mi espalda y lo mejor sentir su pijote entre mis nalgas.
Entonces Sergio dijo :
Ahora me toca a m�.
Y Sergio me la meti�.
No era que no me gustaba con Sergio, si no que no era lo
mismo. El pijo de Pablo encajaba perfectamente en mi culo, estaban hechos el uno
para el otro. Sergio se esforzaba, pero no pasaba nada, era lindo pero yo
esperaba desesperadamente que terminara para volver con Pablo.
Estuvimos as� los tres largo rato con mi culo disfrutando
cada segundo con Pablo y esperando el cambio cuando estaba con Sergio.
A partir de ah� mi vida cambi�, descubr� mi lado homosexual.
Pablo se convirti� en mi macho durante toda mi ni�ez. Cada vez que est�bamos
solos hac�amos de todo, ojo que a Pablo tambi�n le gustaba que yo le meta mi
pene, o chuparlo. Pero lo que yo prefer�a era chup�rsela a �l y que me la meta,
cada vez que esto pasaba, deseaba que no me la saque nunca.