Relato: Querido... nn





Relato: Querido... nn

<<T� no sabes lo que es ser esclavo


de un amor impetuoso y ardiente


y llevar ese af�n como un clavo,


como un clavo metido en la frente>>


...



Querido NN. :


Espero que no te incomode el que te escriba.


�Recuerdas la cantidad de cartas que te dirig�a, aun estando
buena parte del d�a juntos y lo raro por lo tanto que eligiera este modo de
comunicaci�n?. Lo que pasa es que as� siempre me he expresado mejor, pod�a
decirte todo, o casi todo, lo que quer�a decir y adem�s no me interrump�as con
tu eterno esp�ritu de contradicci�n, llevando la conversaci�n para otra parte.



Bien, ya sabes cuan arrepentido estuve y estoy de lo que pas�
y sobre todo de sus consecuencias. Pero no lo estoy porque encuentre que
acercarme a ti del modo que lo hice fuese malo en s�, sino por lo que vino
despu�s. Y no me refiero tampoco a lo que viv� yo, provoc�ndome el "accidente"
aquel, sino a lo que provoc� en ti, o entre t� y yo.



Hablando claro, no estoy arrepentido de haberme acercado a
ti, sino de que ese hecho haya puesto una barrera entre nosotros, haya generado
desconfianza de tu parte hacia m� y quiz�s hasta desprecio.



Sabes que tu amistad y compa��a me hac�an falta y yo se que
no menos falta me hac�a un poco de pasi�n entre los dos. Y lo que me causaba m�s
problemas y desilusi�n y me atormentaba la vida era saber positivamente que
nunca podr�a haber un encuentro as� entre nosotros.



El sentir hacia ti esto que experiment� es lo que me tra�a de
culo (nunca mejor dicho), porque era la causa y el origen de todo lo que pasar�a
luego entre nosotros, pero sobre todo de lo que me pas� a m�, en mi vida
interior, en mi relaci�n contigo y con los dem�s, causa y origen de mis
depresiones, de mis crisis de celos, de mis estados de �nimo y sobre todo de
des�nimo.



Te dabas cuenta que cuando estabas por m�, cuando estabas
alegre y atento, como sol�as ser siempre, a m� me elevabas al s�ptimo cielo y
creo, perd�name por ser mal pensado, que cuando estabas taciturno, hasta triste
me atrever�a a decir, en algunos momentos, o metido hacia dentro, o mal
humorado, vamos, que de mala leche, cuando te daba por encerrarte en ti mismo,
por no hablar, por convertirte en ermita�o y hura�o, me sepultabas en mis
bajoneos.


Esto �ltimo es lo que me pon�a peor, sent�a rabia contra m�
mismo y contra ti.



Me recuerdo que mi mano se estir� hacia ti y que saltaste
como izado por un resorte y tu expresi�n fue de susto, espanto, disgusto,
sorpresa y yo que se que m�s, todo al un�sono.



T� dorm�as pl�cidamente. All� en la cama de enfrente. Yo no
lograba conciliar el sue�o. Mi acercamiento a ti, mi cari�o por ti y mi pasi�n
sobre todo, estaban al tope. Sin lograr explicarme como, me deslic� de mi cama y
me acerqu� a ti. Inclin� mi cabeza a tu cara. Cuando pasaba suavemente mis dedos
por tus mejillas, por tus labios, levantabas la mano como espantando lo que
fuese que te tocara. Pero no despertaste. Por eso me atrev� a m�s y mi mano se
pase� por la l�nea de tu cuerpo, por encima de la leve s�bana que te cubr�a,
apenas vestido con tu albo calzoncillo. Entonces no respond�as. Tu cuerpo era
menos sensible que tu rostro.


Mi mano, intrusa, grifo de mi deseo en ese momento, se meti�
bajo la s�bana y se desliz� por tus muslos, muy suave y levemente. No diste
se�al de sentirme. Eso me dio la valent�a suficiente y el �nimo necesario para
pasar la palma por el bulto de tu falo en reposo. Tampoco diste muestras de
sentir mi caricia y mi anhelo. Cuando empec� a profundizar mi tacto, tu miembro
respondi� al est�mulo y empez� lentamente a crecerse. Me sent�a exaltado. Ya no
era due�o de m�. Mi pasi�n y deseo me manejaban a su antojo y la caricia se hizo
evidente y mi mano, ya sin mi voluntad, como si tuviera vida y movimientos
propios, entr� por el borde y se prendi� de ese objeto de mi deseo.



All� fue donde y entonces cuando, despertaste.


Te incorporaste. Te sentaste en la cama. Buscaste la
lamparilla. Exclamaste, �que bien lo recuerdo! : -�Ostrasss...!


De un brinco, en la obscuridad, aterric� en la m�a. Hund� mi
cabeza en la almohada y quise morirme. Intu�a todo lo que vendr�a despu�s.


T� te levantaste. Fuiste a la cocina. Bebiste algo. Entraste
al lavabo. Volviste a tu cama. Encendiste un cigarrillo con la luz de la mesilla
encendida. En absoluto silencio. Al rato apagaste la luz y yo sent�a que segu�as
despierto. Imaginaba tus pensamientos. Tu sorpresa. Tus preguntas y las
respuestas que te estar�as dando. Los interrogantes que te pon�as sobre qu�
ir�as a hacer de ahora en adelante. Y seguramente, los por qu� te ocurr�an estas
cosas a ti. El descubrimiento de que conviv�as con una persona extra�a, de
costumbres extra�as, de reacciones sorpresivas y desagradables, de ataques
arteros de los que no pod�as defenderte, porque eran a mansalva. Me imaginaba
cuanto me odiar�as en ese momento, cuanta ira y rencor estar�as sintiendo por
m�.



As� lleg� la madrugada. Estaba semi dormido cuando o� que te
levantabas, lavabas y te ibas. �Por qu� tan pronto, si aun faltaban horas para
marcharte? Y me respond�a que seguramente era porque quer�as perderte, alejarte
de mi, reflexionar solo. Y quer�a pensar que tambi�n estabas triste y me ten�as
l�stima.



Entonces fue cuando, con otro impulso, tan irreflexivo como
el de la noche, me levant�, cog� todas las p�ldoras narc�ticas que ten�a
acumuladas, Dios �si es que existe-, sabr� por qu� las ten�a, llen� una botella
de agua, dej� una nota para aquel amigo que podr�a ayudarte y ayudarnos si fuese
necesario y sal� de casa sin rumbo.


El mismo impulso irracional me llev� al metro, a la estaci�n,
a la playa.



Llorando, con una pena inmensa por m� mismo, por ti y por
todos los que de alg�n modo me amaban, me fui tragando las p�ldoras, una a una,
con abundante agua.


Al poco rato perd� la conciencia.



Recuerdo que despert� en una cama con una sed espantosa.


La monjita me explic� despu�s que llevaba algo as� como tres
d�as inconsciente. Que la polic�a me hab�a encontrado �por casualidad- tirado en
la arena, en un lugar donde no sol�a andar mucha gente. Que hab�a llamado una
ambulancia y en el hospital, con sueros y adrenalina hab�an logrado sacarme de
la inconsciencia. Ten�a deseos de orinar pero no pod�a. Recuerdo que ped� que me
pusieran una sonda. Como queriendo y no queriendo, lo hicieron y pude
descargarme y hacer correr el l�quido por mi cuerpo, lo que ayud� a
desintoxicarme m�s r�pido y mejor.



Entonces fue cuando me identifiqu�. Entre otros, tambi�n t�
llegaste a mi lado. Quisiste ir a casa y explicar a nuestros compa�eros de piso
una parte de lo ocurrido. Luego supe que tambi�n la polic�a los hab�a visitado,
pero tuviste el discreto gesto de no contar lo sucedido entre nosotros antes del
"accidente". Volviste y me dijiste que pasar�as la noche en el hospital. Y as�
fue. Nadie pudo convencerte de que no era necesario.


Hablamos muy poco. Casi todo el tiempo llor�. T� te ve�as
afectado, m�s que nada por lo m�o, y mucho m�s que por lo tuyo. Y entonces lejos
de reaccionar como ten�a que hacerlo, te am� m�s.


De la noche pasada dormitando, sentado al lado de mi cama, te
fuiste a trabajar. Volviste esa misma tarde y me trajiste el encargo,
�recuerdas?. Yo te hab�a pedido el cepillo de dientes y me trajiste la escobilla
de u�as... No ten�a �nimos de re�r, pero ese era un detalle m�s, explicativo, de
por qu� te amaba, eras y seguramente sigues siendo, distra�do, pero servicial,
atento y amoroso.



Cuando sal� del hospital me ten�as preparada una tarde
recreativa. Quer�as que sali�ramos, distraerme, quiz�s cansarme, para que mi
vida empezara a ser normal a partir de ese d�a.



Pero las cosas se complicaron. �Por qu�? Simplemente porque
tu �nimo cambi�, porque empezaron a ocurrir muchas cosas desagradables en tu
entorno familiar y yo, centrado en m� mismo, cre�a que era porque estabas
aburrido de m�, porque me rechazabas, porque me ten�as rencor, porque te
molestaba mi presencia. Nadie me habr�a convencido de lo contrario.


Llor� cuando te fuiste con los tuyos por Navidad, sin
invitarme. Aunque no habr�a aceptado. Ya ves que contradictorios son estos
estados de �nimo y te bendigo porque, no obstante, lo cabreadora que era la
situaci�n, la aguantaste a pie firme. �Te sent�as responsable de mi, como dice
EL PRINCIPITO, cap. XXI, "eres responsable de lo que has domesticado"?



Como sea, siempre estuviste pacientemente a mi lado. La
amistad que nos ten�amos hab�a sido m�s fuerte que el se�smo que la hab�a
remecido.



Pero yo estaba desequilibrado. Mi deseo por ti, de ti, hacia
ti, me destru�a al no verse realizado. Sent�a rabia, ira, cari�o, ternura,
celos, inquietud, y quiz�s cuantas sensaciones, emociones y sentimientos m�s,
todos mezclados.



Y te escrib�a esas largas cartas para expresarte, �Dios, que
pesado debo haber sido!, molestias, peticiones, rega�inas y tonter�as diversas.


Estaba perdidamente enamorado de ti. Ve�a una pareja en las
calles, o en las plazas y me pon�a a llorar pensando que jam�s podr�a vivir una
hermosa relaci�n de ese estilo. Le�a todas las poes�as rom�nticas, especialmente
las m�s tristes, las que hablaban de abandono, de ausencia, de celos, de
melancol�a, de dolor y de muerte. Escuchaba la m�sica m�s "cebolla", esa que m�s
hace llorar.


Te amaba. Aunque muchas veces me preguntaba si en realidad
era amor lo que sent�a por ti o era necesidad de ser amado. �Lo quiero, -me
preguntaba-, o en realidad lo que quiero es que me quiera? Y me imaginaba mil y
una situaciones que nos hac�an necesarios el uno para el otro y que hac�an
posible ser felices juntos. La pasi�n que sent�a era profunda, dolorosa incluso
f�sicamente.



Hasta que lleg� el momento de la separaci�n. Todos los otros
se hab�an ido del piso. T� ten�as fecha para tu boda y, esta vez s�, me lo pens�
muy bien y decid�. Me march�. Fue divertido, porque sal� casi llorando,
trag�ndome las l�grimas, nos dimos un abrazo como si partiera al fin del mundo y
para siempre, en circunstancias que la pensi�n estaba a 10 minutos. Era un
Jueves nublado y algo fr�o. En llegando, me tir� a la cama y llor� como una
Magdalena, pero en la noche me estabas llamando para ir el s�bado a la playa y
con el fin de salir temprano me invitaste a dormir en el piso... y me
recomendaste que avisara a la due�a de casa que no vendr�a esa noche a la
pensi�n.


Que bien la pasamos en esa jornada.


Ambos est�bamos contentos, casi euf�ricos. Recuerdo como si
fuera hoy, que elegiste un lugar en el que pudi�ramos estar solos y cuando me
sent� en la arena, apoyando la espalda en la roca, me hiciste inclinar hacia
delante y pusiste tu toalla para que estuviera m�s c�modo. �Que tierno detalle!,
as� eras, ya te lo dije, tanto me elevabas al cielo, como me hund�as en el
infierno, con una sola palabra, con un m�nimo gesto. Pero ese d�a yo estaba
alegre, contento. Las l�grimas, el cortar el lazo, me hab�an, en parte, liberado
y por lo que se ve, a ti tambi�n. Tal vez, y esto es suposici�n m�a, no te
turbaba ahora tener gestos amorosos conmigo, ya no hab�a por qu� temer.



Pero yo te amaba profundamente y el d�a de tu boda, a la que,
por ning�n motivo, causa, raz�n ni circunstancia quise asistir dici�ndote que s�
pero a la que no llegu�, a la hora en que pronunciabas el s�, cuando regresaba
muy triste a casa, a nuestra casa en la que quer�a estar a solas aprovechando
que me hab�as dejado tus llaves, a esa misma hora, al pasar frente a una
iglesia, me baj� del autob�s y me met� en ella a llorar sin que nadie me viera,
porque �qu� solas est�n las iglesias �ltimamente...!.



Llegu� a casa, llor� mis �ltimas l�grimas, desoladamente,
como si no existiera ya futuro en el mundo para m�. Para nuestro consuelo, tuyo
y m�o, me dorm�, y como jam�s me hab�a ocurrido ni me ha vuelto a ocurrir, no
despert� hasta las 10 del d�a siguiente. �Por qu�?, porque ya estaba todo
consumado entre nosotros y lo �nico que me quedaba era ser amigos, amigos
contigo y con tu esposa, con ambos y tal vez luego, con tus hijos.



Y as� ha sido. Han pasado 31 a�os, exactamente, porque fue
por estas fechas que ocurri� todo lo que estoy record�ndote, o mejor dicho,
record�ndome, porque esta carta se que no la leer�s jam�s, porque t� no eres de
los que entra a estas p�ginas ni "sites" y porque nunca te la enviar�, m�s bien
me la estoy escribiendo a m� mismo, o quiz�s con un sentido exhibicionista, la
estoy escribiendo para aquellos lectores que en sus e-mail me preguntan si lo
que narro es verdad, si me ocurri�, o si soy alguno de los personajes que hago
aparecer en ellas.



Te he visitado, os he visitado. Conozco a vuestros hijos y me
recib�s como a uno m�s de la familia. Cuento con un inmenso cari�o y una
profunda amistad de vuestra parte y eso me emociona y muchas veces no se como
corresponder.



Este sentimiento, pasi�n, emociones, dolores, desequilibrios,
en fin, todo eso junto, me convencieron, a lo largo del tiempo, que el amor m�s
que una realidad es una fantas�a, m�s que una abundancia es una necesidad, m�s
que una riqueza es una carencia y que colmado el deseo, el capricho, la
posesi�n, o sanada la herida que la pasi�n te deja, o convencida la raz�n de la
imposibilidad de su realizaci�n, cicatrizadas todas las heridas de ese furibundo
y encarnizado combate, (�"La raz�n: -Nunca podremos entendernos, coraz�n. El
coraz�n: -lo veremos..
"-) que nos revoluciona, nos descuartiza, nos desarma
y nos desalma y hace trizas, terminada y perdida la batalla, todo cuanto hemos
vivido, pasado, sufrido se evapora, se esfuma y hasta podemos recordarlo con una
ir�nica sonrisa.



Si las personas reflexion�ramos los pasos que damos en la
vida, si calcul�ramos las consecuencias de nuestros actos, por m�nimos que sean,
cu�ntos disgustos nos evitar�amos y evitar�amos a los que de verdad queremos.



Cont�is, y -t� en especial querido amigo cuentas- con mi
gratitud y afecto eternos.



Afectuosamente, Juli�n S.




Cada uno de los detalles de este relato es total y
absolutamente real.


Vuestros comentarios y sugerencias las agradezco en mi
e-mail: POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO



Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 0
Media de votos: 0


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: Querido... nn
Leida: 323veces
Tiempo de lectura: 9minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























relatos pornos en las piernas del abuelo/relato28483_Mi-t%C3%ADo-el-Ranchero-(8).htmlrelatos eroticos entrando a la casa de la vecinaRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezrelato porno mi hija para dosRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezrelatos pornos zoofilia orgias perros callejerosrelatos follando a mi hijastraMama hijo relato eroticorelato erótico mi primitaRelato porno cuidando a mi hijo enfermorelatos pornos de incesto con su nietorelatos xxx la vulva de mi sobrinitaIncesto con la abuela relatadosrelatos eroticos berta quiere lecherelatos porno por hambreRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatome dolió la primera vez con mi tíomi hijita de 9 añitos relatonarraciones follando a mi prima borracharelato porno escalofriorelatos pornos le como la conchita a mi hijitaEl amigo de mi hijo relatos sexoRelatos porno amor filial el despertar del placer con mi pequeña hija 2 bdlol.rurelatos d abuelas hotRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysrelatos doble penetraciónRelatos porno Mi marido y mi híjarelatos porno de hetero primera vezrelatos porno cochinaditasfollar virgenrelatos sexuales amateurrelato erotico hija nalgonaVecina sexy cachonda relato xxxrelatos xxx a domiciliorelatos pornogay de venezuelaxxxpornogratigayhistorias porno gratisensartaldo relatos pornorelatos eroticos mama e hijorelatos eroticos mi abuelo me dijo que follara con mi abuelarelatos eroticos sexo rudo y fuerteRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoRelato porno alquilando ami hija finalRelatos cojiendo con mama en el ranchorelato coji con mi abueloAbuelito aprovechadorelatos eroticos mamatias muy calientesRelatos incesto mis hijos me preñanRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezbuscar historias eroticas de nenas de 11 gratisrelatos de cabrones supervergudosme la chupa mi sobrinita relato eroticoespiando cuñadarelataños XXX follando con mí comadre y mi ahijadaespiando a mi mama relatos eroticosrelatos las bragas de mamaIncesto con la abuela relatadosparejas liberales porno españolmi esposa y yo calentando a su sobrinitorelatos zoofilia de mujeres con caballosrelatos.suegro.feo.enbarasa.xxxRelatos porno amor filial bdlol.rurelatos de sexo hermanasrelatos madres con hijosRELATO EROTICO CON MI HIJA DE PRIMARIArelato erotico mi primera vez a los 12 con mi vecinoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatocoño chorreandoDesvirgue una jovencita relatosIncesto con la abuela relatadosrelatos eroticos primera vez con trans xxxrelato xxx coji con mis hijas tambienmi hijita de 9 añitos relatorelatos mexicanos de incesto de comadresIncesto con la abuela relatadosrelato erótico mi primitarelatos eroticos prima lesbicarelatos de insesto mi madre me cogePaja en el vestuario con amigo Relatosmi primaria relatos pornorelato erotico padrastro dora mi hijita de 9 añitos relatochicas follando primera vezrelatos porno con sobrinarelato erostico con mi hijaRelato de como el primo de mi esposo me cumplio mi fantasia sexual rico