Doris era una chica de 12 a�os, estaba interbada en un
convento i era una llamada novicia, o sea una chica que a tierna edad es
recluida en un convento para prepararse para ser monja.

Doris asistia diariamente a las misas que se hacian por la
ma�ana y por la noche, dedicando el resto del dia a estudiar y a ayudar a sus
compa�eras hermanas a cuidar un peque�o huertecito del cual la hermandad sacaban
productos de primera necesidad. Doris tenia por cierto ciertos problememas para
dormir, muchas noches las pasaba en blanco, des de su inicio a su fin sin pegar
ojo. Este problemilla era una cosa que arrastraba des de bien peque�a, sin saber
debido a que. Quiza fuera esto debido a las palizas que su padre propinaba a su
madre cuando Doris vivia, a�os atras, con ellos, quiza no, quiza fuera otra
cosa, quiza no fuera debido a nada concreto pues de echo doris no acababa de
datar el inicio de esa falta de somnolencia.

Es por eso que un dia Doris pidio ayuda a una de las
hermanas, en concreto se la pidio a la hermana Jimena, que era quien se
encargaba de los pormenores de salud que afectaban un dia o otro a las hermanas,
precisamente hacia poco que la hermana Jimena habia tenido con Doris un largo
encuentro para explicarle a esta ciertas cosas que una mujer debe empezar a
hacer cuando esta se hace mayor y comienza a tener el llamado periodo que afecta
a todas las mujeres del mundo, sean estas monjas, esposas o lo que dios les
marco a ser en la vida.

Respecto a los problemas de somnolencia de Doris, la hermana
Jimena le receto a esta tomarse una infusi�n de unas hierbas concretas que se
hacian en un bonito prado cerca del convento, Doris inicio el tratamiento de la
hermana Jimena y pareci� en principio irle bien. Doris durmi� unas noches
fenomenales en lo que seria el inicio de su tratamiento con las hierbas de la
hermana Jimena, pero hacia como dos semanas que Doris habia iniciado dicho
tratamiento cuando vi� esta que lentamente las hierbas perdian su efecto i
volvian, en ocasiones, las noches sin sue�o que la habian afectado siempre.
Doris volvi� hacia la hermana Jimena para explicarle como habia ido todo lo
relacionado con su insomnio, como al pricipio este habia desaparecido y como
este habia vuelto a su mismo desarrollo en poco tiempo de exito en lo referente
al tratamiento con las hierbas.

<Jimena> Ui Doris, has llegado hasta el limite donde mi
terrenal ciencia llega, te aconsejo ahora que acudas a la ayuda espiritual de
di�s nuestro se�or, pues nos proporciona tanto el pan que comemos como el agua
que bebemos cada dia y el sabra que hacer contigo.

<Doris> Pero hermana Jimena, como voi a obtener la ayuda de
nuestro se�or? Rezo cada dia las misas que me deben, por la ma�ana i por la
noche, no se que mas debo hacer para ser digna del seno que nustro se�or nos
ofrece en este bendito convento del glorioso Jesus.

<Jimena> Algo hay en tu vida de pecado por lo cual nuestro
se�or te castiga a pasar noches en blanco, acude al confesionario de nuestro
hermano Dami�n a confesar a dios tus pecados i verte asi liberada de su castigo.

Doris as� lo hizo y acudio al confesionario para tratar de
liberarse de dicho pecado que ensuciara su alma.

<Doris> padre Dami�n.

<Dami�n> Si hija.

<Doris> No se que contarle, me veo castgada por dios por algo
malo que hice, pero no puedo recordar de que se puede tratar porque trato de
dedicar todo mi dia al rezo y la penitencia que el sagrado convento nos dicta.

<Dami�n> Algo hay hermana Doris, pues sin� dios no te
dictaria la penitencia.

<Doris>Ay, padre Dami�n paso des de cuando mi memoria no
llega a recordar, noches en blanco sin pegar un ojo, repito, no se debido a que,
me fue impuesta tal penitencia y por eso os pido padre Dami�n que me ofrezcais
cualquier ayuda que este en vuestra mano para que retorne el sue�o a mi calida
cama.

<Dami�n> Rezas siempre antes de acostarte?

<Doris> Si padre, cada noche antes de acomodarme en mi cama
rezo las debidas oraciones que el sagrado jesus dicta. Trato de alejar mi vida
de cualquier tipo de pecado que este escrito en las santas letras de nuestra
sagrada biblia.

<Dami�n> No me has confesado nada Doris, no se como liberate
del horrible pecado con el que dios castgo tus noches.

<Doris> Pero padre Dami�n, mi vida esta totalmente limpia de
todo pecado conocido por mi, no se que mas debo hacer para merecer la gracia de
dios, por favor ayudadme.

<Dami�n> A ver Doris, des de cuando recuerdas que viene este
insomnio?

<Doris> Pues no lo se, padre, creo que de siempre, no se, no
recuerdo, si bien si que puedo recordar lo que en su dia fue una soluci�n, de un
poco mas peque�a mi madre conseguia concederme el loado sue�o contandome un
cuento o dos, puesta en cama ya.

<Dami�n>mmmmm, acabas de nombrar una soluci�n, crees que
surtiria el mismo efecto si alguien te contase algo en la cama antes de ponerte
a dormir?

<Doris> Pues no lo se padre, se que en su tiempo surtia
efecto, eso mismo del cuento.

<Dami�n> mmmm, eres una hermana virtuosa y me gustaria
concederte todo lo que tu limpia alma merece, podria yo una noche estas probar
si surtia efecto leerte antes de dormir alguno de los sagrados versos de nuestra
santa biblia?

<Doria> Ay padre, seria maravilloso si su noble voz
consiguiera lo que en su dia conseguia la voz de mi madre.

<Dami�n> Bien, pues no hace falta que esperemos mas, esta
noche mismo a la hora de dormir acudire a tu celda, con el permiso de la hermana
mayor, para leerte dichos versos y conseguir asi el ambiciado sue�o

<Doris> OH gracios padre, sera maravilloso si los versos de
la santa biblia surten el mismo efecto que en su dia surtieron los infantiles
cuentos de mi santa madre.

El dia sigui� su transcurso normal, el padre Dami�n acudi� a
la hermano mayor, hermana Gonzalva, para explicarle el problem,a de Doris y la
posible solucion que podia tener este, de leerle la biblia para que se durmiera.
La hermana Gonzalva di� confiada su consentimiento a tales lecturas pues el
padre Dami�n era, por eso era el confesor del convento, un padre virtuoso y
libre de todo pecado por la santa biblia prohibido.

A altas horas, una vez cenado y rezado, Doris acudio como
cada noche a su celda, esperando el deseado sue�o que los versos del padre
Dami�n provocasen en ella. Una vez se hubiese puesto la blusa se meti� en la
cama, todas las puertas de las celdas de las hermanas carecian de pestillo por
lo que el padre Dami�n podria abrir esta sin tener ella que salir de su cubil.
Al cabo del rato se abri� la puerta, era el padre Dami�n que biblia en mano
acudia a lograr el sue�o de la joven novicia.

<Dami�n> Buenas noches hermana Doris, espero que mi lectura
surta su efecto.

<Doris> Buenas noches, si claro ojala que surta el mismo
efecto que los cuentos de mi santa madre.

El padre Dami�n se acomodo en la silla del escritorio de
Doris e inici� su lectura.

<Dami�n> II Reyes 19, 26 Sus, habituales, impotentes,
quedaron consternados y confusos, hechos semejantes a la hierba del al verdor
del cesped [ Campo, al heno de los tejados y al grano agostado antes de espiga.
...

Los ojos de Doris asistian atentos a la lectura del padre
Dami�n, pero lentamente, ella recostada en la cama, sus ojos se fueron cerrando,
cerrandose al final completamente.

El padre Dami�n detuvo su lectura mirando los cerrados ojos
de Doris, parece que habia conseguido su objetivo. Resto unos instantes quieto,
esperando que Doris abriera los ojos pidiendo mas lectura, pero no, si si, lo
habia conseguido, Doris estaba bien dormida. El padre Dami�n se sonri�
satisfecho y abandono la celda de Doris esperando que al dia siguiente Doris le
dijera que habia dormido toda la noche. Y as� fue, al dia siguiente asi fu�.
Doris le dijo al padre Dami�n que fu� por la ma�ana, como tiene que ser, que se
desperto esta para levantarse y acudir a los madrugadores oficios de una
novicia.

<Dami�n> Bien, bien, pues vamos a seguir este, podriamos
decir tratamiento, y quiza dentro de un par de meses podremos abandonarlo sin
temor a que pases la noche en blanco.

Y asi fu�, cada noche el padre Dami�n acudia a la celda de
Doris acompa�ado de la santa biblia, leia verios versos al rato quedando ella
dormida, o sea, no desapareciendo los efectos del tratamiento como habia
sucedido con las hierbas al cabo de pocas semanas.

Llevaba Doris como un mes y medio de tratamiento cuando
acudi� el padre Dami�n a sus habituales y vespertinas lecturas. Hubiendo acabado
estas, o sea, hibiendo Doris cerrado los ojos, el padre Dami�n se dispuso a
abandonar la celda de Doris pero por un momento la atenci�n del padre sufri� un
desvio, estaba arropando a Doris, como lo hacia cada noche antes de abandonar la
celda, cuando de pronto se dirigi� su mirada hacia las bellas facciones de
Doris, era una chica hermosisima. El padre Dami�n muy pocas veces habia sentido
la llamada del sexo, esa era una de esas pocas veces. El padre Dami�n pero sin
darle mas importancia acabo de arropasr a Doris y sali� de su celda.

Durante el transcurso del dia siguiente el padre Dami�n
estuvo pensando en un par de ocasiones sobre el peque�o atisbo de deseo que
habia sentido la noche anterior, no fue pecado, fue solamente un leve deseo que
afecto el alma del padre pero sin ir a mas, quedandose en eso.

Deseoseo de que no volviera a hacer aparicion tal deseo, el
padre Dami�n se dirigio a altas horas hacia la celda de Doris, all� la encontr�
como cada dia esperando su anestesiante lectura.

El padre Dami�n despues de donar las buenas noches inici� su
lectura para Doris, la cual al rato cerraba los ojos. El padre Dami�n se
disponia a arropar a Doris cuando de pronto lo volvi� a asaltar ese impuro
atisbo de deseo al fijarse en las rubias y dulces trenzas que rodeaban a Doris
en su calido lecho. La cara del padre Dami�n se fue moviendo sin darse cuenta
este, hasta quedar casi a tocar de la de Doris, el padre Dami�n no lo pudo
evitar y beso a doris en los labios,�de pronto se recompuso! que acababa de
hacer?! acababa de dar un beso a una virginal novicia, ese era uno de los
pecados mas lugubres que podia acongojar el corazon de un santo, ahora corrupto,
padre como el. Sobresaltado al maximo observo muy detenidamente la respiracion
de Doris, no se habia despertado, gracias a dios, si se hubiese despertado
hibiese sido horrible. El padre Dami�n no quiso ni pensar en las cosas que le
hibiesen podido pasar si se hubiese ella despertado. Esto que acababa de hacer
era realmente pecado, tendria que hacer rezos de penitencia como minimo durante
un mes para que se viese su alma perdonada, despues de una cosa as�.

La mirada del padre Dami�n huyo de los dorados rizos de
Doris. Huyo rapidamente de su celda, casi tropezo en su rapida huida, acababa de
cometer un verdadero pecado.

Estubo durante todo el dia siguiente pensando en ello,
incluso sus manos le temblaban cuando al mediodia compartia mesa con todas las
hermanas, Doris incluida. El temblequeo de sus manos pero fue disminuyendo con
los dias, finalmente estuvo seguro de que Doris no se habia dado cuenta pues
seguia durmiendose placidamente como cada dia a sus lecturas.

Llegaron los dos meses de tratamiento y Doris acudi� al padre
Dami�n.

<Doris> Padre, padre, usted dijo que serian dos meses y ya
podria dormir sin su ayuda, sera asi?

<Dami�n> Eso espero Doris, esta noche no acudire a mi lectura
de siempre, te has dormido cada noche al rato de mi lectura, espero que sea hoy
sin ella.

<Doris> Asi lo deseo, espero ma�ana poder decirle que he
dormido sin ningun problema.

<Dami�n> Asi sea Doris.

<Doris> Asi sea, le agradezco todo esto que ha echo por mi
padre, nunca dios terminara de pagarle lo bueno que fue conmigo.

<Dami�n> Dios no nos debe nada Doris, somos nosotros que se
lo debemos todo a el.

<Doris> Si padre, adios padre Dami�n.

<Dami�n> Adios.

La susosdicha noche pero, no parecio acontezer lo esperado
pues al dia siguiente.

<Doris> Oh padre, no fue como esperabamos, esta noche, le
explicare, me acomode en mi cama como hice cada noche con su compa�ia a esperar
que el sue�o asaltase mis ojos, pero no fue asi, me he pasado la noche en
blanco.

<Dami�n> Oh dios, no estas curada a�n, tendre que reanudar el
tratamiento esta noche sin falta, no tenemos que descuidarlo, esta vez haremos
unos tres meses mas, quiza mas. Ya veremos, espero curarte para siempre del
insomnio.

La noche siguiente el padre Dami�n acudi�, como lo habia
estado haciendo durante los dos meses anteriores, a la celda de Doris.

Una vez fueron leidos los versos de la biblia y los ojos de
Doris cerrados el padre Dami�n se dispuso a arropar a Doris. Se detuvo un
instante, Doris era preciosa. Como cada noche los rubios rizos de Doris rodeaban
su carita. El padre Dami�n sentia un muy fuerte deseo. El padre recordo el beso
que le habia dado hacia dos semanas. Doris no se habia despertado, podria volver
a hacerlo, ella no se despertaria. Y asi fue, esta vez conscientemente el rostro
del padre se acerco lentamente al de Doris. El padre Dami�n se recreo en los
bellos rasgos de Doris. Tenia 12 a�os y era una chica preciosa, porque no
hacerlo? Ella no se despertaria. Los labios del padre Dami�n se acercaron a los
de doris y se unieron.

El padre Dami�n la estaba besando, nunca antes habia besado a
una mujer, excepto en la anterior ocasi�n a Doris.

Un pasional reflejo instintivo asalto la mente del padre
Dami�n e introdujo lentamente la lengua en el interior de la boca de Doris, lo
hizo el padre Dami�n con mucho cuidado, penso no se despertara.

Estubo el padre tan solo unos instantes dedicando tal
practica de mover lentamente la lengua en el interior de la boca de Doris pero
finalmente la saco. Se retiro del lado del cubil de Doris y se sonri� a si
mismo. Habia sido fantastico, esa noche se masturbo. Era una practica esa que en
un padre como el, era esta echa una vez al a�o. Esta noche lo hizo y le parecio
tocar el paraiso con ello. Se estaba volviendo un pecador? y que. Era
maravilloso.

El dia siguiente lo estuvo todo esperando que llegase la
noche para compartir las lecturas y algo mas con ella.

Estaba padre Dami�n sentado en la silla del escritorio de
Doris, ella estaba ya dormida. El padre Dami�n se levanto y se dirigi� hacia la
cama de Doris. Cogio las mantas como si se dispusiera a arroparla, aunque no
seria asi. Deslizo con cuidado las mantas hacia abajo, queria ver como era una
chiquita desnuda. Una vez destapada Doris solo tenia la blusa encima. El padre
Dami�n levanto con mucho cuidado la blusa de Doris y alli aparecio el cuerpo
desnudo de Doris, con sus pechitos ya apuntandose y su sexo con poquito pelo. El
padre Dami�n comenzo a olisquear pausadamente todo el cuerpo de Doris, primero
los pechitos i bajando por la barriga hasta olisquear el sexo y embriagarse con
sus femeninos impulsos, pasandose minutos y minutos respirando solo el olor de
los efluvios corporales de Doris. Finalmente el padre Dami�n se retiro, bajo la
blusa de Doris y la tapo con la manta. Habia sido fenomenal, se propuso
repetirlo al dia siguiente.

El dia siguiente llego, el padre Dami�n acudio a altas horas
a su visita de Doris, acompa�ado claro de su sagrada biblia.

Una vez Doris se hubo dormido el padre Dami�n repitio la
sesion del dia anterior. Se acerco a Doris, la destapo, le levanto la blusa y
comenzo a pasar su nariz cerca de cada punto del cuerpo de Doris. Esta vez pero
se proponia llegar a mas, puso su cara delante de uno de sus pechitos y con
cuidado saco la lengua, tocandole el pezon a Doris. Mantubo ese recreo durante
unos instante. Levanto la mirada y mir� los cerrados ojos de Doris. Bien, seguia
dormida, podia seguir haciendolo porque ella no se despertaria. Su lengua fue
bajando por el cuerpo de Doris, primero los pechitos que lamio enteros, despues
la barriguita, entreteniendose un ratito en el ombligo y bajando por la cintura
hasta llegar a su sexo. Alli, alli, ese era su proposito, introducir su lengua
en el sexo de Doris como habia hecho introduciendola en su boca el pasado dia.
Lo hizo, saco su lengua y con cuidado empezo a lamer el sexo de Doris como si
fuera el padre Dami�n un perro, pero con algo mas de cuidado.

Tenia una cosa propuesta y la haria, tenia propuesto
introducir la lengua en el sexo de Doris y asi lo hizo. Con la lengua ya fuera
de su boca la estiro bien y la apunto en la entrada del sexo de Doris, la
introdujo.

De pronto Doris se desperto, abrio los ojos y tomo
consciencia de la situaci�n. Estaba estirada y desnuda en su cama y el padre
Dami�n tenia su lengua en el interior de su sexo, ooooh era maravilloso, tener
ese humedo artilugio moviendose en el interior del sexo de una. Era maravilloso
pero, le costaba a Doris acabarselo de creer, lo que estaba haciendo el padre
Dami�n era pecado, un pecado mortal.

Que tenia que hacer? pensaba Doris. Levantarse y hacer ver al
padre Dami�n que estaba despierta? y porque , si se levantaba y decia al padre
Dami�n que lo que estaba haciendo era pecado seria casi con toda seguridad ella
quien acabaria expiando las culpas de tal pecado y seria echada del convento y
tendria que volver al infierno que suponia vivir con sus padres. Seria entonces
lo mejor simular que seguia dormida. Esta opci�n eligi� Doris y sin mover ni un
dedo cerro los ojos para que el padre Dami�n no viese que estaba despierta. El
padre Dami�n siguio entretenido en el sexo de Doris un rato mas. Llego hasta a
separarle las piernas para introducir asi mejor la lengua hasta el fondo del
sexo de Doris. A Doris en un momento se le escapo un ligero gemido de placer

<Doris>mmmmmm

El padre Dami�n se recompuso en seguida y miro los cerrados
ojos de Doris, estara dormida y habra gemido en sue�os penso el padre Dami�n.
Decidio poner punto final a la experiencia y bajo la blusa de Doris y la tapo
con la manta.

Una vez el padre hubiera salido de la celda, Doris abri� los
ojos, habia sido maravilloso el trabajito que el padre Dami�n le habia echo en
el sexo de Doris, pensando en ello Doris se durmi� deseando que al dia
seiguiente se repitiera una experiencia como lo que no habia sentido jam�s.

Durante el dia siguiente el padre Dami�n lo estuvo todo
cavilando lo que le haria a Doris al llegar la noche y al llegar el sue�o a los
ojos de Doris.

Una vez llegada la hora de las lecturas Doris solo simulo
estar dormida, solo cerro los ojos porque estaba consciente y esperando que el
padre Dami�n la destapara y le hiciera lo mismo que le habia hecho la noche
anterior. Y as� fue, al cabo de haber cerrado los ojos el padre detuvo sus
lecturas y acercandose a la cama de Doris, la destapo de primero la manta y
despues la blusa y empezo a menear con su lengua el cuerpo de Doris. Esta vez
empez� directamente po el sexo en el cual se estuvo una media hora durante la
cual a Doris se le escaparon algunos gemidos que el padre Dami�n interpret� como
gemidos del sue�o que estaria pasando Doris. Una vez acab�, tap� como se hacia
norma de cada noche, a Doris y se marcho de su celda. Con el padre ya fuera de
su celda Doris abri� los ojos y se toco el sexo. Lo tenia muy humedo debido al
largo trabajo que el padre Dami�n le habia hecho aquella noche. Al cabo de un
rato Doris se durmi� como habia hecho la noche anterior pensando en lo bien que
lo habia pasado con el padre Dami�n.

Llego el dia siguiente, furtivas miradas de Doris se
escaparon a la hora de la comida hacia el padre Dami�n que sosegado comia lejos
de ella en el comedor del convento. Doris habia esta noche gozado como nunca y
le gustaria se repitiera esto cuantas noches fuese posible.

La noche llego y el padre Dami�n acudi� a la celda de Doris
para leerle como siempre la anestesiante biblia. Al rato de lectura Doris hizo
lo que tenias planeado, cerro los ojos y simulo estar dormida esperando que el
padre iniciase lo que ya seria esta noche la tercera.

Y asi fu�, con un rato de Doris simular que estaba dormida el
padre Dami�n detuvo su lectura, oyo Doris que el padre se levantaba y se
acercaban a ella sigilosos pasos. Sigilosamente la destapaba y cuidadosamente la
desnudaba de la blanca blusa que usaba Doris para dormir. Noto una calida
respiracion se acercaba a su sexo, como con cuidado sus piernas eran separadas.
Doris estaba nerviosa como un pajarito y un gran esfuerzo de voluntad us� para
que el padre Dami�n no notase que estaba en realidad despierta. Una calida
extremidad se introducia en su sexo. mmmmm. El padre Dami�n habia comenzado la
ansiada sesi�n de sexo. oooooh Doris estaba gozando horrores, no podia evitar
que de vez en cuando se le escapase algun gemido, ooooh, que por suerte y por
habilidad de Doris para enga�ar el padre Dami�n interpretaba como sue�os de
Doris. Al rato el padre Dami�n hubo saciado su apetito, tapo a Doris dejandola
igual que la habia encontrado y abandon� la celda.

Una vez salido Doris abri� los ojos y se incorpor�, habia
sido fantastico, le habia encantado el trabajo que el padre Dami�n le habia
hecho al sexo de Doris, ese trabajo debia ser lo que en pocas ocasiones habia
oido como el sexo. Doris se durmi� placidamente y esta noche so�o de verdad como
el padre Dami�n le daba besos en los labios, besos en el sexo y quien sabe que
mas so�o Doris.

Los dias se sucedioro y se sucedieron, estos de mannera
fantastica, algunas noches, despues de leerle el padre Dami�n la biblia a Doris,
este la destapaba y empezaba a hacerlo cosas en el sexo y en los labios y en la
boca y pasaba su lengua por todos los rincones del cuerpo de Doris. Muy diversas
veces se le escapaban a Doris gemidos de placer pero el padre Dami�n ya ni se
asustaba de estos pues tenia ya creido seguro que Doris estaba dormida y esos
gemidos escapaban de sue�os de Doris. Mientras la lengua del padre Dami�n
ejercia en los pechos la piel y cualquier otro rinc�n del cuerpo de Doris, la
mano del padre Dami�n ejercia masturbacion en el gran pene del padre, cosa que
era oida por Doris y notaba a veces esta como una peque�a cantidad de algun
liquido era salpicado encima de su sexo. Despues de lo cual eran detenidas casi
de inmediato las manipulaciones que el padre ejercia en el cuerpo de Doris y era
esta tapada. Era el padre Dami�n que eyaculaba su pene apuntando al sexo de
Doris t claro una vez saciado su apetito sexual la tapaba y se iba. Doris
despues de cada sesion de sexo del padre Dami�n dormia de maravilla y las noches
en que el padre Dami�n no ejercia tales sesiones tambien dormia Doris de
maravilla. Estaba quiza curada del insomnio? Bueno penso Doris, pero mejor no se
lo digo al Padre porque entonces detendria esas sesiones que me gustan tanto.

Un dia estaba esperando Doris al padre Dami�n en su celda,
era ya hora de dormir o sea que llegaria este en cualquier momento. Y lleg�.

<Doris> Hola padre, buenas noches.

<Dami�n> Buenas noches, buenas noches.

El padre Dami�n parecia como un poco nervioso pero Doris no
le di� alguna importancia y se prepar� a oir los versos de cada noche, deseando
que fuera esta una de las noches en que al rato de cerrar los ojos era destapada
y fueran en su cuerpo aplicadas diversas operaciones que en el fondo no sabia
muchas como eran hechas para producir ese insondable placer.

Al rato de lectura Doris cerr� los ojos deseando lo dicho,
tenia como un presentimiento de que esa seria una de esas noches. Dami�n la
destap�, la destapo de su blanca blusa y empez� por pasarle la lengua por los
pechitos, haciendo espirales alrededor de estos. Pas� de los pechos a la zona de
las costillas que fue besando pausadamente---muac muac muac. Mientras oy� Doris
que el padre comenz� a masturbarse.---zum zum. Entreteniondose un ratito
introduciendo la lengua en el ombligo. Separ� cuidadosamente las piernas de
Doris para dedicar ahora su tarea al sexo de esta. Sordos gemidos se escapaban
de la garganta de Doris mientras introducia e l padre su lengua en su sexo y no
paraba en ningun momento de masturbarse, como oia Doris.

En esto que noto doris como un mas ancho que la lengua objeto
era apuntado en su sexo. Seran lo dedos penso Doris. No era asi, era el pene del
padre Dami�n que en postura de misionero se disponia este a penetrar a Doris. Se
despertaria? Era eso algo que ya no importaba a Dami�n. El padre Dami�n di� un
peque�o empujon para introducir el pene. Doris abri� los ojos.

<Doris> Padre Dami�n, que hace usted????!!!!

El padre Dami�n empujo de nuevo.

<Doris> UI� padre Dami�n.... duele!!!

El padre Dami�n uso la mano para tapar la boca de Doris
mientras ejercia otro empujon. Un sordo grito escapo de la boca de Doris
mientras con los pu�os empezo a pegar al padre paras zafarse de el.

El padre retiro el pene del sexo de Doris y acto seguido
abofeteo un golpe a Doris ----PLAS

<Doris> UIIII

Y comenzo esta a llorar.

<Doris> Buuu, bbuuSnif , snif, snif

<Dami�n> Callate!

<Doris> BuuuubuuuuuSnif, snif , snif

---Plasss!

<Dami�n> �Callate�����

<Doris> Snif, snif , snif

Doris ces� su lloro

<Dami�n> Voi a penetrarte Doris.

<Doris> Pero que dice???? que va a hacer usted?????

<Dami�n> voi a penetrarte!!!!

<Doris> BUuuu

PLAS!!!

Doris callo

<Dami�n> Abrete de piernas.

Doris se abri� abediente de piernas, mientras el padre Dami�n
disponia el pene en la entrada de sexo de Doris.

<Dami�n> Ahora voi a penetrarte, abrete bien porque si no te
hara mas da�o.

<Doris> De acuerdo, de acuerdo, pero no me pege.

El padre Dami�n dio un peque�o empujoncito.

<Doris> ui

Dio otro empujon.

<Doris> ui UI.

El padre Dami�n previsor tapo la boca de Doris y di� esta vez
un fuerte empujon.

<Doris> mmmmmm

Con el pene en el interior del sexo de Doris empezo un
movimiento ritmico que iria subiendo en
intervalo.---zum.......zum......zum....zum....zum....zum....zum...zum...zum

Ahogados gemidos de dolor se escapaban de la tapada boca de
Doris. mmm......mmm.....mmm.....mmm....mmm....mmm...mmm...mmm

Las manos del padre Dami�n se situaron en los pechos de Doris
que empezaron a acariciar siguiendo el ritmo del pene.

Los brazos de Doris obedeciendo un primitivo instinto se
abrazaron al cuerpo del padre. En estas que el padre destapo la boca de Doris
esperando ya leves gemidos de placer.---aaaah....aaaaah....aaaaah

El intervalo de las acometidas del padre empezaron a hacerse
cada vez mas cortos. ---aaaaah..aaaaah..aaaaaaah..aaaaaaaah.

Sin duda Doris estaba ya gozando de veras.

El padre Dami�n se dispuso entonces a besar a Doris. Beso que
no rechazo. Sus lenguas empezaron a jugar como jugetes mientras el ritmo de las
acometidas del padre seguia un ritmo electrizante que ponia los alaridos de
Doris al limite del riesgo que la privacidad del acto
requeria.---aaaaaah..aaaaaaah..aaaaaaah..aaaaaah..aaaaaaah..aaaaaah..aaaaaah

Las manos del padre afianzaron los pezones de Doris que
apretaron con medida fuerza.---AAAAh..aaaaaah..aaaaah..aaaaaah.

<Doris> AAAAh..aaaaaah..aaaaah..aaaaaah. Padre.. padre..padre

<Doris> padre..padre moderese, no nos tienen que descubrir,
moderese.

Pero el padre no se modero en absoluto y abrazando a Doris
sus acometidas llegaron hasta el mismisimo fondo del sexo de Doris.

<Doris> aaaaaah..aaaaah..aaaaaah..aaaaah por favor padre, por
favor, es usted maravilloso.. pero por favor.

El padre empezo a gemir, se estaba acercando su orgasmo.

<Dami�n> aaaaah..aaaaah..aaaaaah..aaaaah.

Y el padre Dami�n inici� un ritmo de acometidas maximo y
hasta el fondo que replico en los gemidos de Doris. Que trato con ligero exito
de enmudecer sus gemidos.

<Doris> AAAAh..AAAaaAh..AAaaah..Aaaaah..aaaaah..aaaaah.

El padre Dami�n empez� a eyacular en el interior de Doris.

<Dami�n> aaaaah..aaaaah..aaaaaah..aaaaah.

Fue una larga eyaculada, dejo el el interior de Doris una
cantidad importante de su semilla.

Y finalizando qued� un rato abrazado a Doris reduciendose por
segundos el tama�o de su pene.

Al rato el padre Dami�n se separo de Doris. I con un largo
beso la abandono en su celda.