A menudo el desierto te enga�a y se conjura con tus deseos y
ves cosas donde no las hay, pero algo me dec�a que no era el caso, aquel peque�o
rancho desvencijado y polvoriento no pod�a ser un espejismo, y a medida que me
acercaba mis anhelos de ver vida se acrecentaban y apuraba el paso de mi
caballo.

A lo lejos divis� a un hombre enjuto tratando de amarrar una
res para marcarla, y junto a el una mujer de mediana edad, polvorienta, marcada
por el trabajo, con el pelo descuidado y sucio. Cuando advirtieron el polvo que
mi caballo levantaba ella corri� a refugiarse en la casa, mientras �l tom� un
rifle y sali� e mi encuentro en la vereda.

Realmente no deb�a de estar demasiado presentable, seis d�as
sin agua, y con la constante presencia del sudor, no son los mejores aliados
para una presentaci�n en sociedad. Apenas a cuatro metros de la cerca dispar� al
aire y me grit� "No esperamos ninguna visita, as� que vuelva por donde ha
venido", detuve mi caballo en seco y escrut� al peque�o hombre, le mir�
directamente a los ojos intentando averiguar si estaba dispuesto a usar su arma
para matar cualquier otra cosa que no fuese una nube lejana.

Cuando uno ha estado ante la desesperaci�n de un hombre
muchas veces, es capaz de reconocerla en sus ojos, y estaba claro que quien
ten�a enfrente no dudar�a en defender su hacienda con sangre si llegaba el caso.
"Solo quiero un poco de agua... un poco de comida... y un poco de agradable
compa��a, los coyotes no son muy buenos conversadores, y seis d�as en el
desierto �no le parece que son demasiados?".

Como era de esperar, lejos de convencerle, el peque�o
luchador apunto su rifle hacia m� " Si continua en esa direcci�n, en media
jornada estar� en Carson, y all� encontrar� todo lo que necesite, y ahora
m�rchese �o lo lamentar�!", mientras daba la vuelta a mi caballo vi como su
rostro mostraba un atisbo de la tranquilidad que da la presumida victoria, que
seguro iba en crecimiento mientras yo me alejaba. A unos diez metros detuve mi
caballo y sent� su p�nico " Me pregunto...", dije y mientras giraba mi caballo
desaboton� mi raido gab�n, y cuando estuve de frente a �l sent� ese placer que
solo da el vencer al enemigo antes de la batalla.

Apenas le dio tiempo a acercar su ojo a la mira, porque la
bala que le regal� se hab�a alojado en sus pensamientos, un poco a la izquierda
de la uni�n de las dos cejas, despu�s de seis d�as sin disparar me hab�a
descalibrado un poco. " ...�que diablos hay en esa mierda de rancho para que
estuvieras dispuesto a morir por ello?"

Continu� vereda adentro y at� mi caballo. Al descabalgar not�
el cosquilleo en del culo que agradece un poco de descanso. No esperaba otra
cosa que una puerta cerrada, pero nada que una patada no fuera capaz de
arreglar. Me preocupaba que la mujer estuviese armada, pero si a�n no hab�a
disparado, no le ser�a f�cil hacerlo de ahora en adelante, frente a unos ojos es
jodido apretar el gatillo. Nada m�s pasar la entrada mis ojos se empezaron a
acostumbrar a la obscuridad, y tras unos momentos la divis� mir�ndome con el
p�nico escrito en la cara.

Me acerqu� mir�ndola fijamente por si ocultaba alg�n
revolver, pero si lo hubiese tenido no habr�a sido capaz de usarlo. Cuando
estuve frente a ella advert� que era hermosa a pesar de lo desarreglada que
estaba, le acarici� la cara, siempre me ha gustado el tacto de una piel de mujer
y le roc� los labios con mi pulgar, para luego met�rselo entero y jugar son su
h�meda lengua, para entonces ya ten�a la polla apret�ndome la bragueta hasta
casi hacerme da�o.

De un tir�n le desgarr� el harapo que llevaba como vestido, y
este dej� al descubierto unas tetas algo ca�das pero era lo m�s hermoso que
hab�a visto en bastante tiempo, as� que no dud� en estrujarlas con mis �speras
manazas curtidas por las riendas y el revolver, amas� su teta derecha y se la
estruje hasta que ella puso un gesto de dolor en su cara." Hay dos formas de
hacer esto, con sufrimiento o con sufrimiento y dolor".

Baj� mi mano hasta y termin� de quitarle el harapo, quedando
tapada solo por unas bragas no muy limpias y unas medias de color indefinido, y
tirando de sus bragas hacia arriba haciendo que se incrustasen en su raja le
dije "Un indio me dijo una vez que si no te lavas la polla y se te acumula la
mierda te puede dejar de funcionar, y ninguno de los dos queremos que eso pase
�verdad?", la agarr� del pelo y la obligu� a bajar la cabeza hasta mi
entrepierna mientras liberaba a mi rabo de su presidio, despu�s de seis d�as no
estaba mucho m�s presentable que yo.

Apunt� mi revolver a su cabeza y le dije, "recuerda, tu
decides si quieres dolor!!!". La cara de asco que puso me excit� a�n m�s,
"quiero que la limpies con la lengua primero y que quede lustrosa despu�s con
tus labios", comenz� a lamer mi asquerosa chorra y despu�s ha chuparla
t�midamente, pero no estaba para preliminares, as� que de un empuj�n en su
cabeza cay� al suelo. Termin� de desabotonarme los pantalones y ca� sobre ella,
y de un tir�n le arranqu� sus asquerosas bragas, recorr� con mi mano su co�o y
era peludo y pegajoso, met� dos de mis dedos en su raja y luego los saqu� y los
ol�, era un olor fuerte, y eso me empalm� m�s a�n, se los met� en la boca y le
dije "tu tampoco est�s muy limpia zorra".

Ella sollozaba y dec�a a media voz "no, por dios, no", y
entonces la abr� de piernas todo lo que pude y sin contemplaciones la embest�, y
el primer pollazo fue tan bestia que hasta me hice da�o, pero a ella debi� de
hacerle a�n m�s da�o a juzgar por el grito que peg� "tu marido no la ten�a tan
grande �eh puta?", mientras me aferraba a sus tetas con una de mis manos hasta
estruj�rselas con la otra tiraba de su pierna hacia arriba para abrirla lo m�s
posible y met�rsela lo m�s adentro posible. Cada vez la embest�a m�s y m�s
fuerte y m�s y m�s deprisa, y a ella cada vez parec�a dolerle menos y empez� a
musitar una especie de oraci�n, as� que decay� un poco el espect�culo.

Cuando la saqu� sin haberme corrido par� con sus oraciones,
la levant� del suelo y la apoy� en una mesa que estaba al lado. La puse de tal
modo que su culo apuntaba hacia mi, entonces ella comenz� a llorar de verdad y a
gritar "No, eso no!!! Por D�os bendito, eso NO!!!", lloraba y lloraba, y gritaba
y entrecortaba las frases... "�por qu� no rezas ahora puta?", cog� mi revolver y
comenc� a explorar su ojete con el, era peludo, y al intentar meterle el ca��n
ella grit� con todas sus fuerzas, eso me excitaba mucho.

Me escup� en la punta de mi aparato y comenc� a empujar, pero
estaba claro que el peque�o hombre no hab�a gozado de la retaguardia de su beata
se�ora, continu� empujando y la zorra no paraba de gritar hasta que en una
embestida comenc� meter la punta, y a partir de ah� comenc� un fren�tico empuj�n
hasta que los huevos toparon con el comienzo de su raja, empec� un baile de
metesaca como si en ello me fuese la vida, mientras ella gritaba y gritaba, y
trataba de zafarse de mi, lo que me excitaba m�s y hac�a que empujase con m�s
ganas, as� hasta que me corr� como una catarata, mientras ella bajaba el tono de
voz y cambiaba sus gritos por rezos otra vez.

Minutos m�s tarde ya en la gloria se la saqu� y me limpi� la
polla con sus bragas y me sent� a la mesa. " Beata, tengo hambre as� que cocina
algo para mi antes del segundo acto". Mientras esperaba la comida, hab�a algo
que me runruneaba por la cabeza, �por que si era una beata se hab�a dejado
follar sin un solo grito?, cuando se la hab�a metido por el culo hab�a gritado
pero por el dolor f�sico, no por el mental, y seguro que era tan grande un dolor
como el otro.

Hab�a algo que no encajaba. De pronto un ruido en el techo me
sac� de mis pensamientos y me puso en guardia, y encontr� el porque de la
sumisi�n de aquella beata a la que no hab�an echado un buen polvo en su vida...

Continuar�!!!