Relato: Marina





Relato: Marina


Mi nuera, Marina.



Primera parte.




Mi nuera Marina amigos es una bella joven que anda ya por los
veintiochos a�os.


Se cas� con mi hijo Alfredo


De ello hace aproximadamente unos tres a�os


Y se ven que miran mucha televisi�n ya que no pasaba nada en
cuanto a traerme al mundo un nieto.



Yo me llamo Marcelo


Casado en un mal matrimonio conformista de unos veintid�s
a�os


Y as� hubiera seguido de no haberme encontrado en la sombra
de mi vida, con semejante oportunidad


La vida por momentos quita y en otro premia, a m� me toc� lo
segundo felizmente.



Esa tarde de s�bado de verano los fui a la casa de mi hijo y
de Marina.


Por mas que hacia poco que los hab�an visitado.


Ellos me pidieron una reparaci�n en su casa de Francisco
�lvarez.


Un arreglo en su mamposter�a. Adem�s de unas cuantas cosas
m�s.



Soy maestro mayor de obra y esa tarde iba con la intenci�n de
calcular los costos y las personas que necesitaban, para las reparaciones.


Ya sabia de antemano que Alfredo mi hijo estar�a en su casa.


No quer�a molestar, a la mujer con cosas que ella entend�a
poco o nada.


Trabajaba, mi hijo para una empresa de transporte de carga de
la zona de Constituci�n, como chofer despu�s de que lo despidieron del otro
trabajo.


Me imaginaria adem�s, que por ser s�bado en la tarde en
Argentina pocos trabajan, �l estar�a como lo hacia siempre cortando el ligustro
de su casa, mas ahora que en verano crec�a con mas fuerza.


Pero no fue as�.


Solo estaba ella, que me contest� de un modo muy revelador y
hasta alegre que mi hijo estaba en viaje a Mendoza y regresar�a el mi�rcoles por
la tarde.



Mi cara se ilumin� por un momento, bien val�a el viaje de mas
de una hora y me daba el campo justo


A Marina, la venia " persiguiendo ".


Sabia de sobra, que en mas de una oportunidad nuestras
miradas se cruzaron


Y siempre la not� a ella ser muy ardiente y hasta algo
deseosa de sexo, extramatrimonial.


Pero como descend�a de un hogar a prueba de cuernos,


Comprender era f�cil que esto para ella era prohibido, y se
limitaba


Solo faltaba hacerle ver a ella, que ello ya no es un
impedimento


Cuando uno lo desea, y solo es cuesti�n de encontrar la
manera y la forma de cumplir ese deseo.


�Todo un fin de semana sola! , Me dije eso si que es un
regalo inesperado.


Ahora solo ten�a que mentir en mi casa.


Mentira a medias ya que mi esposa sab�a a donde estaba


Le dije a mi mujer que me quedar�a hasta la tarde el domingo
buscando materiales y precios en ese lugar.



A Marina le suger� que me si no le molestaba me quedar�a a
cenar para calcular los costos y me ir�a en la ma�ana.


Ella acept� de muy buen modo y hasta creo que se encontr� muy
contenta con la idea de pasar el s�bado junto con su suegro.


�Qui�n pensar�a algo mal de nosotros?, Me dijo sonroj�ndose.


Pero me sugiri� que saliera a comprar la cena al entrar lo
hiciese, con algo de discreci�n.


Por el barrio, sabes me dijo


Ya que muchos saben que mi esposo esta afuera.


Le suger�, adem�s, que de paso comprar�a la cena fr�a y un
buen vino


Alquilar�a si ella quer�a una pel�cula para la noche como
postre, ellos no ten�an cable y la programaci�n desde el aire en s�bado, es
mal�sima.


Ella acept�.



En tanto me dijo Marina llamar�a a su madrina para decirle
que esa noche no saldr�a de la casa porque se encontraba desganada y que no la
esperase a cenar ni dormir como hab�an combinado en la semana.


Por las dudas le aclar� que no se le contara de modo alguno a
su esposo que se quedaba sola si algun d�a se encontraban los tres.


La clave para mi �xito creo, se vislumbraban.


Compre una comida simple fr�a.


Busqu� el v�deo club la pel�cula, m�s er�tica.


Yo ya la hab�a visto y de verdad levantaba, fuego.


Cenamos y durante el mismo surgi� el tema del algo buscado
por m�.


El sexo de ambos.


Al principio me confi� discretamente pero termin� diciendo
que no lo hac�an muy seguido


Mas por la depresi�n de mi hijo que por la parte f�sica.


Durante la cena me d� cuenta que era muy apasionada por la
forma que gesticulaba, se mov�a, cosas que cuando estaba el marido o en mi casa,
directamente no le hacia.


Hacia rato que me hab�a dado cuenta que ella no usaba
corpi�o, y creo que en mas de una oportunidad s� dio cuenta que la miraba.


Pero lo dej� pasar.


Nos sentamos para ver la pel�cula en el living, una hora mas
tarde de la medianoche.


Ella lo hizo en el sill�n largo enfrentando directamente la
televisi�n


Y yo en uno corto muy cerca de Marina, pero a un costado.


Hacia algo de calor, ella prendi� �l turbo.


Pasado un tiempo y varias escenas fuertes, empec� a notar en
ella los inconfundibles s�ntomas de estar calent�ndose poco a poco.


Cruzaba y descruzaba sus piernas se las iba acomodando de una
y otra forma roz�ndose en ese momento con la mano all�, justo all�.


Tambi�n mi bulto se fue agrandando, en dos oportunidades ella
se percat�


Y not� como sus mejillas se pon�a algo rozadas.


Sabia que se estaba excitando, porque era igual a mi mujer,
con las pel�culas er�ticas se calentaba mas que con las condicionadas


Y al finalizar la pel�cula, se produjo un silencio importante


Yo sabia de ante mano que estaba en el punto m�ximo porque
ninguno de los dos atinaba a apagar la cinta que se rebobino sola


Solo el silencio era el que reinaba.


Me levant� hab�a que hacer algo l�gico, ahora o nunca.


Empezar�a el juego er�tico.


Ella permanec�a inm�vil en el sill�n pero hab�a cruzado las
dos piernas y su vestido se corri� mas de lo necesario encontr�ndose �ste a
medio camino entre el muslo y sus rodillas.


Solo su bombacha se trasluc�a perfectamente y adivinaba un
perfecto triangulo color negro y nada m�s.


Pude notar sus dos senos bien marcados sobre su vestido.



Me acerqu� por detr�s y con la excusa de hacerles unos
masajes en su cuello le empec� a trabajar con mis dos manos.


Al principio a Marina la not� algo dura en sus m�sculos,
tensa.


Pero luego cuando mis manos permanec�an mas tiempo por su
cuello y llegando hasta sus hombros se empez� a refregar sus piernas.


No me pas� por alto esa alarma femenina.


Dos veces mas se toc� ya de caliente nom�s


Y en la ultima ya dej� su mano por un tiempo.


Me emocion� y me decid�.



Casi al descuido retir� de un hombro una tira que hac�a de
sost�n del vestido.


Ella estaba absorta en mis masajes no se dio cuenta y si lo
hizo ya no le importaba.


Al notar poco resistencia hice lo mismo con el otro y solo
ahora la curvatura de sus dos senos bien parado, detuvo el vestido por un
segundo hacia su cintura


Luego all� se detuvo.


Al notarse desnuda se llev� sus dos manos para cubrirse


Fue un acto solo instintivo,


Pero yo fui m�s r�pido.


Le tom� con las m�as esos dos hermosos senos.


Ella se resisti� muy leve al principio pero luego de unos
segundos acept� ya mis manos con una naturaleza seguro producto de su
excitaci�n.


As� empec� a jugar con sus dos senos, moviendo entre mis
manos en peque�os c�rculos


Apret�ndolos, pero suavemente.



�Marcelo que haces!,


Sac� tus manos; Me dijo casi ahogada por el deseo.


Marina son hermosos tus senos, le dije.


Camin� ya seguro de lo que iba a hacer y enfrent�ndola sin
decirle nada:


La bes�.


Al principio su boca estaba algo cerrada pero no tardo en
abrirla y conoc� por primera vez su dejo interno.


Con mi lengua la invad� totalmente toda su cavidad.


Hurg�ndoles entre sus dientes y saboreando su sabor


Notando y sintiendo como su respiraci�n se enriquec�a a
medida que pasaban los segundos


Y su excitaci�n le exig�a aire.


Ahora ya sab�a que el vestido era sostenido solo por su
cintura y me empezaba a molestar.


Me sent� en el sill�n


Se lo saqu�.


Ella me mir� infantilmente


Tal como desviste a una hija su madre, sin decirme nada.


Al reaccionar ella segura sabia lo que iba a pasar al notarse
desnuda me advirti� pero no sin mucha convicci�n de parte de ella.


� Es una locura, Marcelo!


Me har�s tuya pero soy tu nuera.



La volv� a besar y ahora le sostuve por largo tiempo sus
senos.


Le acariciaba los pezones que para esta altura estaban muy
duros, solo ella respond�a con susurros que aumentaban a medida que con la otra
mano pasaba muy despacio acariciando su cola.


Era perfecta


Su cuerpo cubr�a asim�tricamente y armoniosamente la soberbia
de un cuerpo joven.


Sus piernas entreabiertas dejaban ver a los costados de su
tanga unos rizos negros, sus senos eran medianos y parados y en su cara se
reflejaba: el deseo.


Solo su bombacha le cubr�a el cuerpo y ella se impact�.


Estaba vencida


Buscaba mi lengua en sus besos.


Entre sus pezones se le hab�a formado una aureola roja,
roj�sima


Que con el tiempo supe que era cuando iba alcanzar su
orgasmo.


En un arranque de calentura lleve mis manos por dentro de su
tanga, notando que estaba h�meda.


Le tom� el cl�toris con mis dos dedos, y se lo apret�.


Ella en un impulso involuntario arque� su cola hacia atr�s
pero solo unos segundos, luego se apret� contra mi pierna y el dedo en su
cl�toris sin resistirse, empec� a jugar con mis dos dedos.


Adem�s, le penetr� en su vagina, mis dedos libres


Ah� creo que venc� definitivamente la poca resistencia que
hab�a hasta ese momento ofrecido


Y se produjo su primer orgasmo.


Luego de unos segundos, se recuper� y me dijo:



Marcelo, esto es una verdadera locura, mira lo que ya
hicimos, es una verdadera locura


Pero te deseo


Me has calentado como ninguno, ahora te deseo me dijo y hace
mucho que no estaba as� de mojada.


Coj�eme as�elo ya,


Y que despu�s nos juzgue en el infierno, si lo hay para esto


Pero hoy quiero ser solamente tuya.



Al terminar de decir esto, llev� su mano a mi sexo


Yo siempre he tenido un sexo algo proporcionado, pero largo y
mediano a gordo


Pero ese d�a se los juro mi miembro reventaba.


Hasta a m� me asombro su estado, igual a mi mejor �poca.


Lo sac� empez�ndolo a mover lentamente, balance�ndolo con su
mano.


Al principio con algo de turbaci�n pero a cada movimiento lo
apretaba m�s.


Yo tambi�n hice lo mismo con su tanga negra y all� descubr�
su monte que era una belleza.


Muy cubierto por una mara�a de pelo negro que contrastaban
con su suave piel blanca y sus jugos que se le marcaban como perl�tas sobre sus
dos labios


Me invitaban a saborearlo.


Le tom� una pierna levant�ndosela


Y apoy�ndola sobre el respaldo del sill�n de esa forma le
empec� a besar su sexo.


Al principio con mi lengua le fui hurgueteando en c�rculos
por sus labios entreteni�ndome en su cl�toris


Algo mas tarde entrando en ella.


Marina gritaba se quejaba y lloraba de placer todo al mismo
tiempo, cerrando sus piernas y apretando mi cabeza con una furia desconocida
hasta ese momento


As� lleg� a su orgasmo.


La sent� acabar con un grito tremendo


Luego tom� en mis labios sus jugos.



Me apoy� sobre el sill�n y ella baj� su pierna


Me sac� el pantal�n


Y mis calzoncillos


Ello me excitaba.


Era como una esclava, sumisa


A cada prenda que me retira besaba mis tetillas y despu�s
cubri�ndolos de besos.


As� lleg� hasta mi sexo,


Lo mir� y se acerco a mi glande, casi saboreando


Mi excitaci�n era enorme y despacio fue recorriendo con
breves pero sentidos besos, mi verga que a la circunstancia explotaba de deseo


Es que aun no sabia si se animase ella a meterselo en su
boca.


Se par�, pero solo un segundo


Mir�ndolo, nuevamente fue metiendo en su boca mi sexo,
saboreando las oportunas gotas de una ante-eyaculacion.


As� despacio lo fue absorbiendo poco a poco.



Le avis� que me ven�a


Ella lejos lo recibi� todo


Percib� como mi semen le inundaba su boca


Ella le sabore� arrodillada.


Luego de unos segundos para mi un siglo, me bes�.


Fue a modo de aprobaci�n, pero creo que ello lo hacia para
s�.


Se sent� junto a m� en un profundo silencio de ambos.


Me confes� al rato, que me hab�a hecho a m�, lo que a su
marido se lo hab�a negado sistem�ticamente.


Beberse, todo mi sabor.


Ah� entend� ese beso.


Me quer�a complacer en todo y eso le llamaba su atenci�n...



Solo estaba muy preocupada por lo que de ahora en m�s, nos
ocurrir�a


Seguro a mi no me ver�a mas como a su suegro


Ahora ser�a su amante


El primero


Y quiz� �l �nico.


Nos quedamos abrazado un rato sobre el sill�n



Ella jugaba con su boca sobre mis tetillas y al rato mi sexo
me pidi� mas


Desnuda la llev� a su dormitorio.


La apoy� en su cama,


Ella se dejaba hacer todo como extasiada.


Es, mas estaba tan excitada que no me dejaba tiempo en
pensar, ella misma me impulsaba a seguir permitiendolo con su pasividad...


Le empec� a besar pero me arrodill� poniendo debajo de su
cola, unas almohadas.


Logr� as� levantar mas la entrada a su "cuevita"


Ella cerraba los ojos, estirando las manos hacia el costado,
despu�s se tom� de los peque�os barrotes de la cama, como esperando el acto
m�ximo de esa noche.


Le introduje lentamente mi pija.


Al principio ella se estiraba para atr�s, pero al sentir que
solo se estaba acomodando para recibirla me tranquilic�


Entre quejidos y balbuceos de gozo le escuch� decir con una
voz ya algo quebrada:


Despacio Marcelo despacio, que soy algo estrecha, no es que
me queje, no soy virgen pero me gusta que me lo hagas despacio, como dese�ndome.


Esto me excit� aun m�s,


Y as� me dej� caer introduci�ndosela a medida que mi cuerpo y
la resistencia de su vagina me lo permit�a.


Cuando esto lleg� al final ella exhal�.


Un peque�o grito le sali� algo entrecortado y muy cerca de mi
o�do cuando se vino


Al ratito aun teni�ndolo yo dura dentro de ella, me dijo.


La tienes algo mayor que la de mi esposo y me gusta as�.


Me excita tenerte, me calienta as�elo ahora, desc�rgate pero
g�zame, g�zame entera como yo me entregu� a ti.


Pero s� suave y seguro, me gusta que me trates as�


Me caliento aun m�s.


As�elo despacio que nos sobra el tiempo, mi amor.


Al tiempo me descargu�, nunca lo hab�a hecho


De ese modo y la cantidad


Soy mucho mayor y con grandes corridas en mi


Pero ella me pod�a, me pod�a



Al tiempo no mucho de ello, me dijo:


Un d�a de eso hace poco, estuve toda la ma�ana pajeandome con
voz, Marcelo.


Sabes me calentaste.


Cuando estuvimos en tu casa y vos estabas con la malla,


Se te notaba toda no se sui lo hacia adrede o no te diste
cuenta


Pero yo me d� cuenta.


Pero jam�s pens� que era as�, me la imagine de otra manera.


Algo mas gorda pero no tan larga.


y


Sabes Marcelo.


�Te la mir� ese d�a toda la tarde y al salir a la calle, te
la roce con mi pierna,


�Sabias que lo hice a prop�sito?.



No, No lo sabia Marina


Lo cual era en parte cierto lo del roce.


Adem�s, mi marido esa noche se qued� dormido


Y no pude hacer el amor


As� cuando a la ma�ana �l se fue, me hice cuatro pajas
terribles


Ya en la ultima no pod�a mas de lo irritada y solo me sal�a
ag�ita.


Todo por vos Marcelo.



Y en las fiestas de fin de a�o


Cuando fuimos me miraste todo el tiempo las tetas,


Y me hiciste poner colorada.


Sabes fui sin corpi�o solo para ti,


Y t� lo notaste, fue por lo de la mano, de la vez anterior.


�Si me di, Marina cuenta y me pescaste mir�ndolas?


Pero no sabia que era en mi honor.


Adem�s, discut� con �l porque no quer�a que fuese en el
colectivo con la blusita sin nada debajo.


Val�a la pena esperar, le dije



Hacia un tiempo que ella misma se hab�a colocado mi sexo, en
verdad era ella lo que lo hacia


Yo aun no sal�a de m� asombro


Era una reina en la cama y ahora estaba totalmente
desinhibida.


Como ahora Marcelo como ahora que la tengo adentro, es
maravilloso sentirte.


Marcelo te he recibido y quiero sentirte de nuevo.


Sabias que �bamos a coger ni bien te vi esta tarde, me dijo.


Pero


�Porque tardaste tanto, bobo? ,


yo desesperada...


Vos cogiendote a otras


Cuando, me tenias aqu� tan dispuesta.



Le mir� sus senos


Estaban inundados de sangre y sabia que en cualquier momento
s� venia


Le segu� diciendo cosas para que ello ocurriese.


Mi sexo se fue metiendo en ella y no ten�a limite en mi forma
de actuar.


Parec�a un adolescente. Un chico con un juguete nuevo.


No lo pod�a creer lo que me estaba pasado


Ella mov�a hacia los costados su cabeza sistem�ticamente a
mediada que la presi�n de su sangre en sus labios vaginales aumentaba.


Me besaba, en la cara en mis labios, en los brazos


Pero cuando nuestras bocas se encontraban me inundaba con su
saliva


Luego me chupaba literalmente la lengua


Y muy pr�ximo a su para�so empezaba lentamente con sus
quejidos.


En un momento le vi su cara roja, su respiraci�n se
entrecort� y su voz se hizo gruesa, confusa pero le entend�:


�Ahora va la mi leche papito, recibidla!.



Sent� como y por primera vez, el impulso de su orgasmo salido
de sus entra�as aprisionaba mi glande en todo su recorrido muy dentro de ella.


Peque�os impulsos sucesivos y luego uno mas fuerte y
definitivo fue lo que sent�


Despu�s su aliento en mi cara emanado por su boca bien
abierta solo para respirar por lo cansada en que se encontraba y verla caer
suavemente en la almohada fue un precioso espect�culo.


Ni con mi esposa u otra mujer en tantos a�os hab�a sentido
algo parecido.



Marina sabia a la perfecci�n interpretar un orgasmo y
mostr�rselo a su amante.


Es el primero que tengo tan largo, agreg� al recuperarse


Ni siquiera cuando me desvirgaron fue as�,


Ni en ese d�a que estaba tan dispuesta.


Lo sent� salir desde mis entra�as, de adentro me dijo,


Y aun siento tu leche, Marcelo dentro de m�...


Me llenaste toda,


De no ser por �l aparto que tengo puesto...


Dudo si hoy no me quedase embarazada.



Marcelo no te muevas, qued�monos as� un largo rato.


B�same, si b�same lo necesito


Estoy casi desmayada de placer, te di lo mejor de m�


Y ahora dentro de m�, tengo tu leche, la tuya.


Estoy muy feliz.



El domingo amanecimos juntos, al despertarnos ella me dijo
que me quedara en la cama que me traer�a el desayuno.


En tanto mientras se calentaba el caf�, llam� a su madrina.


Nuevamente, lo que despu�s se convirti� en una costumbre,
disfraz� su d�a


Hola, Rosa le dijo


La llamo para aclararte que estoy muy bien, adem�s, minti�
dici�ndole que se iba a almorzar a lo de una amiga,


A la casa de Juanita termin� dici�ndole.



Desayunamos y nos besamos, era insaciable.


Puso el contestador telef�nico y me dijo:


Tenemos parte de la ma�ana y la tarde para seguir siendo
felices.


Se fue al ba�o y al rato estaba mas que bella


Deliciosa.


Joven ardiente y complacida, se mov�a con su pelo recogido
solo con una diminuta toalla en derredor de su cuerpo


sus senos eran, hermos�simas piernas largas y perfectas su
sexo rodeado de una abundante matilla negra


Enloquec� como un pendejo al verla.


Le dije que de seguir as� me ser�a un problema dejarla


Ella me respondi�.


Mas te vale que me dejes, y por lo que veo


" Apenas creo te atiende tu mujer". Lo not� anoche.


En verdad era ello parcialmente cierto, mi mujer me manten�a
alejado de ella desde que le hab�a venido su menopausia y solo me saciaba en un
sexo oral de parte de ella.


Y donde encontrar�s a una hembra hambrienta tal como soy para
vos.



A Alicia mi suegrita, Marcelo mejor por ahora d�jala
tranquila


Que lo que aun tienes de potencia y calidad por dar lo quiero
solo yo.


Volvimos a hacer el amor.



Hacia tiempo que la contemplaba dormir ya eran como las
cuatro de la tarde


Se escuchaba los sonidos de una radio y pocos ruidos del
escaso movimiento en la calle.


Yo estaba literalmente roto, era mucho todo para m�


Ella en tanto estaba quieta, muy dormida.


Totalmente desnuda se alej� algo de mi producto del intenso
calor en esa pieza.


Sus piernas alargadas y cruzadas combinaba perfectamente con
sus senos aplanados sobre su cuerpo.


Se notaba algo irritada entre sus piernas


Su piel ah� estaba roja a diferencia del resto del cuerpo,


Pero su esposo apenas le notaria que all� el domingo, estuvo
otro cuerpo.


Se despert�,


Y yo me apoy� sobre ella.


Mi sexo justo se encaj� entre sus nalgas.


Se me movi�, como asustada adivin� de alguna forma mi
intenci�n casi enseguida.


Not� mi sexo duro.


Yo me acerqu� rodeando su cuello con mis brazos y apretando
sus dos senos.


Ella entendi� el mensaje.


No, papi all� no, me va a doler aun nadie lo us�.


Adem�s, cuando voy de cuerpo siempre me duele.



Le bes� su nuca y baj� una mano a su sexo


Ella se empez� a mojarse.


La puse de espaldas en la cama, ella me dijo que no por ah�
no nuevamente, pero algo menos resistente.


Le dije al o�do.


Tienes crema de mano.


Si, fue la respuesta.


Alc�nzamela.


Me va a doler, nunca me lo han hecho


Marcelo soy virgen de ah�.


Ya no lo ser�s, fue mi respuesta


D�jame lo dilataremos con los dedos


Y solo tu me dir�s, cuando.



Al volver ella, la acomode debajo de las almohadas su cola.


Me puse de pie junto a la cama y le empec� a en cremar su
ano.


Le fui dilatando e introduci�ndole solo un dedo, al tiempo y
cuando ella se acostumbr�


Dos esperando as� llegue hasta el tercero


Lo dej� quieto un tiempo prudencial, dando a su esf�nter la
suficiente dilataci�n como para recibirme.


Ella involuntariamente cerraba y abr�a su ano.


Marcelo j�rame que no me lo har�s como un animal, tr�tame
bien que te estoy dando mi virginidad


Si le dije


As� lo har� Marina.


Empec� la penetraci�n.


Ella de inmediato se quej�


Par� y luego de unos segundos cuando se hubo acostumbrado a
inicio de la cabeza, despacio le introduje un poco m�s de mi sexo.


Ella a cada paso se tocaba diciendo


Todav�a falta eso, Marcelo


Me vas a romper toda.


Minti�ndole le dije:


Ya esta casi adentro.


Ella se lo toca.


Hay, dijo Marcelo me la metiste toda, casi te toco las bolas.


Despacio querido, recorda que soy inexperta en esto.



Hab�a llegado a la totalidad de mi pija, y quer�a tener mas
se los juro para poder seguir


Pero todo se acaba y mi pija se acab� en su culo de un
envi�n.


Ella fue all� que se quej�.


Creo que de haber prestado atenci�n los vecinos lo hubiesen
escuchado el grito final de la penetraci�n


Luego se call� y apoy� la boca en el colch�n arqueando as�
mas su cola.


La ve�a transpirar


Se notaba ello en los pelos diminutos de sus piernas


Su sexo estaba rojo y mojado, ella se tocaba al mismo
tiempo...


Y yo la tenia quieta en su cola.


Marcelo me has desvirgado te he dado todo, te quiero me dijo.


No me dejes nunca.


Me haces falta y te dar� todo lo que quieras


Pero no me abandones, ahora que los has conseguido en un d�a
todo lo m�o.



Termin� unos minutos despu�s dentro de ella.


Ella acab� profundamente con dos de sus dedos dentro de su
vagina.


Se ech� en la cama con la cola hacia arriba


Al rato no mucho de ello vi como de su ano y junto con
algunas gotitas de sangre, mi semen se discurr�a lentamente.


Esa vista me marc� para siempre.


Aun despu�s de mucho tiempo la veo a ella tocarse su ano casi
sin hacerlo por temor al dolor, luego limpiarse con una peque�a toalla mis
l�quidos que para ese entonces se le resbalaban por su entre piernas


Mirar asombrada esa toalla y decirme:


Marcelo esconder� esta toalla


Ser� nuestro secreto de por vida por haberte entregado mi
virginidad.


Ah� comprend� que ella estaba enamorada de m� desde hac�a
mucho tiempo atr�s.



No ba�amos junto


Me dijo que la hab�a dejado muy dolorida


Se le ve�a en verdad algo roja la entrada de su ano.


Se sent� de costado y me empez� a decir.


�ndate Marcelo se te hace tarde y estoy algo cansada.


No me reprochaba lo de su ano, pero me mostr� que estaba toda
irritada y que en su espalda le hab�a marcado


No te preocupes, algo se me ocurrir� decirle.


Pero Marcelo no me mientas y no me dejes, ahora s� que te
amo.



Pero a m�, solo me sosten�a el aliento.


Nos despedimos como novios


En verdad all� naci� nuestro amor, que aun perdura.


Muy diferente a cualquiera otro.


Y llegu� con ella a realizar cosas que nunca ante me hubiese
atrevido a hacer con otra mujer.


Creo que ella hab�a nacido para ser una reina de la cama.



Continuar�...



Gustavo Gabriel.


Argentina.


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Relato: Marina
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