Relato: Aventura ON-Line AVENTURA ON-LINE
� E.G.S. � n� 1 � diciembre 2001
Era s�bado. Ser�an las once de la noche cuando, mi mujer y
yo, nos dedic�bamos a hacer "zaping" ante el televisor. No pon�an nada
interesante y no ten�amos nada de sue�o, por lo que decidimos conectarnos a
internet y chatear un rato. Todas las salas de chat en las que habitualmente
entr�bamos estaban bastante flojas, y entonces se me ocurri� una idea divertida
y morbosa, la cual, tras propon�rsela a mi mujer, pusimos en pr�ctica. Primero
buscamos un chat de sexo y accedimos a una de sus salas denominada "encuentros".
Acto seguido elegimos un "nick" sugerente (casada_infiel), a modo de anzuelo.
Por �ltimo introdujimos un simple "buenas noches a todos" en el chat general.
El efecto de aquel "nick", en aquella sala de chat, no se
hizo esperar. Al cabo de unos segundos nuestra pantalla pareci� volverse loca.
Se abr�an ventanas por todas partes con privados de gente interesada en hablar
con "casada_infiel". La mayor�a de ellos dec�an frases como: "�Quieres follar
conmigo preciosa?"; "�Tan infiel como para chuparme la polla esta noche?";
"Quiero correrme en tu boca zorra"; etc, etc, etc...
Por supuesto mi mujer y yo nos dedicamos a re�rnos de
aquellas barbaridades, tratando de elegir alguna para contestar. De pronto algo
nos sorprendi� bastante. Un "nick" llamado "negrito23" nos abri� un privado que
dec�a: "Hola buenas noches, �est�s ocupada?". Aquella humildad y cortes�a de la
frase, teniendo en cuenta la sala en la que est�bamos, nos llam� tanto la
atenci�n que fue al �nico privado que respondimos. Mi mujer tom� los mandos del
teclado y empez� a conversar con "negrito23". Tras el t�pico intercambio de
datos averiguamos que "negrito23" se llamaba en realidad Samuel, ten�a 26 a�os,
estaba soltero y era un inmigrante marroqu� residente en Madrid que trabajaba en
una empresa de mensajer�a.
Conchi -as� se llama mi mujer- le hizo creer que estaba
chateando ella sola, para conseguir que su contacto estuviera m�s c�modo y
relajado. Le dijo que tambi�n viv�a en Madrid, que ten�a 40 a�os -que es su
verdadera edad-, y que estaba casada, pero que su marido, es decir yo, estaba en
viaje de negocios fuera de la ciudad. Al principio mi mujer escrib�a sus
mensajes y, antes de enviarlos me consultaba con la mirada para obtener mi visto
bueno, pero, poco a poco se fue soltando ella sola hasta el punto de ponerse en
el papel de estar verdaderamente sola, por lo que ya escrib�a y enviaba sus
mensajes sin contar con mi aprobaci�n. Este hecho nos produc�a a los dos una
buena dosis de morbo.
La conversaci�n se fue sucediendo con total normalidad,
cont�ndose el uno al otro sus preferencias. Despu�s "negrito23" la pregunt� por
sus rasgos f�sicos, a lo que mi mujer respondi� con toda sinceridad: "Piel
morena, cabello rubio rizado, ojos marrones, 1�65 m., 60 Kg., bastante pecho y
rostro atractivo". Su ciber-locutor respondi� con los suyos: "Piel muy negra,
cabello negro corto y rizado, ojos negros, 1�85 m., 75 Kg., cuerpo atl�tico y 23
cm. de pene". Este �ltimo dato nos hizo entender el numero que inclu�a en su
"nick" y que no coincid�a con su edad precisamente.
Despu�s nuestro amigo la pregunt� si hac�a honor a la verdad
de su "nick", a lo que mi mujer contest�, entre risas nerviosas pero sin
consultarme, que si, que era infiel a su matrimonio. Esto pareci� animar a
"negrito23", que a partir de ah� comenz� a calentar la conversaci�n. En primer
lugar la pregunt� si ser�a capaz de enga�ar a su marido con un chico de su edad.
Conchi contest� con un sugerente "�por qu� no?". Luego inici� un test de
preguntas sobre las preferencias sexuales de mi mujer:
"negrito23"; �Te gusta el sexo oral?.
"casada_infiel"; Si, muchiiiiiiiisimo.
"negrito23"; �Te gusta practicar el sexo oral sin
cond�n?.
"casada_infiel"; Pues si, no me gusta chupar pl�stico.
"negrito23"; �Te gusta tragarte el semen?.
"casada_infiel"; Me apasiona su sabor.
"negrito23"; �Has probado el sexo anal?.
"casada_infiel"; No, pero no me importar�a probarlo.
"negrito23"; �Te gusta follar sin cond�n?.
"casada_infiel"; Si, sinceramente me da m�s placer,
adem�s, como estoy casada, no tengo problemas si me quedo embarazada, pero
en tu caso ser�a distinto debido al color de tu piel. Enti�ndeme, si me
quedara embarazada de ti, ser�a muy evidente.
"negrito23"; Jajajaja, si, eso es cierto.
Aquella conversaci�n me caus� tanto morbo que me empalm� sin
quererlo. Conchi se percat� de mi erecci�n, y solo entonces me confes� que ten�a
las bragas empapadas. Pero no solo me lo dijo a m�, sino que tambi�n lo puso en
conocimiento de "negrito23". Este, confesi�n por confesi�n, a�adi� que se le
estaba poniendo muy dura.
De pronto, "negrito23", envi� un mensaje con su numero de
tel�fono m�vil, el cual memoric� sin dificultad debido a su sencilla numeraci�n,
sin que mi mujer se percatara de ello, complementando este hecho con la frase:
"Me gustar�a o�r tu voz Conchi. �Te atrever�as a llamarme ahora?, o prefieres
darme tu numero y te llamo yo". Mi mujer, que estaba bastante excitada con aquel
juego, antes de responder a aquella invitaci�n, le pregunt�: "�Para que quieres
o�r mi voz?", a lo que "negrito23" contest� sin vacilar: "Porque adem�s de
o�rla, me gustar�a quedar contigo para follar".
Despu�s de aquel �ltimo mensaje, mi mujer y yo nos miramos
algo aturdidos. La cosa estaba pasando a mayores, y era el momento de cortar la
conversaci�n sin m�s, o seguir hasta el final, asumiendo las posibles
consecuencias.
Tras unos interminables minutos de cavilaci�n, Conchi, una
vez m�s sin consultarme, coloc� el puntero del rat�n sobre el bot�n
"desconexi�n", y lo puls� sin mas dilaci�n. El chat se interrumpi�. Sali� de
internet y apag� el ordenador con decisi�n.
Cuando todav�a el ordenador se hab�a apagado, mi mujer se
gir� sobre m�, me bajo el pantal�n del ch�ndal, me sac� mi erecto miembro y
comenz� a chup�rmela como nunca antes lo hab�a echo. Tanto es as�, que en apenas
un minuto comenc� a correrme de gusto en su boca. Luego, tras tragarse hasta la
�ltima gota de mi copiosa eyaculaci�n, me cogi� de la mano y me llev� al
dormitorio, donde hicimos el amor hasta tres veces seguidas. Despu�s ambos nos
quedamos dormidos hasta la ma�ana siguiente.
El domingo, despu�s de comer, saqu� la conversaci�n del
chateo de la noche anterior. Por arte de magia mi mujer y yo comenzamos a
calentarnos de nuevo. Entonces se me ocurri� una idea todav�a m�s morbosa, que
puse en conocimiento de Conchi. "Cari�o, �porqu� no llamas al m�vil que te dio
"negrito23" y nos divertimos un rato?". En un principio esta idea la pareci�
descabellada. "Pero cielo, �t� estas loco?, adem�s, no recuerdo el numero que
nos dio". Tras comunicarla que yo si me acordaba e insistir un poco mas sobre el
asunto, finalmente logr� convencerla sin mayor dificultad.
Primero conect� mi tel�fono m�vil a un manos libres, para
poder escuchar los dos a la vez la conversaci�n. Despu�s ocult� el numero para
que nuestro amigo �Samuel- no tuviera acceso a el. Luego marqu� el numero que
hab�a memorizado la noche anterior por su simpleza: 609-909190. Al segundo tono,
una voz grave contest� al otro lado de la l�nea:
Samuel; "�Al�?".
Conchi; "Hola, �eres Samuel?".
Samuel; "Si, �qui�n llama?".
Conchi; "Soy Conchi, la del chat de anoche. �Me
recuerdas?".
Samuel; "Claro que te recuerdo cari�o, �c�mo est�s?".
Conchi; "Muy bien, �y t�?".
Samuel; "Un poco aburrido, pero eso tiene f�cil
soluci�n".
Conchi; "�Ah siiii, cual es esa soluci�n?".
Samuel; "�Estas sola en casa?".
Conchi; "Si, mi marido se ha ido al f�tbol, y no
volver� hasta esta noche".
Samuel; "Perfecto. Entones dame tu direcci�n y voy
ahora mismo".
Mi mujer me mir� horrorizada, pregunt�ndome con la mirada
cual deb�a ser ahora su respuesta. Yo tap� el micr�fono del tel�fono y la dije
en voz baja: "dile que te lo vas a pensar y que le vuelves a llamar en diez
minutos". As� lo hizo, tras lo cual cortamos la comunicaci�n.
Entonces comenz� un peque�o debate entre mi mujer y yo
-Emilio-:
Emilio; "Cari�o, dime sinceramente si te apetece follar
con Samuel esta tarde".
Conchi; "Pero cielo, �estas hablando en serio?".
Emilio; "Si, estoy hablando totalmente en serio. Veras,
quedas con �l, le das nuestra direcci�n para que venga dentro de una hora.
Cuando venga, yo me escondo en la terraza, debajo de la ventana de nuestro
dormitorio, y tu te lo follas mientras yo lo veo todo sin que �l se de
cuenta. �No te da morbo la idea?".
Conchi; "No me puedo creer que me est�s hablando en
serio. �No te importar�a que te pusiera los cuernos con un desconocido?".
Emilio; "Al contrario. Si me pusieras los cuernos a
escondidas si me importar�a, pero con mi consentimiento y siendo
espectador de ello, me produce un morbo que te cagas. �A ti no?".
Conchi; "Hombre, visto as�, la verdad es que si que me
da cierto morbo".
Emilio; "Pues entonces, no hay mas que hablar. Ll�male
y queda con Samuel".
Conchi; "Vale, como quieras".
Volv� a marcar el numero de Samuel y mi mujer tras aceptar su
propuesta, le dio nuestra direcci�n y le emplaz� para que viniera en una hora,
tal y como hab�amos acordado. Ser�an las cuatro y media, por lo que la hora
fijada fue las cinco y media. Mientras tanto, mi mujer pas� al cuarto de ba�o
para ducharse. Luego, siguiendo mis indicaciones se visti� con una blusa de
color fucsia escotada, sin sujetador, y una minifalda negra de cuero, bajo la
cual se calz� unas medias negras y unos zapatos negros de tac�n de aguja. Por
supuesto no se puso bragas. Luego se lav� los dientes y se perfum�
generosamente.
Yo coloqu� una alfombrilla en el suelo de la terraza, bajo la
ventana del dormitorio, baj� la persiana un poco, y coloqu� las cortinas
entreabiertas, hasta el punto exacto en el que se pod�a ver el interior del
dormitorio con nitidez sin ser visto. Todo estaba dispuesto. Tan solo faltaba
esperar a que dieran las cinco y media.
Exactamente a las cinco y veinticinco son� el telefonillo del
potero autom�tico. Conchi se dispuso a contestar en mi presencia.
Conchi; "�S�?".
Samuel; "Hola Conchi, soy yo Samuel".
Conchi; "Te abro. Sube al 5�A y no llames a la puerta,
yo estar� esper�ndote y te abrir�".
Samuel; "Ok preciosa, subo ya mismo".
En ese momento debo reconocer que un cierto pellizco en el
est�mago me record� que un negro desconocido se iba a follar a mi mujer. Pero no
solo lo har�a bajo mi consentimiento, sino que aquella situaci�n hab�a sido
preparada por m� mismo. Conchi tambi�n estaba algo contrariada, pero en ambos
casos el morbo pudo m�s que el sentido com�n y el plan sigui� su curso.
Mi mujer, tras pulsar el bot�n del telefonillo que daba
acceso a Samuel al interior del portal, abri� la mirilla de la puerta y se
encaram� a ella para ver el exterior del descansillo. Al poco tiempo la puerta
del ascensor se abri�. Conchi me hizo una se�a para que ocupara mi lugar en la
terraza. Cerr� tras de m� la puerta del sal�n y de la terraza. Me coloqu� de
rodillas sobre la alfombrilla, que previamente hab�a colocado, tomando la
posici�n id�nea para poder ver el mayor �ngulo del dormitorio, y permanec� a la
espera de que mi mujer y Samuel accedieran a la habitaci�n.
Supuse que estar�an present�ndose y que Conchi no tardar�a en
conducir a su potencial amante hasta el dormitorio. Supuse bien, ya que al cabo
de dos o tres minutos pude ver a mi mujer entrando en la estancia, seguida muy
de cerca por Samuel, al que llevaba cogido de la mano. Despu�s ella se situ� de
perfil frente a los pies de la cama, con el muchacho frente a ella, de tal forma
que yo pudiera ver perfectamente el panorama, sin �ngulos muertos, tal y como yo
la hab�a aleccionado minutos antes. La verdad es que Conchi estaba preciosa.
Desde aquel �ngulo pod�a observar el atractivo perfil de mi mujer, ataviada con
aquella insinuante ropa. Samuel era un joven morito de raza muy negra. Ten�a el
rostro terso y bastante atractivo para su raza y color de piel. Era muy alto y
corpulento. Su indumentaria era algo tosca: camisa blanca de seda muy ajustada
-que resaltaba su masa muscular-, pantal�n negro entallado -bastante macarra-, y
zapatillas deportivas enormes blancas y azules. Supuse que la prenda de abrigo
la habr�a dejado colgada en el recibidor, a petici�n de Conchi.
Al chaval se le ve�a bastante nervioso y algo cortado, por lo
que mi mujer tom� la iniciativa r�pidamente. Le cogi� con ambas manos su cara y
comenz� a besarle en la boca. El chaval era cortado pero no tonto, y respondi�
al beso sacando su lengua para entrelazarla con la de mi mujer, al tiempo que
deslizaba una de sus manos bajo la blusa de ella acarici�ndola los pechos. Mi
mujer ante aquella acci�n pareci� estremecerse, emitiendo un suave gemido de
placer.
Tras unos minutos de morreo, mi mujer se sent� sobre la cama
invitando a su amante a que hiciera lo mismo. Una vez sentados continuaron
morre�ndose la boca, pero esta vez, Samuel meti� su mano libre por debajo de la
min�scula falda de ella y comenz� a tocarla el co�o, ya que mi mujer no llevaba
bragas. Ella respondi� a ello con tocamientos en el "paquete", por encima del
pantal�n. Segundos mas tarde mi mujer le desabroch� la camisa y le ayud� a
despojarse de ella. Acto seguido se quit� ella misma la blusa, dejando al
descubierto sus poderosos y erguidos pechos. Samuel hundi� su cara entre ellos y
comenz� a mordisquearla los pezones. Despu�s Conchi le desabroch� el pantal�n y,
poni�ndose en pie se quit� la falda, conservando exclusivamente sus zapatos de
tac�n de aguja. El se quit� las zapatillas de deporte. Despu�s se puso en pie
frente a ella y se quit� el pantal�n, conservando tan solo sus calcetines
blancos y un diminuto tanga de color rojo, bajo el cual se vislumbraba un
fenomenal "paquete".
Esta vez fue �l quien sujet�ndola la cara con ambas manos, la
bes� nuevamente en la boca. Luego apoy� sus enormes manos en los hombros de mi
mujer y la fue empujando hacia abajo, hasta conseguir que Conchi se quedara
arrodillada frente a su "paquete". Sin pens�rselo dos veces, mi mujer le baj� el
tanga hasta los tobillos, momento en el que un enorme rabo semi-erecto qued�
colgando entre sus piernas. Conchi cogi� el fenomenal miembro con una de sus
manos y se lo meti� en la boca. Comenz� a chuparle la polla con la destreza y
habilidad que desempe�aba en esos menesteres, hasta conseguir una erecci�n total
en pocos segundos. Entonces pude comprobar que los 23 cm. eran ciertos, pero
adem�s se complementaban con un grosor considerable. La ten�a venosa y
descapullada, y sus huevos guardaban perfecta armon�a con el tama�o de su
aparato.
Conchi, tras unos minutos, hizo intenci�n de levantarse, pero
Samuel la sujet� la cabeza para imped�rselo. Estaba claro cuales eran los deseos
del muchacho, o por lo menos mi mujer si se percat� de ello, ya que rehus� su
primera idea de levantarse y sigui� mam�ndole la polla con el firme prop�sito de
que se corriera. A los pocos minutos Samuel comenz� a poner los ojos en blanco.
En un momento dado, de su hinchado capullo brot� un copioso chorro de semen que
fue a parar directamente a la garganta de mi mujer. Luego, ella se la meti�
entera en la boca para recibir las subsiguientes descargas de leche, las cuales
se fue tragando con total sumisi�n.
Finalizado el "primer acto", Samuel invit� a mi mujer a que
se tumbara boca arriba sobre la cama. La separ� las piernas todo lo posible y
comenz� a lamerla el co�o. Debo reconocer que lo hac�a como nadie, ya que en
menos de diez minutos consigui� arrancar a Conchi hasta tres orgasmos seguidos.
Mi mujer gem�a y se retorc�a de placer sobre la cama, mientras la habilidosa
lengua de Samuel la trabajaba el cl�toris sin descanso.
Despu�s Samuel se encaram� hasta cubrir con su cuerpo el de
mi mujer. Por la ventana pude comprobar que la polla del muchacho estaba otra
vez "armada". Entonces la apunt� el capullo entre las piernas y comenz� a
met�rsela en el co�o muy despacio. Primero la meti� su enorme capullo. Despu�s
fue apretando lentamente hasta hundirla los 23 cm. por completo. Una vez
conseguida la penetraci�n total, empez� a follarla con movimientos cortos y
firmes de su pelvis. Conchi entr� en �xtasis en pocos minutos, encadenando mas
de cinco o quiz� seis orgasmos m�ltiples, seg�n pude contar desde mi escondite.
Las tetas de mi mujer se cimbreaban escandalosamente ante las potentes
acometidas de su amante, el cual iba incrementando poco a poco la velocidad de
bombeo. Cuando el ritmo fue infernal, mi mujer alcanz� el cl�max total y empez�
a gritar como una loca, y a retorcerse de placer como una perra en celo.
En ese instante, justo cuando mi mujer estaba a punto de
perder el conocimiento de placer, Samuel la avis� de que su rabo estaba a punto
de reventar. El muchacho iba a salirse para eyacular sobre su cuerpo, cuando
Conchi le rog� que siguiera hasta el final. Samuel, sin dudarlo, continu�
jodi�ndola hasta correrse estrepitosamente dentro de su co�o.
Ambos, completamente sudados y exhaustos permanecieron
enganchados bes�ndose en la boca durante dos o tres minutos m�s. Cuando
finalmente Samuel se sali� de ella, un reguero de lefa rebos� del co�o de mi
mujer. Ella recogi� todo el semen sobrante que pudo con sus manos y se las llev�
a la boca para degustar aquel copioso y espeso elixir, mezclado con sus propios
jugos vaginales.
Media hora mas tarde Samuel abandonaba la casa y yo mi
escondite, donde me llegu� a masturbar hasta tres veces ante aquel morboso
espect�culo, que por cierto, pensamos repetir de mutuo acuerdo.
FIN.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 2
Media de votos: 4.50
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: Aventura ON-Line
Leida: 392veces
Tiempo de lectura: 13minuto/s
|