Relato: Confesiones de una perra salida, por Sylvia (II) Confesiones de una perra salida, por Sylvia
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Tras la experiencia anterior empece a disfrutar mas del sexo
y comence a volverme mas salida. Actualmente me encanta provocar a los hombres
por la calle, en situaciones comprometidas y en especial que me metan mano, ...
, me he convertido en una calientapollas y me encanta llegar a casa del trabajo
con las bragas encharcadas tras la calentura del d�a o incluso sin ellas.
La semana siguiente a la experiencia del autob�s me fui al
trabajo vestida de forma muy provocativa. Un vestidito de trasparencias muy
cortito de vuelo fino con lo que se marcaban mis pezones y no llevaba tanga sino
que estaba con el chochito al aire notando la libertad de no llevar ropa
interior. Alli esta un compa�ero de trabajo que tambien esta casado pero que es
muy simpatico y muy guapo y que alguna vez he tenido fantasias sexuales respecto
de el . Se que tambien a el le pongo caliente pero creo que no se ha atrevido
nunca a nada porque conozco a su mujer y como yo voy de decente la situaci�n
podria ser violenta, asi que me decidi a animarley calentarle. Aproveche en esas
semanas para acercarme a el, tocarle los hombros, rozarle la espalda acariciarle
como sin querer el culo, ponerle la mano distraida en sus muslos y insinuarme
con sonrisas, meneando la cabeza y moviendo mi melena negra, dici�ndole piropos
y siendo muy, muy agradecida con sus gracias y abrazondole de forma exagerada
para que me notara cerca y me viera dispuesta.
Lo cierto es que con todo esto yo me fui poniendo cachonda
perdida, pero a el le notaba receptivo y notaba como se le abultaba el bulto del
pantal�n del traje y en algun momento le toque la polla enorme por encima del
pantal�n y le pedia disculpas y entre risas le decia, chico que poderio, ya
quisiera yo que mi marido estuviera igual de armado. Cuando fuimos al despacho
para tener una reunion de trabajo, me sente frente a el dejando mis piernas
abiertas por lo que podia verme el co�o ya que me habia subido el vestido hasta
bien arriba haciendome la tonta distraida. Le veia mirarme y se fue animando
ech�ndome piropos y terminamos entrando en internet donde el me guiaba hacia
paginas porno.
Me ense�o paginas donde se veian tias siendo folladas por
varias pollas, tias a las que las metian las pollas por el co�o y por el culo,
algo que nunca hubiera imagindo que pudiera hacerse, tias que chupaban pollas
como locas y tias que las llenaban sus tres agujeros a la vez, tambien vi tias a
las que las metian el pu�o entero por el co�o y `por el culo y tambien tias
guarras que chupaban pollas a perros y caballos e incluso follaban con ellos y
al final nos detuvimos en paginas de tias donde las ba�aban de semen, bukkake me
dijo que le llamaban a eso y gang bangs. Las dejaban pringadas de esperma de
arriba abajo, llen�ndolas las bocas, el pelo, la cara y los ojos de lefa
caliente, pastosa y pringosa, lechadas unas mas liquidas otras mas espesas y
solidas que las tias guarrras y putas recibian gustosas y se relamian y
sonre�an. Lo cierto es que de ver esas paginas y con la calentura que traia me
puse cachonda perdida y le roce varias veces a mi compa�ero su polla, le note
empalmado.
El estaba de pie detr�s de mi y mientras yo sentada con los
muslos al aire le rozaba en su pierna o con el hombro en su polla. Hice como que
me rascaba un hombro y se la toque, pero el aprovecho para acercarse tambien y
ponerme su polla al alcance. Me estaba mojando como una puta. El me sujeto por
la cintura y me pregunto si habia chupado alguna vez pollas hasta dejarlas secas
y hasta hacer que se corrieran en mi cara como esas putas y mir�ndome tan cerca,
los dos tan escitados, le sonrei y le dije al oido que nunca pero que si queria
yo se la chupaba a el hasta que el quisiera porque siempre me habia puesto muy
caliente.
Sin decir nada se incorporo un poco, se bajo la cremallera y
saco la pollona gorda y dura pero como una morcilla blanca aun no completamente
tiesa fuera del pantal�n, me la acerco a la car ay me dijo: Por favor, Sylvia
chupame la polla. Me la meti en la boca y empece a chuparsela. Sabia rica, algo
saladita de los pises y de su propio sabor a polla pero estaba rica. Le saque
los huievos fuera de la bragueta y estuve amas�ndoselos , le bese la olla, el
capullo, le dia para atr�s a la piel dej�ndolo gordo y rosado al aire, era
enorme, me parecio una polla mas gorda que larga pero muy dura y caliente, yo
estaba mojad�sima. Volvi a meterla en la boca, el me animaba: Asi, putita, que
bien la chupas Sylvia, eres una comepollas estupenda, lo haces como esas guarras
de internet, que mamada mas buena!!! Me escito oirle llamarme puta y guara y le
di lengua, chupandole el capullo tragando el tronco, metiendolo hasta el fondo
de la garganta, ensaliv�ndola, succionando unas veces fuerte y otras suave,
ronroneando y saboreando su tranca, era mas gorda que la de mi marido y sabia
mucho mejor, el a veces acompa�aba mi chupada con movimientos de cadera como si
me estuviera follando la boca, sujet�ndome por el cuello y empuj�ndome la cabeza
para que se la chupara a su ritmo mientras me decia ya completemanete cachondo:
Chupa guarra, tragate mi polla Sylvia, que puta eres, asi, asi, chupa mi rabo
zorron, que bien lo haces, eres la mejor chupapollas que conozco, vas a hacer
que me corra Sylvia, sigue preciosa, sigue, ahhh!!!
Y se corrio en un chorro enorme seguido de otros mas
peque�os, no ude tragarlo todo y lo intente, ademas de la fuerza de su corrida
se me salio por las comisuras de mis finos labios mientras el restregaba su
polla chorreante por mi cara, me mancho el pelo negro dej�ndome un par de
goterones epringosos de lefa blanca en el eplo, se corrio en mis mejillas, me
unto de esperma los ojos, con tanta leche que casi no podia abrirlos, me mancho
el vestido y yo cahconda me la pasaba por la cara y sobre todo por mi boca,
queria, deseaba volverla a tener dentro, yo me estaba pajeando y consegui
correrme allui sentada en mi despacho. Recogi los restos de esperma y me los
trague , el sonreia divertido y me decia: Sylvia eres una guarra de verdad, me
has calentado como nadie, vaya put�n estas hecho y me gusta que seas asi.
Termino de limpiarse y le meti la polla en us pantal�n,
salimos del despacho y volvimos al ruiido de la oficina, nadie se habia
percatado de nada, asi que fui al ba�o y me limpie y tuve que volver a
maquillarme ya que el rimel se me habia corrido, aunque no tan corrida como yo.
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Relato: Confesiones de una perra salida, por Sylvia (II)
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