Relato: Esclava puta-cerda609. Mi Historia (II)



Relato: Esclava puta-cerda609. Mi Historia (II)

Antes de comenzar con la historia completa de mi
transformaci�n me veo obligada a aclarar algunos detalles previos que servir�n
para entender las circunstancias en que este relato ha sido escrito.


Estas l�neas no han sido escritas directamente por m�, ya que
desde hace unos cuatro a�os no se me permite acceder a ning�n tipo de cultura.
Se me oblig� a abandonar mis estudios de Derecho, con la carrera casi acabada,
esgrimiendo el argumento de que de nada servir�a a una asquerosa ramera barata
tener cultura o conocimientos de ning�n tipo, salvo aquellos que mis Due�os me
fueran inculcando a golpes, y que sirvieran a sus prop�sitos. Desde entonces no
se me ha permitido leer o escribir nada, excepto, ahora, unas notas,
desordenadas, torpes y repletas de faltas de ortograf�a en las que he intentado
reflejar sobre todo las sensaciones y sentimientos experimentados durante todo
el proceso de mi emputecimiento extremo. De la descripci�n de las
circunstancias, personajes, usos, castigos, vejaciones y humillaciones sufridas
por m� se encarga concretamente mi Amo "T" asumiendo as� la autor�a del relato.


En un principio estimaron mis Amos la posibilidad de grabar
en un magnet�fono el relato contado directamente por m�, pero descartaron la
idea inmediatamente tras comprobar mi dificultad para expresarme. Casi no se me
entiende palabra alguna, pronunciada desde una boca poca acostumbrada a hablar,
m�s que para suplicar, gemir o babear alg�n "s�, mi Amo", "gracias, mi Amo".
Totalmente falta de dentadura, y con las enc�as cada vez m�s retraidas y los
labios hundidos, solo alcanzo a pronunciar sonidos guturales lejanamente
parecidos a palabras, junto con una copiosa baba que me cae involuntariamente
cada vez que intento hablar. Mis Amos, cansados de mis fallidos intentos por
expresarme y sentenciando con un "esta puta boca no sirve m�s que para tragar y
babear", cejaron en el intento. Me encerraron en mi celda, clausuraron mis
agujeros con sendos tapones como hace mi cuiador cada noche, dejaron papel y
l�piz en el suelo, y me ordenaron escribir todo lo que me viniese a la memoria
sobre c�mo hab�a llegado hasta mi situaci�n actual. Tras varios d�as
escribiendo, con mucha dificultad por mi falta de pr�ctica, mi Amo "T" recogi�
los papeles, me dio una soberana paliza para aturdirme y que pronto olvidara mi
"afici�n de escritora", y se dispuso a "traducir" y estructurar el relato de la
historia en base a las notas torpemente manuscritas de esta basura tragarrabos.



Y, ahora s�, esta es mi historia:



Yo era una chica normal. A mis veinte a�os disfrutaba de la
vida como cualquier otra chica de mi edad. Sal�a con chicos, estudiaba Derecho
en la facultad de mi ciudad, en el sur de Espa�a, y sobre todo me divert�a
cuanto pod�a los fines de semana con mis amigas. Nunca tuve demasiada libertad a
pesar de ser ya toda una mujer, debido a que tuve una educaci�n muy
conservadora, y mis padres controlaban bastante mis idas y venidas. Pero eso no
me preocupaba demasiado. Siempre fui una buena chica y nunca hice locuras de
juventud.


Sin ser una modelo, creo que gustaba a los chicos. 1,60 m de
estatura, cabello claro, ojos verdes. Mis tetas, de tama�o medio, eran firmes y
erguidas por aquel entonces. Un culo ligeramente resping�n, caderas no muy
anchas. El co�o bastante ancho en el pubis, aunque con la raja estrecha y los
labios recogidos, piernas bien moldeadas, y una distribuci�n de carnes no escasa
sin llegar a tener problemas de peso, completaban mi anatom�a.


Ese era mi aspecto exterior en aquel entonces, bastante
diferente al de ahora como podr�n imaginarse. Mi personalidad, extrovertida
entre mis amigas, era sin embargo reservada en algunos aspectos, sobre todo el
relacionado con mi sexualidad. Y es que a veces, masturb�ndome, o mientras
manten�a alg�n escarceo con alguno de los chicos con los que sal�a, ven�an a mi
mente im�genes que no comprend�a demasiado. En ellas me ve�a violada por varios
hombres rudos y sucios, que adem�s de penetrarme, se mofaban de m�,
insult�ndome, peg�ndome con sa�a, o humill�ndome de las m�s variadas formas. No
estoy segura de si estas fantas�as ten�an algo que ver con mi educaci�n
conservadora, si arrastro alg�n tipo de trauma infantil o si simplemente era ya
una viciosa pervertida de nacimiento. Ya nada de eso me importa. De todas
formas, ahora ya no podr�a volver atr�s, aunque quisiera. Ya no se tomar
decisiones y por supuesto no se me permite hacerlo. Y mi mente est� demasiado
afectada por todo esto para recuperar una vida normal con mi esposo (el
cornudo). No tengo ya amistades de nig�n tipo, ni relaci�n con mi familia. Mi
�nica relaci�n con personas es siempre de sumisi�n, absoluta sumisi�n. Estoy
obligada en todo momento a mostrarme y ofrecerme como mercanc�a de uso y
castigo. Solo se me valora en funci�n del uso que se me pueda dar. Cuando sirvo
de retrete no tienen m�s que consultar tarifas en cualquier establecimiento del
ramo para comprobar mi valor. Si soy usada de cenicero, mi valor corresponder�
al que marque un art�culo an�logo en una estanter�a de supermercado. Cuando soy
castigada se me valora seg�n el peso de mi carne, en b�scula, al mismo precio
que la carne de cerdo en el matadero. En uso puramente sexual, el precio ir�
acorde con el de las cerdas de apareo. Si soy cruzada con perros (ya sean
humanos o caninos) mi valor se reduce a 0, ya que es el semental el que tiene
valor, y ser�an las cr�as en todo caso las que podr�an considerarse como
mercanc�a de valor. Aunque como saben, ya nunca podr� quedar pre�ada, por lo que
solo me cruzan para desfogar a los machos y, c�mo no, para disfrutar
humill�ndome.


Pero me temo que esta zorra est�pida se ha desviado de la
narraci�n. Continuo.


Mi vida por aquel entonces era tranquila y segura. So�aba con
encontrar un hombre con quien compartir los a�os venideros, tener un par de
cr�os, y poder desarrollar mi futura profesi�n, que tantas horas de estudio me
estaba costando. Y ese hombre lleg�. Le conoc� un d�a de lluvia en una tienda de
antig�edades. Me llam� la atenci�n su buen gusto respecto a muebles antiguos.
Entablamos una conversaci�n sobre arcas y alacenas y terminamos charlando en una
cafeter�a sobre nuestras vidas. �l trabajaba en una Inmobiliaria. Hac�a estudios
de mercado sobre promociones, y cosas as�. Me gust� desde el principio por su
trato afable, y su car�cter serio. Pero sobre todo por sus ojos, que siempre
parec�an esconder algo. Me inspiraban misterio, a la vez que confianza y
calidez. Parec�a seguro de s� mismo, y bastante orgulloso. Nada que ver con lo
que, por voluntad propia es ahora. Un sumiso "cornudo chupaleches", como le
llaman mis Amos, obligado a presenciar y colaborar en la degradaci�n y
emputecimiento extremo de su esposa, que tiene que suplicar para poder cubrirme
alguna vez, y cuando le permiten hacerlo es solo desp�es de que otros hayan
descargado sus fluidos sobre esta ramera. Siempre el �ltimo, y siempre debe
limpiar a la puta con su lengua. A veces, el cornudo traga m�s cuajo que yo
misma. Despu�s le vuelven a poner el cepo en su churrita, y le obligan a
mantener su castidad, a veces durante meses.


Pero en aquella �poca me pareci� maravilloso, y me enamor� de
�l. Comenzamos a mantener relaciones sexuales poco despu�s de conocernos. Yo me
dejaba llevar por �l siempre. Me gustaba hacerlo. Me excitaba que me manejara
como quisiera. Me entregaba cada vez m�s y �l aunque al principio se mostraba
cari�oso y me trataba con tacto y suavidad, comenz� a cambiar su actitud,
manej�ndome cada vez con m�s rudeza. A veces cog�a mi cabeza agarr�ndola a la
altura de las sienes y me penetraba por la boca, como si estuviera foll�ndome el
co�o. Yo me dejaba hacer, y rara vez protestaba. Me daba �rdenes sobre c�mo
ten�a que ponerme en cada momento. Las posturas a adoptar, las cosas que deb�a
hacerle, c�mo deb�a chup�rsela, c�mo deb�a ofrecerle mi raja para penetrarme. Al
principio no me sent�a demasiado c�moda, pero aquello se convirti� en habitual.
Llegu� a la conclusi�n de que me trataba como a una puta, y as� se lo dije un
d�a. -�Es que te sientes como una puta?- contest�. No me sent� demasiado bien
cuando me dijo aquello. -A veces s�-, le dije. Le confes� mis fantas�as con
tipos duros que me violaban. -La t�pica fantas�a de las reprimidas, la
violaci�n.- me dijo. Me molest� que me llamara reprimida, y le increp� - �me he
negado alguna vez a chup�rtela como una vulgar zorra, guapo?. �por qu� me llamas
reprimida?, solo digo que a veces he tenido fantas�as de violaci�n.- No es nada
malo, creo. -No se trata de que sea malo o bueno- dijo, -Se trata de si en
realidad quieres ser tratada como una puta-. -Ya ves que s�- respond� sumisa y
avergonzada. -Algunas veces he entrado en los servicios de caballeros y he
lamido las tazas de los retretes- le solt� de golpe. Ni yo misma cre�a lo que
estaba diciendo. Es cierto que, a veces, en mi calentura de sumisi�n, hab�a
hecho eso. Quer�a sentirme sucia y humillada. Era mi fantas�a, y ahora la estaba
declarando sin reservas. Aquella situaci�n me desconcert�. Confesar aquello me
daba una sensaci�n de liberaci�n a la vez que de excitaci�n que me llev� incluso
a inventar algunas cosas que jam�s hab�a hecho o sufrido. -Una vez me dej�
acariciar por un viejo en un cine-, le dije. -Ten�a solo trece a�os, y aquel
hombre, bastante desagradable de aspecto, me cogi� del pelo y estuve lamiendo su
arrugado aparato durante toda la pel�cula. Se corri� en mi cara y limpi� su
leche en mi pelo-, le dije.


Mi novio no sal�a de su asombro. Pero le ve�a excitado.
Simul� estar enfadado por mi falta de sinceridad con �l hasta entonces, pero no
me reprendi� en absoluto por tener esas fantas�as. Al contrario, se interes� por
ellas, y me confes� a su vez que las suyas andaban por parecidos derroteros. Le
excitaba mucho, me dijo, la dominaci�n ejercida por los hombres sobre las
mujeres, aunque �l a su vez se declar� potencialmente sumiso. Eso me sorprendi�
mucho, porque no parec�a en absoluto un hombre sumiso (ahora estoy convencida de
todo lo contrario). -Se me pone dura solo de pensar en t�, chuleada por otro
hombre.- confes�. Me dijo adem�s que se sent�a un poco acomplejado por el tama�o
de su pene. A mi no me parec�a peque�o en absoluto, nada que ver con los
aparatos de mis Amos, por supuesto, pero es verdad que cuando me penetraba, a
veces llegaba un momento en que no lo notaba dentro, como si tuviera poco
grosor. Se lo dije as�, y eso, lejos de enfadarlo o acomplejarlo m�s, le puso a
cien. -Creo que debemos arreglar eso- me dijo. -Me gustar�a que probaras otras
pollas, creo que no puedo darte todo el placer que tu calenturienta mente
necesita.- Estabamos entrando en una espiral de fantas�a que me asustaba un poco
pero, como siempre, me dej� llevar. Le ve�a tan excitado con la idea de que otro
hombre me probara, que dej� a un lado mis prejuicios, y resolv� aprovechar la
oportunidad de llevar a la pr�ctica cada una de las fantas�as que hab�a tenido
hasta entonces.


Ese d�a fue el primero de la historia de mi conversi�n a la
cerda salida que soy ahora. Mi novio result� ser un aut�ntico pervertido que fue
inculc�ndome poco a poco las obligaciones de mi nueva condici�n de puta. El
servicio y la sumisi�n absoluta al macho fue la base de mi nueva educaci�n. No
solo deb�a ser puta, sino que deb�a ser sobre todo esclava. Y el primero que se
benefici� de mi doble condici�n fue precisamente mi novio. Las muestras de
cari�o que al principio ten�a conmigo fueron desapareciendo paulatinamente, y
empez� a sacarle partido a la nueva guarra que empec� a ser. Dej� de llamarme
por mi nombre. Me llamaba puta, incluso a veces en p�blico. Yo asent�a con la
cabeza agachada y siempre respond�a "s� amo", a todo. El sexo entre nosotros se
convirti� en una sucesi�n de violaciones. Aprend� a disfrutar de ellas como la
m�s servicial de las fulanas.


Pronto comenzaron los verdaderos abusos. Mi novio estaba
desconocido. Empez� a insultarme habitualmente, pero de una forma que, lejos de
ofenderme no hac�a m�s que excitar mi l�bido y mi calentura. Me llamaba
degenerada y fulana enfermiza, continuamente me reprend�a de forma desp�tica.
Nada lo hac�a bien, era una est�pida. Me llamaba tonta delante de la gente, me
ridiculizaba cada vez que hablaba. Me llevaba de la mano a todas partes, a veces
me agarraba del brazo y casi me arrastraba tras �l, como si fuera una perrita.
Cuando �bamos por la calle caminando sol�a a veces tomarme del pelo por la nuca,
simulando abrazarme y me mord�a el labio, o escup�a en mi boca fingiendo
besarme. Yo deb�a relamerme y tragar. A veces me pegaba como a una ni�a peque�a,
incluso en p�blico, d�ndome palmadas en las nalgas mientras me reprend�a por
cualquier causa. Otras simplemente me abofeteaba, lo cual me humillaba
tremendamente. Fui perdiendo paulatinamente la seguridad en mi misma. Comprend�
que mi novio pretend�a con ese trato socavar mi autoestima para potenciar mi
sumisi�n y dependencia a �l. Y aquello me excitaba tremendamente. Me volv�
insegura. Casi no era capaz de ir a ning�n sitio sola ni hacer nada sin su
ayuda. El tomaba todas las decisiones. El decid�a qu� ropa deb�a llevar. Si
alguna vez me pon�a algo que no le gustaba simplemente me ridiculizaba y hac�a
comparaciones degradantes: -con esa falda pareces un payaso de circo. Ese
vestido te hace paracer m�s gorda de lo que ya eres. Me averg�enzo de ir
contigo, vestida con ese trapo al que llamas vestido-, y cosas as�. Consegu�a
hacerme llorar a veces con su despotismo, pero jam�s me quej� por el trato a que
me somet�a, porque estaba consiguiendo hacerme sentir aquello que en mi fuero
interno siempre hab�a buscado: Humillaci�n absoluta, y dependencia del macho.


En los restaurantes, �l decid�a qu� deb�a comer y qu� deb�a
beber. Si el camarero me preguntaba, me quedaba bloqueada y no alcanzaba a decir
palabra, o mascullaba alguna tonter�a, esperando a que mi novio tomara el mando
y decidiera por m�, excus�ndome ante el camarero con un �d�jela, la pobre es un
poco tontita, y no sabe lo que quiere-, lo que me hac�a sentirme como una
est�pida. Luego bromeaba con el camarero �no le traiga sopa, porque siempre se
la derrama encima, y lo pondr� todo perdido- Durante la cena, a veces me
derramaba el vaso de agua, y hac�a ver que hab�a sido yo quien lo habia tirado.
Entonces se disculpaba con el camarero y volv�a a ridiculizarme con sus
comentarios: -�ve usted?, por eso solo la dejo beber agua. Al menos as� no
mancha nada. Y es tan tonta que se lo tira ella misma encima en vez de hacerlo a
un lado. P�dele perd�n al se�or camarero, tontita- Y yo, sumisamente -perd�n,
se�or, soy muy torpe-. El camarero deb�a pensar "vaya como trata este cabr�n a
la pobre chica", pero claro, no dec�a nada. Solo pon�a cara de circunstancias.


Fueron pasando los meses y el control que ejerc�a mi novio
sobre m� se fue haciendo completo y absoluto. Me hac�a vestir a su capricho. Ni
que decir tiene que casi siempre iba vestida como una fulana. Ropas muy
ajustadas, faldas muy cortas, casi siempre sin bragas, o con tanga. Si me pon�a
pantalones, deb�an ser claros o blancos, de tela muy fina, y deb�a ponerme
tangas negros o de colores oscuros, o bragas provocativas. Me hac�a ponerme
pantalones muy ajustados, y �l mismo se encargaba de apret�rmelos bien para
marcar la raja del co�o. Tops ajustados y con mucho escote. Sujetadores muy
bajos, que no llegaban a cubrir las areolas de mis pezones. A veces sal�a sin
sujetador, y otras �l mismo se encargaba de cortarle la zona de los pezones para
que los mostrara bien bajo la ropa. Si llevaba falda las bragas iban fuera, o
tambi�n las cortaba dejando mis agujeros al aire. Me permit�a ponerme panties,
pero claro, tambi�n cortados para dejar los agujeros de follar bien accesibles
al p�blico, como �l sol�a decir.



Continuar� ...


Env�en sus comentarios a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO.


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 4
Media de votos: 8.75





Relato: Esclava puta-cerda609. Mi Historia (II)
Leida: 3426veces
Tiempo de lectura: 10minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados























imagenes porno lesbicasrelatos porno me coji a mi hijarelatos xxx con mi primaRelatos xxx mí suegro me violorelatos pornos de pendejos putitoshistoria y relato porno de primoseparadas viciosasRelatos x jovencitas sentadas en la guascarelatos porno por debajo de la mesarelatos eroticos hermana pequeñawww.mi madre ensena a masturbal a mi hermana relatospornocincuentonas cachondasxxxmeteme jovencitas de panochitas chiquitasprimaria relatos pornomi mujer follando con el palo dela escoba fotos pornosRelatos gays el viajerelatos heroticos madre e hija cojidaslike relato porno q rico me cojio mi yernorelato folladaRelTos eroticosde e!litterelatos porno real el despertar del placer de con mi hija pequeña relatos nieto folla con su abuela Leer pornorelatos de mujeres que follan con sus suegrosmi hija de 11 para dos relato pornorelatos de sexo cogiendo el culo de maría josékrilin y numero 18 porno xxx como fue su primera vez Relatos de la hija menor ve la polla a papa y le gustome comi 20cm de verga porno relatosrelatos xxx me desperte y estaba chupandomelarelatos mi hija de primariaporno relatos eróticas mamácuentos herosticos follando con mi hermanodocumentales eroticosRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysrelatos eróticos hermanaRelatos eroticos me folle a mi sobrinita de 8 añosultimos relatos de amor filialrelato incesto tio metemela pero un poquitorelatos er�ticos sexo con mi t�a y mi madre lesbianasrelatos d sexo entre madre y hijoRelatos porno amor filial papa soltero bdlol.rurealtoseroticos desexo anal primera vez incestorelato erotico mmmmm si yernorelatos eroticos gay en orfanatosel amigo de mi hijo me folla relatosdsite:pcompas.ru/nudetits hija de 11relatos sin tabú gayrelatoseroticos mi sobrina sharon 2relatos d como me enfiestaron un par realsexo lesbico salvajeRelatos gays el rateritoCojida salvaje con una madura relatospornode madurasrelato erotico hijastra camionero gayfaldita relatos xxxrelatos porno abuelos nietasrelatos cachondos mi hermano duerme desnudorelatos eroticos de hijas muy pequeIncesto con la abuela relatadosVideos de gey follandocon mi primo que venia de viaje en la finca de mi tiorelatos filial le coji el culo a mamarelatos eroticos de incestoszoofilia gays relatosrelato erotico gay marido de mi tia me hace su putitahermanita relato ano dormidarelato erotico con el jefe de mi maridoinsestos con mi madre y mi tiame reventaro el culo relatointercambios relatoshistorias eroticas de nenas de 9 gratis