Relato: Jvr Vuelvo a escribir esta historia
a sabiendas de que a lo mejor no será como la primera vez, sin embargo
tampoco puedo dejar de compartir con ustedes lo que me pasó...
Era un día miércoles
cualquiera, tenía la tarde libre, realmente estaba cansado para
hacer mi rutina de ejercicios, pero como tenía ganas de relajarme
de alguna manera decidí ir a un lugar donde me siento como en casa.
Cuando llegué a la sauna
me di cuenta que prácticamente estaba vacío, rápidamente
me desvestí, me puse la toalla a la cintura y entré a la
cámara seca, mi favorita. No había nadie allí, mejor
para mí, tendí mi toalla sobre el asiento de madera que estaba
a una temperatura agradable, y me eché sobre él, qué
placer estar echado y desnudo. Cerré los ojos, tenía algo
de sueño, pero el calor no me permite dormir...
...además siento que el calor
propio del lugar empieza a trabajar mi cuerpo, ya las gotas del sudor se
van formando en mi frente, en mi pecho y también en mis piernas,
aún con los ojos cerrados paso mi mano por todo el cuerpo, estoy
en ese movimiento cuando siento unos pasos, alguien ha entrado también
al mismo lugar donde estoy, no he abierto los ojos porque me he sentido
avergonzado de que me encuentre así desnudo con todas mis partes
a la vista, sin embargo siento su fuerte mirada en mi cuerpo, sigo sus
movimientos sin verlo, y no sé por qué empiezo a excitarme
de sólo la sensación de estar siendo observado, todavía
estoy más avergonzado, he cruzado las piernas sutilmente y colocado
una de mis manos sobre mis partes para disimular la erección que
empieza a notarse. Por fin me animo a ver quién está detrás
de mí. Qué maravilla para la vista, es un muchacho muy guapo,
con el cabello rubio al ras de la cabeza, sus ojos claros, grandes y achinados,
y qué decir de su cuerpo, simplemente perfecto, se nota que ha pasado
largas horas en el gimnasio. Él desvió la mirada cuando lo
alcancé con mis ojos y creo que la situación lo incomodó,
pues casi inmediatamente salió del lugar. Al quedarme nuevamente
solo me incorporé rápidamente, me puse la toalla a la cintura,
apretándola muy bien para cubrir mi erección, y casi al mismo
tiempo me metí un buen rato a la ducha española, hasta que
por fin, ya relajado, salí.
Pero la curiosidad de volverlo a
ver hizo que lo buscara por toda la sauna, fui a la cámara de vapor
y al salón de descanso, y no lo hallé, y también me
di cuenta que realmente estabamos solos. ¡¡¡Qué
pena!!! Pensé, ¿se habrá ido ya?, salí un momento
a la entrada y vi su mochila en el mismo lugar, no, definitivamente estaba
aún adentro. Cuando entré para seguir buscándolo,
él me encontró a mí, salía del baño
y casi y nos tropezamos en la entrada, era el único lugar al que
no había entrado a buscarlo.
Al fin lo veía de pies a
cabeza, realmente era como lo había imaginado, tenía mi misma
altura, y definitivamente un cuerpo espectacular y también que era
más joven que yo. Me miró de reojo y pasó rozándome
con el codo. Yo entré al baño sólo por compromiso,
igual y salí rápidamente. Seguí sus pasos y lo encontré
recostado en uno de los sillones en la sala de descanso, estaba boca abajo,
pero traía la toalla puesta. Yo me hice el que miraba por la ventana,
no sin antes desnudarme completamente. Él me vio de reojo, lo vi.
Luego yo me dirigí al jacuzzi,
estaba semi erecto, qué mejor lugar para relajarme, además
así lo tendría vigilado pues la pequeña piscina está
estratégicamente céntrica. Sin quererlo, prácticamente
me quedé dormido, el agua caliente hasta el cuello y los hidromasajes
realmente surtieron efecto en mí, cuando desperté de ese
pequeño sueño lo tenía frente a mí, sentado
en una de las tantas sillas que hay, parecía no inmutarse con mi
presencia, sin embargo la suya, si me perturbaba. Salí del jacuzzi,
no me miró cuando lo hice, y me dirigí al lugar donde hay
un bidón de agua mineral y me serví un vaso, mientras lo
tomaba me iba viendo en el espejo, mis músculos se habían
marcado por el calor. De pronto vi algo maravilloso, mi compañero
de sauna se quitó la toalla y se apresuró a entrar al jacuzzi,
hasta allí todo estaba normal, lo que no lo era, era la gran erección
que él tenía a cuestas, y todo lo vi a través del
reflejo del espejo, pues él no se dio cuenta que lo hacía.
Por supuesto que al verlo mi libido estaba al máximo, pero a la
vez mi pudor podía más que mis deseos, así que creyendo
escapar del momento me asilé nuevamente en la cámara seca,
pero allí no podía estar tranquilo pensando en aquel hermoso
hombre erecto en el jacussi. Así que salí de mi refugio,
me di un duchazo frío y me metí en el jacuzzi a sabiendas
que él estaba erecto. Al hacerlo no le di cara, y él tampoco
se inmutó mucho, realmente me ignoró, traté de provocarlo,
haciéndome el dormido poco a poco acercaba mi pie a su pierna, la
llegaba a sentir, pero también sentía que la retiraba, hasta
que finalmente, me dio la espalda y salió de la piscina, qué
bella imagen me regaló, y es que a pesar de que no tenía
ni un solo vello en el pecho ni tampoco en el culo, sí los tenía
en toda la raja.
Ya la persecución se me hizo
agotadora, sin embargo me gustaba, me fijé que se dirigió
a la sala de descanso, ya era noche, ya todo estaba oscurecido, sólo
iluminado por luces indirectas, cuando entré también al lugar
lo encontré echado en una de los sillones, siempre cubierto por
su toalla amarilla (cómo olvidarla) con los ojos cerrados, aparentemente
dormido. Me situé exactamente a su lado, me eché también,
lo miraba directamente a la cara. O hacía un movimiento preciso
en ese momento o ya me olvidaba de todo por esa noche, pensé. Finalmente
me senté en el filo del sillón y puse mi mano sobre su enorme
pene erecto, que aún se notaba así a través de la
toalla, él abrió los ojos y me miró como diciéndome:
¡¡¡al fin te animaste!!!, luego se puso de pie, me agarró
los hombros, me dio un pequeño beso y me dirigió hacia el
baño.
Allí en el espacio justo
para dar rienda suelta a nuestros impulsos, se sentó e hizo que
me agachara hasta llegar a la altura de su maravilloso pene, le quité
el resto de toalla que lo cubría, abrí la boca y me metí
el tremendo fajo de carne blanca y caliente, ya encontré cierto
sabor en él y eso me gustó aún más, realmente
estaba con grandes deseos de hacerlo, sentí su respiración
más acelerada, le estaba gustando, alcé la mirada y encontré
sus ojos en los míos, me acerqué a él, busqué
sus labios y lo besé, pero mis besos fueron suaves, en cambio me
respondió con ardor, me comía todo, sentí su lengua,
y cada vez el momento se hizo más brusco, pero delicioso. A la vez,
sentía cómo sus manos paseaban por todo mi cuerpo, como quien
reconoce aquel cuerpo que vio y que no se animaba a tocar antes. Por fin
se situaron en mis nalgas (que sí las tengo algo velludas), me tomó
nuevamente de los hombros e hizo que me diera vuelta, yo seguí su
juego y terminé sentado en él, sintiendo cómo poco
a poco era atravesado por su pene, aunque el sentimiento en ese momento
fue de dolor al principio, luego varió a un placer enorme que inundó
todo mi cuerpo, no pude evitar gemir pidiendo más.
Pero él también quería
que lo poseyera, se puso de pie, nuevamente me dio la vuelta, y en este
instante, yo tomé riendas, lo besé nuevamente, y lo bajé
hasta la altura de mi pene que clamaba ser mamado, él me la dio
y realmente lo hacía con verdadero profesionalismo, si seguía
así pude haberme venido en ese instante, era demasiado buena. Le
quité el pene de la boca, y le di vuelta, él se agachó
un poco, lo tomé de las caderas con ambas manos y sentí las
nalgas más redondas y duras que he tocado en mi vida, busqué
el punto exacto, lo lubriqué un poco, aunque realmente el sudor
del lugar ya había hecho todo el trabajo previo y se lo introduje
despacio, poco a poco hasta tenerlo completamente poseído, cerré
los ojos, y empecé a moverme suavemente hasta que su cuerpo me aceptara,
lo hizo y el disfrute del momento fue eterno, qué sensación
de succión tan deliciosa, pero no quería que acabara el momento.
Casi terminando, se la saqué y nuevamente me convertí en
su esclavo.
Y el juego continuó, por
ratos no podía evitar besarlo con pasión en los labios, luego
recorrerlo con mis besos y mi lengua por sus orejas, la nuca, el cuello,
besarlo por el pecho y quedarme en sus tetillas, lamer cada músculo
pectoral bajando hasta sus vellos púbicos para encontrarme nuevamente
con su pene erecto y palpitante esperando ser mamado, lo tomaba por la
cabeza y le metía suavemente la lengua hasta tenerlo completamente
succionado, él cerraba los ojos y me tomaba de la cabeza, pero a
la vez sentía su jaleo de excitación. Seguí mi trabajo
hasta bajar por sus piernas velludas hasta llegar a sus pies perfectos,
no pude evitar lamerlos completamente, dedo por dedo, hasta quedar con
la garganta seca, sin saliva. Inicio de su trabajo en mí, de sentirlo
igualmente en todo mi cuerpo, pero a diferencia mía, él empezó
por mi nuca y bajó por mi espalda hasta llegar a mi ano, en ese
instante sentí como su lengua larga y mojada hacía su ingreso
triunfal en él, llenándome de una sensación eléctrica
de satisfacción total, estuvo así todo el tiempo que quiso,
mientras sus manos jugaban con su pene y con el mío. Cuando llegado
el momento, sentí que ya me venía, él se puso de pie,
se juntó a mi cuerpo y ambos casi abrazados terminamos a la vez.
El beso al final del momento no se hizo esperar, lo miré fijamente,
ya todo había terminado. Estaba feliz y él también.
Ambos sonreíamos.
Cuando me estaba dirigiendo a las
duchas, lo vi por última vez, le estiré la mano y le dije
mi nombre, él me respondió de igual forma, JAVIER, así
se llamaba.
F I N
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Relato: Jvr
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