En un hotel, pruebo una sabrosa y largo salchicha
Hoy ha sido un d�a muy ajetreado y muy excitante tambi�n. He
andado visitando varias comunidades rurales polvorientas, supervisando trabajos
realizados por nuestro personal y he logrado ver, que en estos lugares tan
alejados de las mundanales ciudades, existen tipos de muy buen ver, con buen
f�sico y buenos � bultos�. L�stima que por discreci�n laboral, es dif�cil tener
un ligue con uno de ellos. Estaba desconsolado, ya que tenia varios d�as sin
sentir una buena verga dentro de mi trasero y ya mi cuerpo me estaba pidiendo
una, cualquiera que fuera, pero que llenar� el vacio anal. Y cre�a que me iba a
ir limpio. Sin embargo, la noche me deparaba una agradable sorpresa.
Ya en la tarde llegu� al hotelito en me quedaba. Es un lugar
de tr�nsito, que se llena principalmente de noche con vendedores de productos
alimenticios. All� duermen y dejan sus veh�culos llenos de producto, para el d�a
siguiente salir a hacer sus recorridos de venta. Pues bien, esa noche, despu�s
de darme un relajante ba�o y de masajear muy sensualmente mi trasero, con la
idea de probar el palo de la escoba cercana, para descargar mi calentura,
escuch� que alguien estaba abriendo la puerta del cuarto aleda�o al m�o.
R�pidamente me puso una calzoneta y me asome a la ventana.
�Que impresi�n!. Eran dos personas, el conductor y el
ayudante de una carro vendedor de embutidos. Luego averig�� sus nombres. El m�s
alto y el de m�s edad, de unos 35 a�os, se llamaba El�as, Era un tipo de tez
blanca, algo pasado de peso, pero de agradable apariencia. Tenia unos ojos color
miel y cabello rizado, color casta�o. Se miraba muy bueno!. R�pidamente baje mi
mirada a su � bulto�. Era normal, nada abultado o que me diera raz�n de pensar
en una gran cosa. El otro, se llamaba Carlos. Tenia unos 22 a�os y era delgado y
de mediana estatura. Era de color trigue�o claro y pelo negro. Nada excepcional,
su apariencia, excepto por algo� Andaba un pantal�n de azul�n bastante ajustado
y sin mentir, se le pod�a diferenciar muy bien en donde estaba su verga y sus
test�culos. Donde estaba su verga, se notaba un bulto alargado que recorr�a su
pantal�n por su muslo derecho. En cambio, sus huevos, estaban alojados al lado
izquierdo, formando un bulto redondeado y grande.
Me subi� calentura inmediatamente. Que anaconda no se
ocultar�a all�, pens�, muy entusiasmado. Aparte mi visi�n de El�as y me
concentr� en Carlos. No era atractivo, pero eso no importaba. Ellos entraron a
su cuarto y yo me com�a las u�as de la desesperaci�n, pensando que ya no iban a
salir del cuarto.
Sin embargo, despu�s de media hora, ambos salieron. Yo,
haci�ndome el disimulado, sal� tambi�n. Los salude y platicamos del calor que
estaba haciendo y de que estaba m�s fresco estar afuera. Les invit� un refresco
y aceptaron. Entre pl�tica y pl�tica, le tiraba algunas miradas provocativas a
Carlos. Me tenia loco!. Como el lugar estaba desolado, el hab�a salido con un
b�xer negro, pegado al cuerpo. Ha pesar de ser flaco, se le notaban unas buenas
piernas, bien musculosas y su bulto. �Que bulto!. C�mo se le notaba sus partes
viriles!. La figura de su pene y sus huevos segu�an en sus posiciones, pero
ahora, m�s pronunciados.
No me contuve m�s y pase a ser m�s agresivo. Como yo estaba
con una corta calzoneta, con mi mano, me sub�a y bajaba poco apoco, hasta que
asomar� un el extremos superior de mi nalga. Tambi�n me las masajeaba. La idea
es que el supiera lo que quer�a. Pasamos a hablar de mujeres, de que ellos
estaban �cazando�, que llevaban ya 2 d�as fuera de sus casa y ya necesitaban sus
novias y esposas. Que las pel�culas er�ticas que ve�an en la tele, les ten�a
calientes y otras ricas cosas m�s. Yo ya no aguantaba. Quer�a ser m�s
desvergonzado y decirles, � aqu� estoy yo, t�menme!.
Pero me contuve un poco y lo que hice, fue que ped� permiso y
me fui a buscar a mi �palo de escoba�. No, broma. Entr� al cuarto y note que
Carlos ten�a visi�n en donde yo estaba y descaradamente me quit� la ropa y pas�
mi mano por mis nalgas , deteniendo un poco en el centro de las mismas. Fue una
tontera, creo, pero cumpli� su prop�sito. Volte� a ver y v� que Carlos se
acercaba a la puerta de mi cuarto. Viene a reclamarme, fue la primer idea que
vino a mi mente. Sin embargo, estaba sonri�ndome y cuando lleg� me dijo: -
Yovany, El�as ya tiene sue�o. Me voy al cuarto a ver un poco de tele. Y sabes,
ten�s unas ricas nalgas. Si quer�s, yo te vengo a tocar la puerta m�s tarde.
Guauuuu!. Yo, en una mezcla de sentimientos, le dije que s�, que esperar�a a que
el me tocar�.
Para no alargar el asunto, Carlos toc� la puerta como a las
once de la noche. Me dijo que nos fu�ramos a su cuarto, que El�as estaba
dormido. Y as� hicimos. Ya en su cuarto. Vi que estaban exhibiendo una de esas
pel�culas er�ticas, en que solo se miran las posiciones, pero nada de las
penetraciones. Carlos estaba superexcitado. Todav�a ten�a el b�xer puesto y su
paloma se notaba plenitud, lo mismo que se�ales de precumen.
El se acost� en la cama y si quit� la prenda que le cubr�a su
preciosa herramienta. Me hizo una se�al para que me acercara. Yo me introduje en
medio de sus piernas. Estaba extasiado. Ten�a un pene algo m�s oscuro que el
resto del cuerpo, de unos 18 cent�metros, un poco m�s de 7 pulgadas y u grosor
normal. Su vello p�dico, le rodeaba todo su miembro y huevos, con un vello suave
y muy oloroso a semen y jab�n. Algo llamativo, eran sus bolas, de un tama�o
considerable, las cuales le colgaban, tanto que parec�a que ya se le iban a
salir del escroto.
Estando en esa posici�n, mis labios comenzaron a rozarle las
puntas de sus tetillas y ha recorrerle a su pecho, llegando hasta la base de su
preciosa verga. Mientras que mis manos, masajeaban lentamente sus orejas, atr�s
de su cuello y sus piernas. Me excitaba lo que estaba haciendo y mucho m�s, al
escuchar sus quejidos de placer y cuando Carlos pon�a sus manos en mi cabeza y
me la acercaba la punta de su verga, la cual se notaba como una cabeza de
proyectil, a punto de explotar.
Acepte la petici�n. Acerqu� mi boca a su capullo y me lo
introduje lentamente, saboreando su olor y salado sabor. El se puso tr�mulo y
sent� que se estremec�a de placer. Con mis labios y la lengua chupaba su glande
y poco a poco adentraba mi boca en su m�stil. El suspiraba, me dec�a que no
parara y se estremec�a, como si estuviera acabando, pero nada de eso. A veces,
yo pasaba a mamarle las ricas y grandes bolas y luego a chuparle la cabeza y
todo el tronco. El me acariciaba mi cabeza y hacia en intento por tocarme las
piernas y llegar a mi caliente y dilatado orificio, pero era casi imposible por
la posici�n. Aunque pod�a meterme parcialmente, dos de sus dedos, lo que
aumentaba mi placer y me iba dilatando.
En un giro repentino, �l me dio vuelta y yo quede boca
arriba,a costado en la cama. O� que Carlos me dec�a: - ahora yo quiero cogerte
ese rico culo. Y de un solo me puso en posici�n de torito. Se puso detr�s de m�
y luego de ajustarse un cond�n, lo que le costo un poco, dado el tama�o de su
verga y la cabeza. Empez� a introducirme la cabeza y sent� esa emoci�n tan
placentera que sentimos cuando algo va dilatando nuestro culo. Sin embargo, no
avanzaba en su penetraci�n. El cond�n estaba muy seco. Pero con un poco de
lubricante natural, untado en su cabeza y en su tronco, ya estaba listo. Sent�
como su cabeza y parte del tronco entro de un envi�n. Me quer�a contener, pero
tuve que quejarme del dolor. Siempre me pasa lo mismo cuando tengo varias
semanas de no probar vergas. Me mov� hacia delante y esta se salio de mi cuerpo.
Carlos estaba apurado y quer�a meterla. Pero paramos un poco,
por mientras yo se la mamaba y untaba m�s saliva y pasaba el dolor. Me asustaba
saber el tama�o de garrote que dentro de algunos minutos tendr�a dentro de m� y
a�n m�s, que lo pudiese soportar.
Carlos lo intento de nuevo y ahora, la cabeza se deslizo con
mayor facilidad. Yo di un gemido, cuando ten�a la mitad adentro de m�. �Que rica
y placentera sensaci�n � Nada se le compara.
Carlos sigui� metiendo y sacando su miembro de mi culo y de
repente, sent�a cuando sus volantes bolas pegaban en la base de mi nalga. Ya la
ten�a todo adentro. El sigui� con el mete y saca, tambi�n en la otra posici�n
que ensayamos, que era de poner mi cadera en el borde de la cama y el levantaba
mis piernas y medio parado, el me ensartaba. Luego, me puso con mis brazos
extendidos en el borde de la cama y sigui� cule�ndome. Seguimos as� por unos 10
minutos, hasta que lleg� el momento que Carlos acab�. Sent� su agitaci�n y el
movimiento a�n m�s r�pido de su cadera, luego varias fuertes estocadas y la
dilataci�n de su verga dentro de mi ano y luego unos fuertes espamos, los que
iban reduci�ndose poco a poco.
El se qued� con su paloma dentro de m� por unos minutos. Poco
a poco esta fue quedando fl�cida y por si sola salio de su h�medo encierro. En
esos momentos pens� en lo rico que lo hab�amos pasado y lo excitante del
momento, ya que ha pesar de que ha apenas unos 2 metros dorm�a su amigo, este no
hab�a sentido nada. O si?. Me quedo la duda, ya que logre verle a El�as, una
erecci�n pronunciada y parte de su blanca verga sobresal�a de su calzoncillo,
tambi�n blanco.
Ya eran las 12 de la noche cuando sal� del cuarto. Estaba
satisfecha y Carlos tambi�n. Todas esas emociones me hab�an quitado el sue�o y
me puse a ver tele. Como a una de la madrugada, proced� a apagar el tele, cuando
alguien toco la ventana. Con temor, aparte la cortina y que sorpresa!. Era
Carlos de nuevo. Me cont� que El�as le hab�a dicho que hab�a visto nuestras
sensuales escenas y que lo hab�amos dejado caliente, que si pod�amos repetir�