devolvi�ndome en el tiempo unos 18 a�os hasta mi ni�ez, hasta mis dulces 8 a�os�. Los di�logos no son exactos porque no los recuerdo bien, lo cuento tal y como recuerdo que pas�.
Por esa �poca vivi� con nosotros alrededor de un a�o, una de mis primas, hija de una de las hermanas de mi mam�. Ella fue m�s que una prima para m�, fue mi �nica amiga y tambi�n mi novia, desde los 8 hasta los 9 a�os y digo novia porque nunca nos acercamos genitalmente. Pero ella me dio mi primer beso�. Un d�a me dijo que quer�a ense�arme algo en la alcoba que compart�amos y al entrar cerr� la puerta y me dio un pico, algo muy breve.
Despu�s vinieron muchos m�s besos, m�s largos, a escondidas de mi mam� por supuesto. �ramos unas ni�as y en el fondo sab�amos que lo que hac�amos no era correcto, pero se sent�a delicioso frotar su boquita con la m�a, sab�a a galleta dulce con chispitas de chocolate. El armario de nuestra alcoba se convirti� en nuestro nidito de amor donde intercambi�bamos saliva y donde poco a poco comenzamos a sentir lo que era el placer cuando descubrimos para que sirve la lengua en un beso. Ella me ense�� a besar.
Sin embargo de esa �poca lo que m�s recuerdo y m�s marcada me dej� fue mi relaci�n incestuosa con mi hermano 1 a�o menor. Nunca hasta ahora he querido recordarlo, es m�s, lo habr�a borrado definitivamente de mi memoria RAM de no haberme sentido motivada por los numerosos casos que se pueden leer en este tipo de p�ginas.
Mi casa era enorme, de tres pisos, con numerosas habitaciones y a�n as� despu�s de la partida de mi prima compartimos con mi hermano la misma habitaci�n. Mis pap�s trabajaban fuera todo el d�a, sal�an muy temprano y regresaban tarde quedando nosotros al cuidado de la abuela paterna. Mi abuela era muy viejita para estar todo el d�a detr�s de un par de ni�os de 8 y 9 a�os que se le pasaban corriendo escaleras arriba y abajo todo el tiempo as� que sol�a sentarse en la sala en el primer piso a tejer y de tanto en tanto nos preguntaba si est�bamos bien levantando un poco la voz.
Mi hermano menor se convirti� en el centro de mi mundo pues �ramos muy peque�os para salir solos as� que no nos ten�amos m�s que el uno al otro. Al llegar del colegio nos quit�bamos toda la ropa para estar m�s ligeros y tom�bamos un ba�o juntos para refrescarnos. Esos ba�os eran de lo mas inocente, nos frot�bamos el cuerpecito uno al otro, jug�bamos con el jab�n y luego cada uno se vest�a con ropa c�moda o a veces nos qued�bamos en ropa interior para estar mas frescos y hacer las tareas.
Un buen d�a todo cambi�. Una tercera persona irrumpi� en nuestra burbuja de cristal donde todo era fraternidad e inocencia. Ocurri� un d�a que mi mam� me llev� de visita a casa de mi madrina mientras mi hermano se quedaba en casa con mi pap� y unos amigos que hab�an ido a ver un partido de f�tbol.
Al regresar en la noche v�a mi hermano Andr�s muy raro. Dicho en palabras de hoy en sus ojos ya no ve�a el velo de la inocencia. Algo le hab�a pasado, no sab�a que era y el tampoco quer�a dec�rmelo. Por primera vez en nuestras cortas vidas mi hermano me ocultaba algo y al parecer algo grave. Trat� de preguntarle pero me evit� a la hora de ir a la cama. Por lo general en las noches uno se pasaba a la cama del otro un rato a contarnos historias pero este d�a no fue as�. El se acost� en su cama enroll�ndose en las cobijas y d�ndome la espalda. Yo me acost� extra�ada y triste con su actitud y creo que hasta llor� pensando que hab�a perdido a mi hermano, que ya no me quer�a.
Ten�amos colegio al otro d�a y nos levantamos en silencio, nada nos dijimos hasta la hora de regresar a casa. Al llegar le insist� para que tom�ramos un ba�o como siempre y aunque al principio se rehus� termin� cediendo. Ya en la ducha y desnudos me miraba diferente, con verg�enza, como Ad�n y Eva se miraron en el para�so, como si me mirara por primera vez y estuviera descubriendo cosas que no exist�an.
Despu�s del ba�o nos encerramos en la alcoba con llave, no quer�a que mi abuela nos molestara dado que lo que ten�amos que hablar era muy importante. A�n envueltos en la toalla nos sentamos en mi cama y le tom� una mano entre las dos m�as.
�No me vas a decir que es lo que tienes? � le pregunt�.
Est� bien � me dijo � pero �prometes no decirle a nadie
Lo prometo � le contest�.
Eso no es suficiente, tienes que jurarlo. Pon una mano en tu pecho y otra levantada jurando.
Esta bien lo juro � dije un poco impaciente ya y levantando mi mano.
En ese momento mi toalla se escurri� un poco hasta la cintura y qued� al aire mi pechito plano. El lo hab�a visto muchas veces pero nunca lo hab�a mirado como hasta ahora.
Anda, dime que te pas� � le pregunt� de nuevo
Ayer, vino nuestro primo Iv�n el que es 3 a�os mayor que yo
Si, me desped� de el, se iba cuando lleg�bamos con mi mam�. �Qu� hay con el? � le pregunt�.
Es que� - me dijo titubeando.
Andr�s, soy tu hermana, puedes decirme lo que sea.
Est� bien�. Iv�n y yo despu�s del primer tiempo del partido de f�tbol nos vinimos para el cuarto a jugar con las motos y los jueguitos de mesa que tenemos pero minutos despu�s me dijo que conoc�a un juego mas divertido pero que ten�amos que quitarnos toda la ropa. Yo al principio me negu� porque me daba algo de verg�enza pero termin� cediendo porque el me dijo que no pasaba nada.
Prosigue � le dije liber�ndome de la toalla h�meda y sent�ndome en posici�n de flor de loto en sus propias narices dej�ndole ver mi conchita de ni�a, libre de vello y completamente abierta. El continu� hablando sin separar su vista de la misma.
Mi primo y yo nos quitamos la ropa � sigui� el � y a continuaci�n me dijo que el juego consist�a en que el me chupaba el pito y luego yo a el. Que de seguro me iba a gustar. Me resist� de nuevo pero cuando menos me di cuenta estaba de rodillas frente a m� con mi pito en su boca chup�ndolo como si fuera un caramelo.
No lo puedo creer � le dije asombrada a la vez que me acercaba mas a el.
Me chupaba muy r�pidamente y se sent�a rico, luego me chup� las bolas y yo me sent� muy raro, con un calor por todo el cuerpo y me temblaban las piernas. Fue como si tratara de arrancar y no pudiera.
�Y que pas� despu�s? � Le pregunt� yo cada vez mas intrigada.
El se acost� en la cama y me dijo que me acercara, que nada malo iba a pasar, que ahora me tocaba el turno de probar su pito � me dijo casi a punto de llorar no se si de verg�enza o de emoci�n al recordar lo que hab�a pasado el d�a anterior.
�Y t� lo hiciste? � Le pregunt� de nuevo.
eso voy� me acerqu� a el y me sub� a la cama y con mucha verg�enza me met� su pito, un poco mas grande que el m�o en la boca. Su sabor era salado y al comenzar a chupar se puso un poco mas duro. Luego me asust�, dej� de chupar y nos vestimos. Eso fue todo.
�Te sientes mal por lo que hiciste Andr�s? � Le dije.
No, la verdad es que me gust�, �ser� pecado lo que hicimos?
No lo creo Andr�s � Le contest� desviando la mirada.
Nos quedamos en silencio un momento, un poco nerviosos por la situaci�n. Nuestras rodillitas ya estaban juntas y con cada movimiento al hablar se rozaban.
Andr�s�
Dime Marcela.
Tambi�n tengo que contarte algo. Nuestra prima Adriana y yo �ramos novias. Terminamos porque ella se fue de la casa � Le confes� mir�ndolo a los ojos.
Pens� que confiabas en m� y �hasta ahora me dices eso? � me dijo mi hermano un poco molesto.
Perd�name Andr�s, Adriana me hizo jurar que nadie lo sabr�a. Adem�s ten�a miedo que te enojaras conmigo. �Me perdonas? � Le pregunt� haciendo un gesto p�caro.
El l�gicamente me dijo que si y nos acercamos para abrazarnos como siempre. Pero ese abrazo no fue como siempre dadas las confesiones que acab�bamos de hacernos. Hab�amos descubierto que pod�amos sentir cosas agradables en el cuerpo si toc�bamos los botones adecuados. Nos mir�bamos diferente, a partir de ese momento no fuimos los mismos.
Marcela�
Dime Andr�s.
�Que te parece si hacemos tu y yo lo que hicimos con nuestros primos? No tendr�a nada de malo puesto que somos hermanos y nos tenemos confianza � me dijo t�midamente.
�Y que tenemos que hacer exactamente? � le pregunt� yo -. T� sabes que yo hago lo que t� me pidas. Te quiero.
Yo tambi�n te quiero Marcela � me dijo y nos abrazamos de nuevo cada vez mas emocionados.
�Qu� quieres que haga? � volv� a decirle.
Quiero que me chupes el pito y yo te chupo la vagina. En educaci�n sexual me han ense�ado pero nunca he visto una tan de cerca, quiero v�rtela bien y besarla.
Bueno, qu�tate la toalla para poder probar tu pito.
Se despoj� de la toalla y se acost� apoyando su cabecita en la almohada. Yo me acerqu� en cuatro patas ronroneando como una gatita y me inclin� curiosa sobre su pito, nunca se lo hab�a visto tan tieso. Lo met� en mi boca y lo sabore�, luego lo chup� como mi hermano hab�a dicho que lo hizo Iv�n, como un caramelo. Mir� a mi hermano a los ojos y su rostro estaba muy colorado aunque se ve�a que mis chupa ditas le daban un enorme gusto.
Listo, ahora te toca sentir a ti � me dijo emocionado.
Me acost� en el lugar de el e instintivamente abr� mis piernas. El se acerc� y comenz� a tocar con un dedito de arriba abajo mi raja. Luego aplic� sus labios a los inferiores m�os y comenz� a besarme lentamente al principio y m�s r�pido despu�s a medida que le tomaba gusto al asunto. El ten�a raz�n, se sent�a algo muy rico, como un calorcito y una emoci�n que no hab�a sentido de ninguna otra manera. �ramos muy peque�os para saber y sentir lo que era un orgasmo, apenas est�bamos experimentando al inicio de la infinita senda del placer. Nos tumbamos uno al lado del otro y nos besamos en la boca. Yo le ense�� entonces el beso al estilo franc�s que me hab�a ense�ado mi prima.
En ese momento mi abuelita grito preguntando si estaba todo bien y yo le respond� dici�ndole que si, que todo estaba mas que bien.
todos los derechos a horny
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 5
Media de votos: 9.00
Relato: Juegos infantiles
Leida: 22438veces
Tiempo de lectura: 1minuto/s