Relato: MEZCLANDO DOS LECHITAS EN LA CONCHITA DE MI MUJER
MEZCLANDO DOS LECHITAS EN LA CONCHITA DE MI MUJER
Hola, amigos de esta p�gina tan especial. D�jenme contarles algo que me ocurri� hace un par de meses con mi esposa. Ella y yo somos un matrimonio abierto, y los dos andamos en los 40 a�os; ella sale con amigos y tiene una vida sexual con ellos con mi permiso. Siempre me dice d�nde va y con quien, y ya en casa me platica lo que hizo con su amigo, y a veces lo trae a casa y convivimos un poco. Me ha permitido verla cuando est� cogiendo con alguno de sus amigos pero hasta hace dos a�os no participaba en el acto. Pero esa vez que les cuento hab�amos ido de vacaciones a la zona del caribe en M�xico, y est�bamos en Chetumal as� que decidimos ir a Belice, a la zona libre, de compras. Ah� abundan los negros, que a ella le encantan, y fue que decidimos que aprovechara la ocasi�n para que uno de ellos se la cogiera� y ella estaba feliz de lo que iba a ocurrir.
En la zona libre eligi� a un hombre negro, de 1.80 de estatura, y lo invit� a cenar en el lado mexicano. El hombre, de unos 30 a�os, acept� de inmediato, ya que ellos saben lo atractivos que resultan para la mujer mexicana deseosa de verga negra. Fuimos por �l a la salida de su trabajo en una tienda y regresamos al hotel Lagoon, ubicado a menos de 500 metros de la garita de entrada. No nos dijeron nada en la administraci�n, porque s� que est�n habituados a ver cosas as�, y ya en la habitaci�n destapamos un six y Carlos, que as� se llamaba el tipo, se mostr� atento con mi mujer y conmigo. �l sab�a a lo que iba, as� que con naturalidad abraz� a mi mujer estando los dos sentados en el sof� y a poco empez� a besarla sin que tomara en cuenta mi presencia. Ella respond�a a los besos y en cosa de 15 minutos los dos estaban ya desnudos y vi emocionado c�mo mi mujer se hinc� y comenz� a mamarle su enorme verga a Carlos. Digo enorme porque f�cilmente medir�a unos 23 cent�metros, y adem�s, la ten�a gruesa y llena de venas, y el glande era, l�gicamente, m�s grande, de unas dos pulgadas y media de di�metro. Mi esposa sabe mamar rico y con evidente placer met�a y sacaba de su boca ese animalote negro.
Mi mujer se sent� al lado de Carlos facilitando que este le sobara las nalgas y en eso vi que el dedo de Carlos penetraba la conchita de mi mujer. Ella acostumbra traer el ponche bien rasuradito, lo que le da cierto aspecto infantil a su vagina pero ver c�mo el dedo del negro hurgaba en su ponche me excit� much�simo. Ella hab�a cogido ya con negro, como dije antes, y el primer hombre con el que me puso los cuernos era negro, un ilegal hondure�o, pero es muy distinto saber que la mujer de uno coge con un negro a verlo en vivo y a todo color. Mi esposa se puso en cuatro sobre le sof� y entonces el dedo de Carlos se fue en busca de su Aniceto, que mi mujer tiene muy lindo dir�a yo, fruncidito y de un tono de piel apenas m�s oscuro que el resto de su cuerpo. Sus nalgas son perfectas, redonditas y firmes porque hace ejercicio, y su vientre plano no deja entrever que tenemos tres hijos, y adem�s, no tiene ni celulitis ni estr�as, as� que se ve hermosa� y se ve�a linda de verdad en la posici�n de perrito encima del sof�. Lament� no poder grabar el momento pero ella as� me lo hab�a pedido.
Carlos se puso de pie y se coloc� detr�s de mi mujer y le abri� las nalgas. Pens� que la iba a penetrar por el culito y tuve temor de que, si lo hac�a, me la iba a dejar cagandose sin sentir por el tama�o de esa verga pero no, sino que coloc� su verga en la entradita del ponche de mi esposa y comenz� a bombearla, despacio, y ella solo entornaba los ojos, feliz de sentir eso dentro de sus entra�as. De repente, mi mujer abri� sus ojos y me mir� sonriente, y solo movi� los labios para decirme un �GRACIAS� que me hizo sentir feliz.
Luego, con un gesto me indic� que me desnudara y me colocara frente a ella. As� lo hice, emocionado de participar con ellos, y ella empez� a mam�rmela. Era evidente la diferencia de tama�o de nuestras vergas pero el chiste era que ya estaba ah�, con ellos. Pero despu�s de un rato, ella dijo que deseaba acostarse en la cama y los dos dejamos de meterle nuestras vergas, Carlos en su panocha y yo en la boca. Ya en la cama, Carlos comenz� a met�rsela en la posici�n del misionero y yo, hincado con las piernas abiertas y encima de su cara, recib� una deliciosa mamada� pero al mismo tiempo mi mujer me hurgaba el culo y los huevos� ya una vez me hab�a metido un dedo en el culo mientras est�bamos haciendo un 69 pero en ese momento, el que lo hiciera me excit� mucho y estuve a punto de venirme en su boca. Me sobaba los huevos y no dejaba de meterme el dedo en el fundillo estimulando mi pr�stata. En ese momento Carlos comenz� a venirse y ella apret� las caderas de �l con sus piernas y as� se mantuvo hasta que Carlos termin� de echarle la leche en el ponche. Luego que la verga de Carlos se puso aguadita y se sali�, mi mujer me dijo:
-Mi cielo, quiero que goces, mi cielo� m�temela t� tambi�n, mi amor, pero ahorita que est� mi ponche lleno de leche� anda papacito� ven, m�temela mi amor.
Yo no sab�a bien ni qu� hacer. No soy asqueroso, y le he hecho el sexo oral a mi esposa cuando reci�n llega de coger con otro pero� �Batir el atolito de otro en la conchita de mi mujer no lo hab�a hecho nunca! Y adem�s, estaba la diferencia entre la vergota de Carlos y mi verguita pero era una oportunidad �nica, as� que cuando Carlos sac� su verga ya aguada del ponche de mi mujer y yo me hinqu� frente a su vagina y pude ver salir restos del espeso semen de Carlos. Puse mi verga en la cuevita de mi esposa y comenc� a bombear rico. Era una sensaci�n muy especial, distinta, excitante, y cuando sent� los talones de mi esposa apretando mi cintura me excit� a�n m�s, sabiendo que Carlos estaba ah�, sentado, mir�ndonos coger, y fue cuando me vine, y mi semen sali� abundante, espeso, y se mezcl� con la leche de Carlos dentro del ponche de mi esposa� y esa noche memorable, fui a dejar a Carlos al otro lado de la frontera mientras mi esposa se qued� en el hotel. A mi regreso estaba costada, me sonri� y me dijo coqueta:
-�Qu� te pareci�, mi amor?... me sent� muy feliz de que me cogieran entre los dos, mi amor� �C�mo la traes, mi cielo? �Me la podr�as meter otra vez? No me he lavado ni nada, porque quiero que se queden ah� las dos lechitas toda la noche, papacito� anda mi amor, m�temela otra vez �y yo, aun con cierto esfuerzo, pude volver a cog�rmela. Me excitaba de solo recordar las cachondas im�genes de mi mujer con Carlos.