Relato: Nuestra vecina Me llamo Lu�s, tengo 17 a�os y soy de M�laga, mis padres son
j�venes, mi madre tiene actualmente 35 a�os y mi padre 42, �l es directivo de
una Empresa extranjera con delegaci�n en M�laga, nuestra situaci�n econ�mica es
buena, vivimos en un bloque de lujo en las afueras de la ciudad y mantenemos una
muy buena relaci�n con nuestra vecina Lourdes, que vive en la puerta contigua a
la nuestra, ella es 5 a�os menor que mi madre y su marido Pedro trabaja con mi
padre por lo que ambos pasan temporadas de 15 d�as cada mes juntos en la sede
central de su empresa en EE.UU.
Lo que les voy a contar empez� hace ahora cuatro a�os cuando
yo ten�a trece.
Mediada la primavera de ese a�o padec� una enfermedad que me
mantuvo en cama cerca de dos meses, como he dicho mis padres que por cierto se
llaman Rosa y Javier, manten�an muy buena amistad con nuestros vecinos, por lo
que al saber de mi enfermedad, se preocuparon mucho por m� y sobre todo Lourdes
que entonces ten�a 26 a�os pasaba a casa todos los d�as para verme.
Al principio pase tres d�as con fiebres muy altas y no me
enteraba de nada pero pasando los d�as me fu� recuperando poco a poco, por la
amistad y juventud que unen a mi madre y a Lourdes estas siempre se estaban
ense�ando las compras que hac�an, los modelitos, la ropa interior y tambi�n
secretos de cualquier clase que tuvieran.
Cierto d�a mi padre y Pedro se marcharon a EE.UU. como todos
los meses y yo me levant� de la cama para estirar las piernas y lavarme en el
ba�o, en ello estaba cuando escuch� a Lourdes que llegaba a casa y entraba en la
habitaci�n de mis padres con mi madre diciendole que quer�a ense�arle una ropa
interior que se hab�a comprado, yo segu� a lo mio y al acabar sal� y al pasar
por delante de la habitaci�n de mi madre, vi que estaba entreabierta y mirandose
en un espejo grande que hay en ella estaban mi madre y Lourdes en ropa interior,
me qued� mirando pues menudo par de cuerpos hab�a all�, deb� hacer alg�n
movimiento y debieron o�r algo pues a trav�s del espejo sin volverse miraron las
dos hacia la puerta, sonriendo yo al creerme descubierto not� como me pon�a rojo
como un tomate y sal� pitando para mi habitaci�n.
Al poco ya en la cama se puso en la puerta Lourdes y al tener
la habitaci�n yo en penumbras y ella venir con un vestido fino la imagen que vi
en la puerta se me qued� grabada en la mente, pues se transparentaba todo, se
acerc� a la cama, se agach� y me dio un beso en la frente preguntandome que tal
estaba, yo le respond� casi sin habla que bastante mejor, me dijo que se
marchaba y que ya vendr�a en otro momento.
Despu�s de comer mi madre se vino a la habitaci�n conmigo,
siempre hab�a sido muy cari�osa con su hijito como me llamaba y se tumb� en la
cama conmigo, as� ve�amos la pel�cula juntos, me pregunt� como me encontraba, si
recuperaba las fuerzas, y m�s cosas insustanciales, despu�s como quien no quiere
la cosa me pregunt� si hab�a mirado en su habitaci�n por la ma�ana cuando estaba
la vecina, yo al principio dije que no pero luego le dije que si, que lo hab�a
hecho sin querer y que no volver�a a pasar, ella me dijo que no me preocupara
por eso que no era nada malo el querer saber como era el cuerpo de una mujer y
luego me pregunt� que me parec�a el cuerpo de Lourdes, yo le dije que no ten�a
experiencia para comparar, pues los �nicos que hab�a visto era el de ella y ese
d�a el de Lourdes y que los dos me parec�an esculturales, al decirle esto ella
me cogi� la cabeza con ambas manos y me dio besos por la cara llamandome
zalamero, yo me defend� diciendole que lo que dec�a era la verdad, as� nos
pasamos un buen rato yo me re�a de buena gana con mi madre y sus juegos,
cosquillas y besos, y nuestras peleas sobre la cama, en eso est�bamos cuando
llamaron a la puerta cortando nuestra peque�a juerga , era Lourdes, que al ver
en la puerta a mi madre toda sofocada le pregunt� que le ocurr�a, diciendole
esta que nada, que como yo estaba mejor hab�a estado luchando conmigo en cama, a
lo que ella se ri� y se vinieron a mi habitaci�n, recriminandome Lourdes que
nunca hubiera querido luchar con ella, yo me defend� diciendole que nunca me lo
hab�a pedido pero que cuando ella quisiera estaba dispuesto, y dicho y hecho,
sin mediar palabra salt� sobre la cama como una colegiala, pill�ndome
desprevenido me call� encima y no pod�a moverme, ella gritaba que me rindiera,
mi madre re�a a carcajadas y yo me debat�a y cuanto m�s lo hac�a notaba como mi
picha se iba endureciendo, puesto el roce de su pelvis contra la m�a aunque
fuera con la s�bana de por medio estaba haciendo su efecto en m�, as� como el
notar sus pechos contra el mio, ella tambi�n not� mi erecci�n y como quien no
quiere la cosa mir� a mi madre y le dijo, si, parece que ya est� mucho mejor y
se ri�, yo me puse como un tomate de rojo y le dije que me rend�a.
Despu�s ella se levant� y se sent� en la cama con nosotros
todav�a jadeando por lo que le dijo a mi madre que se iba a su casa a
refrescarse en la ducha y ponerse m�s c�moda, mi madre le dijo que si quer�a
utilizar nuestra ducha lo hiciera y que ella le dejaba una bata, contestando
Lourdes que si, mi madre dijo entonces que ella tambi�n se refrescar�a, entonces
yo protest� diciendo que no hab�a derecho que ellas si se podr�an duchar despu�s
de pelear y yo ten�a que seguir all� todo sudoroso, ellas se rieron y mi madre
me dijo que no me preocupara que luego ella me refrescar�a con una toalla
h�meda.
Al poco rato llegaron ellas, primero mi madre vest�a una bata
bastante transparente que tiene a juego con su camis�n y sin nada debajo yo no
sal�a de mi asombro aunque m�s veces la hab�a visto as�, pero nunca con una
extra�a en casa as� se lo hice ver y ella me dijo que no me preocupara que ellas
ya estaban acostumbradas a verse con poca ropa y adem�s eran muy buenas amigas,
a continuaci�n lleg� Lourdes vistiendo una toalla alrededor del cuerpo, yo me
puse como un tomate y Lourdes dijo si te da verg�enza me voy, yo dije que no
pero miraba para otra parte.
Al momento mi madre dijo ahora te toca a ti y fue a por un
barre�o con agua, la esponja y una toalla, Lourdes se sent� en la cama a mi lado
y dijo voy a ayudar a tu madre, iba a protestar cuando mi madre entr� y le dijo
a Lourdes si le echaba una mano, por lo que opt� por callarme y dejarlas hacer;
Lourdes me desaboton� la parte superior del pijama y me lo quit� mi madre le
pas� la esponja h�meda y me lav� el pecho, mientras lo hac�a con el movimiento
de su brazo el nudo de la toalla se fue deshaciendo por lo que poco a poco sus
pechos quedaron al aire, yo alucin� pues al hacerlo ella gir� un poco su cuerpo
y uno de ellos roz� mi boca, no sabia si llorar, re�r o pegarle un mordisco,
ella continu� como si tal cosa, entonces mi madre me dijo que me incorporara un
poco para frotarme la espalda coas que ella hizo, despu�s entre ambas dijeron
que me bajara el pantal�n del pijama, yo les dije que no porque hab�a notado
como se me hab�a puesto mi polla otra vez, entonces mi madre dijo que para que
protestaba tanto si despu�s no quer�a que le lavaran y m�s que iba a pensar
Lourdes, no tuve m�s remedio que tragar de todas formas con esta rega�ina la
emoci�n hab�a bajado bastante, por lo que me quit� el pantal�n del pijama,
cuando lo uso no llevo calzoncillos, as� que la s�bana que me cubr�a de cintura
para abajo era lo �nico que tapaba mis verg�enzas de la mirada de mi madre y
Lourdes, por lo que ellas dijeron no querr�s que te lavemos por encima de la
s�bana y sin m�s mi madre la cogi� y tir� de ella con tal fuerza que sali�
disparada de la cama.
A lo hecho pecho y all� estaba yo siendo frotado con una
esponja por mi madre y Lourdes, me hicieron quedar boca a bajo y mientras una
por un lado me lavaba una pierna y el trasero la otra por el otro me secaba la
otra.
Lourdes segu�a con la toalla ca�da en la cintura y de
rodillas a mi lado en la cama en el otro lado mi madre que al finalizar la tarea
cogi� el barre�o para ir a vaciarlo y tropez� echandose un poco de agua por
encima de la bata por lo que dej� el barre�o en el suelo y le pidi� a Lourdes su
toalla, esta se qued� completamente desnuda y mi madre al momento se quit� la
bata y desnuda se sec� con la toalla.
Yo no quer�a mirar pero mi madre me dijo, te da verg�enza
vernos as�, yo les dije que un poco, entonces ellas me dijeron que me diera la
vuelta, yo dije que no pues ahora si que ten�a la polla tiesa, mi madre dijo que
lo que ver�a no le parecer�a mal, pues ser�a lo normal, entonces sin m�s me d�
la vuelta y mi picha, que puedo decir que es una buena verga, ya en aquel
entonces despuntaba algo m�s que lo normal, por lo que Lourdes mir� a mi madre y
le dijo vaya cosa que tiene el ni�o, mi madre se ri� y yo me tap� la cara con
las manos, entonces mi madre se puso a mi lado y besandome en la cara me dijo
que me quitara las manos que no me preocupara de nada, y sigui� besandome en los
labios, la oreja, el cuello, el pecho, mientras not� como Lourdes cog�a mi picha
con sus manos y se la met�a en la boca, al momento me descargu�, pero me dijeron
no te preocupes y entonces me dijeron que si quer�a hacer feliz a una mujer
viera como ten�a que comportarme y las dos se empezaron a frotar entre ellas y a
comerse el co�o una a la otra, besandose los pechos, metiendose los dedos, ante
esta imagen mi polla no tard� en volver a estar preparada, y entonces mi madre
me dijo que hiciera a Lourdes algo de lo que hab�a aprendido mirando, yo me
lanc� como un loco a comerle el co�o, le met� la lengua hasta el fondo le mord�
el cl�toris y se corri� en mi boca, mientras mi madre me daba una mamada de
espanto, y antes de correrme se separ�, se sent� sobre m� y se introdujo mi
polla en su co�o, que felicidad, mientras Lourdes me lam�a los huevos por
debajo, por lo que tard� poco en correrme de nuevo, as� nos tiramos un buen
rato, primero con mi madre despu�s con Lourdes, despu�s comiendonos los tres a
la vez.
Me olvid� de mi enfermedad, me recuper� del todo y muy bien,
a�n seguimos con nuestras juergas cuando mi padre y su marido se van a trabajar.
NOTA: Esta historia es totalmente ficticia debida �nicamente
a la imaginaci�n del autor.
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Relato: Nuestra vecina
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