Relato: El metro Este relato lo saque de la maquina de mi prima y
francamente me excita much�simo, as� que se lo tome prestado para compartirlo
con ustedes, espero les guste tanto como a mi y los deje mojados y mojadas
Esta vez les contare la ocasi�n en que mi amiga Kiara y yo
nos dimos amor en un vag�n del metro de la ciudad de M�xico. Como saben en esta
ciudad, viajar en el metro en las horas llamadas pico (es decir cuando todo
mundo entra a trabajar o a la escuela) es un verdadero acto de hero�smo, se
viaja apretado, te sacan del tren o simplemente no te dejan subir.
Ese d�a como me castigaron sin carro pues me vi forzada a
utilizar el metro, cosa que despu�s agradecer�a a mi suerte, salimos de la
escuela y abordamos el metro en la terminal taxque�a, nuestro viaje ser� de toda
la l�nea algo as� como 40 minutos, y como es costumbre a esa hora no alcanzamos
lugar Kiara y yo, as� que permanecer�amos de pie hasta llegar a la terminal de
cuatro caminos.
No hab�a avanzado el tren ni tres estaciones y ya era
insoportable la cantidad de gente, nos apretaban hasta el fondo del vag�n, cosa
que despu�s me agrado ya que Kiara quedaba muy cerca de mi, ella vest�a una
minifalda amplia con vuelo y una blusa, yo tenia puesta una falda a cuadros y
blusa, solo que yo no usaba ropa interior ese d�a, con nuestra cercan�a, mis
pechos rozaban los de ella y eso poco a poco me �xito y a ella tambi�n, dejamos
de platicar y solo nos mir�bamos con ansias, con ganas de comernos ah� mismo, o
de bajarnos y entrar al primer hotel que vi�ramos, pero ten�amos una cita de
trabajo y no pod�amos perder tiempo as� que me dispuse a aprovechar la
situaci�n, baje mi mano hasta su falda y comenc� a tocarle su cosita, ella al
principio se sorprendi� pero me sonri� en muestra de agrado.
Poco a poco mi mano fue mas lejos, esta vez la met� bajo su
panty y pude notar que ya estaba mojada, comenc� a frotar su cl�toris y ella se
aguantaba las ganas de gritar, pasado alg�n tiempo, un se�or se bajo y pudimos
sentarnos, solo hab�a un lugar as� que me dijo que ella se sentar�a y despu�s yo
lo hiciera en sus piernas, as� paso, yo me sent� en sus piernas, d�ndole la
espalda al resto del vag�n, ella puso su chamarra sobre mis piernas y las suyas
y me comenz� a tocar, muy suave, casi sin moverse, aunque poco a poco fue
subiendo su mano por mis muslos hasta llegar a mi vagina, cuando se dio cuenta
que no tra�a ropa interior solo me dijo " eres una depravada cari�o" as� pudo
tocar mi rasurado conejito y jugar como ella quer�a, cuando me di cuenta ya me
hab�a metido dos dedos u no paraba de moverlos dentro de mi.
Cuando nos percatamos del tiempo, nos faltaban solo 3
estaciones para llegar a nuestro destino, algo as� como 8 o 9 minutos y nuestra
sorpresa fue que �ramos las �nicas en el vag�n, yo al ver esto, en cuanto cerro
las puertas el tren, me baje de sus piernas, se las abr� y le baje su panty,
quer�a chupar esa preciosa vagina caliente y h�meda, ella me hab�a hecho llegar
a dos orgasmos as� qu� deb�a de corresponder la atenci�n.
Ya sin miradas indiscretas, pude abrir sus labios vaginales y
mordisquear su cl�toris y mecerle dos dedos con un ritmo r�pido y caliente, ella
no soporto mucho y antes de llegar hab�a tenido un orgasmo que mojo parte del
asiento y de mi mano, nadie subi� en esa estaci�n as� que ahora ella me quer�a
chupar, nos cambiamos a los asientos dobles y sin mas de nada, me abr�a las
piernas, y saco de su bolsa un desodorante que hizo las veces de vibrador, era
algo largo pero eso me encanto, despu�s de todo estaba s�per excitada, me lo
met�a y me lo sacaba al tiempo que abri� mi blusa y me chupaba mis pechos, yo
sent�a morirme de placer, el placer que me daba mi gran amiga, cuando notamos
que casi lleg�bamos, nos acomodamos r�pidamente para bajar en la terminal,
saliendo de ah� �bamos ri�ndonos de lo sucedido.
Camino al lugar de la entrevista, le comente que si no se le
hab�a olvidado algo, se quedo pensando y me dijo, deje el desodorante en el
metro, le respond� que no, que no se hab�a quedado, le dije que aun estaba
dentro de mi vagina, me vio con cara de asombro y me dijo, no te molesta para
caminar, le respond� que no que se sent�a rico al moverse cuando caminaba, pero
aun no adivinaba que se le hab�a olvidado, me dijo 3 o 4 cosas que no eran, ya
por fin le dije que viera lo que tra�a yo dentro de mi bolso, observo y casi se
infarta, tra�a yo su panty guardada en ella y ahora las dos and�bamos igual,
sintiendo el aire del anochecer en nuestras partes mas intimas y calientes.
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Relato: El metro
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