Se podr�a decir que a mis 20 a�os soy lo que se dice un buen nieto, digo yo, cada d�a procuro pasar por casa de mi abuela a ver como esta, ya que desde hace tiempo vive sola, se quedo viuda y quiso seguir en su casa, por eso como buen nieto trataba de visitarla cada vez que pod�a, le hago compa��a un rato y casi siempre pas�bamos el rato sentados tomando un caf�, siempre ha sido una persona muy alegre, y con la que se puede hablar de cualquier tema, incluso de sexo, me sorprend�a que con ella tenia mas confianza que con mis propios padres, ella a pesar de la edad, ya rozando los 65, se manten�a bien, algo gordita, pero eso incluso le favorec�a, siempre llevaba la ropa ajustada, lo que le hacia marcar un buen culo y unos pechos realmente ricos, no excesivamente grandes, pero si generosos, la verdad es que a pesar de eso jamas mis pensamientos fueron mas all� de verla como mi abuela, pero no se como me ve�a ella a mi, porque en una de esas visitas que sol�a hacerle, en unos de esos d�as en que d�bamos cuenta del caf�, sentados en el sof�, enfrascados en la charla no me di cuenta de que ella estaba bien pegadita a mi, y que una de sus manos no dejaba de acariciarme el muslo, no le di mucha importancia, y segu� con lo mio, pero aquello empez� a alertarme mas cuando ella sub�a su mano y me rozaba la entrepierna por encima del pantal�n, ella segu�a con la charla, como si no fuera ella la que me estaba acariciando, yo empec� a ponerme algo nervioso, miraba de reojo su mano y no sabia muy bien como tomarme aquello, mi abuela manten�a sus ojos en los m�os y se le escapaba una sonrisa picarona, mi voz empezaba a entrecortarse, cada vez mas nervioso porque a pesar de que era mi abuela, sent�a como mi polla se endurec�a, y notaba como empezaba a ruborizarme, su mano se posaba cada vez mas sobre el bulto que ya tenia entre mis piernas, la charla se paro y mi abuela sin contarse un pelo me dijo, vaya como se te ha puesto, y no paraba de acariciarmela, incapaz de reaccionar ella me bajo la cremallera, meti� su mano dentro de mi pantal�n y saco mi polla, dej�ndola a la vista, la cogi� y empez� a masturbarme, yo ya era incapaz de reaccionar y ella sin decir nada sigui�, al principio fue despacio, la acariciaba, la cog�a entre sus manos y no dejo de pajearme, mi cuerpo era incapaz de resistirse a aquello y se abandono ante sus caricias, sin espearalo ella se inclino y comenz� a besarla, a pasar su lengua por la punta de mi polla, que estaba que reventaba, poco a poco fue introduciendola cada vez en su boca, hasta que entraba y salia de su boca cada vez mas rapido, no pude mas que gemir ante el placer que me estaba dando, la chupaba como si fuera la ultima vez, su boca era calida, humedecio mi polla por completo, hasta que el ritmo era tan acelarado que estallo dentro de su boca, al hacerlo acelero aun mas y las sacudidas fueron tremendas, grite de placer mientras me derramaba dentro de su boca, cuando termino, no pod�a creer lo que hab�a pasado, como era posible que mi propia abuela me hubiera hecho aquello, y como era posible que a mi me hubiera gustado tanto, en un principio me sent� mal, pero ella me tranquilizo, me dijo que el sexo es para disfrutarlo y que hab�a decidido disfrutarlo conmigo, que cada vez que fuera a visitarla disfrutar�amos de el, y a mi, despu�s de aquello no me salio otra cosa que decir que si, as� que seguimos en otras ocasiones, pero eso sera otro relato.

Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .