Al terminar la cena y empezando a caer ya la noche, 2 soldados se acercaron de nuevo a los muchachos. Esta vez fue a Roser taron y, llev�ndola presa por la cuerda del cuello, la condujeron hasta las tiendas del poblado, mientras ella aterrada gritaba y suplicaba que la dejaran.

Marcos , vi� como se llevaban a su madre pens� ,iban con ella el mismo procedimiento que horas antes hab�an hecho con �l.

Pero se equivoc�. Los soldados que llevaban presa a la mujer, la quitaron la soga que rodeaba su cuello y tambi�n la liberaron las esposas de sus manos. Una vez totalmente libre, empujaron a la mujer dentro de la choza del jefe. All� permaneci� a solas con el jefe toda la noche hasta el amanecer y, en el silencio de la noche, cuando ya faltaba poco para que el Sol de nuevo saliera, Marcos,pudo oir los lamentos y lloros de Roser

Cuando se la llevaron, casi ten�a la certeza de que la iban a violar, pero esos sonidos le confirmaban que evidentemente estaba siendo violada.

Al amanecer,ella salio de la choza del jefe, vestida tal y como hab�a llegado all� y 2 soldados la ataron de nuevo al cuello y colocaron sus esposas, mientras la llevaban de nuevo al �rbol junto a Marcos donde la amarraron

Marcos se sorprendi� al verla vestida como si nada hubiera pasado y le pregunt� que si estaba bien y que le hab�an hecho. Por un momento tuvo la esperanza de que nada malo la hubiera ocurrido pero Roser rompi� a llorar desconsoladamente y poco a poco le fue relatando todo lo que hab�a vivido y sufrido durante aquellas largas horas.

Nada m�s entrar, el jefe hab�a comenzado a manosearla y decirle cosas. Ah� se dio cuenta de que aquel hombre, en contra de lo que hab�an creido, hablaba ingl�s de forma bastante aceptable pero rudimentaria y con pocas palabras. As� en ingl�s, comenz� a decirle a M�nica que era una mujer muy guapa y que nunca hab�a visto a una chica blanca desnuda, que iban a pasar una noche muy divertida y que tenia muchas ganas de meter su cosa dentro de ella.

Las l�grimas ca�an por el rostro de la mujer, mientras aquellas grandes manos tocaban el pecho y especialmente el culo de Roser, por encima de sus ropas.

Enseguida, agarrando su top blanco, dijo �quitar! �quitar!. Con gran resignaci�n, Roser entendi� que no pod�a hacer nada contra los deseos de aquel hombre y que era mejor que aceptara por las buenas aquella situaci�n inevitable.

As�, comenz� a desabrochar su top hasta quit�rsela totalmente.

Enseguida otro �quitar! se oy� mientras tocaba sus zapatillas y luego fue minifalda tejana con sus largas piernas bien torneadas.

Ahora estaba en ropa interior frente a aquel hombre. La luz de las antorchas iluminaban sin sujetador y braguitas blancas y su media melena rubia ca�a sobre sus hombros

Ni siquiera se cubri� sus pechos con las manos, dej�ndolos al descubierto. Sab�a que iba a ser violada y no poy no pod�a evitarlo. Entonces el negro se acerc� a ella y la tumb� sobre su colchoneta. Comenz� a tocar y morder sus pechos tan blancos, que parec�an ser un dulce para aquel hombre.
El jefe se desnud� tambi�n y Roser pudo ver lo excitado que se encontraba, con un falo tan enorme que atemorizaba verlo.

Estuvo m�s de 1 hora acariciando a la chica que a�n conservaba sus braguitas puestas y entonces Roser decidi� actuar. Agarro con sus manos el pene del hombre y comenz� a moverlo. Pens� que si consegu�a masturbarle y que eyaculara, podr�a librarse de otras cosas peores. Y as� lo hizo. El negro qued� encantando con las caricias que Roser le estaba haciendo en sus genitales. Con gran asco, con su lengua dio una lametada a su oscura polla con el fin de excitarle m�s y que aquello acabara pronto. De pronto se dio cuenta del error. El jefe la mir� extra�ado. Nunca hab�a visto ese tipo de sexo, pero le gust� y dijo �m�s, m�s�. Roser no hizo el m�nimo caso y sigui� masturb�ndolo con sus manos. Entonces el hombre agarr� a la chica por los pelos y llev� su cabeza sobre su sexo, diciendo �mas asi, m�s asi�

Roser volvi� a dar unos lametones con su lengua a aquella enorme polla, pero muy pronto el jefe se dio cuenta de otras posibilidades y agarrando por el pelo a la chica y sin ninguna delicadeza, meti� su polla en la boca, provoc�ndole grandes arcadas al llegar a su garganta.la tenia hasta la campanilla ,en su garganta profunda.

Muy pronto, chorros de semen comenzaron a salir, y si bien el primero de ellos cay� dentro de su boca, Roser, h�bilmente evit� resto, que cayeron sobre la colchoneta.

�Mucho bueno, mucho bueno�, dec�a complacido, mientras Roser ten�a la esperanza de que ese sacrificio hubiera servido para algo.

Pero al minuto siguiente aquel hombre tumb� de nuevo a Roser sobre la colchoneta y comenz� de nuevo a tocarla, si bien ahora ten�a m�s curiosidades. Con su dedos le toc� la boca, como adorando aquella cosa que hab�a descubierto que daba tanto placer, luego baj� a tocar de nuevo sus medianos pechos y sus oscuros pezones, luego su ombligo y tambi�n acarici� sus gruesos muslos y las anchas caderas de la chica. Era como si aquella piel blanca le dejara hipnotizado.


Entonces Roser, con sus manos par� firmemente las suyas y dijo �no, por favor, no lo hagas�. Aquello debi� de sorprenderle y quit� las manos de sus braguitas, desistiendo de baj�rselas, lo cual tambi�n sorprendi� a Roser que por un momento pens� que aquello era inevitable.

Entonces bastante bruscamente la volte� sobre la colchoneta, poni�ndola boca abajo y comenz� de nuevo a tocarla. Esta vez le tocaba la cabeza y su melena rubia de pelo liso que deb�a gustarle. Luego su espalda blanca y suave y m�s abajo, comenz� a manosearle de nuevo el culo que antes tanto le hab�a tocado cuando estaba vestida y de pie.

La mujer ten�a un amplio trasero, blandito, aunque bien formado y redondeado. Durante minutos estuvo tocando esa parte de su cuerpo, hasta que sus dedos volvieron a agarrar el el�stico de la braguita, comenzando a deslizarla.

De nuevo Roser dijo �no por favor, eso no�, pero esta vez, aquel hombre con gran decisi�n y firmeza, tir� de las bragas hacia abajo y en menos de 1 segundo estaban ya en los muslos de la mujer, dejando ya ver su culito. Sigui� tirando de ellas y las sac� por los tobillos, qued�ndose en la mano con ellas como si fuera un trofeo.

Tambi�n con firmeza sigui� tocando el culo, abri�ndole los cachetes y tocando con sus dedos el ano de Roser, que daba fuertes respingos ante esta situaci�n. Una vez la cosa fue m�s all� y presionando le introdujo casi medio dedo dentro de su ano, que dej� paralizada a la mujer y pens� lo peor. sin vello pubico rubio

Sin embargo, tan bruscamente como antes, fue volteada sobre la colchoneta, quedando ahora tumbada boca arriba y totalmente desnuda. Aunque anteriormente hab�a sentido verg�enza, ahora sent�a mucho m�s e inmediatamente sus manos cubrieron sin vello pubico rubio su raja bien rasurada .
Pero casi inmediatamente el hombre apart� las manos de Roser de ah� y con gran curiosidad, comenz� a mirar y tocar la amplia mata de pelo negro que cubr�a la entrepierna de la mujer, y que era mucho m�s suave que el pelo que hasta ahora hab�a tocado en esa zona a las mujeres de su raza. Quiz� por eso estuvo durante muchos minutos realizando esos tocamientos, a la vez que Roser ve�a horrorizada como su polla volv�a a estar tan enorme y excitada como antes.

De pronto y sin mediar palabra, el hombre se coloc� entre las piernas de la mujer e intent� penetrarla. En un r�pido movimiento,Roser logr� zafarse de esa primera embestida y se lanz� con su boca a chupar la polla del hombre, intentando evitar lo inevitable.

Pero esta vez el jefe de la guerrilla parec�a tener muy claro lo que quer�a y propin� a Roser un fuerte cachete en su cara, dej�ndola de nuevo tumbada sobre la colchoneta. Entonces separ� sus muslos, apunt� su polla a la entrada de la vagina y presion� ligeramente.

Roser suspir� y comenz� a sollozar. Esos sollozos se convirtieron en gritos y lloros cuando toda aquella masa de carne fue introducida en su vagina y que le provocaba bastante dolor en cada entrada y salida.

No hab�a podido evitar lo que hab�a temido y ahora estaba siendo violada brutalmente por aquel salvaje que, sin contemplaciones entraba y sal�a de su cuerpo con grandes acometidas, mientras ellas lloraba y chillaba para aliviar su dolor y humillaci�n.

Tras largos minutos de tortura, su cuerpo fue invadido de un c�lido l�quido que inund� sus partes m�s �ntimas. Solo entonces, aquel monstruo dej� a mujer tranquila sobre la colchoneta donde descans� algo m�s de una hora hasta que sali� el Sol.

Entonces, le orden� que se vistiera y sali� de la choza. El resto, ya Marcos lo hab�a visto con sus propios ojos, por lo que aqu� termin� de relatarle a Marcos todo lo vivido aquella noche.

Marcos acerc� su cabeza a la de su madre y comenz� tambi�n a llorar amargamente.

Hab�an pasado unas 6 horas y de nuevo era la hora del almuerzo. Al igual que el d�a anterior, los 10 hombres salieron del campamento y, desplazando de nuevo su olla y barril, se sentaron en el suelo frente a la pareja que permanec�a atada al �rbol. Pedro continuaba desnudo, mientras que Roser volv�a a estar vestida.

Entonces, antes de empezar a comer, el jefe comenz� a hablar a sus 14 hombres en su lenguaje ind�gena, por lo que resulta ininteligible para la pareja, pero evidentemente estaba hablando de ellos porque las miradas de sus guerrilleros se dirig�an a ellos y re�an. Incluso en alguna ocasi�n el jefe les hab�a se�alado con su dedo. Estaba claro que ellos eran el objeto de ese discurso.

Dicho todo eso, el jefe se retir� a su choza. Hab�a pasado toda la noche despierto por las razones obvias antes relatadas y ahora quer�a dormir.

Nada m�s retirarse el jefe, los 2 soldados habituales se acercaron al �rbol donde estaban amarrados los dos y tomando a Roser, la desplazaron hasta el cercano �rbol que el d�a anterior hab�a ocupado Marcos y fue atada de pie de la misma forma. Enseguida aquellos soldados comenzaron a desnudarla, dej�ndola en ropa interior.

Entonces se volvieron a sentar junto a sus compa�eros y comenzaron a comer, mientras todos miraban a la chica y su sujetador y braga blancas, gritando burlonamente.

Sin embargo, ni siquiera esperaron a terminar de comer. Otro de aquellos negros se levant� y acerc�ndose a Roser, intent� quitarle su sujetador, pero no supo desabrocharlo. Lo intent� una vez y otra vez y finalmente enfadado, dio un fuerte tir�n del mismo rompi�ndolo y haciendo da�o a la chica, que chill� tanto por el dolor como la humillaci�n a la que estaba siendo sometida.

Luego, muy decididamente, tir� de sus braguitas baj�ndoselas y quit�ndoselas por los pies, al igual que sus zapatillas.

Entonces, volvi� a sentarse junto a los dem�s guerrilleros y continuaron comiendo mientras miraban a Roser, completamente desnuda. Para aquellos negritos era todo un espect�culo ver el cuerpo de una chica blanca y, al igual que la noche anterior le hab�a ocurrido a su jefe, los blancos pechos y el pelo negro del sexo de M�nica les resultaba muy interesante.

La madre, se sent�a muy avergonzada por estar expuesta ante 14 hombres, sin tener posibilidad de taparse ni siquiera con sus manos, dado que estaba atada, pero tambi�n estaba muy preocupada porque recordaba lo que el d�a anterior en esas circunstancias hab�an hecho con Marcos . Si la violaci�n de la noche anterior hab�a sido una horrible experiencia, ser violada por aquellos 10 soldados ser�a algo insoportable.

Marcos con resignaci�n contemplaba aquella escena sin decir nada y Roser a veces le miraba t�midamente, aunque avergonzada prefer�a no cruzar su mirada.

Los hombres comieron y bebieron hasta hartarse y luego.... comenz� la fiesta. R�pidamente los 2 soldados encargados de las ataduras, desataron a Roser,del �rbol, aunque permanec�a esposa con las manos a la espalda y una soga en su cuello. De pronto, todos comenzaron a despojarse de sus ropas y dejaron a la vista sus grandes penes que se encontraban ya muy excitados.

Entonces, tirando hacia abajo de la cuerda que ataba el cuello de la mujer, la obligaron a arrodillarse y un de los soldados, comenz� a poner su pene en la boca de la madre.

Evidentemente el jefe les hab�a contado la nueva experiencia que hab�a vivido la noche anterior a solas con la madre y ellos estaban ahora deseando experimentar esa sensaci�n de meter su pene en la boca de la mujer, cosa que nunca hab�an realizado hasta ahora.

Desgraciadamente para Roser,, los 14 soldados fueron, uno a uno, introduci�ndola la polla en su boca y eyaculando la mayor�a de ellos dentro.

La mujer no cesaba ahora de vomitar el poco alimento que hab�a en su est�mago, a la vez que gran cantidad de semen que le hab�an depositado y del que involuntariamente hab�a tragado gran parte.

Pero lo peor a�n no hab�a llegado. A los pocos minutos la madre fue llevada al famoso barril del d�a anterior, donde los 14 soldados se dispon�an a abusar de la pobre mujer.

Ahora si que Roser, miraba a su hijo como suplic�ndole ayuda, pero Marcos nada pod�a hacer salvo gritar horrorizado con lo que iba a suceder.

La madre fue tumbada sobre el barril y los soldados uno a uno, fueron coloc�ndose sobre ella. La mayor�a prefirieron penetrarla por su vagina y Roser era colocada en el barril boca arriba. Grandes penes de considerable mayor tama�o que el de Marcos, la estaban violando y entrando y saliendo sin piedad de su ya dolorida vagina.

Con los primeros Roser trataba de resistir aunque era en vano. Atada como estaba y con la fuerza de aquellos hombres, poco o nada pod�a hacer m�s que gritar de dolor y llorar de desesperaci�n.

En cuanto uno de los soldados terminaba de eyacular en su interior, otro negro volv�a a ocupar su posici�n sobre la mujer sin descanso alguno. los chicos comenzaron a masturbarse hacieron un coro alrededor de Roser ,el primero un chico arabe se corrio tan rapido que eyaculo en la melena rubia , no siempre tiene ser a la vez pero uno detras de otro en peque�os grupos mi mujer era sometida a una pratica humillante para ella ,era un gozo , disfrutaba con la situacion y la los chicos excita que eyaculen sobre ella , era una fantasia sexual , un negro con su enorme polla se corrio en sus pechos erguidos duros y regados por un buen lechaso , los otros eyacularon en su rostro , y ele obigaron abrir la boca y sus bonitos lavios saco la lengua y la lleno de caldo blanco.. tragarselo todo

Adem�s, dado que hac�a poco tiempo que hab�an eyaculado en su boca, ello hac�a que ahora resistieran mucho m�s para volver a soltar su semen. Ello supon�a unas penetraciones de larga duraci�n, que no bajaban de los 5 minutos en ninguno de los casos y en alg�n caso se volv�a excesivamente violenta.

Cuando ya 5 soldados la hab�an penetrado, la mujer ya apenas gritaba. La tortura hab�a acabado con sus fuerzas y el cuerpo de Roser permanec�a inerte sobre el barril y desde su vagina resbalaban peque�os hilos de sangre que ca�an por sus muslos.

Entonces el sexto hombre eligi� penetrarla por atr�s. La mujer fue volteada y con su culo en pompa, recibi� por su ano aquel descomunal castigo. Roser no ten�a ya fuerzas para oponer resistencia ni para gritar, pero la penetraci�n anal le provoc� tal dolor, que un ahogado lamento sali� de su garganta, repiti�ndose cada vez que aquel negro sin compasi�n hac�a fuerza para meter todo su falo por el estrecho y virgen ano de la mujer

Con aquellas entradas y salidas salvajes de su ano,Roser no pudo resistir m�s y perdi� el conocimiento, cosa que no impidi� que aquel soldado siguiera follando aquel cuerpo muerto.

Marcos, lloraba nervioso atado a su �rbol y por un momento pens� que su chica hab�a fallecido, dado adem�s que ahora si que sangraba abundantemente por su culito.

Cuando aquel torturador termin� de violarla, echaron agua sobre su cabeza, haci�ndola recobrar el conocimiento y enseguida fue de nuevo volteada y colocada boca arriba sobre el barril. A los poco segundos, otro de los soldados estaba colocado sobre ella violando otra vez su vagina. Luego siguieron as� los otros 7.

La mujer qued� completamente exhausta y destrozada y fue abandonada junto a su hijo.

Al d�a siguiente y tras darles comida y bebida, 2 soldados les subieron en el coche que d�as antes les hab�an robado, dado que Roser a�n no pod�a mantenerse en pie por si misma.

Tras un rato de traves�a, los sacaron del coche y fueron desatados y abandonados en un lugar desconocido. Pronto supieron que el sitio era el mismo donde hab�a sido secuestrados, dado que encontraron el cuerpo de Baba que hab�a sido devorado parcialmente por alg�n animal.

All� Marcos, cuid� de Roser durante d�as, la cual poco a poco fue recuper�ndose f�sicamente, comiendo frutos que Marcos, consegu�a en la zona y bebiendo agua del cercano r�o.

Cuando hab�an perdido toda esperanza, un coche lleg� hasta ellos. Dada su tardanza en regresar, en el pueblo donde viv�a su amigo el escritor y el hombre que les hab�a alquilado y preparado la ruta, decidieron salir en su b�squeda.

Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .