Se casa la Nena 1
Chico�
�La nena se casaba! �Qu� fecha tan maravillosa! �Mi beb�, mi
cielito!
Meches�
�Estaba tan emocionada que no pude parar de llorar en toda la
boda! As� soy yo, muy sentimental�
Chico�
Todav�a me cuesta creerlo, hace apenas unos a�os aun era mi
beb�, mi nena consentida� y ahora la estoy entregando a otro hombre para que se
la lleve de mi lado� me da no s� qu�.
Meches�
Consentida es poco, �mi marido la ten�a malcriad�sima! Claro,
como era la �nica ni�a y la m�s peque�a, pues obvio�
Chico�
Sin embargo, no todo fue felicidad� pas� algo que me hicieron
cambiar por completo lo que yo pensaba de nuestra hija.
Meches�
Algo feo� o� bueno, no s�, lo cierto es que ni mi esposo
Francisco ni yo, lo esper�bamos. Se lo vamos a contar�
La ceremonia transcurri� como lo hab�amos planeado desde
hac�a tantos meses. Mechitas desfil� frente a todos lo invitados tomada de la
mano de su pap�, que a punto estuvo de reventar su traje del inmenso orgullo que
sent�amos. Su traje era de un blanco virginal, con una velo largo. se ve�a
divina, con su cuerpito delgado bajo aquella tela de seda, que no obstante se
ve�a a punto de reventar por la fuerte presi�n que sus turgentes y voluptuosos
senos ejerc�an. Lo mismo ocurr�a con sus nalguitas, nosotras, las herrera,
siempre hemos sido chichudas y culonas.
Ra�l la esperaba en el altar, tan guapo como siempre,
orgulloso, ufano, feliz. Ni Chico ni yo pod�amos haber pedido un mejor yerno, el
era tan respetuoso y responsable que se gan� un lugar en la casa inmediatamente.
Y eso que mi Chico siempre ha sido muy celoso y sobreprotector con la nena. Y
sus hermanos� esos 3 siempre le ahuyentaron los novios, pero Ra�l se los gan�
r�pidamente.
Chico�
Ra�l Chac�n, acepta como esposa a Mar�a Mercedes M�rida
para� � bla, bla, bla, al final ambos novios se dijeron que si mutuamente.
Luego se besaron, y yo sent�a una fuerte presi�n en el pecho
cuando comprend� que ella ya no era mi beb� "ahora es el beb� de otro" me dijo
Meches entre l�grimas, siempre tan bromista.
Meches�
Pero bueno, la cosa es que ella iba toda vestida de blanco
como siempre so�amos que se casar�a. Yo, la verdad, me imaginaba que ya no era
virgen, ya ten�a edad y dado su car�cter no me hubiese extra�ado que ya hubiese
tenido sexo con su novio antes. Claro, eso a Chico ni se lo insinu�, el siempre
tan correcto, no lo hubiera entendido. Adem�s, era su nena adorada�
La ceremonia termin� y la recepci�n fue igualmente buena, en
un excelente hotel capitalino y sin escatimar en gastos, Chico y yo tiramos la
casa por la ventana en esa boda. Los novios abrieron el baile, mi esposo bail�
el vals con el en la pista y todo transcurri� as�, perfecto. Hasta que vimos, a
lo lejos, como Mechitas se escapaba furtivamente con su flamante nuevo esposo de
la concurrida fiesta.
Le dije a Chico, le propuse que los sigui�ramos para ver a
donde iban, pero el no quiso. "No hay que meternos, no quiero que te convirt�s
en una de esas suegras metiches", me dijo el abusivo.
Chico�
No le quise dar importancia al hecho de que se fue con su
marido por eso mismo, ya eran marido y mujer. Por supuesto que no me simpatiz�
nada la idea de que mi beb� fuera a perder la virginidad de una buena vez�
bueno, su supuesta virginidad. Pero cre� que deb�an empezar a hacer su propia
vida lejos de su nido paterno.
Por mi parte hab�a alquilado una suite en aquel hotel, era de
5 estrellas y quer�a pasar una noche rom�ntica con mi amada Meches. Estaba
descuidando un poco a mi se�ora y aquello me pareci� una muy buena idea. Adem�s,
con el efecto que la luna llena tiene en ella no quise salir de madrugada de
regreso a nuestro hogar.
Meches�
Desde ni�a tuve reacciones extra�as ante la presencia de la
luna llena. Me pon�a sumamente irritable, ansiosa, nerviosa, hiperactiva, total,
me volv�a otra. Como en aquello tiempos no exist�an medicamentos para esos casos
(tengo 48 a�os, as� que comprender�n por qu� digo esto), mis padres optaban por
encerrarnos a todos en la casa durante esas noches. Digo todos porque a mis
hermanos tambi�n les pasaba lo mismo. Con el paso del tiempo aprend� a
controlarlo, siempre continuaba poni�ndome nerviosa y ansiosa, pero logr�
canalizar aquella energ�a hacia actividades m�s productivas.
Chico�
Le cont� a Meches lo de la habitaci�n y ella se emocion�
mucho� tanto que inmediatamente quiso que subi�ramos a verla�
Meches�
�Me ten�a muy descuidada y ese d�a hab�a luna llena!
Chico�
Nos fuimos inmediatamente sin que nadie notara nuestra
ausencia. Salimos por una puerta lateral que daba hacia una espl�ndido corredor
en medio de una arboleda. Nos perdimos all�, los que causaba mucha gracia en
Meches, hasta que escuchamos unos gemidos cercanos. Trat� de alejarnos de all�
para no importunar a nadie pero mi mujer no quiso.
Meches�
�Soy muy curiosa! Adem�s, si estaban haciendo algo all�, en
un sitio por donde cualquiera podr�a pasar, quer�a decir que no les molestaba
que lo vieran. Lo malo fue darnos cuenta de que era mi hijita adorada� �con un
hombre que no era su esposo!
Chico�
�Tuve la seria intenci�n de lanzarme a partir en 2 pedazos a
ese grand�simo hijo de puta! Pero entonces mi hija dijo algo que me dej� m�s
anonadado que molesto:
Jorge� �no prefer�s mejor subir con nosotros a la
habitaci�n para un tr�o? Aqu� alguien de la fiesta me puede ver amor.
No Meches, no� ya te dije que tu noche de bodas tiene que
ser solo entre Ra�l y vos� aunque todos los dem�s lleguemos despu�s y te
hagamos gang bangs hasta reventarte. � no ten�a ni idea de lo que era un "gang
bangs", pero no me son� a nada bueno.
�Entonces si me van a llegar a reventar todos? �Me van a
dar duro? �Me van a coger por todos lados? � ����POR LA GRAN PUTA, AQUELLA NO
ERA MI NENA!!!!
Meches�
�Aquella m�s parec�a ser una gran puta la que hablaba! �Le
estaba pidiendo a ese desconocido que se la cogiera como a una perra! �No lo
pod�amos creer!
Su amigo ya no le pudo contestar porque ella se le lanz�
encima a besarlo con furia. El muchacho degenerado la agarro de las nalgas y le
devolvi� el beso con todo y lengua. en ese momento comprend� por qu� quiso un
vestido con un cierre de zipper en la espalda y sin hombros, para que se lo
pudieran abrir y baj�rselo por completo sin problemas.
Luego se separ� un poco de ella le agarr� las tetotas, un par
de blancas y rosadas esferas de carne, recordatorio de las m�as a su edad,
apret�ndolas y pellizc�ndolas con mucha fuerza, pero se detuvo cuando un largo
chorro de blanca leche materna sali� volando por el aire, su cara dibuj� una
p�rfida sonrisa.
A Mechitas le pasa lo mismo que a mi, por alg�n desorden
hormonal, ambas producimos leche constantemente. Yo he podido controlar un poco
eso, mediante la evitaci�n de estimulaci�n excesiva sobre los pezones, pues han
de saber que para que una mujer empiece a lactar, a veces no es suficiente un
embarazo, la estimulaci�n a los pezones es importante tambi�n. Aparentemente mi
hija hizo caso omiso a esa recomendaci�n, pero bueno, ella, que aun se mantiene
delgadita y esbelta (�no es que yo est� convertida en un cerdo!), apenas se le
nota.
�Me excita tanto exprimirte las ubres de vaca que te and�s
echando encima, cabrona!
�Y a mi que lo hag�s! Pobre mi madre, no sabe de lo que se
pierde�
�C�mo, entonces le daba l�stima! �Muchachita ingrata! Y
mientras segu�a hablando esas cochinadas se desnudaba a la velocidad de la luz.
Pronto su desnudez con leves matices rosa qued� ante nuestros ojos, qu� bella
era nuestra nena. Rubia, con el cabello recortado hasta la barbilla, y de ojos
grises como los de su padre, combinaba las enormes redondeces de mi cuerpo con
su cuerpo juvenil y delgado, de 1.75 de altura.
El muchacho se puso a apretarle los pechos solo para ver los
chorritos de leche volar por el aire. Agarraba una con las 2 manos y la apretaba
hasta que esta casi se le desparramaba entre los dedos, luego hac�a lo mismo con
la otra. La leche ca�a sobre el pecho de la nena, as� que el se puso a lamerlo.
Chico�
Violame� � ��qu� fue lo que dijo?!
�Quer�s que te viole?
Si� haceme tuya�
�C�mo?
Con violencia, quiero que me duela, haceme sufrir� �haceme
gritar! � ��POR LA VIDA DE LAS ONCE MIL PUTAS DEL INFIERNO!! ��QU� ES LO QUE
LE PASA A MI HIJA?!
Aqu� nos pueden o�r si grit�s mucho, como siempre hac�s�
pero una probadita si te puedo dar�
Debo haberme quedado con la cara de est�pido m�s grande que
se podr�a haber visto en este mundo. No comprend�a a mi hija, lo que le estaba
pidiendo a ese muchacho estaba fuera de cualquier cosa que me hubiese podido
imaginar en mi vida. y aunque siembre fui un hombre sumamente conservador, sab�a
perfectamente que eso ca�a dentro de la enfermedad mental.
Sin embargo, algo que no me esperaba de mi propia persona
ocurri� all�, no me pude mover, ni para partir en pedazos a ese imb�cil, ni para
irme lejos y no ver nada, me qued� como petrificado, est�tico. Vi a Mechitas
dejar caer su vestido al suelo, junto con una pitita que hac�a de calz�n (no
entiendo como algo as� pod�a cubrir su intimidad) y se quit� al brasier. Su
amigo se qued� con los ojos cuadrados al verla as�, completamente desnuda frente
a el.
Not� que ten�a argollas doradas en los pezones, adem�s del
piercing que se hab�a puesto tiempo atr�s en el ombligo y que a mi nunca me
gust�. Y yo igual, no me pod�a mover.
Meches�
No comprend�a por qu� Francisco no le ca�a a golpes a ese
muchacho, parec�a estar hipnotizado mir�ndolo todo. Aquello era muy inusual en
el, dado su car�cter sobreprotector y muy paternal, y m�s inusual era la gran
erecci�n que mostraba bajo el pantal�n. Y no es que el nunca las tuviera, al
contrario, le dan muchos problemas, pues, adem�s que tiene un pene inmenso, este
se le para cuando se le da la gana y en los momentos menos adecuados. Claro, eso
no es malo para mi, je, je, je�
Yo, por mi parte, estaba caliente, lo confieso, y eso me daba
una verg�enza terrible pues era mi hija a la que estaba mirando y por la que me
estaba calentando.
Chico�
Cuando me di cuenta de la tremenda erecci�n bajo mi pantal�n,
me quise morir, me dio una rabia por la verg�enza� pero igual no me quit�, y mi
calentura creci� cuando me di cuenta que mi mujer no dejaba de ver la carpita
que se formaba sobre mi ingle. No, no, aquello ya se estaba saliendo
completamente del guacal� bueno, todav�a m�s, pero no lo pude parar.
El hijo de la puta ese no pod�a quedarse sin hacer nada
cuando una mujer como esa se le ofrec�a con toda mansedumbre. Dej� caer sus
pantalones y calzoncillo, quedando con una erecci�n de 17 cm duros entre sus
piernas. Entonces mi hijita se dej� caer de rodillas y, tomando aquella verga
entre sus manitas, se dispuso a mam�rsela. No lo pod�a creer, mi hijita adorada
le estaba dando una gran mamada a ese desgraciado.
Meches�
�Ni yo, en 30 a�os de matrimonio feliz y satisfactorio con
Chico le hab�a hecho una mamada a el! primero, porque nuestra formaci�n
conservadora nos dec�a que aquello era algo asqueroso, segundo, porque el nunca
me lo quiso proponer por pudor y respeto, porque yo, la verdad, no creo que se
lo hubiera negado a mi amado marido.
Entonces la pareja fue interrumpida, un mesero pas� muy cerca
y de milagro no los vio. Ellos se arreglaron rapid�simo, en medio de miraditas
c�mplices y p�caras, y se despidieron con un beso, ella se dirigi� hacia los
elevadores, seguro que para reunirse con el cornudo de su marido en su
habitaci�n. Claro, de seguro que los cuernos no le molestaban a ese tipo extra�o
que ten�a como yerno.
Pero nosotros 2 nos quedamos mal, paralizados, hirviendo,
calent�simos. Como aut�matas reaccionamos y nos comenzamos a dirigir hacia el
elevador m�s cercano. Entramos en el, ambos trat�bamos de pensar en otras cosas,
de guardar la compostura, pero� no, ya no pod�amos.
Chico�
Los 2 est�bamos muy alterados, Meches actuaba como una loca,
seguro que la luna llena la hab�a alterado m�s de la cuenta por ese penosos
incidente. Por mi parte llevaba una dolorosa erecci�n, pues el pantal�n me
molestaba mucho, y los test�culos me dol�an horrores. Miren, padezco de un
problema a nivel testicular, una hiperactividad, por lo que producen m�s esperma
de lo normal y mucho mayor velocidad. Esto me provoca terribles dolores
testiculares, que no se claman a menos que me masturbe por lo menos una vez al
d�a. Gracias a Dios mi se�ora siempre ha tenido una excelente apertura para
tener relaciones conmigo, claro, muy convencionales, pero altamente
satisfactorias.
Mi se�ora se mov�a de un lugar a otro dentro del elevador,
respiraba aceleradamente, haciendo subir y bajar la tela de su apretado vestido,
a ella toda la ropa le queda muy apretada. Sus enormes senos siempre son una
amenaza para cualquier bot�n de sus blusas, sus caderas amplias con ese trasero
gordo y paradito hace que todas sus faldas y pantalones corran el riesgo de
descoserse� �ya le ha pasado!
Meches empez� a frotarse los senos por encima del vestido,
luego baj� una mano a su entrepierna y se la tom� como queriendo arranc�rsela.
Aquello ya no era posible, mi propia esposa actuando como una mujerzuela. Y yo,
cada vez m�s caliente, la ira que sent�a crec�a y crec�a.
Meches�
Estaba completamente fuera de mi misma, lo �nico en lo que
pod�a pensar era en mi hija mam�ndole la verga a ese tipo, me calentaba tanto,
estaba tan excitada, que no pod�a pensar claramente. La comez�n en mi sexo y en
mis senos me volv�an loca y no lo pod�a soportar. Encontr� alivio cuando empec�
a restregarme las tetas y al sujetarme con fuerza mi hinchado sexo. �Qu�
sensaci�n!, fue como un fuerte corrientazo recorriendo cada rinc�n de mi cuerpo
de hembra madura.
Llevaba un vestido verde con ca�da de cascada al frente, con
un escote normal, dir�a yo, pero con mis 110 cm de busto, ning�n escote es
normal para mi, ten�a que estar forcejeando con el a cada rato para que no se me
viera m�s de la cuenta. Por abajo la falda era larga, con un pijazo del lado
izquierdo hasta la mitad de mis torneados muslos. La tela se pegaba muy bien a
mi culito� o m�s bien, culote, paradito y resping�n. En el elevador, por mis
constantes sobeteos, llevaba el escote del vestido peligrosamente bajo, dejando
bastante m�s de la mitad de mis senos expuestos.
Aquello no le agrad� anda a mi esposo, que desconcertado y
molesto por lo que estaba pas�ndonos, se apresur� a tratar de subirme el escote
de nuevo, habl�ndome para hacerme volver a la raz�n de nuevo.
�Pero mujer, controlate!
�Chico! �Chico!� �No puedo Chico, no puedo! ��ESTOY
ARDIENDO!!
�No mujer no, eso no puede ser, no!
�Y no aguanto Chico� perdoname!
Casi me le tir� encima, mis 170 cm de estatura buscaban con
desesperaci�n su alto y robusto cuerpo. Je, je, estoy casada con un aut�ntico
semental de 50 a�os y 190 de estatura, y no lo hab�a aprovechado hasta entonces.
Pro mi continuo y fren�tico roce contra su cuerpo no hizo otra cosa que
calentarlo m�s, haci�ndolo perder casi por completo la paciencia.
��YA VASTA MERCEDES!! � me grit�, a lo que no contest� m�s
que con sonidos guturales y forcejeando con el m�s todav�a.
Entonces hizo algo que nunca me hubiera esperado de el y que
jam�s en la vida me hab�a pasado: me peg�. Me cruz� la cara con una fuerte
cachetada.
Chico�
No me lo explico, yo jam�s he sido un tipo violento, al
contrario, siempre resuelvo las cosas hablando, y cuando no se puede, pues no se
puede, me doy la vuelta y me retiro sin prestarme a estupideces de violencia. Y
mucho menos les he pegado jam�s a mis hijos o a mi esposa, siempre cre� que los
hombres que hac�an eso deb�an ser azotados hasta que el verdugo cayera exhausto.
Pero aquel d�a� no s�, una ira irracional me cubri� por
completo, verla a ella as�, actuando peor que mi hija me enardeci�, me excit�
mucho m�s y me enfureci�. Reaccion� violentamente propin�ndole un fuerte golpe a
mi esposa en la cara, tir�ndola hacia atr�s y derrib�ndola en el suelo. Para
cuando me di cuenta de lo que hab�a hecho, ella estaba agarr�ndose la cara,
pens� que la hab�a lastimado mucho y me sent� una cucaracha, pero no�
Meches�
Me qued� tirada en el suelo, tap�ndome la cara pero no del
dolor, era un morbo y un placer tan incre�ble que no me dej� reaccionar
r�pidamente. Y cuando Chico, sumamente preocupado se acerc� a mi para ver si
estaba bien, yo salt� y me aferr� a el, bes�ndolo con desesperaci�n.
Chico se asust�, pero ese extra�o embrujo se hab�a apoderado
de el tambi�n, y me correspondi� el beso. Fue un beso como nunca me hab�a dado,
lleno de fuerza, ira, agresividad, pasi�n, furia. Nuestras lenguas luchaban
entre ellas y sus fuertes y musculosos brazos me rodeaban por completo, parec�a
querer comerme y eso me calentaba m�s.
Chico�
Parec�amos otras personas diferentes a nosotros, est�bamos
tan calientes y excitados que apenas nos dimos cuenta de cuando el elevador
arrib� hasta nuestro piso. Me puse de pi�, con mi mujer aun pegada a mi cuerpo
como una lapa. Nuevamente le di una bofetada, pero mucho m�s suave, que hizo que
me soltara. Cuando vi su cara no la reconoc�, ten�a los ojos muy abiertos, con
ese 2 luceros verdes que me cautivaban brillando de lujuria, su boca
entreabierta se mor�a de sed, sus pechos enormes pr�cticamente estaba fuera del
vestido, con los pezones apenas cubiertos aun. No la reconoc�a.
Meches�
Me sent�a muy excitada, como jam�s lo hab�a estado, la �nica
idea que hab�a en mi mente era la de darme placer, placer y m�s placer, no pod�a
pensar en nada m�s. la ropa me estorbaba y me mor�a porque mi esposo me tomara
de una buena vez.
Chico�
Salimos del elevador, la llevaba del brazo con brusquedad,
jalone�ndola, casi arrastr�ndola. Llegamos a la suite y abr� la puerta, ella se
me solt� y sali� corriendo hacia el frente, yo inmediatamente salt� y la atrap�
de un pi�, haciendo que cayera al suelo estrepitosamente. Forceje� un poco lo
consigui� liberarse, se puso de pi� y me clav� una mirada de calentura como
jam�s hab�a visto.
Meches�
�Estaba ardiendo, ya no pod�a m�s! �La rudeza con la que me
trataba me ten�a loca! No pod�a esperar m�s, as� que me despoj� de mi ropa,
rasg�ndolas en el proceso, y me sub� a la cama, coloc�ndome con las piernas
abiertas y en alto, exponi�ndole mi chorread�sima y enrojecida pusa para que mi
macho diera cuenta de ella. Lo ve�a desafiante, con ojos retadores, realmente
deseaba que me partiera en 2 y que me lastimara.
El se denud� como ray�, dej�ndome ver ese cuerpo atl�tico y
musculoso de hombre de 50 a�os. El siempre fue muy deportista, as� que ten�a
toda la musculatura perfectamente marcada, aunque menos en volumen como la ten�a
unos 10 o 5 a�os antes.
Velludo como un oso, siempre me gust� sentir sus pelos sobre
mis pechos cuando hac�amos el amor, las cosquillas que me causaban eran otro
aliciente para amarnos. Su cabello casta�o, ahora ti��ndose de un elegante gris,
me encantaba, y ese par de ojos grises que el tiene me enloquec�an.
Pero lo mejor, creo yo, est� abajo. all� tiene ese falo
enorme, macizo, duro, cabez�n. Le mide 23 cm y tiene un grosor de 5, con un
glande en forma de sombrilla algo m�s grueso. Debajo, un par de huevos enormes,
redondos, peludos, duros, siempre repletos de semen. Ya les habr� comentado
sobre su problema, sus test�culos producen demasiado esperma y eso le produce
dolor.
Tras de si, un trasero redondo y bien parado, que me encanta
acariciarle cuando lo tengo montado sobre mi cuerpo. En resumen, mi marido,
Francisco Miranda, es un gara��n que se cae de bueno.
Chico�
Cuando la vi as�, no me resist� y me desnud� en un santiam�n,
pronto me vi parado entre las piernas abiertas de mi esposa, observ�ndola,
mir�ndola mientras me frotaba el miembro. Tan linda, tan sometida, tan
indefensa.
Tom� el grueso glande de mi pene y lo comenc� a frotar por
encima de su vulva palpitante, un largo y agudo gemido se escap� de su garganta.
Ve�a como intentaba menear las caderas hacia arriba para ser penetrada por fin,
pero yo la quer�a hacer sufrir.
Estaba fuera de mi, nunca jam�s habr�a pensado siquiera en
hacer algo as�, pero la empec� a abofetear, grit�ndole que era una puta, una
sucia mujerzuela, una ramera de esquina a la que todo el mundo se cog�a como si
nada. Y para mi posterior sorpresa, constat� que estaba excitad�sima con ese
trato.
Meches�
�Perra sucia! �Te gusta que te apaleen, �verdad?!
���SSIII!!! ���MMMFFFFMMMGRRRRR!!! � balbuceaba yo mientras
el segu�a insult�ndome.
Las mejillas me ard�an por sus cachetadas, pero les juro que
en medio de ese dolor mi vagina se empez� a contraer como cuando se llega al
cl�max. Fue el orgasmo m�s extra�o de mi vida, dur� poco y fue leve, es cierto,
pero me dej� peor de c�mo estaba y yo lo celebr� a gritos y palabras
ininteligibles.
Le me v�a con los ojos desorbitados, ten�a frente a el a una
hembra caliente y sometida, con las piernas abiertas de par en par, en medio de
las cuales estaba la pusa m�s caliente que hab�a visto, palpitando por el
inmenso deseo de ser penetrada hasta el fondo.
Corri� el prepucio de su imponente m�stil no circuncidado y
dej� la enorme cabeza expuesta, entonces me penetr� de un solo golpe. El glande
me caus� mucho dolor, el nunca acostumbraba a penetrarme de esa manera, siempre
era un proceso largo y met�dico. Su paloma se desliz� en mi interior forzando
las paredes de mi intimidad, a pesar de estar m�s lubricada que un motor nuevo.
Adem�s del dolor, tambi�n me hizo ver las estrellas del gozo, me hizo sentir un
tremendo placer que jam�s hab�a sentido antes.
Y as�, empez� a embestir con fuerza, furia y violencia, a la
perra en que su casta mujer se hab�a convertido. Sent�a perfectamente bien como
entraba y sal�a la masculinidad de Ra�l, como se le clavaba hasta el fondo de su
sexo, sal�a, y se volv�a a clavar con violencia.
Chico�
Ella apret� los dientes y se aferr� a las s�banas, poni�ndose
a berrear como una desesperada, sin importarle que nos pudieran o�r en la
vecindad. Sus senos se sacud�an cada vez el animal salvaje en que me convert�
entraba con fuerza en ella, y sus carnes se estremec�an ante las intensas
oleadas de placer que esas penetraciones le provocaban.
Pronto, mi sudor la cubri�, y mis gru�idos de macho desbocado
se fusionaron con los agudos y fuertes gemidos de ella, una sinfon�a de sexo,
sudor y saliva que jam�s podremos olvidar. Me enderec�, la agarr� de los tobillo
y los separ� lo m�s que pude, y arque�ndome para atr�s rug� cuando sent� el
orgasmo estremecer cada poro de mi cuerpo, inundando el c�lido canal vaginal de
mi amada en eyaculaciones interminables.
Meches�
Chico me inund� de semen, lo pod�a sentir caliente salirse de
mi interior por los bordes de mi sexo, dej�ndome encharcada por completo. Y los
espasmos de mi vagina, que tambi�n me regal� un segundo y bestialmente delicioso
orgasmo, contribu�an a que ese n�veo l�quido se me saliera.
Ni me di cuenta de cuando Chico se sali� de mi interior y se
ech� a mi lado, jadeante exhausto. Yo me hallaba embelesada sintiendo las
�ltimas contracciones de mi intimidad, enloquecida de placer. Me di la vuelta y
me abrac� de el, el me correspondi� al abrazo y ca�mos rendidos, en un profundo
y dulce sue�o como nunca hab�amos tenido�
Viejos Calientes.
(Viejos los caminos, y todav�a echan polvo�)